miércoles, 30 de noviembre de 2016

GENEALOGÍA DE LA DESIGUALDAD ACTUAL
                                         JULIO ANTONIO VAQUERO IGLESIIAS








Al contrario de aquellos historiadores y economistas que  consideran que la desigualdad ha existido siempre y responde a una fórmula invariable, esto es, que no tiene historia, como es el caso de Piketty en su famosa obra El capital en el siglo XXI , este imprescindible libro de Gonzalo Pontón, parte de un principio diferente: la desigualdad actual tiene historia y sólo comprendiendo su genealogía podemos entender su verdadera naturaleza y poner hoy los remedios adecuados para darle soluciones, esto es, es necesario saber cuándo, dónde y por qué se dieron los procesos materiales políticos e intelectuales que pusieron las bases para llegar a la situación de desigualdad que vive hoy el mundo.
     Esos son los objetivos y planteamiento que el autor ha tratado de desarrollar, en este su primer libro con un excelente resultado. Para comprender el elevado nivel de esta “opera prima” no se debe olvidar que  el autor ha  volcado en ella si no su experiencia como historiador, sí su bagaje como editor especializado en la edición de libros de historia. Pontón ha sido uno de los más importantes  editores de este país desde los años setenta con su editorial Crítica y después en Pasado/Presente (siempre con el  apoyo y asesoría del que  es uno de nuestros mejores historiadores actuales  Josep Fontana, autor además del excelente prólogo  del libro), editoriales a las que tanto debemos todos los profesionales y  amantes de la historia en España y América.
 El cuándo es el ilustrado  siglo XVIII en el que una clase social desgajada de las que formaban el tercer estamento del  Antiguo Régimen, la burguesía, al socaire de un pronunciado incremento demográfico protagoniza un desarrollo de  las fuerzas materiales dando origen a una nueva fase del capitalismo  y a una nueva sociedad  que tiene su fundamento en  una nueva   desigualdad, a  la vez que se desarrollan unos nuevos procesos intelectuales ( lo que conocemos como Ilustración) que son  expresión también de esa desigualdad a la que dan cobertura y  legitimación. El dónde es lo que el autor  denomina como “mundo occidental” que abarca lo que hoy denominamos Europa occidental, pero incluyendo también todo el ámbito americano.
     En la primera parte del libro se hace un brillante y claro análisis de los procesos económicos, sociales y políticos del setecientos  europeo y americano demostrando cómo el sistema económico emergente fue creando una nueva y aguda desigualdad social que se manifestó en un siglo surcado por numerosas y difundidas protestas de las clases subalternas. Desde las algaradas y revueltas a causa de las crisis de subsistencias y la consiguiente elevación del precio del pan, de  las demandas de subidas de salarios y mejora de las condiciones de trabajo hasta la Revolución en Francia al final del siglo, pasando por los motines prepolíticos que jalonaron también toda la centuria. Protestas todas ellas fundamentadas  en el concepto de “economía moral” que acuñó el historiador británico Thompson como alternativa al de la “economía  de mercado”, esto es, el pacto no escrito, pero sacralizado en las conciencia de los actores por el que las clases subalternas aceptaban las imposiciones feudales a cambio de los señores les garantizaran el derecho a la vida y la reproducción.
   Pero es en la segunda parte ( quizás la más brillante  de las dos y ,sin duda, la más novedosa para los  lectores no especialistas) en la que  a través del análisis de los niveles de alfabetización, de las transformaciones educativas y del discurso sobre la educación que desarrollaron los más destacados ilustrados europeos, de los usos y modelos culturales que se desarrollaron en el siglo, de la producción de libros y del discurso y  la utilización de la razón por los ilustrados, llega a conclusiones que no sólo limitan  y ponen en duda los efectos igualitarios del proceso intelectual que se desarrolló durante la centuria, sino que  niega  hasta la existencia del mismo movimiento de la Ilustración     
 Los pensadores ilustrados, como deduce el autor de esos análisis, no sólo defendieron la desigualdad de educación entre las clases subalternas y las élites como lo constatan las diferencias de los niveles de alfabetización entre ellas o los escasos resultados institucionales en el desarrollo de la educación. Como tampoco las élites quisieron difundir entre las clases populares el nuevo modelo cultural que desarrollaron para ellas, manteniendo la dualidad entre la nueva cultura burguesa y la cultura popular. La misma producción de libros demuestra que los más leídos siguieron siendo los libros tradicionales y que apenas se difundieron los textos que exponían las nuevas teorías de los ilustrados. Y  del análisis de la producción intelectual filosófica, económica y política  ilustrada deduce, contra la interpretación dominante sobre la Ilustración, que ésta realmente, no existió como un movimiento unitario paneuropeo, destructor del cristianismo tradicional. Ni tampoco puede considerársela como padre de la democracia ni defensora y redentora de los oprimidos.     
    Algún lector puede deducir de lo anterior  que estamos ante un libro académico o ante un manual de historia. Estaría equivocado. Porque, aunque tenga algo de ambos, es en realidad  un ensayo crítico de historia destinado a un público culto o meramente interesado en estos temas o en  la Ilustración y el setecientos, en general, escrito en un lenguaje de claridad meridiana e incluso con algunos toques literarios, sin que haya notas a pie de página, pero si una extensa y actualizada bibliografía comentada, no sólo citada, al final del libro que demuestra el gran conocimiento que el autor tiene de la historia del siglo XVIII.
Sin duda, un libro de historia  excelente que, como debe ser, nos explica el pasado para entender una cuestión apremiante del presente.
 (PUBLICADO EN EL SUPLEMENTO CULTURAL DE LA NUEVA ESPAÑA, DE OVIEDO)




