martes, 28 de octubre de 2014

La reivención del comunismo


                                          LA REINVENCIÓN DEL COMUNISMO

 
                                                           Julio Antonio Vaquero Iglesias

 

El filósofo  Slavoj Zizek 


La historia se repite siempre dos veces, primero como tragedia y después como  farsa. Así corrigió Marx en el Dieciocho de Brumario de Luis Bonarparte el dictum hegeliano de la repetición de la historia. Y finalmente fue Herbert Marcuse en un prólogo a una edición de  esa obra marxiana  quien lo precisó: sin duda, la historia se repite como farsa, pero a veces tal farsa es más terrorífica que la tragedia original. Este es el sentido que tiene el título del último libro del conocido filósofo esloveno Slavoj  Zizek ,Primero como tragedia, después como farsa” (Akal, 2010). Primero fue la tragedia: la utopía política de la democracia liberal universal que Fukuyama  definió como el “fin de la historia” tras la caída del socialismo realmente existente, se vino abajo estrepitosamente y trágicamente con el acontecimiento del “11 S”. Después siguió  la farsa­: la crisis financiera de  2008 originada en la crisis económica del capitalismo global puso al descubierto la farsa del capitalismo con rostro humano para la “eternidad” que nos vaticinó la utopía económica liberal. Y desde luego hay que reconocer con Marcuse que la farsa en este caso tiene un alcance todavía más terrorífico que la tragedia.

            Este  título responde perfectamente al contenido y la tesis central del libro. Zizek analiza primero la crítica situación económica actual desde la perspectiva de la  enmascaradora ideología del capitalismo global que ha conseguido naturalizar el sistema capitalista y está en el origen de la crisis y las percepciones y reacciones que ha habido ante ella. Y destaca que, si no reacciona adecuadamente, la principal víctima de de la crisis va a ser paradójicamente la propia izquierda por no haber sabido responder a tal situación crítica con una alternativa global para darle solución. Después entra en el verdadero meollo del libro que consiste en un lúcido y profundo y a la vez - como nos tiene acostumbrados- brillante y hasta  agudo  análisis de la posibilidad del comunismo como única verdadera y definitiva solución a la crisis del capitalismo global.

La tesis que defiende el filósofo esloveno es que en esta nueva situación el comunismo debe ser reinventado para dar respuesta a las nuevas contradicciones  que  el capitalismo global ha creado, contradicciones y antagonismos que, de no ponerles remedio, conducirán, según el autor, a una situación verdaderamente apocalíptica para la humanidad. Para ello, es necesario partir desde cero (aunque siempre dentro de la tradición marxiana) dejando a un lado el proceso revolucionario izquierdista de los dos siglos anteriores y entender los actuales antagonismos creados por el capitalismo globalizado como los determinantes de la necesidad de hacer realidad el comunismo si queremos cambiar el negro futuro que nos amenaza.

Esos nuevos antagonismos surgidos de este nuevo capitalismo globalizado neoliberal, cultural o cognitivo (con todos esos adjetivos ha sido calificado) son el resultado de un creciente proceso de privatización y mercantilización de lo que es común a nuestro  ser social: lo común de la naturaleza externa o medio natural, provocando con su sobreexplotación mercantilizada la amenaza de una catástrofe ecológica; lo común de la naturaleza interna del hombre con el control privado de  las técnicas  que manipulan la herencia biogenética de la humanidad y convierten en  posible futuro real la modificación artificial y mercantilización de la propia naturaleza humana; lo común de la cultura con la privatización de la creación cultural, que hoy, con los actuales medios de comunicación interactivos, ya no es creación individual, sino colectiva, parte de lo “común” y no puede, por ello, en sentido estricto considerarse propiedad privada. Y la cuarta y cualitativamente más importante contradicción es la de los incluidos y excluidos del espacio socio- político. Antagonismo este sin cuya eliminación no podrán de verdad y radicalmente solucionarse los otros tres: el nuevo sistema de producción capitalista altamente tecnificado cada vez necesita menos trabajadores y más cualificados dejando a la mayoría fuera del mercado de trabajo en situación de exclusión, del mismo modo que la democracia representativa que le ha acompañado excluye de hecho (no formalmente) a la mayoría de la participación política. Sin duda, con un régimen de capitalismo autoritario o de socialismo de Estado esos problemas se podrían paliar (convertir la crisis ecológica en un problema de desarrollo sostenible, legislar para ampliar los derechos de autor o transformar la biogenética en  un tema ético). Pero sólo en el marco del comunismo, sin propiedad privada o estatal,  podrían ser solucionados radicalmente.

Así, pues, proletario ya no es la persona de otras etapas del capitalismo que trabaja con los medios de producción de los capitalistas y es sometido a explotación a través de su salario, sino que ahora prácticamente “proletarios” (en el sentido de despojados de nuestra propia naturaleza) somos casi todos por una u otra de las  contradicciones mencionadas o por todas a la vez. Y sólo el comunismo con el establecimiento de la igualdad individual universal y el derecho de todos y cada uno al uso de los bienes comunes podría poner fin de manera definitiva a las otras tres contradicciones.

