viernes, 15 de julio de 2016

Teoría y práctica de la memoria histórica

             TEORÍA Y PRÁCTICA DE LA “MEMORIA HISTÓRICA”

                                               JULIO ANTONIO  VAQUERO IGLESIAS


            


 Francisco Erice, profesor de Historia contemporánea de nuestra Universidad, acaba de publicar  en la editorial asturiana Eikasia Ediciones, un libro oportuno y necesario: Guerras de la memoria y fantasmas del pasado. Uso y abusos de la memoria colectiva  La actual  obsesión  que estamos viviendo desde hace unos veinte años, y no sólo en España, sino también todo el mundo, por todo  lo relativo con la “memoria histórica” (el autor prefiere por coherencia teórica hablar  de memoria colectiva)  no sólo tiene origen, como mantienen algunos estudiosos del tema, en la desvalorización de la historia frente a la memoria como acceso privilegiado al pasado que ha difundido el postmodernismo  o en el miedo al futuro ante los profundos  cambios del presente, sino también, y sobre todo, en sus diversos usos ideológicos, desde o contra el poder.
            Sin embargo, ese bulímico uso de la memoria colectiva que se está desarrollando ante nuestros ojos está envuelto en una gran confusión conceptual que lastra el análisis y  comprensión de su  práctica actual. De ahí, la necesidad y oportunidad de este libro cuya finalidad  es llevar a cabo a cabo un análisis sistemático de esa ya casi oceánica literatura  acerca de la teoría y   usos sociales  de la memoria colectiva con el objeto, por una parte, de establecer  desde una perspectiva más crítica que informativa ( no estamos, pues, ante un tratado al uso y mucho menos ante un ensayo), una redefinición de la noción de memoria colectiva que incluye, además, un rápido repaso sobre los usos históricos de la memoria colectiva, como también un análisis de los agentes y soportes que intervienen en su construcción social.
 Por otra parte, el autor ha realizado desde  esa clarificada  noción de memoria colectiva , a su vez, un análisis de algunos de los más destacados usos actuales  de la memoria colectiva dentro y fuera de nuestro país. A saber: combates por el pasado o guerras de la memoria de importantes procesos históricos como las memorias colectivas del Holocausto, del antifascismo aplicado a Italia, de la construcción y desmantelamiento del modelo socialista en la URSS, de las dictaduras militares y la represión en el Cono Sur latinoamericano, y de las variadas memorias sobre el colonialismo; y análisis también de diversas memorias nacionales como la que se refiere al intenso  debate  sobre la memoria histórica que se esta desarrollando actualmente  en España.
              La valoración crítica que, desde las coordenadas del materialismo histórico y la tradición marxiana, realiza Erice  del corpus teórico analizado le lleva a defender una noción de memoria colectiva entendida no como la suma de memoria individuales, sino como “narraciones” ideológicas  construidas por los grupos sociales no sólo para configurar su identidad, sino, sobre todo, para conseguir la hegemonía en conflicto con otras agrupaciones sociales. Esto es: más allá de cualquier perspectiva  funcionalista, las memorias colectivas deben entenderse en el contexto de los antagonismos y enfrentamientos sociales, de las prácticas de poder y resistencia y, por tanto, en conexión con los referentes materiales y como expresión cultural  de los conflictos económicos, políticos y sociales. De ahí que defienda también, uniendo a Marx y  Walter Benjamín, el saber y el sentir, una práctica de la memoria colectiva por  los grupos subalternos, en la  que la Historia impregne la memoria colectiva.
Quizás le falte una mayor desarrollo teórico de su tesis básica: la memoria colectiva como elemento de la ideología, y le  sobre cierto abuso de la citas literales que dificulta una lectura más ágil del texto, pero lo que nos parece fuera de toda duda es que estamos ante una obra de referencia, imprescindible a partir de ahora para entender la doble dimensión – científico-académica y cívico- política- de la mal denominada  “memoria histórica”.



    

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