lunes, 21 de noviembre de 2016

Rafael Altamira visto por su nieta

                             RAFAEL ALTAMIRA VISTO POR SU NIETA
                                                       JULIO ANTONIO VAQUERO IGLESIAS


PILAR ALTAMIRA, NIETA DE DE RAFAEL ALTAMIRA



 “(...) Yo no se si podré escribir la mía (se refiere a su autobiografía). Cuando pueda hacerlo y colocar en ella los tesoros de mi archivo y mostrarlos a mi pueblo, lograré con ello la mejor ofrenda para él, y, si no lo escribo, ahí quedará y a alguien servirán. No me apuro, soy optimista y tengo fe en que alguien vendrá a continuar  la obra iniciada e interrumpida. Mis hijos, acaso mis nietos
                                                                         Rafael Altamira y Crevea, 1925
            Después de un ominoso y casi completo silencio de cuarenta años en que su nombre fue proscrito en la España franquista, la fe de la que habla en la cita preliminar Rafael Altamira, historiador y jurista, catedrático y juez, educador y americanista, patriota íntegro y, sin embargo, pacifista de convicción, se ha convertido ya  en acto con creces. Desde aquel congreso en que un grupo de historiadores progresistas, encabezados por Josep Fontana inició en 1987  la recuperación de su obra y su pensamiento, los trabajos publicados  sobre su figura son innumerables  y  cuenta ya con una biografía notable, la de  Rafael Asín Vergara. Y ahora  con este hermoso y emocionado libro, Dialogos con Rafael Altamira, editado por las Universidades de Murcia y Oviedo, su nieta, Pilar Altamira, activista tenaz e incansable en la tarea de la difusión del pensamiento y la obra de su abuelo, completa aquella biografía trazando su retrato psicológico y moral.
Sin duda, este libro es  una excelente ofrenda para conmemorar el centenario de su triunfante viaje a América de 1909 representando a la Universidad de Oviedo que fue el inicio  simbólico de un constructivo y sincero intento de acercamiento a las republicas americanas surgidas del proceso de emancipación, viaje cuya conmemoración ha transcurrido en Asturias  el pasado año sin pena ni gloria, o, dicho con más exactitud, con más pena que gloria.   
            Concebido como un diálogo entre la nieta, que no le llegó a conocer, y el abuelo que vivió la última etapa de su vida inmerso en la dura experiencia de su exilio mexicano, negándose a la invitación del propio dictador a  volver a la patria añorada, la mayor virtualidad de este libro es mostrarnos de manera emocionada, pero en ningún momento sensiblera, además de la gran  capacidad intelectual y la fuerza personal de Altamira, el poderoso atractivo moral y utópico de su  ideario que despliega  en todas las direcciones el enorme potencial ético de la ideología krausista.
            Pilar Altamira dialoga con su abuelo desde el presente, desde nuestro tiempo, sobre las cuestiones que toda persona debe hacerse ante la vida  y las respuestas de su abuelo la convencen, sus planteamientos siguen vigentes para ella en cuanto a su manera de entender la vida, respecto a la bondad y la maldad, la felicidad y la desgracia, el optimismo y el pesimismo. Y esas reflexiones de la autora muestran al lector la solidez moral del personaje y el profundo anclaje de su conducta en los valores de la Ilustración: libertad,  igualdad, universalidad, tolerancia, verdad, progreso moral…., todos ellos puestos hoy en solfa por la cultura posmoderna.
Valores que impregnan como una luz de fondo todo su pensamiento, cuyos aspectos más relevantes recorre su nieta destacando sus aspectos positivos: su liberalismo y nacionalismo democráticos de los que nace un profundo y sano sentido del  patriotismo; el americanismo entendido como relación cooperativa y de igualdad mutua con los países americanos, sin ninguna clase de connotación recolonizadota e imbuido de una finalidad  integradora y defensiva frente al avance anglosajón en América; su reformismo social de rostro humano  y su pacifismo activo que sólo considera como única lucha legítima la que combate las causas de la guerra.. Además de su profunda sensibilidad  hacia la naturaleza y el paisaje de clara inspiración krausista  y, cómo no para un institucionista, la educación, con especial hincapié en la educación histórica, como instrumento prioritario para tratar de hacer realidad todo ese ideario.
    Sin duda, como demuestra este libro, la intuición de don Rafael fue certera:: su mejor  discípulo  ha sido su nieta.
( PUBLICADO EN EL SUPLEMENTO CULTURAL DE LA NUEVA ESPAÑA,DE OVIEDO)

