viernes, 23 de diciembre de 2016

                                  LA PRIMERA OBRA DE CLARÍN
                                                          Julio Antonio Vaquero Iglesias

        




  La catalogación de los “papeles” de Clarín que está realizando su bisnieta, Ana Cristina Tolivar Alas, ha deparado en este año que se celebra el centenario de su muerte un importante hallazgo: la que puede considerarse como la primera obra conservada íntegra del autor de La Regenta. Escrita en 1867 cuando Leopoldo tenía 14 o 15 años, Tres en una es una comedia en un acto que representa muy bien la prolífica y precoz producción teatral que el entonces todavía Leopoldo Alas Ureña a secas produjo desde los 8  hasta los 22 años, y de la que no se  conservaba ninguna obra ni aun se tenía esperanza de hallar alguna. Porque, como confesó, con actitud autocrítica y tono irónico, a Benito Pérez Galdós, siendo ya Clarín, las numerosas obras dramáticas que había escrito hasta esa edad habían sido “todas herméticamente quemadas, como dijo el otro”.
              Editada recientemente por Ana Cristina Tolivar Alas y publicada por la Consejería de Educación y Cultura con una breve introducción de Jean-François Botrel, catedrático de la Universidad de Rennes, uno de los más profundos conocedores de la obra clariniana, y con  unas excelentes Notas Preliminares de su editora y transcriptora, Tres en una es una comedia  cuyo contenido remeda   El sí de las niñas de Moratín y bien podría titularse, como se apunta agudamente  en el estudio preliminar, El sí de los niños. Leopoldo A. U. como firma su obra, pone en solfa en ella los matrimonios impuestos o de conveniencia con el consabido argumento. Todo el enredo se resuelve finalmente a favor  del protagonista porque las tres mujeres con las que tratan de casarlo son la misma, que es, claro está, la elegida por él Y demuestra un precoz y buen manejo de la técnica teatral, en este caso la regla de oro del teatro neoclásico: unidad de tiempo, lugar y acción.
La obra está escrita para ser representada en la cocina o el comedor de la casa para un público de familiares, criados y convecinos por la compañía de teatro casero que dirigía Leopoldo. Como sabemos, el teatro era una de las prácticas habituales de ocupación del ocio y ejercicio de la sociabilidad  entre la burguesía y clase media ovetense de la época y lo que hacen Leopoldo y sus amigos no es sino una reproducción de esa práctica social de los adultos. Conocemos por el manuscrito, incluso, los actores de la obra. Son todos ellos sus amigos y condiscípulos del Instituto de Segunda Enseñanza de Oviedo ( hoy IES “Alfonso II”). Además de autor y director, Alas encarnó al protagonista Tomás y los otros papeles los representan nada menos que Armando Palacio Valdés, Anselmo González del Valle, Adolfo Álvarez- Buylla y  un desconocido Real. Sin duda, un elenco de lujo, todos ellos  con un futuro brillante, pero ninguno en la actividad teatral. Ni siquiera Clarín que, como estamos viendo, inició su vocación literaria con este género y el arte escénico ejerció siempre sobre él, como dice su bisnieta, una atracción fatal que culminó en su fracasada incursión en el teatro profesional con Doña Berta.

  No estamos con Tres en una  ante una obra de adolescencia cuya importancia quede reducida a ser  algo así como un dato erudito  más de la biografía literaria de Clarín. Su importancia  está en que, como suele ocurrir en  todas las primeras obras, presenta un componente autobiográfico muy  significativo e interesante. Esas referencias autobiográficas que aparecen en el texto  prefiguran  en el Leopoldo A. U. que lo firma, algunos de los más importantes  rasgos de la biografía literaria e intelectual del Clarín posterior,  autor ya reconocido en vida y hoy  un clásico moderno de nuestro tiempo.

            Como el propio Leopoldo Alas, quien en su adolescencia, unos años después de escribir Tres en uno, comenzó a traducir las obras completas de Racine y mostró su inclinación por la traducción realizando ya al final de su vida la de la obra de Zola, Trabajo, Tomás, el protagonista, se dedica a traducir obras francesas y demuestra con sus referencias que el autor era ya a esa edad un gran enamorado y buen conocedor de la cultura francesa.
            También su personaje Tomás, como después lo iba a hacer Clarín escribiendo miles de artículos, se dedica al periodismo como gacetillero de El Neutral. Y el autor ya pone en su boca la crítica de la falta de preparación de los periodistas de la época que ocultan su ignorancia escondiéndose bajo seudónimo. Crítica en la que, posteriormente, Clarín insistiría en algunos de sus artículos periodísticos, reclamando un periodismo de calidad, difusor de cultura e instrumento de educación.
            Como arquetipos que son, los trazos con que define a los personajes de Tres en una dejan entrever la propia actitud política del adolescente Leopoldo. Escrita en el contexto de la convulsión revolucionaria de la “Gloriosa”, se burla del criptocarlista capitán don Eleuterio por su inclinación por la fuerza bruta. Y don Claudio, director del periódico en que trabaja el protagonista, El Neutral, que alude a El Imparcial, periódico gubernamental y dinástico,  tampoco sale bien parado. Lo cierto es que el Clarín posterior escribiría en él, pero en honor a sus arraigadas convicciones republicanas y democráticas sólo artículos culturales. Seguidor del partido republicano posibilista de Castelar y furibundo debelador del régimen canovista, ni siquiera imitó a su líder cuando, a partir de 1890, con el sufragio universal y el jurado reconocidos, éste se integró en el sistema político dinástico incorporándose él y su partido en el Partido Liberal.
            
Las referencias religiosas, como bien ha visto la editora y autora del estudio introductorio, son numerosas. Comienzan con el propio título y aparecen a lo largo de toda la obra. Hay en ellas un componente de crítica de la religión tradicional evidente. La parodia del sermón sobre el infierno es, sin duda, la más graciosa y llamativa.  Y ésa es también una tendencia que va a perdurar en el  Clarín maduro. Como buen republicano, Leopoldo Alas va a mantener esa actitud anticlerical a lo largo de su vida. Partidario de la secularización del Estado, pero no de la sociedad, realizó en alguno de sus artículos una crítica profunda al artículo 11º de la Constitución canovista de 1876, que, pretendiendo reconocer la tolerancia religiosa como concesión a los demócratas del sexenio que se integrasen en el régimen, establecía en realidad la confesionalidad del Estado. Lo que no es contradictorio con la asunción de una religión personal, íntima, de raíz eminentemente krausista, que ya en el joven Leopoldo va a adoptar una expresión de profunda espiritualidad, casi mística.

            En fin, parece  claro que en el Leopoldo A. U de Tres en una está ya presente en potencia el Clarín brillante novelista, cuentista, articulista y crítico literario; el escritor ingenioso, culto, mordaz e hipercrítico. Pero, sobre todo, en esta obra de adolescente se vislumbra ya a Leopoldo Alas Ureña, el intelectual de clase media, republicano demócrata y librepensador que fue el autor de La Regenta.
(PUBLICADO EN EL SUPLEMENTO CULTURAL DE "lA NUEVA ESPAÑA"

