viernes, 28 de diciembre de 2018


UNA HISTORIA COMPARADA DE LOS INDEPENDENTISMOS  CATALÁN Y ESCOCÉS                                
                                      Julio Antonio Vaquero iglesias
  Los acontecimientos ocurridos en Cataluña estos dos  últimos años han abierto un grave proceso al tratar los nacionalistas catalanes  de conseguir su independencia de España. De aquellos tres problemas a los que trató de dar solución sin éxito la II República: el militar, el religioso y el territorial, y la etapa democrática logró hacerlo con los dos primeros y puso las vías, con el Estado de las Autonomías, para conseguirlo con el tercero, el territorial, éste ha sido un fracaso como demuestran los últimos acontecimientos.  Porque  ha resurgido  ahora de nuevo poniendo en peligro nuestra integridad territorial constituyéndose, como ha podido comprobarse con las recientes elecciones andaluzas, en un grave  factor de inestabilidad para nuestro país.
  No es extraño, pues, dada la enjundia del tema y lo que nos jugamos con su desenlace que el independentismo catalán   haya  generado la publicación de   un sinnúmero de libros sobre estos graves hechos desde las distintas perspectivas desde las que se puede analizar: política, económica, histórica, jurídica, testimonial…. Y ahora con este libro, Catalanes y escoceses. Unión y Discordia (Madrid, Taurus, 2018).publicado en el último trimestre de este año,  desde una orientación histórica peculiar, la historia comparada.
Estamos, sin duda, ante un libro destacable no sólo por su brillante contenido, sino también por la valía como historiador de su autor. John H. Elliott, hispanista, Premio Príncipe de Asturias de Humanidades y profundo conocedor y pionero en el estudio  del inicio de la historia de catalanismo con aquella obra magistral que publicó en los años 60 y con la que comenzó su destacada obra de hispanista:   La rebelión de los catalanes ( 1963).
 Tras un minucioso y excelente análisis histórico de los dos movimientos independentistas  escocés y catalán, que le acredita como un consumado maestro en el marco  de la que es una de las notas distintivas de la historiografía británica, la historia comparada, Elliott nos muestra cómo ambos procesos, que siguieron caminos diferentes en contextos completamente distintos, resurgieron con gran virulencia e intensidad en las décadas de 1970 y 1980. Décadas en las que en ambos casos  surgió  un fuerte sentimiento de identidad de una parte importante de sus poblaciones, originando en uno y otro caso, movimientos separatistas más duraderos y persistentes que los que les habían precedido hasta tal punto que la posibilidad de su éxito, según nuestro hispanista, ha alcanzado ahora, como nunca había ocurrido en el proceso histórico anterior, visos de hacerse realidad.
 Tanto en uno como en otro caso, en Cataluña, primero, y en Escocia, después el nacionalismo radical se intensificó con la crisis del sistema bipartidista y la incapacidad de los gobernantes para solucionar los problemas de la globalización y la desigualdad social causada por la Gran Recesión. La independencia  les permitiría “de nuevo” ser los dueños de su casa, según su fantaseado  relato de “comunidades imaginadas”  y oprimidas.
     Sin duda, será interesante saber cuál es la recepción de este valioso libro en el mundo independentista catalán y escocés.   
       
 John  H Ellliott,Catalanes y Escoceses. Unión y Dicsordia. Taurus, 2018











John  H. Ellliott, Escoceses y catalanes. Unión y Discordia.  Taurus, 3018


viernes, 21 de diciembre de 2018









LA IDEOLOGIA DE VOX
                          Julio Antonio Vaquero Iglesias
Tras la eclosión de análisis de articulistas y  polítólogos ( como pomposamente se les denomina ahora a los comentaristas políticos) de  la ideología de Vox originados por su éxito electoral en las elecciones andaluzas seguimos sin saber, a mi entender, muy bien cuál es el contenido nuclear ideológico de sus propuestas y cuál es la razón que tras cinco años de existencia haya alcanzado ahora precisamente ese cierto ascenso electoral. Uno tiene la impresión tras la lectura de esos análisis que la mayoría de ellos adolece de una falta de referencia al núcleo esencial de donde nacen las propuestas programáticas del partido de la ultraderecha, núcleo que radica, sin duda, en  sus contenidos de política económica.
 Todos- o casi todos., por precisar- han puesto el énfasis en los aspectos que se refieren a sus propuestas en el terreno de lo simbólico: su xenofobia con los migrantes de origen musulmán o africano y asiático, su rechazo a las políticas de género (lo que ellos denominan como también los hacen con su secular tono misógino algunos de los sectores reaccionarios de nuestra jerarquía eclesiástica “la ideología de género”) o las peticiones o demandas del colectivo LGTBI. Además de su oposición a todo aquello que se refiere a la memoria histórica y, sobre todo, lo que algunos de nuestros politólogos han considerado como el factor decisivo para su expansión, su enemiga  al movimiento independentista catalán. Lo que ha sido, esto último, para algunos el verdadero desencadenante en este momento de su éxito en las elecciones andaluzas.
  Si nos fijamos bien son todos ellos factores que se refieren al rechazo de  las  demandas de la izquierda  en el campo de lo simbólico (que nadie piense que el que esto escribe  nos la crea necesarias y oportunas) esto es, rechazo a  la igualdad  de género, de sexo, o manifestaciones de xenofobia hacia minorías étnicas procedentes de las migraciones o su oposición sin tregua  de las actitudes independentistas en nombre de un centralismo caduco que es incompatible con cualquier modelo de descentralización. Esto es: la modernidad del Vox, que no es sino una escisión del PP, está en su reaccionarismo frente a las demandas que son hoy la base del catálogo de peticiones  de la izquierda posmoderna que, desgraciadamente, ha olvidado o ha puesto al mismo nivel la luchas simbólicas con la explotación económica y las luchas de clases consiguiente, sin tener en cuenta que la explotación económica que ha traído la desigualdad y pobreza de amplias capas de la población española es la raíz y el fundamento de todas esas otras discriminaciones.
 Creo que en los análisis de nuestros politólogos han fallado al no poner en jerarquía los factores que han originado la aparición y el despegue de Vox. Jerarquía cuya primacía no sería otra que la del factor económico, esto es,  la situación de explotación económica de grandes capas de la población con sus secuelas de desigualdad y pobreza que originó la salida selectiva y discriminatoria  que el PP propuso y dio a la Gran Recesión. Basta analizar con detenimiento las propuestas económicas del programa de Vox para darse cuenta de ello y de la naturaleza ideológica de aquéllas que es la de ser claramente reaccionarias e ir en contra de  los propios  intereses del sector de clases medias y populares que podían caer en la tentación de votarles. Un programa económico cuya medida principal es la rebaja sustancial de impuestos que proponen. Rebajas que en realidad a quien beneficiarían, sobre todo, sería a los ricos y cuyo efecto último no sería otro que tener que adelgazar aún más el Estado de bienestar en el que esas capas masacradas por la crisis necesitan  apoyarse  con mayor necesidad  hoy  para soportar mejor su depauperado estado actual  e intentar salir de la  penosa situación en que se encuentran.
( Publicado en las páginas de opinión de La Nueva España, de Oviedo)