El REPUBLICANISMO
COMO ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA EN ESPAÑA
Julio Antonio Vaquero iglesias
Alberto Garzón Espinosa es, sin duda y a
pesar de su juventud, uno de los políticos más influyentes de la izquierda
actual española. Diputado de Izquierda Unida por Málaga, Garzón ha estado
vinculado al movimiento del 15 M y en cierta medida viene ejerciendo
el papel de enlace entre ese
movimiento y la izquierda alternativa representada
en el sistema. Este, su último libro (La
III República. Construyamos ya la sociedad de futuro que necesita España,
2014) demuestra que no es casualidad o oportunismo burocrático la destacada
posición que viene ejerciendo dentro de
su partido. Sus páginas nos lo presentan, al contrario de lo que es
habitual en el gremio, como un político
de gran talla intelectual y una madurez política que llaman la atención por su mencionada
juventud.
A
medio camino entre la teoría y la
propuesta política, pero siempre con un claro fin pedagógico por su objetivo
divulgativo, Garzón nos plantea en este libro, ni nada más ni nada menos, que
una completa propuesta política para el momento crucial en el que se encuentra nuestro
sistema político y la sociedad española.
Y lo hace desde una impecable fundamentación teórica de izquierda en un momento
en que no sólo a nivel español sino global no existe, en el contexto de una
clara hegemonía ideológica del
capitalismo neoliberal, una consistente y aceptable alternativa a éste. Pero más allá de lo que
es habitual no sólo nos presenta su propuesta
con sólida base teórica inspirada en el pensamiento republicano y
socialista y con un profundo
conocimiento de la historia de la teoría política y económica, sino que desarrolla
también de manera consecuente con su análisis teórico
el procedimiento o camino para tratar de hacer realidad esa alternativa
política que plantea como respuesta a la actual realidad política, social y
económica española actual.
La
solución dada por conservadores , liberales y socioliberales
a la crisis
del modelo de acumulación neoliberal
iniciada en 2007 ha sido en España, siguiendo las pautas establecidas por las élites
políticas y sociales que dirigen la
Unión Europea, la de darle otra vuelta más de tuerca al modelo neoliberal. Y para ello la derecha
que nos gobierna ha impuesto y diseñado un conjunto de reformas institucionales
que establecen las condiciones
económicas, sociales y políticas que pueden favorecen el despliegue de
ese nuevo modelo de acumulación neoliberal. Tales reformas institucionales
suponen de hecho un verdadero proceso
constituyente (dicho sea en sentido amplio y factual) y han dado lugar a un descontento entre la
población afectada por ellas y de insatisfacción generalizada entre la
ciudadanía con la actuación de los políticos y el
funcionamiento del sistema político.
En tal
coyuntura, Garzón traza
un modelo alternativo constituyente
inspirado en la tradición política del republicanismo. Tradición cuya historia,
contenidos y autores, explora con claridad y abundante y sólida bibliografía desde el mundo antiguo ( Grecia y Roma-) hasta
el moderno y contemporáneo de las revoluciones
burguesas pasando por el análisis de la teoría y práctica del republicanismo
renacentista. El autor destaca cómo esa tradición republicana se contrapone
frontalmente al modelo liberal emergente y termina vinculándose desde la
Revolución Francesa con la tradición socialista, puesto que la libertad
positiva que defiende el republicanismo frente a la negativa del
liberalismo sólo puede hacerse realidad
en el marco de una sociedad que avance hacia el socialismo.