viernes, 16 de diciembre de 2016

 EN TORNO AL ORIGEN DEL PRINCIPADO DE ASTURIAS


                                                    Julio Antonio Vaquero Iglesias

sALA CAPITULAR DE LA CATEDRAL DE OVIEDO DONDE SE REUNÍA LA JUNTA CENTRAL



Se recogen en este libro, Los orígenes del Principado de Asturias y de la Junta General  (Junta General del Principado, 1998), las actas del congreso que sobre el origen del Principado de Asturias y la Junta General se celebró en 1988  con motivo de la conmemoración del VI centenario de su creación. Diez años de retraso en su publicación son, sin duda, muchos años, pero no parece que en ese lapso la investigación histórica  haya añadido nada sustancial a lo que  aportan las ponencias aquí recogidas, la mayor parte de las cuales permanecían todavía inéditas. 
Precedidas de un prólogo del entonces Presidente de la Junta General del Principado, Ovidio Sánchez, y de la presentación del director del congreso y catedrático de Historia Medieval de la Universidad de Oviedo, Ignacio Ruiz de la Peña, estas comunicaciones no se limitan al estudio del hecho concreto de los orígenes del Principado de Asturias, sino que se tratan éstos en un amplio contexto histórico que va desde el análisis las coordenadas  políticas de la Castilla bajo-medieval hasta el de los otros principados y estados regionales de la baja Edad Media hispánica y europea, pasando por el de las vicisitudes históricas que atravesó la titularidad del Principado durante el siglo XV. De igual modo, la creación y cristalización  de la Junta General del Principado se analiza en el marco de los otros parlamentos, juntas y hermandades bajo-medievales que se desarrollaron en el ámbito hispánico.
            Por incidir de manera directa en la creación de las dos instituciones medievales asturianas, los dos trabajos nucleares  de estas actas son la conferencia que pronunció el medievalista Luis Suárez Fernández  en el acto de apertura del congreso, En torno a los orígenes del Principado de Asturias, y la ponencia de Ignacio Ruiz de la Peña sobre  Aproximación a los orígenes del Principado de Asturias y de la Junta General.
            Estos dos trabajos, matizados y desarrollados en gran medida por  otras de las ponencias recogidas aquí, dan cumplida respuesta a  las  preguntas claves que los historiadores se han venido haciendo sobre estas instituciones: ¿cuál fue  la naturaleza jurídico-pública del Principado? ¿Cuáles fueron las causas que confluyeron para su creación? ¿ Por qué fue Asturias la región elegida? ¿ Qué  vinculación existió  entre el Principado y la Junta?
            El Principado no fue en su origen un mero título de preeminencia con el que nacía el heredero de la Corona de Castilla, sino que  comportaba para éste  la titularidad de un señorío jurisdiccional que comprendía toda la región asturiana y de tal título recibía la investidura en un acto concreto y en un momento determinado de su vida. El Principado era, pues, un señorío perteneciente a las tierras de realengo, que revertía a la Corona y a ella competía su jurisdicción  directa  cuando no existía titular del mismo. Su titularidad sancionaba, pues, de manera firme quién era el heredero de la Corona y permitía a éste practicarse en el arte de gobierno antes de acceder al trono, además  de procurarle las rentas necesarias para mantener su Casa de acuerdo con su condición de cabeza del orden nobiliario.
            Esa configuración institucional del Principado se explica dentro de un proceso histórico más amplio que afecta no sólo al reino castellano sino a los otros reinos hispánicos y, en general, a todo el occidente cristiano medieval: el del enfrentamiento entre la monarquía y nobleza; enfrentamiento  que terminó con el  final aparentemente paradójico  del triunfo de ambas, y del que, para el caso castellano,  realiza una buena síntesis el trabajo que aquí presenta  Emilio Mitre. La victoria final de la monarquía en esa pugna, plasmada en el aumento de su poder político, fue compatible, en efecto, con la continuación del poder económico-social de la nobleza, que se materializó en la acentuación de la señorialización derivada de tal enfrentamiento, y fue sancionado definitivamente con la institución del mayorazgo. Como  se puede comprobar en las correspondientes ponencias, el Principado es el equivalente en la Corona castellana del Delfinado francés, del Principado de Gales, pero también del Ducado y Principado  de Gerona, en la Corona de Aragón. Todos estos señoríos de realengo, vinculados al príncipe heredero, expresan claramente, a través de la configuración institucional mencionada, la decidida finalidad de robustecer el poder de la monarquía.
            Pero esta primera respuesta no responde  a aquella otra pregunta  que ya don  Juan Uría Ríu se hizo al comenzar a bucear en los  orígenes del Principado: ¿ Por qué fue Asturias la tierra escogida  para su creación?                            
            Primero, como se demuestra en la ponencia colectiva presentada por los profesores del Área de Historia Medieval de la Universidad de Oviedo, excelente y completa radiografía sobre la Asturias de 1388, está el hecho de  ser Asturias una región percibida en la época como una región con  una identidad  claramente diferenciada dentro del reino castellano, tanto por su pasado histórico como núcleo seminal de éste, como por su individualización geográfica, cuya expresión formal fue hasta la creación del Principado, su mayor o menor, según los momentos,  individualización dentro del marco político-administrativo de los reinos leonés y castellano. Pero, dadas las causas de fondo que mueven el proceso histórico en el que, como hemos visto, se inserta el origen del Principado, no parece ser ésa la causa fundamental de la elección de Asturias para su creación.   
            La razón principal de esa elección está,  precisamente, como se explica y desarrolla en varias de las ponencias, en el hecho  de ser Asturias uno de los escenarios principales de la lucha entre la nobleza y monarquía a partir del conflicto sucesorio entre Enrique de Trastámara y Pedro I, conflicto cuyo resultado  va a ser la entronización en Castilla de  la dinastía Trastámara. El importante señorío asturiano de  Rodrigo Álvarez de las Asturias, heredado por el bastardo real don Enrique, será desde entonces la plataforma del  enfrentamiento con su hermano como también la del conflicto del hijo bastardo de éste último, el conde don Alfonso, contra su hermano Juan I y su sobrino, el que fue primer Príncipe de Asturias y después reinaría como Enrique III. De esas luchas se derivó la decisiva importancia que alcanzó dentro del Principado la familia de los Quiñones cuyos sucesivos titulares intervinieron como  protagonistas de primer orden en los conflictos entre la nobleza y la monarquía en el reinado  de Enrique IV y en el pleito sucesorio de éste con sus hermanastros Alfonso e Isabel.
             La vinculación del territorio asturiano a la Corona a través del Principado  para anular de ese modo aquel recurrente foco de revueltas nobiliarias fue, pues, una de las motivaciones principales, como así se reconoce incluso en alguno de los textos fundacionales, para que  Juan I eligiese Asturias, en 1388, como base territorial del Principado, y Juan  II lo confirmase en 1444. La hábil política seguida por la que después fue Isabel I como Princesa de Asturias respecto a los Quiñones, según el claro y significativo análisis que  de ello se realiza en la ponencia de María Isabel del Val Valdivielso, va a culminar definitivamente cuando aquélla acceda al trono castellano con la recuperación definitiva para el realengo del territorio asturiano.
            Finalmente, y aunque sea el tema menos desarrollado en el congreso y no se haya aportado nada nuevo en él sobre los oscuros orígenes y  precedentes de  la Junta General, sí parece  claro, según  se desprende de la ponencia de Ignacio Ruiz de la Peña, el avance decisivo que supuso la creación del Principado para el establecimiento definitivo de la Junta General como órgano de representación de la región (más ajustado a la realidad histórica sería decir, de los intereses de determinados sectores sociales) ante la Corona. Se palió, así, en cierto modo,  su  falta de representación en las Cortes. Cortes que durante el siglo XV, en contra de la interpretación historiográfica  tradicional y según la revisión que hace Julio Valdeón en su excelente ponencia, desempeñaron un papel importante en la gobernación del Reino. En definitiva, la creación del Principado fue el factor  impulsor de  la  aparición del modo específico de  articulación política de Asturias dentro de la Corona de Castilla y, posteriormente, en la Monarquía española.
 ( PUBLICADO  EN EL SUPLEMENTO CULTURAL DE LA NUEVA ESPAÑA, DE OVIEDO)

















   

lunes, 12 de diciembre de 2016

Presentacion de El angel caído en Sermana Negra de Gijon

              PRESENTACION DE EL ANGEL CAÍDO EN LA SEMANA NEGRA
                                                        JJULIO ANTONIO VAQUERO






QUIERO COMENZAR ESTA PRESENTAIÓN EXPLICANDO RL ORIGEN DE ESTE LIBRO. ¿ POR QUÉ UN HISTORIADOR ASTURIANO  COMO  ES MI CASO  QUE  SE HA DEDICADO SOBRE TODO A LA INVESTIGACION DE ASPECTOS SOCIALES  E IDEOLÓGICOS DE LA HISTORIA DE HISTORIA DE ASTURIAS CONTEMPORÁNEA, HA ESCRITO ESTE LIBRO SOBRE EL REVOLUCIONARIO CUBANO  JULIO ANTONIO MELLA? LA RESPUESTA A ESA PREGUNTA  EXPLICA  EN GRAN MEDIDA EL CONTENIDO Y LA FORMA DE ESTE LIBRO