     En fin, para quienes no conozcan las teorías postmarxistas sobre el actual capitalismo global, este libro es, sin duda, una buena introducción, porque Zizek lo ha confeccionado dialogando (para aceptar o rebatir)  con esos pensadores anticapitalistas (Negri y Hardt, Badiou, Rancière…), además de utilizar con gran soltura para su argumentación teórica el pensamiento de los grandes filósofos de la historia como Kant y Hegel, sobre todo. Pero también para un lector que vaya a leer a nuestro filósofo por primera vez, éste es, dentro de su ya extensa obra, un libro adecuado, porque en  sus páginas aparece Zizek en estado puro: su intento de integración del pensamiento marxista con el del psicoanálisis de Lacan (aunque quizás éste sea hasta ahora el menos lacananiano de los suyos), su profundo conocimiento y manejo del pensamiento de  los grandes filósofos de la historia, pero también sus continuas referencias a la cultura popular, sobre todo, al cine y la ilustración de sus tesis con sus continuas referencias a anécdotas, los medios de comunicación o acontecimientos y episodios de actualidad., demostrando, como lo prueba este libro, que la profundidad de pensamiento no tiene por qué estar reñida con la claridad de exposición y la facilidad de lectura. Pero, sobre todo, su capacidad para hacernos reflexionar y pensar críticamente, como también consigue hacerlo con  este libro.
   ( Publicado en el suplemento cultural "Cultura· de La Nueva España de Oviedo)
 

 

la historia universal de un idiota latinoamericano


LA HISTORIA UNIVERSAL  DE UN “IDIOTA” LATINOAMERCIANO

                            JULIO ANTONIO VAQUERO IGLESIAS

 
 


 
          Eduardo Galeano  forma parte, y además con rango destacado, de  esa legión de “perfectos idiotas latinoamericanos” que, según reza el “manual” neoliberal de ese nombre de Montaner, Apuleyo y Vargas Llosa (Álvaro), son todos aquellos intelectuales latinoamericanos que han denunciado el expolio y la dependencia a que han sido sometidos sus países desde la conquista y la colonización hasta hoy,

Desde luego, que, para otros muchos, como  demuestra su gran éxito editorial y la innumerable colección de premios que ha recibido, es un “idiota” muy lúcido. Lo demostró en los años setenta con aquel ensayo en el que nos mostró las venas abiertas de América Latina y que., a la vez,  nos abrió también a muchos de sus lectores los ojos sobre la realidad latinoamericana Libro que el citado libelo neoliberal considera como la más destacada de las  diez  fundamentales obras  que “conmovieron” a los “perfectos idiotas latinoamericanos”. Y  de nuevo vuelve hoy  Galeano a demostrar su  lucidez y  su original y preciosista estilo con este nuevo libro; Espejos. Una historia casi universal.( Siglo XXI. 2008),

Si las Venas abiertas fue un ensayo primorosamente escrito, pero, al fin y al cabo, un ensayo canónico, el escritor uruguayo derivó en sus libros posteriores, como los grandes escritores, hacia un género propio que, congruentemente con su contenido, expresa muy bien las excelencias del mestizaje de géneros por ser una sabia y  armoniosa combinación de  ensayo,   poesía  y crónica. Género mestizo al servicio del cual ha construido a cincel un lenguaje depurado, preciso, sin las alharacas y los fuegos artificiales a que nos tienen acostumbrados muchos de los escritores latinoamericanos, pero que no excluye, como es habitual en ellos, la metáfora fulgurante, la paradoja significativa y, sobre todo, la ironía y el humor como elementos fundamentales para revelarnos esas realidades  ocultas  que el leguaje políticamente correcto o la historia oficial buscan ocultarnos.

Son unos doscientos pequeños relatos que es posible leer  independientemente y que, a primera vista, pueden parecer inconexos. Pero que, a poco que el lector preste atención, aparecen todos  unidos por  un fino hilo que termina tejiendo  un gran tapiz que reproduce  una casi historia universal de la humanidad vista desde la perspectiva de los perdedores.  O algo así como un puzzle de pequeños espejos que refleja una historia casi universal de la infamia, desde la perspectiva de los infamados por el racismo, el machismo, la intolerancia, el imperialismo militarista y la explotación. Y  para ello sus pequeños relatos (yo les llamaría “espejerías”, por paralelismo con las “breverías”  de Ramón Gómez de la Serna, aunque en este caso sean de contenido más trascendente que las  ocurrencias chispeantes del escritor español) recorren todas las edades de la historia universal y abarcan  todos los continentes del mundo.

Galeano comienza sus espejos desde el origen del viaje humano con una pertinente pregunta: “¿Adan y Eva fueron negros?, y nos propone una respuesta inobjetable, aunque no la quieran escuchar ni los racistas ni los xenófobos: todos somos, querámoslo o no,  emigrantes africanos.  Y finaliza con otro espejo que refleja el negativo  balance del pasado siglo y denuncia  las esperanzas rotas que  anuncia el recién comezado: “El siglo XX, que  nació anunciando paz y justicia, murió bañado en sangre y dejó un mundo mucho más injusto que el que había encontrado. El siglo veintiuno, que también nació anunciando paz y justicia  está siguiendo los pasos del siglo anterior” (página 339).