Ese modelo
alternativo tiene como uno de sus objetivos construir una democracia procedimental basada
en una mayor participación directa de los ciudadanos en la actividad política, al contrario de lo que
ocurre en el actual modelo de
democracia liberal representativa en España que la limita al
voto cada cuatro años y ha ido derivando
en la práctica hacia un régimen de partidocracia. Uno de los capítulos más
sugerentes y aprovechables del libro es
precisamente el que dedica al análisis de las limitaciones estructurales y desviaciones funcionales de nuestro sistema político liberal
representativo. La otra pata de ese
modelo republicano sería establecer una
democracia sustantiva, esto es, que desarrolle
la dimensión social del sistema constitucional como condición necesaria
para hacer realidad la libertad positiva del ciudadano, subordinando para ello la economía capitalista a la política y avanzando en la dirección de
un socialismo basado en los valores de la Ilustración y de carácter no
dogmático ni autoritario. Esto es: todo lo contrario de lo que pretende el
modelo neoliberal que trata de implantar aquí
la derecha en el poder, eliminando o reduciendo drásticamente con sus
reformas el Estado de bienestar y los derechos sociales reconocidos para que no
sean obstáculo al desarrollo de ese
nuevo modelo neoliberal de
acumulación en el que la política debe estar subordinada a los intereses
económicos. La forma de Estado republicana sustituyendo a la monárquica no
sería, pues, un elemento central sino una consecuencia más de la implantación
de ese modelo político.
¿Quién es el sujeto potencial que puede protagonizar ese cambio político, cuáles,
los procedimientos y con qué
instrumentos debería llevarse a cabo?
El sujeto
transformador no sería sino para Garzón la numerosa pléyade de descontentos
producidos por la explotación y las
múltiples consecuencias
negativas que ha impuesto el desarrollo
del modelo de acumulación neoliberal. Desde la heterogénea clase trabajadora
originada por el capitalismo neoliberal hasta los descontentos sectoriales con alguna de las reformas neoliberales impuestas por el rodillo electoral de la
derecha en el poder como los afectados los o por las reformas educativa o
sanitaria, pasando por los movimientos
sociales ecologista, feminista,
pacifista, de gays y lesbianas, la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, el
movimiento de pensionistas y el del 15-
M y tantos otros.
Los procedimientos para convertir esa masa de descontentos en una mayoría social que apoye esa alternativa serían
la lucha ideológica con el objetivo de conseguir la hegemonía ideológica
en el sentido gramsciano que está hoy en
manos de la derecha. Lo que implica tanto
desmontar el “sentido común”
impuesto por el neoliberalismo como deconstruir nuestro sistema político liberal representativo que se
asienta sobre dos pilares: el bipartidismo y la Monarquía para
hacer evidentes y difundir sus defectos y la función que viene ejerciendo como
soporte del neoliberalismo. De la misma manera que es necesario participar a
pie de calle en apoyo de las luchas sociales de los damnificados por el
capitalismo neoliberal, tratando de hacerles conscientes de las causas
estructurales del problema concreto que les afecta. Unos partidos políticos radicalmente
democráticos sometidos al control de sus afiliados y unos sindicatos renovados
no burocratizados, transparentes y controlados por todos sus componentes serían
loa instrumentos para promover
esa alternativa republicana democrática. Lástima que por la fecha de
publicación del libro, Garzón no haya podido analizar el papel que podría jugar
Podemos, el nuevo partido surgido de las elecciones europeas, en el marco de
su propuesta
Sobre el papel el
planteamiento de Garzón en lo que se
refiere al modelo de sociedad política,
es perfectamente asumible desde la
perspectiva de la izquierda alternativa. Pero los procedimientos para
implantarla, aunque coherentes con su propuesta y acertados, son sin duda un camino erizado de numerosos problemas y obstáculos y
suscitarán a sus lectores numerosos
problemas e interrogantes. Pero sólo su puesta en práctica y su contraste con la
realidad nos dirán si son eficaces o no.
En fin, un libro de lectura obligada no
sólo para aquellos lectores que se
muevan en las coordenadas ideológicas de la izquierda alternativa o
quieran conocer la historia de la tradición republicana y su vigencia actual, sino
también para aquellos que les interese
comprender a fondo nuestra actual realidad económica, social y política
y qué hacer desde una posición de izquierda ante ella. Y todo esto desarrollado
en 200 páginas escritas con meridiana
claridad. No es poco desde luego.