El ORIGEN
DE LA DESISGUALDAD ACTUAL
Julio Antonio Vaquero iglesias
El editor Gonzalo Pontón acaba de ser galardonado con el Premio Nacional
de Ensayo de este año. Y lo ha sido por su único y primer libro, La lucha por la desigualdad. Una historia
del mundo occidental en el siglo XVIII,
una obra publicada por su propia
editorial, Pasado/Presente.
Que una “opera prima” sea premiada con el
Nacional de Ensayo puede parecer algo fuera de lo corriente, pero en este caso
no lo es, dada la historia intelectual del autor. Pontón ha sido uno de los más
brillantes editores que ha tenido este país, Trabajó como tal en la editorial
Ariel, para pasar después a fundar en los setenta la editorial Crítica y
ahora Pasado/Presente, en las que, con el apoyo del profundo saber
histórico y bibliográfico de Josep Fontana, se publicaron y se están publicando
en nuestro país las más importantes
obras historiográficas aparecidas en el mundo occidental. Por sus manos han
pasado esos manuscritos proporcionándole una vasta e importante cultura histórica, como prueba no
sólo la erudición sino también el saber que exhibe en su único y primer libro:
un ensayo denso, pero bien escrito y sin gran aparato crítico.
En realidad, este es un libro pensado durante
muchos años y escrito en los dos en que Pontón, después de dejar la editorial
Crítica, no podía fundar otra editorial.
Estamos ante una verdadera visión global histórica ( económica, social,
ideológica, política) del mundo occidental
en el siglo XVIII, pero con un objetivo de plena actualidad que es desentrañar
la genealogía de la desigualdad del mundo
actual. Porque es en ese siglo
cuando se ponen, con la revolución industrial y con el emergente capitalismo
industrial, las raíces de esa profunda
desigualdad que caracteriza nuestra sociedad contemporánea.
Desde luego, como apuntábamos en nuestra recensión
sobre este libro publicada en el suplemento cultural de este periódico, estamos ante una
explicación mucho más fundamentada de la desigualdad actual que la teoría
ahistórica de la desigualdad que tanta difusión ha tenido del economista
francés Piketty en su El capital en el siglo XXI.
Pontón deja claro en su libro con su análisis integral lo que muchos
historiadores hemos pensado, frente a la “buena prensa historiográfica” que
dominantemente ha tenido la Ilustración y su siglo de las luces, de cuanto
tenía ésta de ideología, esto es, de justificación de esa nueva sociedad
surgida en el mundo occidental en el siglo XVIII, basada en sus fundamentos en
la desigualdad. Desigualdad que ha ido creciendo hasta hoy llegando a alcanzar
unas dimensiones extraordinarias y tiene visos, si nadie lo remedia, de seguir creciendo.
Uno ignora cuál va ser el destino de los libros que comenta y desde que
leí el libro de nuestro flamante Premio Nacional de Ensayo, alguna vez he
pensado que quizás, por sus dimensiones
y su densidad. su libro no iba tener desgraciadamente el reconocimiento que
merecía. Pero mi pronóstico, gracias a sus bondades, resultó gratamente equivocado.