  MI NOMBRE DE PILA ES JULIO ANTONIO  EN HONOR DE JULIO ANTONIO MELLA, Mi PADRE, GALLEGO DE ORIGEN FUE EMIGRANTE A CUANDO EN LOS AÑOS VEINTE Y EJERCIÓ DE TRANVIARIO Y ALLI EN EL CONTEXTO DE LAS LUCHAS SINDICALES CONOCIÓ A JULIO ANTONIO MELLA. ESE HECHO YO LO CONOCI AL FINAL DE LA VIDA DE MI PADRE Y ESO DETERMINÓ MI INTERÉS POR EL PERSONAJE. PRONTO FUE CONSICIENTE  LAS BIOGRAFÍAS ESCRITAS EN LA  CUBA CASTRISTA QUE CONVERTIÓ AL REVOLUCIONARIO EN UNA DE SUS FUEENTES IDEDLÓGICAS ERAN PARCIALES O PRESENTABAN UN SESGO HAGIOGRAFICO Y NO TRATABAN LOS PUNTOS OSCUROS DE SU BIOGRAFÍA COMO SU SEPARACIÓN DEL PARTIDO COMUNISTA CUBANO O SU RELACIÓN EN EL FINAL DE SU VIDA CON TINA MODOTTI. ERA NECESARIA UNA BIOGRAFÍA ACADÉMICA BIEN CONTEXTUALIZADA SOBRE JULIO ANTONIO MELLA Y HACIA ESE OBJETIVO DIRIGIÍ MI INVESTIGACIÓN SOBRE MELLA. PERO EN LOS AÑOS NOVENTA UNA HISTORIADORA ALEMANA, CHRISTINA HASTKY PUBLICÓ UNA BIOGRAFIA QUE CUMPLIA ESOS OBJETIVOS. PERO ERA UNA BIOGRAFIA ESCRITA CON REGISTRO ACAD-EMICO Y CON UNA ESTRUCTURA COMPLICADA  Y DE DIFÍCIL LECTURA. SEGUÍA A  TENIENDO SENTIDO REALIZAR UNA BIOGRAFÍA QUE DIESE UNA VISIÓN TOTAL Y ARTICULADA DE SU ACTIVIDAD REVOLUCIONARIA, SU PENSAMIENTO ANTIIMPERIALISTA  Y VIDA PEERSONAL.
ESE OBJETIVO HA SIDO EL QUE HA TRATADO DE CUMPLIR ESTA BIOGRAFÍA PRESENTÁNDOLA COMO UNA AUTOBIOGRAFÍA APÓCRIFA, ESTO ES, ESCRITA EN PRIMERA PERSONA Y ELIMINANDO TODO EL APARATO ERUDITO DE UNA VISIÓN ACADÉMICA. EN NINGÚN MOMENTO HE TRATADO DE ESCRIBIR UNA BIOGRAFIA NOVELADA DE MELLA, SINO BIOGRAFÍA HISTÓRICA Y SÓLO EN DETERMINADAS Y CONCRETAS  OCASIONES  Y PARA DETERMINDAS SITUACIONES OSCURAS ME HE ATREVIDO A PONER EN SU BOCA Y EN  SU PENSAMIENTO REFERIRME A MOTIVACIONES  Y SENTIMIENTOS DE MELLA DE LOS QUE NO TENIAMOS DOCUMENTOS O FUENTES QUE NOS LO PERMITIESEN CONOCERLOS CON CLARIDAD
  DE MELLA   HA  DICHO CON RAZÓN   FIDEL CASTRO QUE POCAS PERSONAJES HISTÓRICOS HAN HECHO TANTO EN TAN POCO TIEMPO. SU INTENSA ACTIVIDAD REVOLUCIONARIA Y SU FECUNDO E IMPORTANTE PENSAMIENTO POLÍTICO SE REALIZA EN SENTIDO ESTRICTO DESDE SU ENTRADA EN LA UNIVERSAD DE LA HABANA CONVIRTIENDOSE EN EL LÍDER DE LA REFORMA UNIVERSITARIA  EN 1921 Y SU ASESINATO EN CIUDAD DE MEÉXICO EN ENERO DE 1929. SON SEIS AÑOS DE ACTIVAD FRENÉTICA Y FRUCTÍFERA QUE LE CONVIRTIERON EN UN LÍDER ANTIMPERIALISTA NO SÓLO RECONOCIDO EN LATINOAMERICA, SINO A NIVEL DEL MOVIMIENTO COMUNISTA INTERNACIONAL ELABORANDO UN PENSAMIENTO ANTIIMPERIALISTA PARA AMÉRICA LATINA QUE ES CON EL DE MARIÁTIGUI  EL MÁS PROFUNDO DE TODOS LOS ELABORADAS EN AMÉRICA LATINA
  HAY TRES ASPECTOS DE LA BIOGRAFIA DE MELLA QUE QUIERO TRATAR BREVEMENTE:
¡º) SU ORIGEN FAMILIAR;2º)  SU CONDICIÓN DE LÍDER DE LA REFORMA UNIVERSITARIA EN LA UNIVERSIDAD DE  LA HABANA Y 3º) SU PENSAMIENTO ANTIIMPERIALISTA 
1º) MELLA ES HIJO ILEGÍTIMO DE NICANOR  UN SASTRE DOMINICANO, CASADO E   INSTALADO EN LA HABANA Y DE CECILIA MACPARTLAND Y DE, UNA JOVEN NEOYORQUINA DE ORIGEN IRLANDÉS QUE CONOCE EN UNO SUS VIAJES A LA CIUDAD NORTEAMERICANA Y  A LA QUE PONE CASA EN LA HABANA Y DE LA QUE VA TENER DOS HIJOS JULIO ANTONIO Y CECILIO. JULIO ANTONIO NO VA ACEPTAR ESA CONDICIÓN SUBORDINADA DE HIJO ILEGITIMO Y VA A SER UN NIÑO REBELDE Y DE FUERTE CARÁCTER, SOBR TODO CUANDO POR LA VUELTA DE SU MADRE A ESTADOS UNIDOS PASA A VIVIR A LA CASA DE SU PADRE Y TIENE QUE ENFRENTARSE A SUS HERMANASTROS  POR OTRA ARTE, JULIO ANTONIO MELLA ES NIETO DE RAMON MELLA, UN GENERAL DOMINACANO QUE DESTACÓ  EN LAS LUCAHS DE INDEPENDENCIA CONTRA ESPAÑA. MELLA ESCUCHA EN LAS TERTULIAS DE LA SASTERIA DE SU PADRE A DESTACADOS LIÍDERES NACIONALSITAS CUBANOS HABLAR CONTRA EL DOMINIO NORTEARMERICANO EN LA NEOCOLONIA Y VA SEDIMENTANDO UN PENSAMIENTO NACIONALISTA REVOLUCIONARIO ANTINORTEARICANO .
2º) MELLA SE CONVIERTE EN EL LÍDER INDISCUTIBLE DE LA REFORMA UNIVERSITARIA CUBANA  LOS OBJETIVOS NO ERAN SOLO ACABAR CON LOS MALOS PROFESORES, LA CORRUPCIÓN EN LA UNIVERSIDAD Y LA PARTICIPACIÓN ACTIVA DE LOS ESTUDIANTES EN LA GESTIÓN DE LA UNIVERISAD, SINO QUE VA MÁS ALLÁ Y DEFIENDE, EN UNIÓN CON EL GRUPO MARXISTA RENOVACIÓN, EL DERECHJO DE TODOS LOS CUBANOS A RECIBIR EDUCACIÓN Y LA RESPONSABILIDAD SOCIAL Y MORAL DE LOS UNIVERSITARIOS  DE TRANMITIR  A LA POBLACIÓN TRABAJADORA SUS CONOCIMIENTOS  CON EL OBJETO DE CONSTRUIR UNA SOCIEDAD SIN EX`PLOTACIÓN LO  QUE SIGNIFICABA ACABAR EON EL DOMINO NORTEAMERICANO NO SÓLO EN CUBA SINO EN TODO EL CONTINENTE.
MELLA NO SOLO PARTICIPA ACTIVAMENTE EN LA CONSTITUCIÓN DE TODOS INSTRUMENTOS PARA LLEVAR A CABO ESA REFORMA; LA FUNDACIÓN DE FEU, EL CONGRESO DE ESTUDIANTES DELA UNIVERSIDAD E INSTITUTOS, LA DECLARACION DE DERECHOS Y DEBERES DE LOS ESTUDIANTES, LA CREACIÓN DE LA UNIVEERSIDAD POPULAR “JOSÉ MARTI” PARA OBREROS  Y ES EL IMPULSOR  DE LAS REVISTAS UNIVERSITARIAS “ALMA MATER” Y “JUVENTUD”. LA REFORMA UNIVESITARIA LE LLEVA A ENTRA EN CONTACTO CON LAS ORGANIZACIONES OBRERAS QUE ESTABAN EN FASE DE CONSITITUCIÓN EN AQUELLOS AÑOS EN LA HABANA Y TERMINA AFILIANDOSE A LA AGRUPACIÓN COMUNISTA DE LA HABANA, A LA VEZ QUE POR SU CONOCMIENTO DEL INGLES LEE A MARX,ENGELS Y LENIN Y TIENE UNA PARTICIPACIÓN DECISIVA EN LA FUNDACION DE PARTIDO COMUNISTA CUBANO AFILIADO A LA INTERANCIONAL COMUNISTA, LA REPRESIÓN DE GERARDO MACHADO LE LLEVA A LA CARCEL Y PROTAGONIZA UNA HUELGA DE HAMBRE DE 18 DÍAS QUE ES LA CAUSA DE SU EXPULSIÓN TEMPORAL DEL PCC. MELLA Y DE SU HUÍDA POSTERIOR A MÉXICO.
3º) LAS DOS FUENTES DEL PENSAMIENTO ANTIMPERIALSISTA DE MELLA SON EL NACIONALISMO REVOLUCIONARIO DE JOSÉ MARTI Y EL PENSAMIENTO ANTIMPERIASLISTA DE LENÍN. CONCRETAMENTE, EL IMPERIALISMO COMO FASE SUPERIOR DEL CAPITALISMO. PARA MELLA, SIGUIENDO A LENIN, EN LA NUEVA FASE  IMPERIALISTA DEL CAPITALISMO EN AMÉRICA LATINA EL CAPITAL YA NO TRATA DE OCUPAR LOS TERRITORIOS, SINO DE EXPLOTARLOS ECONOMICAMENTE CON EL CONTROL DE LA BURGUESIA NACIONAL  QUE ÚGESTIONA LOS INTERESES DE LOS NORTEAMERICANOS Y QUE DEFOEMDE UN ANACIONALISMO CONSERVADOR COMO OCURRE EN EL CASO DE CUBA.
. MELLA, EN CAMBIO, EN LA TRADICIÓN DE MARTI, CONSIDERA QUE EL NACIONALISMO DEBEÍA DE SER REVOLUCIONARIO Y ANTIIMPERIALISTA Y  QUE SU OBJETIVO SEGÚN EL MARXISMO LENININISMO DEBÍA DE SER NO SOLO PONER FIN AL DOMINO DEL AGUILA CON GARRAS SOBRE CUBA , SINO TAMBIEN LLEVAR A A CABO Y ESTABLECER UNA SOCIEDAD SOCIALISTA. Y QUE ESA LUCHA ANTIMPERILISTA DEBÍA DE LLEVARSE A CABO EN TODA AMÉRICA LATINA. LA ESTRATEGIA  PARA LLEVAR A CABO ESOS OJETETIVOS DEBÍA ADAPTARSE A LAS CONDICIONES ESPECIFÍCAS DEL CONTINENTE AMERICANO. HABÍA QUE ESTABLECER UN FRENTE ÚNICO  CON LOS TRABAJADORES, CAMPESINOS, ESTUDIANTES Y BURGUESÍA PROGRESISTA, PDFO SIN PERMITIR QUE EL PARTIDO COUMINSTA PERDIESE SU IDENTIDAD Y CONTROL DE LA LUCHA. ESE PLANTEAMIENTO PERSONAL LE CAUSÓ ENORMES PROBLEMAS DENTRO DEL PCM  Y CON EL STALINISMO CUANDO EN EL VI CONGRESO SE ESTABLECIÓ LA TACETICA DE “CLASE CONTRA CLASE” QUE IMPEDÍA ESA ALIANZA DE CLASE. PERO MELLA LO MANTJUVO SU CRITERIO CON SU INTENTO FRACASADO DE INVADIR CUBA CON LA ANERC. DEL MISMO MODO QUE SU POSTURA DE NO ACEPTAR LA BUROCRATIZACIÓN Y EL CENTRALISMO RÍGIDO DE LA INTERNACIONAL STALINISTA LE CAUSÓ MUCHOS PROBLEMAS DENTRO DEL PCM, QUE SIGINIFICÓ SU RUPTURA  TEMPORAL CON EL PARTIDO COMUNISTA MEXICANO.

