LEER ES VIVIR
Julio Antonio Vaquero
iglesias
Mañana es el Día del libro y muchos
lectores (sobre todo, mujeres que son las lectoras por excelencia) lo
celebrarán comprando y leyendo su correspondiente libro. Todos aquellos que
somos ávidos lectores no podemos sino celebrar este día reconociendo la importancia
que la lectura ha tenido en nuestras vidas.
Casi podríamos decir que seríamos
otras personas de no haber sido por nuestra actividad lectora. Leyendo hemos
conocido otros mundos, otros paisajes sin necesidad de viajar y hemos utilizado
no sólo los ojos de los autores de los libros para entender más y mejor
aquellos escenarios a los que nos trasladaban las páginas de las obras que
leíamos. Por viajar… hemos llegado hasta dar la vuelta al mundo en ochenta días
y lo hemos hecho en globo, tren y automóvil y hemos recorrido veinte mil leguas
de viaje submarino y conocido las profundidades del mar; o hemos recorrido la
India colonial y la hemos visto a través
de los ojos de un niño curioso y sagaz que acompañaba a un santón. O nos hemos
adentrado en el interior del África colonial inexplorada y desconocida o
también hemos recorrido ese continente buscando las minas del Rey Salomón… y
tantos y tantos viajes a través del globo terráqueo.
A través de los libros hemos conocido también a personajes inefables con
los que hemos podido compartir ideas, confidencias y aventuras. Qué lector no ha terminado siendo amigo íntimo de Ton Sawyer
y participado en sus aventuras y
peripecias. O quién no se ha hecho amigo de Don Quijote y reído y celebrado sus
peripecias y locuras idealistas con Sancho como contrapunto realista. O quién
no ha terminado preguntándose por las cuestiones esenciales de la vida a través
de las obras teatrales de Shakespeare.
Como también otros libros y autores nos han llevado al lado oscuro de la
conciencia humana como lo hizo Truman Capote con aquellos asesinos que retrató
en A
Sangre Fría. O hemos conocido la complejidad de las pasiones humanas como nos presentó Clarín
en La Regenta o nos las ofrecieron los novelistas franceses y rusos en la
novelística decimonónica. O quién nos enseñó más historia de la España
contemporánea que Galdós en sus Episodios
nacionales. Como también hemos conocido el mundo rural, onírico y casi
mágico de Celama y personajes que de
tanta irrealidad son más reales que los personajes vivos como los que hemos
encontrado en las novelas de Luis Mateo. Que siempre hubo ese mundo mágico y a
la vez realista lo hemos vivido en las novelas de Gabriel García Márquez como hemos
conocido también el alma doliente de
América Latina a través de las novelas de Mario Vargas Llosa…
Sí. A través de los libros hemos
viajado, conocido por dentro a hombres y mujeres, hemos
encontrado amigos y aprendido a veces más del mundo, la vida y los seres humanos que en la
experiencia personal de nuestro vivir diario. Por ello, no podemos no
conmemorar sino celebrar este Día del
Libro como una fecha de importancia vital para nuestras vidas.
( Publicado en las páginas de Opinión de La Nueva España, de Oviedo)