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lunes, 14 de noviembre de 2016

Corresponalales de guerra antifascistas en la contienda civil española

CORRESPONSALES DE GUERRA  ANTIFASCISTAS  EN  LA GUERRA CIVIL  ESPAÑOLA
                                Julio  Antonio Vaquero iglesias








La  Guerra Civil española  se convirtió desde su inicio en un foco de atención mundial como primer escenario  del enfrentamiento entre las democracias liberales y el fascismo rampante que  triunfaba en Alemania  e Italia y amenazaba al resto de Europa.  No es  extraño, pues, que las principales  agencias de prensa y  grandes periódicos y revistas  de los  países democráticos  y  de la Unión soviética enviasen a sus mejores  fotoperiodistas y corresponsales de guerra  a seguir el conflicto civil español. En España se jugaba el futuro del mundo.
 La escritora norteamericana Amanda Vaill analiza magistralmente en este libro, Hotel Florida , la labor que ejercieron  los corresponsales   de guerra antifascistas en la difusión a todo el mundo del desarrollo del conflicto a través de tres parejas; la de  los fotoperiodistas   Robert Capa, seudónimo del  húngaro André Friedmann y de  la alemana nacida en Polonia Gerrta  Pohorylle, conocida  como Gerda Taro; la integrada  por del escritor y periodista Ernest Hemingway  y  su amante la periodista  y escritora Martha Gellhorn;  y la pareja  de censores  de prensa extranjera, unida también por lazos sentimentales, integrada  por  Arturo Barea y la periodista austriaca  y militante socialista Ilse Kulcsar.
Pero en torno al detallado análisis de la actividad periodística y censora e incluso vital y personal de esas tres parejas desfilan por las páginas del libro decenas de  destacados periodistas, intelectuales antifascistas, políticos, militares republicanos  y asesores militares y miembros de los servicios de inteligencia soviéticos que participaron en la guerra. Como, por citar sólo algunos: John Dos Passos, André Malraux, George Orwell,  el corresponsal de  The New York Times, Herbert L Matthew, el general Miaja, Constancia de la Mora, Carlos Contreras, alias Vittorio Vidali, el creador   del 5º Regimiento (al que erróneamente, como hoy sabemos, la autora señala como el maquinador  del asesinato del revolucionario cubano Julio Antonio Mella) el  médico canadiense Bethune  quien puso en práctica en el bando republicano las transfusiones de sangre móviles, salvando  innumerables vidas…
  Robert Capa y Gerda Taro cubrieron el conflicto  para el diario comunista Ce Soir  desde el inicio con la que fue la fotografía símbolo para todo el mundo de la Guerra Civil, La muerte de un miliciano hasta el éxodo hacia la frontera francesa de los derrotados republicanos y los campos de concentración en el sur de Francia. Taro falleció en el frente de Brunete en un desgraciado accidente, pero Capa llegó hasta el final fotografiando  las acciones en los frentes de Teruel, del Ebro, la caída de Barcelona, el éxodo y  los campos de concentración franceses.
Hemingway  vino a España en un momento crítico de su carrera literaria  y no sólo encontró en  nuestra guerra las experiencias que necesitaba para relanzar su obra creativa (que le valdrían el Premio Nobel de 1954) que culminó tras la guerra con su novela Por quién doblan las campanas, en la que resuenan sus contactos  con la unidad de guerrilleros del  Ejército de Levante. Pero también nuestra guerra civil le transformó de un escritor apolítico en un comprometido intelectual y portavoz de la causa antifascista como prueban  sus artículos para la agencia NANA y su participación en el documental Tierra española cuyo guion escribió y  al que le puso  su voz tras el fracaso de la primera locución de Orson Welles, documental que tuvo una amplísima difusión  en Estados Unidos.
 Ese fue también el caso de su compañera Martha Gellhorn  que vino a España tras Ernest y tratando de alcanzar un nombre en el mundo del periodismo y terminó escribiendo palabras como éstas: “Lo que ocurre aquí nos concierne a todos los que no queremos que  Mein Kampf  sea la nueva biblia del mundo. España está luchando por todos nosotros”.
   Amanda Vaill ha realizado en esta obra una reconstrucción minuciosa y fidedigna de la actuación de sus personajes reales en el contexto de sus biografías y del ambiente cotidiano en que vivieron su experiencia y labor de corresponsales, de ahí el título del libro: el Hotel Florida, situado en la calle de Galerías Preciados, donde se alojaron Ernest y Martha y Capa y Taro arrostrando el peligro de  las bombas que los sublevados lanzaban sobre el Madrid asediado desde el cerro de Garabitas.
Las fuentes del libro han sido cartas, diarios, memorias, pero también fuentes documentales oficiales, películas recuperadas, biografías, noticias de la época. Pero no estamos ante un libro de historia o biográfico, ni está escrito en un registro académico, sino en clave narrativa, pero sin que sea una novela, sino una eficaz  combinación  de géneros que, además, nos proporciona datos inéditos o apenas conocidos como, por solo citar dos,  el reclutamiento, tras la guerra, de  Hemingway por el KGB con el  alias de ARGOS, el de que la  fotografía del miliciano caído  el frente de Córdoba que se convirtió en  el símbolo de la guerra no fue sino una simulación in situ, pero que  inesperadamente una bala de un francotirador fascista le atravesó el corazón. Lo que produjo a Capa ciertos remordimientos, pero sobre el que mantuvo siempre  cierta ambigüedad. 
  Los interesados por la Guerra civil, léanlo. No les defraudará.
    (PUBLICADO EN EL SUPLEMENTO CULTURAL DE LA NUEVA ESPAÑA, de OVIEDO)
  
 

  