 TODA SU IMPORTATE  LABOR ANTIIMPERISTA EN MÉXICO,DENTRO DEL PCM- FUE COHERENTE CON ESE PENSAMIENTO IMPERIALISTA: SU INTENTOS DE ACABAR CON GERARDO MACHADO, SU LUCHA CONTRA EL PANAMERICANISMO, SU PARTICIPACION EN LA COHFERRENCIA ANTIMPELISTA DE BRUSELAS, SU APOYO A LOS MOVMIENTOS ANTINORTEARICANOS EN AMÉRICA LATINA CON FUE SU APOYO A SANDINO Y SU LUCHA CONTRA EL ANTIMPERRIALISMO REFORMISTA DE HAYA DE LA TORRE EN PERÚ
( Texto de la presentación de El ángel caído. Autobiografía apócrifa de Julio Antonio Mella) en la SEMANA NEGRA DE GIJÓN de 2015)

lunes, 5 de diciembre de 2016

       FIDEL CASTRO, LÍDER  ANTIAMPERIALISTA MUNDIAL
    



                                     JULIO ANTONIO VAQUERO IGLESIAS









  En el verano del 1992 asistí en La Habana a un macro congreso sobre Educación denominado PEDAGOGÍA 92. Éramos más  de 2000  profesores   precedentes de casi todos los países latinoamericanos  y de España. En la sesión inaugural, celebrada en el Teatro  Karl Marx en el centro de La Habana,  se presentó de improviso Fidel Castro a  presidir  la apertura de las sesiones de trabajo. Sólo su presencia, pero también el contenido de su  discurso sobre la decisiva importancia que tenía para el continente el desarrollo de una educación progresista produjo, antes y después, una de las aclamaciones más intensa y entusiasta que yo he presenciado jamás. Para mí aquel acto fue más revelador  sobre lo que simbolizaba Castro y la Revolución Cubana para  amplias capas  de las clases populares y medias de las poblaciones de las naciones latinoamericanas, que todas mis lecturas sobre la Revolución Cubana.
 Fidel representaba para esos sectores  el líder que había introducido  la educación y la sanidad  universales en su país, que trataba de convertir Cuba  frente al águila imperial norteamericana en una  verdadera nación autónoma e independiente, tras haber puesto fin  al régimen neocolonial que había impuesto Estados Unidos sobre la isla,  venciendo para ello a Batista, el  dictador de paja que representaba los intereses del gobierno norteamericano y los del  sector vicario  de las clases medias urbanas que se beneficiaban de esa dependencia. Y  había conseguido, además, resistir numantinamente  el asedio económico y la guerra sucia  que organizaba, dirigía y pagaba la CIA contra Cuba.   Pero  Fidel y la Revolución Cubana no  eran sólo un símbolo en esos sentidos para importantes sectores de las clases medias y populares de muchos países latinoamericanos, sino también porque  la Cuba castrista se había convertido además en un animador y en un  apoyo directo para aquellos movimientos que en muchos países latinoamericanos querían acabar con la dependencia económica y subordinación política  del Imperio norteamericano que padecían. Porque éste no  sólo consideraba Centroamérica y el Caribe como su “patrio trasero”, sino también el resto del continente latinoamericano.
     La fuente de esa visión antiimperialista  que fue el rasgo dominante de  la concepción y práctica políticas de Fidel no sólo fueron los movimientos antiimperialistas latinoamericanos de los años 30 y 40 en México, Argentina o Brasil y otros países de la región, sino  también, y sobre todo,  ese antiimperialismo  hundía  su raíces  en el propio origen de  la nación cubana. La dependencia de Estados Unidos, cuyo peligro ya vio en el horizonte el propio Martí, provocó desde los inicios  en importantes sectores de las clases medias y populares cubanas una reacción nacionalista y antiimperialista que, sobre todo, tomó cuerpo y pensamiento  en un sector del  movimiento estudiantil cubano de los años 20 liderado por el que fue, además de un activo revolucionario comunista, el más importante teórico del antiimperialismo en América Latina, Julio Antonio Mella, para el que, como siempre defendió Castro después, Cuba no podría ser una nación verdaderamente libre sí no acababa con el neocolonialismo que sufría la emergente nación cubana y para ello era también  condición necesaria  luchar para poner fin al domino imperial que ejercían los norteamericanos sobre  el continente. Sin duda, a través de la influencia del pensamiento de Mella y de aquel sector izquierdista  del movimiento estudiantil cubano, el antimperialismo formó parte de los  genes político-ideológicos de  Castro: un verdadero nacionalismo debería de ser por necesidad  antiimperialista y debería ser sujeto activo en la promoción de  la solidaridad internacional.
   Para Castro, pues, ese antimperialismo tenía también una dimensión mundial y fueron sus proyectos y actividades internacionales  en ese campo  los  que le convirtieron en un verdadero estadista a nivel mundial. A la vez que aumentaron su popularidad entre el pueblo cubano Dado el alto prestigio que el líder cubano había alcanzado con su participación en el Movimiento de los  Países No Alineados, La Habana  fie elegida  en 1979, como sede de ese Movimiento y Castro nombrado presidente del mismo por un  período de cuatro años, manteniendo una política  de ayuda, militar, cultural y sanitaria a las rebeliones nacionalistas anticoloniales del Tercer Mundo y a los nuevos países que surgían de ellas como fue el caso del apoyo prestado a las tres naciones que surgieron de  la descomposición del imperio colonial portugués tras el golpe militar de 1974 o el que dio a las  revoluciones  en marcha en América Latina como lo hizo  con la revolución nicaragüense.   
Sin duda, sin tener en cuenta esa dimensión antiimperialista de la ideología y la práctica política de Fidel Castro, como ocurre en la mayoría  de  los balances de corto vuelo sobre su figura  que se están publicando con motivo de su fallecimiento, no es posible comprender el verdadero significado de  la obra del que fue una de los grandes líderes políticos del siglo XX.