 Entre aquel principio y este final el autor de la trilogía  Memoria del fuego “espejea” casi todo el curso de la historia universal y hace la semblanza de casi todos sus personajes más importantes, tanto los que han sido sujeto como objeto de la infamia humana y hasta de los que han sabido definirla con clarividencia sin par con sus pinceles como El Bosco. Pintura que Galeano traduce, apoyándose en Jonh Berger, a lenguaje poético en un espejo que nos anuncia ya el mundo al revés que es, en realidad, el verdadero mundo al derecho que iba a venir y es, en cierta medida, el mundo globalizado que vivimos hoy: Un hombre caga monedas de oro/ otro cuelga de una llave inmensa/ el cuchillo tiene orejas/ el arpa ejecuta al músico/ el fuego hiela/ el cerdo viste toca de monja/ en el huevo habita la muerte/ las máquinas manejan a la gente/ :Cada cual en lo suyo / cada loco con su tema/ nadie se encuentra con nadie/ todos corren a ninguna parte/ No tienen nada en común, salvo el miedo mutuo/ ( página 100) .

En fin, lo confieso paladinamente, por si no quedaba claro, soy uno más de esa legión de “ idiotas” que lee con delectación a Galeano, porque defiende el derecho a  la dignidad humana de los de “abajo”, dejando desnudos a los de “arriba” que no sólo no la reconocen, sino que  la pisotean y, además, tratan  de ocultar sus desmanes. Pero también porque  lo sabe hacer con un estilo  primoroso que suena a música terrenal.  

    ( Publicado en Cultura, suplemento cultural de La Nueva España de Oviedo)

 

 

 

viernes, 17 de octubre de 2014

La tragedia y el enigma del "Sierra Aránzazu"


                         LA TRAGEDIA Y EL ENIGMA DEL  DEL SIERRA ARÁNZAZU, CINCUENTA AÑOS DESPUÉS

                                           TOMÁS VAQUERO IGLESIAS, PILOTO  DE LA MARINO MERCANTE

                                           jULIO ANTONIO VAQUERO IGLESIAS, CATEDRÁTICO E HISTORIADOR

                                    
El buque "Sierra Aránzazu"
                                                                  

  Este 13 de septiembre de 1964 se cumplirán cincuenta años del brutal  ataque terrorista  en el Caribe   al carguero español “Sierra Aránzazu” cuando  se dirigía a  Santiago de Cuba  con una carga  de alimentos, tejidos, aperos de labranza, muñecas y otras mercancías inocuas. La autoría y responsabilidad de  este atentado, que  costó la muerte a tres marinos españoles, el capitán y dos oficiales  y lesiones a  otros seis tripulantes y provocó una intensa reacción emocional en España y tuvo importantes repercusiones mundiales, nunca fue aclarada por la ambigua actitud del Gobierno franquista que no quiso enfrentarse a su aliado norteamericano y dejó que un manto de silencio se extendiese sobre aquel criminal atentado. De ahí que cincuenta años después nos parece un acto de justicia moral con aquellos marinos asesinados y masacrados  recordarlos y difundir su tragedia  dando a conocer, a la luz de los  nuevos datos que tenemos, los hechos con  las respuestas  e interrogantes que existen sobre aquel acto de terrorismo

                 Tras la derrota de los anticastristas en Bahía  Cochinos en 1961, la política del presidente  Kennedy con la revolución castrista fue una política de agresión cuyo objetivo último era derribar a Castro propiciando  la invasión de Cuba por los exiliados cubanos que habían participado en la invasión frustrada de 1961. Esa política de agresión se denominó Operación Mangosta e implicó el apoyo financiero, logístico, de información y  preparación militar de los exiliados  a través de la CIA. Para ello se creó en Miami, la estación JM/WAVE  integrada por varios cientos de miembros, la mayoría de ellos exiliados cubanos y dirigida por la CIA, y se  desarrolló la preparación militar de los participantes en esas acciones subversivas  en el campamento de Fort Benning  (Texas). Pero tras la crisis de los misiles en octubre de 1962, los acuerdos entre Kennedy y Kruschev que   incluían la promesa de aquél de no tratar de   invadir la isla , la política hacia Cuba  de los hermanos Kennedy dio un giro estratégico. Se suspendió la operación Mangosta y se puso en práctica la denominada política de vía múltiple que suponía la simultánea  presión diplomática, económica y de operaciones encubiertas para asfixiar la revolución castrista. Entre las medida económicas estaba la de  mantener el bloqueo comercial de la isla impidiendo la entrada  de mercancías de  cualquier naturaleza presionando a los demás países para que suspendieran  toda  clase de  comercio con Cuba. Las  subversivas consistían en atacar y hacer sabotajes en la propia isla e impedir por la violencia la entrada o salida de los barcos cubanos y los de los países que comerciaban con Cuba. Se trataba con ello de crear el descontento entre la población cubana contra la Revolución que propiciase su reacción contra Castro.

