sábado, 20 de julio de 2019


         






  Y AHORA,  HUÉRFANOS DE CAMILLERI
                     Julio Antonio Vaquero Iglesias
Primero fue Vázquez Montalbán en plena madurez literaria y ahora, a los noventa y tres  años pero con plena lucidez, es Andrea Camilleri, su sucesor, quien no deja en una insufrible orfandad. Cambiamos a Carvalho por Montalbano y a  la Barcelona franquista  por la siciliana Vigàta imaginaria de Camilleri, porque tanto el comisario Montalbano como el detective privado Carvalho nos hablaban de lo mismo, del turbio presente, de los vencidos y explotados, de las historias reales imaginadas de los hombres y las  mujeres corrientes y siempre con una mirada compasiva y comprensiva que se convertía en crítica e intolerante con el poder y con aquellos que utilizándolo abusaban de él.
 Por la Vigàta imaginaria de Camilleri ( un remedo de Porto Empedocle, su lugar de nacimiento)  pasan todos los problemas de su tiempo, de Sicilia, de Italia y de Europa: desde la gran tragedia de los inmigrantes mediterráneos hasta los abusos del poder y la corrupción derivados del poder de la Mafia. Como por  los escenarios de Montalbán de la Barcelona franquista, pasea la corrupción y los abusos de poder de los vencedores de la guerra civil encarnados en la burguesía pujolista  dominante. Ya se ha dicho en otras ocasiones: tanto Vigàta como Barcelona no fueron sino respectivamente un microcosmos desde observar y contar el mundo real desde su espacio específico. Lo que poco tenía que ver con las novelas de policías y ladrones al uso.  Lo suyo era lo que realmente hay que entender por verdadera novela negra. E incluso con  un aderezo más: su atención exquisita por la gastronomía, por el buen beber, en suma, por aprovechar al máximo el disfrute de los buenos e inocentes placeres que proporciona la vida. En realidad, como se ha dicho, ellos fueron los inventores de ese género negro específico que es la novela negra mediterránea.
  Camilleri, como también ocurrió con el caso de Vázquez Montalbán, fue no sólo con sus novelas, sino también con sus intervenciones públicas la mosca cojonera que no dejaba tranquilos a los corruptos e incongruentes políticos italianos, sobre todo, en estos últimos años a los que han protagonizado esa deriva hacia la ultraderecha italiana como Salvini y compañía que han vuelto a sacar  a pasear el fantoche del fascismo y hacen avergonzarse a la opinión pública italiana con su persecución e intolerancia con los inmigrantes que tratan de llegar a sus costas. Como Vázquez Montalbán también, Camilleri  se movió siempre en el marco de la ideología comunista y aunque crítico con el comunismo realmente existente, siempre y hasta el final, siguió defendiendo los valores de la igualdad y criticando la injusticia que suponía el sistema capitalista, a la vez que, como se aprecia en todos sus personajes, siempre creyó en la bondad y la capacidad de auto perfeccionamiento de los hombres corrientes.
  Cuando nos dejó solos Vázquez Montalbán, muchos lo sustituimos en nuestras lecturas por las de  Camilleri, Y ahora al desaparecer éste, aunque siempre como ocurrió con el caso del escritor catalán, nos queda el repaso de su obra, comenzamos ya a sentirnos realmente  sus huérfanos.

( Publicado en las páginas de opinión de La Nueva España, de Oviedo)

         

domingo, 14 de julio de 2019


LOS SUELDOS DE LOS  POLÍTICOS
                              JULIO ANTONIO VAQUERO IGLESIAS
¡Qué vergüenza! Lo primero que han hecho los diputados y concejales tras las últimas elecciones ha sido subirse  sus sueldos y atender a  sus privilegios como ya ocurrió con los diputados de la Junta de Andalucía con la  peregrina “justificación” en aquella ocasión de que con sueldos y dietas  muy  por encima de lo que cobran la media de los españoles se impedía que los representantes públicos cayesen en prácticas corruptas. Ahora diputados y concejales electos una de las primeras decisiones que han tomado en la mayor parte del Estado ha sido también subirse el sueldo y las dietas y en algunos casos como ha ocurrido en la Junta General asturiana autoimponerse una sustanciosa paga por desempleo. Eso sí, el derecho a las dietas lo van a tener todos los diputados regionales independientemente de que vivan o no en Oviedo (debe de ser para sufragar el pago del autobús para asistir a  las sesiones de la Junta General, si es que no cobran también por su asistencia). Con todo ello, nuestros concejales y diputados se ponen en emolumentos muy por encima del sueldo promedio que ingresan la inmensa mayoría de los españoles.
 Pero lo que más atónito nos deja en el caso asturiano es  que los únicos grupos políticos que se han opuesto a este atraco al presupuesto regional son Podemos y Vox (¿?). Que partidos que se denominan de izquierda como el PSOE e Izquierda Unida acepten este latrocinio que convierte a nuestros políticos en privilegiados en un país en el  que, como dicen todos los informes sociales, la mayor parte de su población vive con sueldos mínimos que permiten hablar del trabajador pobre, es decir, el que tiene trabajo pero su sueldo no le permite llegar a fin de mes y en el que   la pobreza infantil campa por sus respetos, nos produce una dolorosa impresión Porque siempre hemos creído que esa clase de partidos tenían como objetivos luchar por conseguir la igualdad social y acabar con los privilegios e intereses espurios  que siempre ha tenido la derecha en este país.
 Pero lo cierto es que la desfachatez con que se  autoimponen esos sueldos, dietas y paro muy por encima de los que son la media de los de tienen el resto de los asturianos y españoles los convierte en una clase privilegiada, en políticos profesionales, que no en verdaderos servidores públicos, que es lo que debían realmente ser. No es extraño que con tales prebendas y sin que les importe para nada lo que piensen los ciudadanos de su desfachatez, haya políticos que terminen considerando su actividad como una profesión y traten de vivir toda una vida de tan rentable profesión en cuya actividad no tienen que rendir cuentas nada más que a los aparatos de sus partidos, porque son ellos y no los ciudadanos los  que los eligieron y a los cuales tienen que rendir cuentas.
 Que nadie entienda  estas palabras como un canto a la anti política o a un planteamiento fascistoide. Todo lo contrario. Los que más daño están haciendo a la democracia y a la verdadera política son ellos, esta clase de políticos que, además de demostrar día a día su incapacidad para dar una solución a los verdaderos problemas de nuestro país enzarzándose en unas vergonzosas luchas internas y partidistas, mirando sólo por ellos y para ellos y sus egoístas intereses. La verdad es que cada vez  se echa de menos a auténticos políticos que se preocupen  de verdad por la cosa pública y algo menos por sus intereses privados. No es ésta desde luego la democracia con que soñábamos cuando al fin se consiguió poner fin a la terrible dictadura franquista.
 (Publicado en las páginas de opinión de La Nueva España, de Oviedo)