( PUBLICADO EN LAS PÁGTNAS DEOPINIÓN DE LA NUEVA ESPAÑA, DE OVIEDO)

miércoles, 30 de noviembre de 2016

GENEALOGÍA DE LA DESIGUALDAD ACTUAL
                                         JULIO ANTONIO VAQUERO IGLESIIAS








Al contrario de aquellos historiadores y economistas que  consideran que la desigualdad ha existido siempre y responde a una fórmula invariable, esto es, que no tiene historia, como es el caso de Piketty en su famosa obra El capital en el siglo XXI , este imprescindible libro de Gonzalo Pontón, parte de un principio diferente: la desigualdad actual tiene historia y sólo comprendiendo su genealogía podemos entender su verdadera naturaleza y poner hoy los remedios adecuados para darle soluciones, esto es, es necesario saber cuándo, dónde y por qué se dieron los procesos materiales políticos e intelectuales que pusieron las bases para llegar a la situación de desigualdad que vive hoy el mundo.
     Esos son los objetivos y planteamiento que el autor ha tratado de desarrollar, en este su primer libro con un excelente resultado. Para comprender el elevado nivel de esta “opera prima” no se debe olvidar que  el autor ha  volcado en ella si no su experiencia como historiador, sí su bagaje como editor especializado en la edición de libros de historia. Pontón ha sido uno de los más importantes  editores de este país desde los años setenta con su editorial Crítica y después en Pasado/Presente (siempre con el  apoyo y asesoría del que  es uno de nuestros mejores historiadores actuales  Josep Fontana, autor además del excelente prólogo  del libro), editoriales a las que tanto debemos todos los profesionales y  amantes de la historia en España y América.
 El cuándo es el ilustrado  siglo XVIII en el que una clase social desgajada de las que formaban el tercer estamento del  Antiguo Régimen, la burguesía, al socaire de un pronunciado incremento demográfico protagoniza un desarrollo de  las fuerzas materiales dando origen a una nueva fase del capitalismo  y a una nueva sociedad  que tiene su fundamento en  una nueva   desigualdad, a  la vez que se desarrollan unos nuevos procesos intelectuales ( lo que conocemos como Ilustración) que son  expresión también de esa desigualdad a la que dan cobertura y  legitimación. El dónde es lo que el autor  denomina como “mundo occidental” que abarca lo que hoy denominamos Europa occidental, pero incluyendo también todo el ámbito americano.
     En la primera parte del libro se hace un brillante y claro análisis de los procesos económicos, sociales y políticos del setecientos  europeo y americano demostrando cómo el sistema económico emergente fue creando una nueva y aguda desigualdad social que se manifestó en un siglo surcado por numerosas y difundidas protestas de las clases subalternas. Desde las algaradas y revueltas a causa de las crisis de subsistencias y la consiguiente elevación del precio del pan, de  las demandas de subidas de salarios y mejora de las condiciones de trabajo hasta la Revolución en Francia al final del siglo, pasando por los motines prepolíticos que jalonaron también toda la centuria. Protestas todas ellas fundamentadas  en el concepto de “economía moral” que acuñó el historiador británico Thompson como alternativa al de la “economía  de mercado”, esto es, el pacto no escrito, pero sacralizado en las conciencia de los actores por el que las clases subalternas aceptaban las imposiciones feudales a cambio de los señores les garantizaran el derecho a la vida y la reproducción.
   Pero es en la segunda parte ( quizás la más brillante  de las dos y ,sin duda, la más novedosa para los  lectores no especialistas) en la que  a través del análisis de los niveles de alfabetización, de las transformaciones educativas y del discurso sobre la educación que desarrollaron los más destacados ilustrados europeos, de los usos y modelos culturales que se desarrollaron en el siglo, de la producción de libros y del discurso y  la utilización de la razón por los ilustrados, llega a conclusiones que no sólo limitan  y ponen en duda los efectos igualitarios del proceso intelectual que se desarrolló durante la centuria, sino que  niega  hasta la existencia del mismo movimiento de la Ilustración     
 Los pensadores ilustrados, como deduce el autor de esos análisis, no sólo defendieron la desigualdad de educación entre las clases subalternas y las élites como lo constatan las diferencias de los niveles de alfabetización entre ellas o los escasos resultados institucionales en el desarrollo de la educación. Como tampoco las élites quisieron difundir entre las clases populares el nuevo modelo cultural que desarrollaron para ellas, manteniendo la dualidad entre la nueva cultura burguesa y la cultura popular. La misma producción de libros demuestra que los más leídos siguieron siendo los libros tradicionales y que apenas se difundieron los textos que exponían las nuevas teorías de los ilustrados. Y  del análisis de la producción intelectual filosófica, económica y política  ilustrada deduce, contra la interpretación dominante sobre la Ilustración, que ésta realmente, no existió como un movimiento unitario paneuropeo, destructor del cristianismo tradicional. Ni tampoco puede considerársela como padre de la democracia ni defensora y redentora de los oprimidos.     
    Algún lector puede deducir de lo anterior  que estamos ante un libro académico o ante un manual de historia. Estaría equivocado. Porque, aunque tenga algo de ambos, es en realidad  un ensayo crítico de historia destinado a un público culto o meramente interesado en estos temas o en  la Ilustración y el setecientos, en general, escrito en un lenguaje de claridad meridiana e incluso con algunos toques literarios, sin que haya notas a pie de página, pero si una extensa y actualizada bibliografía comentada, no sólo citada, al final del libro que demuestra el gran conocimiento que el autor tiene de la historia del siglo XVIII.
Sin duda, un libro de historia  excelente que, como debe ser, nos explica el pasado para entender una cuestión apremiante del presente.
 (PUBLICADO EN EL SUPLEMENTO CULTURAL DE LA NUEVA ESPAÑA, DE OVIEDO)




lunes, 21 de noviembre de 2016

Rafael Altamira visto por su nieta

                             RAFAEL ALTAMIRA VISTO POR SU NIETA
                                                       JULIO ANTONIO VAQUERO IGLESIAS


PILAR ALTAMIRA, NIETA DE DE RAFAEL ALTAMIRA



 “(...) Yo no se si podré escribir la mía (se refiere a su autobiografía). Cuando pueda hacerlo y colocar en ella los tesoros de mi archivo y mostrarlos a mi pueblo, lograré con ello la mejor ofrenda para él, y, si no lo escribo, ahí quedará y a alguien servirán. No me apuro, soy optimista y tengo fe en que alguien vendrá a continuar  la obra iniciada e interrumpida. Mis hijos, acaso mis nietos
                                                                         Rafael Altamira y Crevea, 1925
            Después de un ominoso y casi completo silencio de cuarenta años en que su nombre fue proscrito en la España franquista, la fe de la que habla en la cita preliminar Rafael Altamira, historiador y jurista, catedrático y juez, educador y americanista, patriota íntegro y, sin embargo, pacifista de convicción, se ha convertido ya  en acto con creces. Desde aquel congreso en que un grupo de historiadores progresistas, encabezados por Josep Fontana inició en 1987  la recuperación de su obra y su pensamiento, los trabajos publicados  sobre su figura son innumerables  y  cuenta ya con una biografía notable, la de  Rafael Asín Vergara. Y ahora  con este hermoso y emocionado libro, Dialogos con Rafael Altamira, editado por las Universidades de Murcia y Oviedo, su nieta, Pilar Altamira, activista tenaz e incansable en la tarea de la difusión del pensamiento y la obra de su abuelo, completa aquella biografía trazando su retrato psicológico y moral.
Sin duda, este libro es  una excelente ofrenda para conmemorar el centenario de su triunfante viaje a América de 1909 representando a la Universidad de Oviedo que fue el inicio  simbólico de un constructivo y sincero intento de acercamiento a las republicas americanas surgidas del proceso de emancipación, viaje cuya conmemoración ha transcurrido en Asturias  el pasado año sin pena ni gloria, o, dicho con más exactitud, con más pena que gloria.   
            Concebido como un diálogo entre la nieta, que no le llegó a conocer, y el abuelo que vivió la última etapa de su vida inmerso en la dura experiencia de su exilio mexicano, negándose a la invitación del propio dictador a  volver a la patria añorada, la mayor virtualidad de este libro es mostrarnos de manera emocionada, pero en ningún momento sensiblera, además de la gran  capacidad intelectual y la fuerza personal de Altamira, el poderoso atractivo moral y utópico de su  ideario que despliega  en todas las direcciones el enorme potencial ético de la ideología krausista.
            Pilar Altamira dialoga con su abuelo desde el presente, desde nuestro tiempo, sobre las cuestiones que toda persona debe hacerse ante la vida  y las respuestas de su abuelo la convencen, sus planteamientos siguen vigentes para ella en cuanto a su manera de entender la vida, respecto a la bondad y la maldad, la felicidad y la desgracia, el optimismo y el pesimismo. Y esas reflexiones de la autora muestran al lector la solidez moral del personaje y el profundo anclaje de su conducta en los valores de la Ilustración: libertad,  igualdad, universalidad, tolerancia, verdad, progreso moral…., todos ellos puestos hoy en solfa por la cultura posmoderna.
Valores que impregnan como una luz de fondo todo su pensamiento, cuyos aspectos más relevantes recorre su nieta destacando sus aspectos positivos: su liberalismo y nacionalismo democráticos de los que nace un profundo y sano sentido del  patriotismo; el americanismo entendido como relación cooperativa y de igualdad mutua con los países americanos, sin ninguna clase de connotación recolonizadota e imbuido de una finalidad  integradora y defensiva frente al avance anglosajón en América; su reformismo social de rostro humano  y su pacifismo activo que sólo considera como única lucha legítima la que combate las causas de la guerra.. Además de su profunda sensibilidad  hacia la naturaleza y el paisaje de clara inspiración krausista  y, cómo no para un institucionista, la educación, con especial hincapié en la educación histórica, como instrumento prioritario para tratar de hacer realidad todo ese ideario.
    Sin duda, como demuestra este libro, la intuición de don Rafael fue certera:: su mejor  discípulo  ha sido su nieta.
( PUBLICADO EN EL SUPLEMENTO CULTURAL DE LA NUEVA ESPAÑA,DE OVIEDO)