Para conseguir tales objetivos se crearon los denominados comandos autónomos con exiliados cubanos anticastristas que tenían sus bases fuera de territorio americano, en Centroamérica, y establecían sus propios objetivos, de tal manera que el Gobierno norteamericano  pudiese practicar ante tales actos ilegales la política de la negación plausible. La CIA se encargó de su financiación, de su adiestramiento,  de proporcionales barcos, aviones, armamento y aportarles la información necesaria para sus operaciones subversivas encubiertas, que eran finalmente evaluadas y aceptadas o rechazadas por un Comité gubernamental  en el que, como demuestra la documentación desclasificada, estaban representados al más alto nivel el propio Presidente, el Departamento de Estado y  la CIA. Comité que en 1964 recibía el nombre de Comité 303. La llegada a la presidencia de Johnson no cambió en gran medida esa política de agresión encubierta y hasta en los primeros años de su mandato  se hizo incluso más intensa.

 El más importante de esos grupos autónomos era el  Movimiento de Recuperación Revolucionaria (MRR)  fundado por  Manuel Artime Buesa,  uno de los líderes  políticos de la Brigada 2506, como se denominaban pomposamente los exiliados cubanos que habían sido derrotados  en Bahía Cochinos. Artime era  amigo personal del presidente Kennedy que le conocía ya desde su época de senador y le había distinguido explícitamente en alguno de los actos conmemorativos de Bahía Cochinos  y   también de su hermano Robert a quien  John  había encargado  poner en práctica las políticas agresivas contra Cuba. El MRR tenía desde 1963 bases de operaciones y entrenamiento instaladas en Nicaragua y Costa Rica. Contaba con 380 hombres, una avioneta, un  barco nodriza, el “Santa María”, que llevaba instalados todos los medios de comunicación y recepción más sofisticados y  transportaba  dos lanchas, la Gitana y la Monty, pertrechadas con ametralladoras pesadas y un cañón, y desde las que  realizaban sus operaciones contra territorio cubano y sus ataques a los barcos mercantes. Todo ello era  financiado por la CIA que entre junio  1963 y junio de  1964  había invertido  en todos esos gastos materiales y de personal  cinco millones de dólares. Podemos hablar, pues, de un verdadero ejército de la Compañía.      

                 Entre los países que se negaron a dejar de comerciar con Cuba  estuvo España  con el permiso expreso de Franco. Lo  que no obstaba para  permitir en España y en la sede diplomática  española en Cuba dejar hacer y hasta apoyar  a los exiliados anticastristas en sus tramas contra la revolución cubana.

 Tras el abandono del tráfico con Cuba por la Compañía Trasatlántica  Española, en  octubre de 1962, con el bloqueo ya en vigor y  a iniciativa del encargado de negocios cubano  en España la Compañía Marítima del Norte  tomó el relevo de ese tráfico destinando  cuatro buques de su flota  (todos ellos con el nombre de “Sierra”) trasportando a la isla mercancía general de la compañía CILASA y regresando a España con azúcar, tabaco en rama y cigarros puros. Cuando se produjo el ataque al Sierra Aránzazu ya eran veinte los viajes realizados por estos buques y el del Sierra Aránzazu, el segundo que llevaba a cabo. Las presiones por parte del Gobierno de Estados Unidos para que se cortara este tráfico existieron desde que se inició, pero desde principios de 1964 arreciaron hasta tal punto que en febrero de ese año el Gerente de Marítima, señor Sendagorta y el Subsecretario de la Marina Mercante, Leopoldo Boado, tuvieron que desplazarse a  Washington para asesorar al embajador español en las conversaciones que éste tenía con las autoridades norteamericanas que presionaban para que España lo suspendiese, obteniendo a regañadientes el placet norteamericano. Pero a principios de septiembre, esto es, unos días antes del brutal ataque al “Sierra Aránzazu”, Merry del Val, el embajador español había sido llamado a una reunión con el Secretario de Estado, Dean Rusk, para comunicarle las decisiones de la OEA de presión sobre Cuba y en  la que, con amenazas veladas,  insistía al embajador en  la necesidad de la suspensión de ese comercio con la isla.

El “Sierra Aránzazu” hacia  Santiago de Cuba  el 31 de agosto de 1964 y tras una travesía normal del Atlántico tuvo que desviarse más hacia el sur del Caribe, para evitar las potenciales consecuencias de los  huracanes Dora y  Ethel que se estaban formando con el objeto de navegar por el Viejo Canal de  Las Bahamas hacia el puerto cubano. El domingo, día 13 de septiembre, sobre la una y media un avión de reconocimiento sobrevoló el barco que se encontraba a setenta millas del punto más oriental de la costa cubana, Punta Maisi, y  a las ocho menos diez una lancha se aproximó por la popa iluminando con sus reflectores  el nombre y la matrícula del  barco. Diez minutos después dos lanchas, una por babor y otra  por estribor, se colocaron a una distancia de unos 50/100  metros del barco y sin previo aviso comenzaron a lanzar ráfagas de ametralladora y algún disparo de cañón sobre el puente de mando, los alojamientos de la tripulación con un evidente ánimo de cortar  las comunicaciones y masacrar a los tripulantes. Alcanzados los depósitos de combustible, el barco se incendió y  el capitán, herido  gravemente, como el primer oficial, dio orden de abandonarlo y arriar el bote de babor, porque el de estribor  estaba inservible por los impactos. Cuando los marinos se aprestaban a hacerlo,  nuevas ráfagas  de ametralladora causó nuevos heridos, algunos de gravedad  como el tercer maquinista.
José Vaquero Iglesias, tercer maquinista del "Sierra Aránzazu"
                                                