domingo, 6 de noviembre de 2016

Trump, el babayu

                                                                BABAYU
                         Julio Antonio vaquero iglesias




¿Cuál es la ideología del candidato presidencial republicano Donald Trump?  ¿ Quiénes son sus votantes y a qué intereses representa su política ?. Sin duda, saberlo no es sólo de interés para los propios ciudadanos norteamericanos, sino también para  todos y cada uno de los  habitantes del planeta, dada la función imperial que Estados Unidos ejerce  a  escala mundial y la oleada de populismos de ultraderecha que nos acecha. En cierta manera, todos y cada uno de nosotros nos jugamos algo importante  en el resultado de  la carrera presidencial norteamericana
Más allá de su  comportamiento atrabiliario, faltón y soez que encaja perfectamente en lo que en Asturias calificaríamos  con algunas de las acepciones de “babayu” (eso sí. sin incluir en este caso, el matiz de inocentón y no  peligroso que a veces conlleva el término), la ideología que defiende el candidato republicano no es sino la de un populismo de ultraderecha que sobrepasa las posiciones de ultraderecha del republicanismo  representadas por el sector del  Tea Party.
Esta ideología es una espeluznante combinación de racismo, xenofobia y misoginia que propugna una sociedad norteamericana  basada en la supremacía blanca anglosajona de la que habría que expulsar a todos los inmigrantes que, como los mexicanos son todos  potenciales violadores y ladrones, o los de procedencia árabe y religión musulmana. todos terroristas en potencia. Además su modelo es el de  una sociedad dominada por los hombres como corresponde a su machismo  basado en su creencia de  la inferioridad natural del género femenino que, en realidad y dado su talante rijoso, su principal  papel social  es el de  proporcionar la satisfacción sexual de los hombres.
   En los niveles político y económico, su populismo ultraderechista defiende un nacionalismo a ultranza teñido con un autoritatismo  que en cierta medida va en contra de los valores liberales democráticos  que siempre han dominado el sistema político de  Estados Unidos  desde su creación. No  es casual que su candidatura haya propiciado incluso entre los medios de comunicación del país, el desarrollo de  un  intenso  debate sobre el fascismo, debate  que el candidato republicano sigue alimentando con sus citas a Mussolini o  su sinuosa advertencia de reservarse la opción de aceptar o no el resultado de las elecciones del día 8 de noviembre.
 Ese nacionalismo se traduce en política exterior en un rechazo de  “ la política exterior del poder blando”  con la  que se ha tratado (sobre todo, por los demócratas), de justificar el domino militar y económico  norteamericanos  en el mundo con el objetivo de extender los valores de universales de la libertad y la democracia Esa política exterior  seria  pragmática y realista. Estaría determinada únicamente por los intereses propios norteamericanos, lo que supondría incluso, si esta  no los obstaculiza, la convivencia con la Rusia de Putin, al que Trump admira y del que pretende ser su amigo.
 Del mismo modo en lo económico propugna  un  abandono del apoyo a  la  globalización económica neoliberal y en consecuencia un rechazo a la libertad del comercio exterior, que, en su planteamiento, ha sido una de las casusas de la decadencia  económica norteamericana, y la vuelta a un proteccionismo económico a ultranza.
    ¿ De dónde  sale el gran apoyo  que el proyecto político de Trampa  está teniendo?  Todos los datos que tenemos, parecen indicar que la propuesta populista de ultraderecha del candidato republicano ha activado el apoyo de una gran parte de esa numerosa población que en  el sistema norteamericano  no participa en las urnas y un importante sector de clase trabajadora, incluso la sindicada, localizada en el las regiones del nordeste del país y que ha sido especialmente castigada por las deslocalizaciones derivadas de la  crisis económica, pero también de  otros sectores de las clases populares descontentas con la gestión sesgada que el gobierno norteamericana ha realizado de la crisis financiera , rescatando a las élites financieras y dejando a su suerte  a las capas de trabajadores blancos  pobres y que sufren la competencia desleal  de los inmigrantes.  
La propuestas populistas de Trump, sin embargo, como  la historia ha demostrado en tantas ocasiones, además de ser antidemocráticas e ir contra los derechos humanos universales  reconocidos, más que dar solución a los que  lo apoyan, terminarían por beneficiar solamente al sector de  la élite económica norteamericana del que el candidato republicano forma parte.
(ARTÍCULO DE OPINÓN PUBLICADO EN LA MUEVA ESSPAÑA, DEVIED