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lunes, 14 de noviembre de 2016

Corresponalales de guerra antifascistas en la contienda civil española

CORRESPONSALES DE GUERRA  ANTIFASCISTAS  EN  LA GUERRA CIVIL  ESPAÑOLA
                                Julio  Antonio Vaquero iglesias








La  Guerra Civil española  se convirtió desde su inicio en un foco de atención mundial como primer escenario  del enfrentamiento entre las democracias liberales y el fascismo rampante que  triunfaba en Alemania  e Italia y amenazaba al resto de Europa.  No es  extraño, pues, que las principales  agencias de prensa y  grandes periódicos y revistas  de los  países democráticos  y  de la Unión soviética enviasen a sus mejores  fotoperiodistas y corresponsales de guerra  a seguir el conflicto civil español. En España se jugaba el futuro del mundo.
 La escritora norteamericana Amanda Vaill analiza magistralmente en este libro, Hotel Florida , la labor que ejercieron  los corresponsales   de guerra antifascistas en la difusión a todo el mundo del desarrollo del conflicto a través de tres parejas; la de  los fotoperiodistas   Robert Capa, seudónimo del  húngaro André Friedmann y de  la alemana nacida en Polonia Gerrta  Pohorylle, conocida  como Gerda Taro; la integrada  por del escritor y periodista Ernest Hemingway  y  su amante la periodista  y escritora Martha Gellhorn;  y la pareja  de censores  de prensa extranjera, unida también por lazos sentimentales, integrada  por  Arturo Barea y la periodista austriaca  y militante socialista Ilse Kulcsar.
Pero en torno al detallado análisis de la actividad periodística y censora e incluso vital y personal de esas tres parejas desfilan por las páginas del libro decenas de  destacados periodistas, intelectuales antifascistas, políticos, militares republicanos  y asesores militares y miembros de los servicios de inteligencia soviéticos que participaron en la guerra. Como, por citar sólo algunos: John Dos Passos, André Malraux, George Orwell,  el corresponsal de  The New York Times, Herbert L Matthew, el general Miaja, Constancia de la Mora, Carlos Contreras, alias Vittorio Vidali, el creador   del 5º Regimiento (al que erróneamente, como hoy sabemos, la autora señala como el maquinador  del asesinato del revolucionario cubano Julio Antonio Mella) el  médico canadiense Bethune  quien puso en práctica en el bando republicano las transfusiones de sangre móviles, salvando  innumerables vidas…
  Robert Capa y Gerda Taro cubrieron el conflicto  para el diario comunista Ce Soir  desde el inicio con la que fue la fotografía símbolo para todo el mundo de la Guerra Civil, La muerte de un miliciano hasta el éxodo hacia la frontera francesa de los derrotados republicanos y los campos de concentración en el sur de Francia. Taro falleció en el frente de Brunete en un desgraciado accidente, pero Capa llegó hasta el final fotografiando  las acciones en los frentes de Teruel, del Ebro, la caída de Barcelona, el éxodo y  los campos de concentración franceses.
Hemingway  vino a España en un momento crítico de su carrera literaria  y no sólo encontró en  nuestra guerra las experiencias que necesitaba para relanzar su obra creativa (que le valdrían el Premio Nobel de 1954) que culminó tras la guerra con su novela Por quién doblan las campanas, en la que resuenan sus contactos  con la unidad de guerrilleros del  Ejército de Levante. Pero también nuestra guerra civil le transformó de un escritor apolítico en un comprometido intelectual y portavoz de la causa antifascista como prueban  sus artículos para la agencia NANA y su participación en el documental Tierra española cuyo guion escribió y  al que le puso  su voz tras el fracaso de la primera locución de Orson Welles, documental que tuvo una amplísima difusión  en Estados Unidos.
 Ese fue también el caso de su compañera Martha Gellhorn  que vino a España tras Ernest y tratando de alcanzar un nombre en el mundo del periodismo y terminó escribiendo palabras como éstas: “Lo que ocurre aquí nos concierne a todos los que no queremos que  Mein Kampf  sea la nueva biblia del mundo. España está luchando por todos nosotros”.
   Amanda Vaill ha realizado en esta obra una reconstrucción minuciosa y fidedigna de la actuación de sus personajes reales en el contexto de sus biografías y del ambiente cotidiano en que vivieron su experiencia y labor de corresponsales, de ahí el título del libro: el Hotel Florida, situado en la calle de Galerías Preciados, donde se alojaron Ernest y Martha y Capa y Taro arrostrando el peligro de  las bombas que los sublevados lanzaban sobre el Madrid asediado desde el cerro de Garabitas.
Las fuentes del libro han sido cartas, diarios, memorias, pero también fuentes documentales oficiales, películas recuperadas, biografías, noticias de la época. Pero no estamos ante un libro de historia o biográfico, ni está escrito en un registro académico, sino en clave narrativa, pero sin que sea una novela, sino una eficaz  combinación  de géneros que, además, nos proporciona datos inéditos o apenas conocidos como, por solo citar dos,  el reclutamiento, tras la guerra, de  Hemingway por el KGB con el  alias de ARGOS, el de que la  fotografía del miliciano caído  el frente de Córdoba que se convirtió en  el símbolo de la guerra no fue sino una simulación in situ, pero que  inesperadamente una bala de un francotirador fascista le atravesó el corazón. Lo que produjo a Capa ciertos remordimientos, pero sobre el que mantuvo siempre  cierta ambigüedad. 
  Los interesados por la Guerra civil, léanlo. No les defraudará.
    (PUBLICADO EN EL SUPLEMENTO CULTURAL DE LA NUEVA ESPAÑA, de OVIEDO)
  
 

  


domingo, 6 de noviembre de 2016

Trump, el babayu

                                                                BABAYU
                         Julio Antonio vaquero iglesias




¿Cuál es la ideología del candidato presidencial republicano Donald Trump?  ¿ Quiénes son sus votantes y a qué intereses representa su política ?. Sin duda, saberlo no es sólo de interés para los propios ciudadanos norteamericanos, sino también para  todos y cada uno de los  habitantes del planeta, dada la función imperial que Estados Unidos ejerce  a  escala mundial y la oleada de populismos de ultraderecha que nos acecha. En cierta manera, todos y cada uno de nosotros nos jugamos algo importante  en el resultado de  la carrera presidencial norteamericana
Más allá de su  comportamiento atrabiliario, faltón y soez que encaja perfectamente en lo que en Asturias calificaríamos  con algunas de las acepciones de “babayu” (eso sí. sin incluir en este caso, el matiz de inocentón y no  peligroso que a veces conlleva el término), la ideología que defiende el candidato republicano no es sino la de un populismo de ultraderecha que sobrepasa las posiciones de ultraderecha del republicanismo  representadas por el sector del  Tea Party.
Esta ideología es una espeluznante combinación de racismo, xenofobia y misoginia que propugna una sociedad norteamericana  basada en la supremacía blanca anglosajona de la que habría que expulsar a todos los inmigrantes que, como los mexicanos son todos  potenciales violadores y ladrones, o los de procedencia árabe y religión musulmana. todos terroristas en potencia. Además su modelo es el de  una sociedad dominada por los hombres como corresponde a su machismo  basado en su creencia de  la inferioridad natural del género femenino que, en realidad y dado su talante rijoso, su principal  papel social  es el de  proporcionar la satisfacción sexual de los hombres.
   En los niveles político y económico, su populismo ultraderechista defiende un nacionalismo a ultranza teñido con un autoritatismo  que en cierta medida va en contra de los valores liberales democráticos  que siempre han dominado el sistema político de  Estados Unidos  desde su creación. No  es casual que su candidatura haya propiciado incluso entre los medios de comunicación del país, el desarrollo de  un  intenso  debate sobre el fascismo, debate  que el candidato republicano sigue alimentando con sus citas a Mussolini o  su sinuosa advertencia de reservarse la opción de aceptar o no el resultado de las elecciones del día 8 de noviembre.
 Ese nacionalismo se traduce en política exterior en un rechazo de  “ la política exterior del poder blando”  con la  que se ha tratado (sobre todo, por los demócratas), de justificar el domino militar y económico  norteamericanos  en el mundo con el objetivo de extender los valores de universales de la libertad y la democracia Esa política exterior  seria  pragmática y realista. Estaría determinada únicamente por los intereses propios norteamericanos, lo que supondría incluso, si esta  no los obstaculiza, la convivencia con la Rusia de Putin, al que Trump admira y del que pretende ser su amigo.
 Del mismo modo en lo económico propugna  un  abandono del apoyo a  la  globalización económica neoliberal y en consecuencia un rechazo a la libertad del comercio exterior, que, en su planteamiento, ha sido una de las casusas de la decadencia  económica norteamericana, y la vuelta a un proteccionismo económico a ultranza.
    ¿ De dónde  sale el gran apoyo  que el proyecto político de Trampa  está teniendo?  Todos los datos que tenemos, parecen indicar que la propuesta populista de ultraderecha del candidato republicano ha activado el apoyo de una gran parte de esa numerosa población que en  el sistema norteamericano  no participa en las urnas y un importante sector de clase trabajadora, incluso la sindicada, localizada en el las regiones del nordeste del país y que ha sido especialmente castigada por las deslocalizaciones derivadas de la  crisis económica, pero también de  otros sectores de las clases populares descontentas con la gestión sesgada que el gobierno norteamericana ha realizado de la crisis financiera , rescatando a las élites financieras y dejando a su suerte  a las capas de trabajadores blancos  pobres y que sufren la competencia desleal  de los inmigrantes.  
La propuestas populistas de Trump, sin embargo, como  la historia ha demostrado en tantas ocasiones, además de ser antidemocráticas e ir contra los derechos humanos universales  reconocidos, más que dar solución a los que  lo apoyan, terminarían por beneficiar solamente al sector de  la élite económica norteamericana del que el candidato republicano forma parte.
(ARTÍCULO DE OPINÓN PUBLICADO EN LA MUEVA ESSPAÑA, DEVIED

miércoles, 2 de noviembre de 2016

Algo más que una historia bélica

                         ALGO MÁS QUE UNA HISTORIA BÉLICA




Milicianas en el frente de Aragón


  Jorge Martínez Reverte nos ofrece en este libro una excelente síntesis  de la historia militar de la Guerra civil española  con aportación de nuevos datos e interpretaciones
       J. M. Reverte
       El ARTE DE MATAR
       Cómo se hizo la guerra civil española
       Barcelona, RBA Libros, 2009
            Jorge M.. Reverte ha logrado poner a punto una novedosa y eficaz fórmula para contar la historia de nuestra Guerra civil que ha alcanzado un gran éxito entre el público lector. La ha aplicado en su  conocida trilogía ( La batalla del Ebro; La Batalla de Madrid; La caída de Cataluña) y la reproduce ahora en este su Arte de matar ( RBA,2009) que es algo así como el colofón de aquella trilogía  y en la que nos aporta su visión global de la historia militar de nuestra guerra civil y aparece  publicada  oportunamente este año  en  que se conmemora el septuagésimo aniversario de final del conflicto.
 Tal fórmula consiste en combinar  una buena dosis de ensayo- reinterpretar  con una  visión lúcida y  personal lo que han escrito los más importantes  historiadores de la guerra civil –  con  una complementaria  dosis de investigación propia a través del análisis de fuentes primarias. Esa mirada dual  le permite al autor obtener nuevos datos y apreciaciones que revisan en ocasiones algunos conocimientos e interpretaciones del conflicto civil que ya creíamos consolidados. Todo ello envuelto en una eficaz y clara exposición  periodística a modo de un gran reportaje con información relevante  que se  distingue de un libro académico, porque elimina la incorporación del aparato crítico, pero, sin que por ello, pierda un ápice de rigor.
El resultado de la aplicación de  esa fórmula es una excelente síntesis divulgativa que, a la vez, nos ofrece datos e interpretaciones novedosas sobre la historia bélica de la guerra civil española. Historia bélica que, hasta ahora y  a pesar de las miles de páginas y cientos de libros escritos sobre su desarrollo, adolece, según el autor, de unas visiones  que no han tenido como objetivo prioritario el  análisis de la estrategia militar de la guerra , entendido ese análisis  en sentido amplio y no sólo estrictamente militar..  Y  lo cierto es que las aportaciones s del autor desde esa perspectiva no quedan reducidas a las cuestiones exclusivamente militares, sino que incluye los factores políticos internos e internacionales, ideológicos y hasta las rivalidades personales  y cuestiones biográficas que motivaron las acciones de sus  a sus principales actores. Lo que convierte este libro en algo más que una estricta historia militar al uso de la guerra civil y explica  tanto su solidez como la riqueza de su contenido.
La verdadera  naturaleza del golpe de Estado protagonizado por los sublevados queda perfectamente clara en sus primeras páginas. El general Mola, el autotitulado Director de la sublevación, quiso ir más allá de un clásico pronunciamiento militar decimonónico, pero  también de un golpe de Estado clásico. Su desconfianza en las posibilidades de una sublevación  exclusiva de los militares le hizo concebir el levantamiento como una sublevación cívico-militar en la  que los falangistas y los carlistas debían de ser un actor esencial del golpe con la función del control y la represión de los territorios conquistados. A la vez que   éste debía de llevarse a  cabo   para ser eficaz con una violencia extrema como explicita Mola en alguna de sus instrucciones.
Reverte desmitifica alguna de las interpretaciones realizadas por los historiadores militares de la época franquista. Por ejemplo, la decisión de Franco de desviarse hacia Toledo para levantar el asedio al Alcázar de Toledo,  retrasando con ello el asalto a Madrid y dando la posibilidad de que los republicanos reforzasen la defensa de la capital, no fue fruto, según el autor, tanto de una razón sentimental, como un gesto calculado del  gallego para  ganar, con su liberación, el  protagonismo dentro del bando sublevado.
Pero tampoco, y esta es, sin duda, la tesis central del libro, acepta la interpretación considerada ya definitiva por algunos de los más importantes historiadores del conflicto, de que la lentitud con que Franco llevó la dirección de la  guerra, y que exasperó tanto  a Hitler como a Mussolini, no fue tanto para ganar tiempo y  poder así aniquilar sistemáticamente al bando contrario, como el mismo afirmó en más de una ocasión ( “ En una guerra civil es preferible un ocupación sistemática del territorio, acompañada por una limpieza necesaria , a una rápida derrota de los ejércitos enemigos que deje el país infestado de enemigos” pág. 126), sino una manera de justificar con ello  su propia incapacidad para conseguir una victoria lo más rápida posible. De hecho, como argumenta Reverte basándose en documentos de los  archivos franceses, su decisión, contra la opinión opuesta de algunos de sus generales, de dirigirse a Valencia en vez de intentar  dar el golpe definitivo al corazón de la República con la conquista de Cataluña, estuvo fundamentada, más que en su calculado deseo de prolongar la guerra, en el temor de  que esa decisión provocase la intervención de Francia en el conflicto.
 Por parte de la República, el bombardeo de Almería desde el mar por los buques alemanes como represalia del hundimiento por error del acorazado alemán Deustschland en las proximidades de  Ibiza, fue el otro episodio que estuvo a punto de provocar, con el visto bueno de Prieto y el Estado Mayor Central, la  declaración de guerra de la República a la Alemania nazi.
En fin, más allá de algún que otro olvido y error que hemos detectado, Reverte ha escrito, sin duda,  una  excelente síntesis de nuestra guerra civil de lectura recomendable para cualquier clase de  lectores.      
(Publicado en el suplemento cultural de LA NUEVA ESPAÑA,de Oviedo) 


























lunes, 24 de octubre de 2016

ABAD Y QUEIPO: EL OBISPO ASTURIANO QUE EXCOMULGÓ A MIGUEL HIDALGO 
                                                  Julio Antonio Vaquero Iglesias