 Agolpados los 20 hombres en el bote sin motor con tres heridos de suma gravedad, el capitán, Pedro Ibargurengoitia, el segundo oficial de puente , Javier Cabello, y el tercer maquinista, José Vaquero iglesias,  ante la atenta mirada de los atacantes se alejaron del barco remando con el miedo de que disparasen de nuevo sobre ellos. Fueron doce horas angustiosas en el bote. Durante la travesía  fallecieron el capitán y el tercer maquinista, el bote hacia agua y estropeadas la bomba de achique tuvieron que hacerlo con cajas de galletas y sus zapatos. Hacia  las 10 de la mañana del día 14  los náufragos  localizados y rescatados por el carguero holandés “P. G. Thulin” a través de las indicaciones de un avión de la Navy. Atendidos los heridos en el barco falleció el segundo oficial, Javier Cabello El barco holandés condujo a los supervivientes y los cadáveres a la próxima isla de las Bahamas Mathew Town, desde donde los heridos y los cadáveres son trasladados a Guantánamo y los restantes, al día siguiente, son llevados a San Juan de Puerto Rico formalizando el primer  oficial  al  cónsul la correspondiente  “Protesta de  mar” y, tras la llegada de los heridos y los cadáveres, se celebró un funeral por los tres marinos asesinados. Desde San Juan, los tripulantes fueron repatriados en dos expediciones, Los ilesos y heridos leves llegaron a Madrid el día 17 y los heridos  más graves y los cadáveres el día 19 siendo recibidos por las autoridades del régimen representadas por el ministro de Comercio Alberto Ullastres y el Subsecretario del Ministerio de la Marina Mercante., Leopoldo Boado. Los ataúdes fueron trasladados a hombros de marinos de Guerra y de la Mercante hacia los coches fúnebres que los iban a trasladar a sus lugares de origen. Unos días después se celebró en San Jerónimo un funeral de Estado por los fallecidos.
Bote con los náufragos del "Sierra Aránzazu" al ser recogidos por el barco holandés Thulin
 
               

La noticia del ataque fue recogida en las primeras páginas de casi todos los periódicos del mundo, menos en  Estados Unidos, donde los grandes rotativos norteamericanos  mantuvieron un significativo silencio sobre el hecho. En España, la conmoción fue enorme y todos los periódicos siguieron todo lo relativo al atentado expresando su indignación, incluida  la prensa clandestina de izquierda  que, previendo lo que iba a pasar, atacaba a Estados Unidos y presionaba al régimen pidiendo la identificación y castigo  de los culpables del atentado que atribuían con buen juicio a  anticastristas dirigidos por la CIA. Se produjeron manifestaciones de protesta en varios puntos de España como la que se desarrolló ante la Embajada norteamericana en Madrid o ante el Consulado norteamericano en Vigo. En Oviedo, también hubo un conato de protesta cuando una banda norteamericana intervenía en las fiestas de San Mateo y ya a principios del año siguiente ante la visita a la región de Manuel Artime Buesa,  para visitar a su familia de origen, La Nueva España criticó y  condenó la acción del líder del MRR mientras Región que había tenido una actitud de gran dureza al principio, mantenía ahora  una postura más contemporizadora con la figura del líder anticastrista que negó cínicamente la participación de su grupo en el ataque atribuyéndolo a Castro.

 El Gobierno español protestó a través de su embajador en Washington considerando responsable a los Estados Unidos por producirse el ataque  en aguas bajo su control militar y en una reunión con  el Secretario de Estado Dean Rusk consiguió que prometiese que se investigaría el ataque  y se comunicarían  los resultados al Gobierno español.  El FBI realizó también una encuesta  para averiguar lo sucedido, Como era de esperar, todo quedó en aguas de borrajas. El informe del Departamento de Estado nunca vio la luz y el del FBI fue más bien una maniobra de diversión que una verdadera investigación. El Gobierno franquista en cuanto pasó la tensión dejó de presionar y todo quedó en el más denso silencio. La realpolitik pudo más que el honor patrio mancillado y las justas reivindicaciones de justicia de las familias  y amigos de los asesinados y un sector de la población española. Sólo basta fijarse que  Artime visita España a principios de 1965 y  es recibido por las autoridades españolas y  se dice que incluso por el propio Franco y que el MRR siguió operando en Madrid con plena impunidad.

Los grupos anticastristas con el MRR a la cabeza difundieron  que los autores habían sido los castristas. Pero cuando ese bulo resultó insostenible (hasta el propio líder  anticastrista Gutiérrez Menoyo al ser capturado  por los cubanos en febrero de 1965 identificó al grupo de Artime como el responsable del ataque) el MRR varió sus declaraciones manteniendo que habían  sido ellos por medio del buque nodriza Santa María y las lanchas Gitana y Monty   los autores del ataque, pero como consecuencia de una confusión del “Sierra Aránzazu” con el  buque cubano Sierra Maestra. Esa es la  hipótesis que siguen manteniendo hoy los miembros todavía vivos del grupo y la que predomina hoy entre los autores que han tratado el incidente.

