TEORÍA Y PRÁCTICA DE LA “MEMORIA HISTÓRICA”
JULIO ANTONIO VAQUERO IGLESIAS
Francisco Erice, profesor de Historia
contemporánea de nuestra Universidad, acaba de publicar en la editorial asturiana Eikasia Ediciones,
un libro oportuno y necesario: Guerras de la memoria y fantasmas del
pasado. Uso y abusos de la memoria colectiva La actual
obsesión que estamos viviendo
desde hace unos veinte años, y no sólo en España, sino también todo el mundo,
por todo lo relativo con la “memoria
histórica” (el autor prefiere por coherencia teórica hablar de memoria colectiva) no sólo tiene origen, como mantienen algunos
estudiosos del tema, en la desvalorización de la historia frente a la memoria
como acceso privilegiado al pasado que ha difundido el postmodernismo o en el miedo al futuro ante los profundos cambios del presente, sino también, y sobre
todo, en sus diversos usos ideológicos, desde o contra el poder.
Sin embargo, ese bulímico uso de la
memoria colectiva que se está desarrollando ante nuestros ojos está envuelto en
una gran confusión conceptual que lastra el análisis y comprensión de su práctica actual. De ahí, la necesidad y
oportunidad de este libro cuya finalidad
es llevar a cabo a cabo un análisis sistemático de esa ya casi oceánica
literatura acerca de la teoría y usos sociales de la memoria colectiva con el objeto, por una
parte, de establecer desde una
perspectiva más crítica que informativa ( no estamos, pues, ante un tratado al
uso y mucho menos ante un ensayo), una redefinición de la noción de memoria
colectiva que incluye, además, un rápido repaso sobre los usos históricos de la
memoria colectiva, como también un análisis de los agentes y soportes que
intervienen en su construcción social.
Por otra parte, el autor ha
realizado desde esa clarificada noción de memoria colectiva , a su vez, un
análisis de algunos de los más destacados usos actuales de la memoria colectiva dentro y fuera de
nuestro país. A saber: combates por el pasado o guerras de la memoria de
importantes procesos históricos como las memorias colectivas del Holocausto,
del antifascismo aplicado a Italia, de la construcción y desmantelamiento del
modelo socialista en la URSS, de las dictaduras militares y la represión en el
Cono Sur latinoamericano, y de las variadas memorias sobre el colonialismo; y
análisis también de diversas memorias nacionales como la que se refiere al
intenso debate sobre la memoria histórica que se esta
desarrollando actualmente en España.
La
valoración crítica que, desde las coordenadas del materialismo histórico y la
tradición marxiana, realiza Erice del corpus teórico analizado le lleva a
defender una noción de memoria colectiva entendida no como la suma de memoria
individuales, sino como “narraciones” ideológicas construidas por los grupos sociales no sólo
para configurar su identidad, sino, sobre todo, para conseguir la hegemonía en
conflicto con otras agrupaciones sociales. Esto es: más allá de cualquier
perspectiva funcionalista, las memorias colectivas deben entenderse en el
contexto de los antagonismos y enfrentamientos sociales, de las prácticas de
poder y resistencia y, por tanto, en conexión con los referentes materiales y
como expresión cultural de los
conflictos económicos, políticos y sociales. De ahí que defienda también,
uniendo a Marx y Walter Benjamín, el saber y el sentir, una práctica de la
memoria colectiva por los grupos
subalternos, en la que la Historia
impregne la memoria colectiva.
Quizás le falte una mayor desarrollo teórico de su tesis básica: la
memoria colectiva como elemento de la ideología, y le sobre cierto abuso de la citas literales que
dificulta una lectura más ágil del texto, pero lo que nos parece fuera de toda
duda es que estamos ante una obra de referencia, imprescindible a partir de
ahora para entender la doble dimensión – científico-académica y cívico-
política- de la mal denominada “memoria
histórica”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario