sábado, 23 de abril de 2022

 

          









                                                 
 LEER ES VIVIR

                             Julio Antonio Vaquero iglesias

Mañana es el Día del libro y muchos lectores (sobre todo, mujeres que son las lectoras por excelencia) lo celebrarán comprando y leyendo su correspondiente libro. Todos aquellos que somos ávidos lectores no podemos sino celebrar este día reconociendo la importancia que la lectura ha tenido en nuestras vidas.

Casi podríamos decir que seríamos otras personas de no haber sido por nuestra actividad lectora. Leyendo hemos conocido otros mundos, otros paisajes sin necesidad de viajar y hemos utilizado no sólo los ojos de los autores de los libros para entender más y mejor aquellos escenarios a los que nos trasladaban las páginas de las obras que leíamos. Por viajar… hemos llegado hasta dar la vuelta al mundo en ochenta días y lo hemos hecho en globo, tren y automóvil y hemos recorrido veinte mil leguas de viaje submarino y conocido las profundidades del mar; o hemos recorrido la India colonial y la  hemos visto a través de los ojos de un niño curioso y sagaz que acompañaba a un santón. O nos hemos adentrado en el interior del África colonial inexplorada y desconocida o también hemos recorrido ese continente buscando las minas del Rey Salomón… y tantos y tantos viajes a través del globo terráqueo.

  A través de los libros hemos conocido también a personajes inefables con los que hemos podido compartir ideas, confidencias y aventuras. Qué lector  no ha terminado siendo amigo íntimo de Ton Sawyer y participado  en sus aventuras y peripecias. O quién no se ha hecho amigo de Don Quijote y reído y celebrado sus peripecias y locuras idealistas con Sancho como contrapunto realista. O quién no ha terminado preguntándose por las cuestiones esenciales de la vida a través de las obras teatrales de Shakespeare.

  Como también otros libros y autores  nos han llevado al lado oscuro de la conciencia humana como lo hizo Truman Capote con aquellos asesinos que retrató en  A Sangre Fría. O hemos conocido la complejidad de  las pasiones humanas como nos presentó Clarín en La Regenta o nos las ofrecieron los novelistas franceses y rusos en la novelística decimonónica. O quién nos enseñó más historia de la España contemporánea que Galdós en sus Episodios nacionales.  Como también  hemos conocido el mundo rural, onírico y casi mágico de Celama  y personajes que de tanta irrealidad son más reales que los personajes vivos como los que hemos encontrado en las novelas de Luis Mateo. Que siempre hubo ese mundo mágico y a la vez realista lo hemos vivido en las novelas de Gabriel García Márquez como hemos conocido también el  alma doliente de América Latina a través de las novelas de Mario Vargas Llosa…

  Sí. A  través de los libros hemos viajado, conocido   por dentro a hombres y mujeres, hemos encontrado amigos y aprendido a veces más del mundo,  la vida y los seres humanos que en la experiencia personal de nuestro vivir diario. Por ello, no podemos no conmemorar sino  celebrar este Día del Libro como una fecha de importancia vital para nuestras vidas.     

( Publicado en las páginas de Opinión de La Nueva España, de Oviedo)

viernes, 15 de abril de 2022


 

 

               LOS PELIGROS DEL NACIONALISMO

                           Julio Antonio Vaquero Iglesias

 Eric Hobsbawm (1917-2012) ha sido  uno de los principales miembros de la denominada “escuela” de historiadores marxistas británicos y, sobre todo, uno de los mejores historiadores del siglo XX. Uno de los  temas más tratados en su obra  historiográfica ha sido, sin duda, el de los nacionalismos. Esos análisis lo convirtieron en uno de sus  principales estudiosos desde el punto de vista histórico  y en ellos nos proporcionó una fundamentada y congruente visión crítica de la ideología nacionalista y de los correspondientes movimientos nacionalistas.

  En este reciente libro “Sobre los nacionalismos” (Editorial Crítica, 2022), editado por Donald Sassoon, que es autor, además, de su excelente introducción, se recoge una parte significativa (fragmentos de sus libros, reseñas, artículos en revistas especializadas, conferencias) de su producción historiográfica sobre este crucial asunto que tiene desde estas dos décadas del nuevo siglo, sin duda, una vivísima actualidad, dada la oleada de nacionalismo que estamos viviendo.

Estamos, pues, ante un libro con un interés no sólo académico, sino, sobre todo, de plena actualidad que puede explicarnos y alertarnos sobre algunos de los graves  problemas políticos que estamos padeciendo hoy.

  Los 23 capítulos que componen el libro se distribuyen en dos partes. La primera titulada  El nacionalismo en la historia  está dedicada al análisis del origen y evolución de la ideología y de los  movimientos nacionalistas. La segunda con el título de Los peligros del nacionalismo  desarrolla los diversos aspectos negativos que que conlleva esta ideología y movimiento político.

 Como proceso histórico Hobsbawm identifica al nacionalismo como un fenómeno político  contemporáneo surgido con las revoluciones burguesas  vinculado  a sectores de la burguesía y a la ideología liberal que en esa primera etapa promueve la formación del Estado nacional a base de la integración de territorios y la creación de  ciudadanos inventando para ello  tradiciones que la historiografía demuestra que no responden  a la realidad histórica.

 Desde finales del XIX   y  a lo largo del XX, en cambio, el nacionalismo fundamenta, según nuestro autor, esa comunidad nacional inventada esencialmente  en la etnicidad y propugna   como  meta política  la independencia y la separación de su estado de referencia. A la vez que en esta segunda  etapa los movimientos nacionalistas abandonan en su mayoría sus raíces ideológicas liberales  y defienden  los idearios de derecha.  Es este último  tipo de nacionalismo  sin duda el  que domina en este revival  nacionalista que estamos viviendo en el siglo XXI.

  Entre Los peligros y problemas que supone el nacionalismo  y que desarrolla en los capítulos de la segunda parte de la obra, además de la inexactitud de sus  afirmaciones  históricas derivadas de la etnicidad de su propuesta que terminan convirtiendo  aquellas más que en conocimiento histórico  en una mitología retrospectiva, el autor identifica una variada gama. Como los problemas derivados de la imposición de una  lengua nacional, el belicismo que conlleva en ocasiones la ideología nacionalista; la exclusión de minorías y la xenofobia consecuente  y en algunos casos, como ocurrió con el nacionalismo nazi y los judíos, el genocidio; la inviabilidad económica y política de los pequeños estados que surgen con el nacionalismo étnico… .

 En resumen, un libro que no sólo nos permite conocer las teorías y propuestas históricas críticas de Hobsbawm sobre el nacionalismo, sino, además, comprender también importantes aspectos de la realidad política de la actualidad en la que el nacionalismo etnicista sigue siendo un actor de relevante importancia.      

 (Publicado en las páginas del suplemento cultural de La Nueva España, de Oviedo)

martes, 12 de abril de 2022

 





 

 

 

                        CORRUPCIÓN OBSCENA

                       JULIO ANTONIO VAQUERO IGLESIAS

Una de las acepciones del término obsceno es lo que es repulsivo al pudor, a la moral de las gentes, esto es, un significado que va más allá de lo que nos ofende en relación con la moral sexual. Y este calificativo utilizado estos días con frecuencia para designar la presunta conducta delictiva de los dos comisionistas ( llamarlos empresarios, como se oye también, es, sin duda, insultar a éstos)  de la jet set madrileña que haciendo valer sus relaciones personales gestionaron (¿?) en lo más crudo de la pandemia  la compra de mascarillas, guantes y test,  un buen porcentaje de ellos inservibles) para el Ayuntamiento de Madrid, embolsándose la no pequeña cantidad de seis millones  de euros sólo por hacer una simple llamada telefónica.

   Muchos pensamos que la inversión que estos dos presuntos corruptos hicieron de esa nada despreciable cantidad en bienes de lujo ( coches, relojes rolex, inmuebles…) y gastos suntuarios como la estancia de uno de ellos en un hotel de lujo cuyo coste  suponía, parece ser, los diez mil euros diarios, es, además, un aspecto más de la obscenidad de su comportamiento. Lo que, por cierto, un conocido presentador de la televisión de la cadena “más de tres” considera como algo no significativo y filfa periodística (¿?) y no desde luego un dato más que significativo de un  comportamiento y mentalidad obscenos

 Un factor agravante legal y moralmente  es, sin duda, las circunstancias en las que realizaron su presunta estafa en el contexto de  una situación límite, con muchas personas falleciendo de covid, incluidos personal médico y servidores públicos, sin ningún elemento de protección frente al maligno virus.

  Este episodio, además de la obscenidad que supone, debería tener sus consecuencias e implicaciones. Deberían analizarse minuciosamente todos los contratos que todas las Administraciones incluida la Central hicieron en esos dos años más virulentos de la pandemia para comprobar su legalidad y si se encuentran más operaciones de comisionistas como las que han protagonizado  estos dos presuntos delincuentes (no “pillos” como los ha calificado el señor Feijóo suavizando su comportamiento) para  llevarlos a los tribunales de Justicia y que éstos decidan sobre su posible comportamiento ilegal.

  Pero, además, los poderes políticos deberían también estudiar y aprobar las correspondientes leyes para que las Administraciones puedan controlar con mayor eficacia situaciones de esa clase con medidas rigurosas de penalización de probables conductas ilegales.

Quizás una de las medidas legislativas que en ese sentido deberían adoptarse en esas situaciones extremas en que su gravedad conlleva levantar ciertos controles legales para acelerar su efectividad, sería  la de imponer la obligación de la  revisión de la legalidad  a posteriori de tales contratos para disuadir a los delincuentes que surgen siempre en medio de las necesidades y situaciones límite para que no se aprovechen y puedan sacar pingües beneficios como auténticos cuervos que se aprovechan de las  necesidades ajenas.

 En este caso concreto, de hacerse firme la sentencia de corrupción de estos presuntos delincuentes de guante blanco que  a base de influencias habrían protagonizado este presunto delito de corrupción, debería examinarse también la posible connivencia, participación  indirecta o no, o falta de observancia de su deber de vigilancia que las correspondientes autoridades de la Alcaldía madrileña podrían haber tenido en este  obsceno presunto episodio de corrupción.     

(Publicado en las páginas de Opinión de La Nueva España, de Oviedo)

sábado, 2 de abril de 2022

  

             SÁNCHEZ Y EL SAHARA

                      JULIO ANTONIO VAQUERO IGLESIAS

Como es sabido, la política exterior de nuestro país, según la Constitución vigente, es competencia del Presidente de Gobierno. Pero     tomar, como ha hecho el presidente Sánchez, una decisión de la importancia política de aceptar la posición de Marruecos sobre el futuro político del Sahara sin contar con el visto bueno del Parlamento español no parece una actitud muy democrática, ya que supone un giro de ciento ochenta grados en la política tradicional de la España democrática respecto de  nuestra antigua colonia. Política que implicaba reconocer el derecho de sus habitantes  a decidir sobre su futuro político en un referendo, como era, además, la posición que mantenía  la ONU como procedimiento para llevar a cabo la descolonización definitiva de aquel territorio.

¿Cómo es posible que nuestro Parlamento y los ciudadanos españoles nos hayamos enterado de ese giro copernicano de nuestra política tradicional sobre el Sahara y sus habitantes a través de una carta enviada al rey marroquí por la jefatura del Gobierno español y cuyo contenido la hemos conocido no a través de nuestro  Gobierno, sino por medio  del propio mandatario marroquí?

 Sin duda, una decisión de tal importancia tiene que deberse a razones de mucha trascendencia  que el presidente del  Gobierno español no ha dado ni siquiera, como había prometido, en la última sesión del Parlamento español.

Pero esa negativa a explicar las razones de ese cambio no tiene, sin duda, ninguna justificación aceptable en un sistema que se dice democrático, a pesar de que, como se puede deducir, esté referido a problemas de hondo calado geopolítico en la actual situación de profundos cambios e inestabilidades de la  realidad política internacional.

 ¿Volvemos a la diplomacia de los pactos y alianzas secretos como era frecuente en otros tiempos y que tantos problemas y consecuencias negativas causaron a la humanidad?

Sea como fuere y partiendo, además, de las razones de ética pública y de derecho internacional que fundamentaban  la postura  anterior y además  del abandono  que supone para los habitantes de nuestra excolonia dejarlos a merced de un régimen como el marroquí de dudosa, vamos a dejarlo ahí, calidad democrática, no es posible aceptar que un Gobierno ( ¿o sólo fue medio?) que se reclama de naturaleza democrática haya cambiado esa posición sin contar con el visto bueno del Parlamento, el cual por cierto ha dejado claro por mayoría, incluyendo los partidos que apoyan al Gobierno socialista y hasta un sector del mismo, que no aceptan una medida de esa índole.

  De haber razones de peso  para hacer ese cambio de nuestra política exterior y ser conveniente mantenerlo en secreto lo democráticamente canónico era haberlo planteado al Parlamento. Y para ello se podía haber creado una comisión cerrada y secreta de  su desarrollo y contenidos, pero no de sus decisiones finales. Comisión en la que deberían haber tenido representación todos los grupos parlamentarios para decidir democráticamente sobre ese cambio trascendental en nuestra política exterior. 

  Sánchez ha cometido, sin duda, un error de bulto que invalida todas sus prédicas sobre la condición democrática de la política exterior de su gobierno. Y además hace parecer a su ministro de Exteriores como un personaje zumbado que no hace más que repetir lo mismo que es no decir nada. Exactamente lo mismo que su jefe en el Congreso
(Publicado en La Nueva España, de Oviedo)