 Pero el análisis de  las pruebas circunstanciales y  los datos directos extraídos de la documentación desclasificada y del archivo de Asuntos Exteriores español obligan a poner en duda tales afirmaciones. Entre esas pruebas circunstanciales está el hecho de que es difícil aceptar  que la lancha que identificó al buque iluminando su popa  pudiera equivocarse o que loa atacantes  no vieran su nombre y matrícula y que  cuando las dos  lanchas atacantes se colocaron  a unos 50/100 metros del Sierra Aránzazu  no se hubieran percatado de su “error”.  Además, ¿cómo es posible que quieran hacernos creer que con la información que contaban de la CIA pudieran confundir  el barco español con el  Sierra Maestra, cuando éste había cruzado el Canal de Panamá el miércoles anterior con dirección hacia China? ¿Cómo fue posible confundir ambos barcos que tenían  una significativa diferencia de envergadura. El “Sierra Maestra” era dos veces mayor que el  “Sierra Aránzazu”? Dos fuentes directas hablan también de que el ataque  fue planeado con premeditación y alevosía. Una procedente de los archivos desclasificados de la CIA  es un cablegrama enviado a la central por un agente  donde le informa que ha mantenido con Alberto Blanco,  lugarteniente de Rolando Cubela, un alto oficial del  régimen castrista que mantenía  contactos con el MRR para preparar el asesinato de Castro y el desembarco en la isla. Blanco dice que va reunirse en París con un miembro del grupo anticastrista que fue “persona que “arregló” el ataque al  “Sierra Aránzazu” mediante el pago al radio operador que envió la posición de la nave atacante, dijo que el radio operador había contado toda la historia a  la policía española”. ( Archivo de la Fundación Mary Ferrell). Hoy sabemos que esa oersona que arregló el ataque” fue Rafael  Quintero, “el coordinador de operaciones navales” del grupo terrorista  De igual modo el carácter premeditado del ataque aparece en un despacho dirigido al Ministro de Asuntos Exteriores   por el Embajador de España en Costa Rica, en el que un espía enviado por éste  a la base anticastrista de Nicaragua, además de describir con todo detalle el barco nodriza  Santa María e identificar a sus jefes, se dice “el ataque contra el “Sierra Aránzazu” fue premeditado, antes de la operación ya se hablaba de hundirlo”  (Archivo del Ministerio de AA.EE). 

Son muchos interrogantes  y datos para que podamos creernos la versión dominante. Pero no existe ninguna duda de quiénes fueron los autores materiales y los responsables últimos de este criminal atentado así como la tortuosa e injusta actuación del Gobierno franquista en el mismo. Dejarlo claro  en este cincuenta aniversario nos parece no sólo una obligación con la verdad histórica, sino, sobre todo, un deber moral hacia los tres marinos asesinados y el resto de la tripulación  masacrada.         
 ( PUBLICADO EN EL SUPLEMENTO "SIGLO XXI" DE "LA NUEVA ESPAÑA" DE OVIEDO(12 DE SEPTIEMBRE DE 2014)
                        


 