            Fueron varios e importantes los asturianos que intervinieron en el proceso de independencia hispanoamericana, de cuyo inicio se cumple este año el  bicentenario que están conmemorando varios países latinoamericanos. Baste recordar los nombres de José Tomás  Boves (Boves era el segundo apellido de su padre, sus primeros apellidos eran Rodríguez y de la Iglesia y había  nacido en el ovetense barrio del Postigo de Oviedo), el caudillo de los  llaneros, que fue un apoyo decisivo para los realistas frente a los ejércitos independentistas en los llanos venezolanos; el del virrey de Perú José Fernando de  Abascal, nacido también en Oviedo, que logró detener  los primeros movimientos insurgentes en Quito y en Chile. Así como también el del general  Jerónimo Valdés, nacido en Villarín (Somiedo), que participó al mando de las fuerzas realistas en la batalla de Ayacucho (1824), en la que la derrota de los realistas simbolizó el final del Imperio español en la América hispana continental. Pero quizás sea menos conocido el papel del obispo electo de Michoacán, Manuel Abad y Queipo, quien, ni más ni menos, excomulgó al cura y padre de la patria mexicana Miguel Hidalgo y Costilla, el promotor del  denominado “grito de Dolores” (16 de septiembre de 1810) con el que simbólicamente comenzó la primera etapa del proceso de la independencia en el Virreinato de Nueva España.
            Hijo ilegítimo de un noble asturiano, Manuel Abad y Queipo nació en Villapedre (Grandas de Salime) en 1751. Fue a la  Nueva España acompañando al obispo fray Antonio de San Miguel. Concretamente  a Valladolid, actual Morelia, y terminó siendo obispo electo de la diócesis de  Michoacán. De ideología liberal reformista, Abad y Queipo fue crítico con la  actuación de la Corona española en México y  trató de mejorar la situación de los indígenas y las castas. Imbuido de las ideas de Campomanes y Jovellanos, identificó los problemas de la colonia y propuso en sus representaciones a la Corona y en sus cartas pastorales, reformas económicas y sociales influidas por las ideas de los dos ilustrados asturianos  favorables para los novohispanos
Para el obispo asturiano  el problema fundamental de la Nueva España era la gran desigualdad social entre los campesinos (castas e indios) y los españoles ricos, dueños de la tierra. “ En Nueva España- escribió Abad y Queipo--no hay graduaciones o medianos y son todos ricos o miserables, nobles o infames". De alrededor de los 4,5 millones de habitantes  que se calculaba que vivían en la colonia, “los españoles compondrán- escribió- un décimo del total de la población y ellos solos tienen casi toda la propiedad y riquezas del reino". El resto, es decir, los indios y las castas, "son criados, sirvientes o jornaleros de la primera clase". El resultado de esta deplorable desigualdad era un odio manifiesto y un con­flicto de intereses que conducían a "la envidia, el robo, el mal servicio de parte de unos, el desprecio, la usura, la dureza de parte de los otros".
            El eclesiástico asturiano fue uno de los grandes ideólogos contra la Consolidación. Con ese nombre se conoció al decreto impuesto desde la metrópoli en 1804 para consolidar los vales reales y poder así evitar la bancarrota de la Monarquía, lo cual implicaba remitir a la Corona el valor de determinados  bienes raíces eclesiásticos y dinero metálico del que era acreedora la Iglesia americana. Este decreto significaba una desamortización encubierta, pero perjudicaba, sobre todo, a comerciantes, mineros, propietarios que debían devolver a la Iglesia sus créditos para que ésta los reenviase a España. Lo cual suponía un grave lastre para la economía mexicana por la falta de liquidez  y la pérdida de la  capacidad de inversión de los grupos afectados que provocaba. Lo que originó un gran descontento en el virreinato de  Nueva España, que era uno de los territorios coloniales en que la Iglesia debía hacer una aportación mayor. Ese descontento fue precisamente uno de los factores que provocaron el surgimiento del movimiento independentista en el virreinato.
Abad y Queipo fue, de hecho, el autor de uno de los  memoriales- quizás, el mejor fundamentado de todos- contra la Consolidación en nombre de los comerciantes, mineros y propietarios de Valladolid, y esa lucha  la compartió con el cura Miguel Hidalgo, del que era amigo cuando éste era rector  del Colegio de San Nicolás en Valladolid y lo seguiría siendo hasta el inicio del movimiento insurgente que encabezaría Hidalgo en septiembre de 1810 en el pueblo de Dolores. Abad y Queipo, al contrario, no sólo no secundaria la insurgencia, sino que fue, además, un acérrimo enemigo de ella, adoptando una postura totalmente favorable a la Corona que se concretó en su  excomunión del cura mexicano.
     Abad y Queipo había sido nombrado obispo de Michoacán en febrero de 1810 por la Regencia. Pero  como no obtuvo la aprobación papal rigió  su diócesis como obispo electo, pero no consagrado. Desde esa dignidad, el obispo asturiano se convirtió en un ardoroso patriota defensor del Imperio español, enviando a la Regencia advertencias de una posible insurrección general en el virreinato, dado el vacío de poder en España. Los americanos “quisieran  – advertía-  mandar solos y ser propietarios exclusivos del reino” y los indios y las  castas  odiaban a los españoles y seguirían a los criollos en su rebelión, aunque sus intereses fueran diferentes. Pero todo podría derivar – añadía- en una guerra de razas como la que había ocurrido en Santo Domingo. Para evitar el descontento criollo, Abad y Queipo proponía acabar con el monopolio comercial de España, abriendo todos los puertos de la América española a los navíos  extranjeros. Y por si eso no fuera suficiente poner en pie un ejército de unos 20.000 hombres para defender la colonia.
            El 16 de septiembre de 1810, el cura de Dolores, Miguel Hidalgo se levantó contra el dominio  español al grito de “¡Viva la Virgen de Guadalupe! ¡Viva Fernando VII! ¡ ¡Mueran los gachupines! “. Apoyado por una masa insurgente compuesta  de castas, indios, rancheros, artesanos y mineros del Bajío, atacó Guanajuato con la intención de expulsar a los españoles peninsulares y recuperar los derechos de “la nación mexicana” poniendo sitio a la ciudad y asesinando y saqueando las propiedades de numerosos españoles peninsulares. Posteriormente asaltó Valladolid y Guadalajara a la vez que suprimía la esclavitud, abolía el tributo para indios y mulatos, prohibía el arrendamiento de las tierras comunales indígenas y exigía la expulsión de los gachupines. Derrotado en enero de 1811 por las tropas realistas del entonces brigadier y después virrey  Félix María Calleja, Hidalgo fue juzgado y pasado por las armas. Pero la insurgencia continuó en el sur de la colonia con más fuerza y un fundamentado programa político, dirigida ahora  por otro sacerdote ,  José María  Morelos.
       A los pocos días de la proclama de Hidalgo, Abad y Queipo emitió un edicto  en el que combatía la insurgencia, defendiendo a los españoles peninsulares de las acusaciones de Hidalgo y reconociendo el derecho de España a gobernar América por “ la especial providencia de Dios en la elección de los espa­ñoles para convertir y civilizar a tantos pueblos idólatras y bárbaros”.A la vez que excomulgaba al cura Hidalgo y a sus principales seguidores por no haber respetado la inmunidad eclesiástica al detener y llevar a prisión a algunos miembros del clero.
            El edicto de Abad y Queipo se expresaba en estos términos:”Un sacerdote de Jesucristo […] el Cura de Dolores don Miguel Hidalgo, levantó el estandarte de la rebelión y encendió la tea de la discordia y la anarquía, y seduciendo a una porción de labradores inocentes, les hizo tomar las armas…En este concepto, y usando de la autoridad que ejerzo como Obispo electo y Gobernador de esta Mitra, declaro que el referido D. Miguel Hidalgo, Cura de Dolores y sus secuaces […] son perturbadores del orden público, seductores del pueblo, sacrílegos y perjuros, y que han incurrido en la excomunión mayor del canon* Siquis Suadente Diabolo […] Los declaro excomulgados vitandos, prohibiendo, como prohíbo, el que ninguno les dé socorro, auxilio y favor, bajo pena de excomunión ipso facto incurrenda”.
            La anterior excomunión fue ratificada por otros obispos de Nueva España e, incluso, dada su condición de obispo no consagrado, el arzobispo de México, Francisco Javier Lizana expidió un edicto en octubre de 1810 en el que declaraba que la excomunión de Hidalgo por el obispo electo Abad y Queipo era válida y de acuerdo con los cánones.
            Además como el derecho canónico de la época prohibía quitar la vida a un sacerdote, fue necesario antes del fusilamiento de Hidalgo en Chihuahua el 31 de julio de 1821 proceder a su degradación sacerdotal en una ceremonia en  la que se le arrancó la sotana y el alzacuello, se le raspó con un cuchillo la piel de la cabeza, las palmas de las manos y las yemas de sus dedos y se cortó parte de su cabello para despojarle del orden sacerdotal. 
            Por su parte,  a la vuelta de Fernando VII en 1814 como rey absoluto, Abad y Queipo regresó a España, donde aquél le llegó a nombrar Secretario de Estado y del Despacho Universal de Gracia y Justicia de España y de Indias, esto es ministro.  Pero sólo por unos pocos días, porque fue acusado y confinado por denuncia de la Inquisición por su liberalismo y su antigua amistad con Hidalgo. Durante el Trienio Liberal fue miembro de la Junta de Madrid y diputado en Cortes por Asturias por unos meses. Detenido por liberal en la Década absolutista, fue condenado a seis años de confinamiento en el monasterio de Santa María de la Sisla (Toledo) donde falleció de enfermedad en 1825.
(Publicado en el suplemento cultural de LA BYEVA ESPAÑA, DE OVIEDO)