miércoles, 2 de noviembre de 2016

Algo más que una historia bélica

                         ALGO MÁS QUE UNA HISTORIA BÉLICA




Milicianas en el frente de Aragón


  Jorge Martínez Reverte nos ofrece en este libro una excelente síntesis  de la historia militar de la Guerra civil española  con aportación de nuevos datos e interpretaciones
       J. M. Reverte
       El ARTE DE MATAR
       Cómo se hizo la guerra civil española
       Barcelona, RBA Libros, 2009
            Jorge M.. Reverte ha logrado poner a punto una novedosa y eficaz fórmula para contar la historia de nuestra Guerra civil que ha alcanzado un gran éxito entre el público lector. La ha aplicado en su  conocida trilogía ( La batalla del Ebro; La Batalla de Madrid; La caída de Cataluña) y la reproduce ahora en este su Arte de matar ( RBA,2009) que es algo así como el colofón de aquella trilogía  y en la que nos aporta su visión global de la historia militar de nuestra guerra civil y aparece  publicada  oportunamente este año  en  que se conmemora el septuagésimo aniversario de final del conflicto.
 Tal fórmula consiste en combinar  una buena dosis de ensayo- reinterpretar  con una  visión lúcida y  personal lo que han escrito los más importantes  historiadores de la guerra civil –  con  una complementaria  dosis de investigación propia a través del análisis de fuentes primarias. Esa mirada dual  le permite al autor obtener nuevos datos y apreciaciones que revisan en ocasiones algunos conocimientos e interpretaciones del conflicto civil que ya creíamos consolidados. Todo ello envuelto en una eficaz y clara exposición  periodística a modo de un gran reportaje con información relevante  que se  distingue de un libro académico, porque elimina la incorporación del aparato crítico, pero, sin que por ello, pierda un ápice de rigor.
El resultado de la aplicación de  esa fórmula es una excelente síntesis divulgativa que, a la vez, nos ofrece datos e interpretaciones novedosas sobre la historia bélica de la guerra civil española. Historia bélica que, hasta ahora y  a pesar de las miles de páginas y cientos de libros escritos sobre su desarrollo, adolece, según el autor, de unas visiones  que no han tenido como objetivo prioritario el  análisis de la estrategia militar de la guerra , entendido ese análisis  en sentido amplio y no sólo estrictamente militar..  Y  lo cierto es que las aportaciones s del autor desde esa perspectiva no quedan reducidas a las cuestiones exclusivamente militares, sino que incluye los factores políticos internos e internacionales, ideológicos y hasta las rivalidades personales  y cuestiones biográficas que motivaron las acciones de sus  a sus principales actores. Lo que convierte este libro en algo más que una estricta historia militar al uso de la guerra civil y explica  tanto su solidez como la riqueza de su contenido.
La verdadera  naturaleza del golpe de Estado protagonizado por los sublevados queda perfectamente clara en sus primeras páginas. El general Mola, el autotitulado Director de la sublevación, quiso ir más allá de un clásico pronunciamiento militar decimonónico, pero  también de un golpe de Estado clásico. Su desconfianza en las posibilidades de una sublevación  exclusiva de los militares le hizo concebir el levantamiento como una sublevación cívico-militar en la  que los falangistas y los carlistas debían de ser un actor esencial del golpe con la función del control y la represión de los territorios conquistados. A la vez que   éste debía de llevarse a  cabo   para ser eficaz con una violencia extrema como explicita Mola en alguna de sus instrucciones.
Reverte desmitifica alguna de las interpretaciones realizadas por los historiadores militares de la época franquista. Por ejemplo, la decisión de Franco de desviarse hacia Toledo para levantar el asedio al Alcázar de Toledo,  retrasando con ello el asalto a Madrid y dando la posibilidad de que los republicanos reforzasen la defensa de la capital, no fue fruto, según el autor, tanto de una razón sentimental, como un gesto calculado del  gallego para  ganar, con su liberación, el  protagonismo dentro del bando sublevado.
Pero tampoco, y esta es, sin duda, la tesis central del libro, acepta la interpretación considerada ya definitiva por algunos de los más importantes historiadores del conflicto, de que la lentitud con que Franco llevó la dirección de la  guerra, y que exasperó tanto  a Hitler como a Mussolini, no fue tanto para ganar tiempo y  poder así aniquilar sistemáticamente al bando contrario, como el mismo afirmó en más de una ocasión ( “ En una guerra civil es preferible un ocupación sistemática del territorio, acompañada por una limpieza necesaria , a una rápida derrota de los ejércitos enemigos que deje el país infestado de enemigos” pág. 126), sino una manera de justificar con ello  su propia incapacidad para conseguir una victoria lo más rápida posible. De hecho, como argumenta Reverte basándose en documentos de los  archivos franceses, su decisión, contra la opinión opuesta de algunos de sus generales, de dirigirse a Valencia en vez de intentar  dar el golpe definitivo al corazón de la República con la conquista de Cataluña, estuvo fundamentada, más que en su calculado deseo de prolongar la guerra, en el temor de  que esa decisión provocase la intervención de Francia en el conflicto.
 Por parte de la República, el bombardeo de Almería desde el mar por los buques alemanes como represalia del hundimiento por error del acorazado alemán Deustschland en las proximidades de  Ibiza, fue el otro episodio que estuvo a punto de provocar, con el visto bueno de Prieto y el Estado Mayor Central, la  declaración de guerra de la República a la Alemania nazi.
En fin, más allá de algún que otro olvido y error que hemos detectado, Reverte ha escrito, sin duda,  una  excelente síntesis de nuestra guerra civil de lectura recomendable para cualquier clase de  lectores.      
(Publicado en el suplemento cultural de LA NUEVA ESPAÑA,de Oviedo)