Cómo y por qué hemos llegado hasta aquí



  CÓMO Y POR QUÉ  HEMOS LLEGADO HASTA AQUÍ
                                                            Julio Antonio Vaquero Iglesias
¿ Por qué las promesas de paz, libertad, prosperidad e igualdad que hicieron en la Carta del Atlántico (1941) los que iban a ser en 1945 vencedores de la segunda guerra mundial contra el fascismo no sólo no se han cumplido, sino que la situación actual del mundo en todos esos aspectos se encuentra en una verdadera encrucijada crítica?. ¿Cómo hemos llegado hasta aquí? Esto es, a una realidad como la actual en que  las guerras se suceden por doquier, la democracia liberal es cada vez más una fórmula vacía,  la esclavitud continúa existiendo bajo diversas formas, el hambre sigue asolando a una gran parte de la población mundial y los niveles de desigualdad son cada vez mayores en el mundo y dentro de los estados. Esas son las preguntas que el historiador catalán Josep Fontana trata de responder con esta monumental obra, Por el bien del Imperio. Una historia del mundo desde 1945 (Pasado/Presente), de 1200 páginas, 200 de ellas dedicadas a reseñar la bibliografía utilizada para su confección. Nada menos que tres lustros ha tardado en concluirla.
 El autor confiesa  que su propósito no ha sido escribir una obra de investigación dadas las dimensiones del periodo tratado ni un ensayo histórico como lo prueban las  innumerables fuentes bibliográficas utilizadas; sino una reflexión documentada sobre esos 66 años que van desde el fin la segunda guerra mundial hasta hoy que sirva para proporcionar  elementos de discusión que nos ayuden  a comprender las causas que nos han traído a un presente tan difícil y confuso como el que hoy vive la humanidad. Pero la verdad es que, tras su lectura, uno tiene la impresión que Fontana ha sido humilde en la calificación de su obra, porque ésta combina perfectamente elementos de  investigación histórica con los del ensayo. En efecto, estamos  ante un estudio construido con una asombrosa batería de fuentes primarias (documentos y testimonios, muchos de ellos recientemente desclasificados) a una escala que ya quisieran poder utilizar muchas investigaciones históricas, además  de la oceánica bibliografía de múltiples orígenes e idiomas que aquí se emplea; pero, a pesar de su extensión, nos encontramos también ante un texto con claros componentes del ensayo como la claridad meridiana y el buen estilo con que está escrito y las ideas e interpretaciones sugerentes y brillantes que contiene. Y por todo lo anterior el autor ha conseguido perfectamente lo que pretendía: un potente  análisis histórico abierto a la reflexión sobre nuestro pasado reciente y por ello sobre  nuestro presente.    
     El hilo conductor del libro es el análisis de la guerra fría hasta 1991 en que desaparece la Unión Soviética para seguir después con el estudio de la evolución de la realidad política internacional surgida tras el fin de la guerra fría a través de  la práctica imperialista de lo que él denomina como “nuevo imperio” estadounidense. Ese análisis no se limita a los enfrentamientos entre los dos bloques en Estados Unidos y la Unión Soviética, sino que se extiende al del desarrollo de la guerra fría en los otros continentes: Europa, África, Asia y América Latina y llega hasta los últimos conflictos internacionales que están todavía hoy en proceso de desarrollo. .
     Pero además, dado el concepto que el autor tiene de la naturaleza y objetivos de la guerra fría, no sólo trata de los procesos y acontecimientos del nivel político internacional y nacional, sino también de los aspectos económicos y sociales (los culturales también, pero en menor medida) en cuanto que éstos están intrínsecamente imbricados con  aquéllos. Es excelente, por ejemplo, su análisis del origen, desarrollo e implicaciones de la actual crisis económica, y del origen y significado de las políticas neoliberales que nos han llevado a esa crisis. Como el de las causas de la laminación de la resistencia a esas fuerzas neoliberales por parte de las tradicionales fuerzas sociales – trabajadores y sindicatos – que representan los intereses de los sectores sociales más castigados por tales políticas. Así como la reciente aparición de una espontánea y todavía desarticulada oposición a ellas por los jóvenes y otros sectores ciudadanos.   
            La retórica de la guerra fría encubre para Fontana su verdadera naturaleza y objetivos. Ni fue un enfrentamiento entre dos bloques, uno, el occidental, hegemonizado por los Estados Unidos cuyo objetivo era defender las libertades individuales  y el gobierno democrático frente al totalitarismo del  otro dirigido por la Unión Soviética, como pretendía el discurso occidental. Ni tampoco, como se planteaba en el otro bloque, un combate por un proyecto de sociedad socialista igualitaria contra la opresión del capitalismo imperialista. Tras esas legitimaciones lo que verdaderamente existía era la lucha por tratar de  imponer uno u otro sistema político, económico y social, sistemas que en la realidad no buscaban  desarrollar los valores que uno y otro decían defender.
            Los hechos lo demuestran hasta la saciedad con la constatación de la práctica política internacional estadounidense defensora de dictaduras y dictadores de derechas sin escrúpulos (“nuestros” hijos de puta) a lo largo y ancho de todo el mundo como perros guardianes de sus intereses políticos y económicos. Quizás la prueba más fehaciente de ello ha sido que el fin de la guerra fría no ha supuesto, sin embargo, el final de esa política norteamericana hegemónica de control y dominio  del mundo en defensa de sus intereses materiales que ahora aparece disfrazada con el ropaje retórico de guerra contra el “terror”. Así como en el caso del otro bloque, la persecución y eliminación del enemigo interno, la jerarquización burocrática y la ausencia de verdadera libertad que le caracterizaron,  contradecían sus supuestos ideológicos.
            En el aspecto socioeconómico, la pérdida del miedo al enemigo interno y externo que originó la distensión internacional iniciada  a partir de los años setenta fue un factor de primer orden para entender cómo se trató  de salir de la grave  crisis del capitalismo de los años setenta a través de un profundo giro a la derecha  (introducido primero  en Estados Unidos y Gran Bretaña con Reagan y Thatcher y después en la Unión Europa y el resto del mundo ) con la implantación de las políticas económicas neoliberales, las cuales a través de la desregulación financiera y otras medidas conservadoras introdujeron el capitalismo de casino que, tras numerosas crisis, ha desembocado finalmente en la actual crisis económica global..
Desde luego que esta magna obra cumple con creces el propósito inicial de su autor: hacernos reflexionar sobre el mundo en que vivimos. A la vez que le consagra como uno de los grandes historiadores de nuestro tiempo.     .
( Publicado en suplemento “Cultura” de La Nueva España ( Oviedo-Asturias)          
   
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martes, 7 de octubre de 2014


EL IMPERIO DE LOS BANQUEROS

                                                               Julio Antonio Vaquero Iglesias

 
Para poder  combatir los desastrosos efectos que la Gran Recesión está produciendo    sobre la humanidad es necesario, sin duda, comprender la naturaleza y el funcionamiento del capitalismo financiero o neoliberalismo económico que está en  su origen y ello implica conocer a fondo los instrumentos y procedimientos que éste  viene empleando. Solo así podremos desvelar en su justa medida las consecuencias que su implantación esta teniendo sobre nuestras vidas. Consecuencias  que han conducido en muchos países, como en el nuestro, al  desempleo masivo, el incremento de la desigualdad y la extensión de la pobreza. Estas    son en parte la consecuencia  social de las realidades económicas negativas que ha traído el capital financiero como son la hipertrofia del endeudamiento público y privado, la especulación sobre las materias primas y alimentos o el medio ambiente, la subordinación de la economía real o productiva a la economía especulativa entendida como un fin en si mismo. Así, como en el plano político e ideológico, el desmantelamiento de la democracia liberal realmente existente con la colusión entre poder económico financiero y  el poder político (las denominadas”puertas giratorias”). Y el control mediático de las conciencias que permite el dominio sobre la sociedad de la banca y los grupos financiero que son hoy los “verdaderos amos del mundo”

Solo si conocemos a fondo el funcionamiento de ese capitalismo financiero   podremos ser verdaderamente conscientes -frente al velo con  que lo cubre la ideología neoliberal- de que esta grave situación actual originada por la crisis económica  no es algo natural, irreversible contra lo que es imposible luchar como si de un fenómeno natural se tratara. A la vez que solo con una clara conciencia de ello  podremos tratar de poner en marcha una alternativa eficaz frente a la  desastrosa e injusta situación actual que estamos padeciendo. Alternativa que exige a su vez un replanteamiento de la acción y organización política tradicional, puesto que los poderes financieros  que mueven los hilos de este desequilibrado desarrollo social y económico han terminado por dejar vacía de todo  contenido y competencias reales ( a no ser las vicarias) la democracia formal liberal en que se sustentaba el edificio económico- social capitalista. 

             De todo esto nos habla este sugerente y pertinente libro. Los amos del mundo. Las armas del terrorismo financiero (Espasa, 2012) del que son autores dos economistas progresistas  Vicenç Navarro  y Juan Torres no es sino una clara y pedagógica ( como corresponde a su finalidad) disección que analiza el origen, las causas y consecuencias  del capitalismo financiero que nos subyuga, a la vez que nos hace  la propuesta de una alternativa frente al mismo.

 .          Torres y Navarro nos muestran  cuáles son los fundamentos del enorme poder actual de la banca. Su principal  privilegio hoy  se basa  en el poder privado  que ésta ha logrado- con el consiguiente poder político y social que ello conlleva-  de crear dinero bancario a través de los créditos, esto es, elementos de pago que nada o poco tienen que  ver ya con la economía real. Lo que ha llevado a la institución bancaria  a promover  como instrumento básico de explotación humana el desarrollo hipertrofiado del crédito Y,  para ello, ha logrado, a través  de un conjunto de reformas políticas neoliberales - que comenzaron en los años noventa con el Consenso de Washington- , la desregulación casi total  de las operaciones  financieras convirtiendo la especulación a gran escala  en el objetivo final de la economía  mundial frente a la economía real o productiva. Esto es, han convertido la economía  global en  un gran casino. Casino global  en el  que, como titulan los autores un capítulo, se “hace juego” través de un conjunto variado, sofisticado y arriesgado  de instrumentos especulativos  que los autores  analizan con claridad  y no dudan en calificar como “terrorismo financiero”. Análisis que  eriza el vello de los lectores  por los riesgos y abusos (inmorales siempre y  en una gran mayoría de casos, delictivos) que implican tanto para los inversores de a pie como para la mayoría de la población que los padece, dada la  pobreza, la desigualdad e inseguridad que conllevan sus consecuencias.

Las dos condiciones para poner fin a esta situación de injusticia y abuso, según nuestros dos economistas, están hoy ya presentes. Lo que les hace pensar que es factible tratar de ponerle fin. Una condición necesaria, pero no suficiente es el descontento que se extiende lentamente como una mancha de aceite entre la mayoría ciudadana de que esta situación está llegando a límites inaceptables e insostenibles y la historia de la humanidad demuestra que poderes tan imponentes como los que detenta este imperio de los banqueros también  han caído y pasado. La condición suficiente es que ya existe elaborada por los economistas no convencionales, organismos públicos y privados y grupos de pensamiento no serviles con esos poderes, una alternativa fundamentada a ese orden económico y financiero neoliberal que supone el beneficio desmesurado de unos pocos frente al sufrimiento y la pobreza de  la mayoría.

 Esa alternativa, de la que se hace en el libro un sumario repaso, pasa necesariamente, entre otras medidas, por la regulación estricta de los mercados financieros, el fin del  poder privado de la banca de crear dinero, la creación de una banca pública al servicio de las empresas de producción de bienes y servicios, el desarrollo de la cogestión y de la propiedad cooperativa y la desglobalizacón financiera que ha desarrollado el capitalismo neoliberal.

Sin embargo,  desde su perspectiva económica, nuestros autores dejan en el aire un aspecto de vital importancia para diseñar una verdadera alternativa integral: cómo articular políticamente ese potencial sujeto transformador, dada la crisis de la izquierda realmente existente. Pero, a pesar de ello,  estamos, sin duda, ante un libro clarificador  que deberían leer todos aquellos que realmente quieran comprender y responder a  la grave e injusta  situación por la que estamos pasando.