JULIO
ANTONIO VAQUERO IGLESIAS.
La conmemoración este año del
cincuenta aniversario de la publicación del libro del historiador y catedrático
David Ruiz, La historia del movimiento obrero en Asturias, es, sin duda, una
ocasión oportuna para repasar, aunque
solo sea someramente, la importante labor que David ha desarrollado como
historiador y como profesor universitario.
Como historiador su labor se ha caracterizado por una profunda
coherencia investigadora. David,
procedente del Cuerpo de Catedráticos de
Instituto, tuvo su primer destino en el Instituto de Algeciras desde donde se
trasladó al Instituto de LLanes y,
finalmente, pasó al Instituto Femenino de Oviedo (hoy
Instituto Aramo) para terminar como
profesor encargado de la cátedra de Historia contemporánea de la Universidad de
Oviedo y final y sucesivamente ocupar las plazas de profesor adjunto y
catedrático de esa asignatura en nuestra universidad. Su llegada a Asturias no
fue fruto del azar de un traslado, sino que estuvo determinada por su interés
como investigador de la Revolución del 34 en Asturias. Pero para proceder a su estudio era necesario conocer en
profundidad los antecedentes y consecuencias
de ese proceso revolucionario que puso a Asturias, más que el mito de
Covadonga, en el escenario mundial. De ahí la dedicación de su pionera tesis,
dirigida por don Juan Uría, al estudio del origen y desarrollo del
movimiento obrero en Asturias, como paso previo para un análisis en profundidad de
la Revolución del 34. Su tesis fue publicada en 1968, con el título de El movimiento obrero en Asturias. De la
industrialización a II República. ...
Fue, sin duda, un estudio
pionero porque en aquellos años la historia dedicada en España al estudio de
los de abajo, de las clases populares y trabajadoras apenas si tenía algunas
muestras en nuestra historiografía. Pero también y, sobre todo, fue un estudio
con profundas implicaciones políticas, porque, en aquellos momentos de duro combate
contra la dictadura franquista en el que los obreros asturianos estaban
teniendo un papel decisivo, el conocimiento de la historia de las
organizaciones obreras y de su lucha histórica era un factor para su concienciación como clase y, por
tanto, una motivación más para la que
estaban llevando a cabo en aquellos momentos.
Pero, el interés historiográfico de David
siguió estando dominado por el conocimiento en profundidad del proceso
revolucionario de 1934, al que dedicó numerosos trabajos posteriores, incluido
el que presentó para su oposición a la cátedra de Historia contemporánea de la
Universidad de Oviedo y fue publicado posteriormente como Insurrección defensiva y revolución obrera. El Octubre español de 1934
que culminaron en su estudio definitivo Octubre
de 1934. Revolución en la República española.
Esa coherencia investigadora está también presente en su
labor como responsable del Departamento de Historia contemporánea de la
Universidad de Oviedo desde el que
planificó y promovió numerosas tesis y tesinas (42 tesinas y 15 tesis
doctorales hasta 2002 según el Diccionario
Akal de Historiadores españoles contemporáneos) dedicadas a la investigación de la historia
contemporánea de Asturias tratando cubrir con ellas los diversos aspectos
apenas tratados hasta entonces en
nuestra historia regional referidos a su evolución política, económica, social
y cultural. E, incluso, como demostración del conocimiento que tenía de los nuevos temas y corrientes
historiográficas que se estaban introduciendo en España en aquellos años,
también dedicó la atención de los
trabajos de algunos de sus discípulos a campos más novedosos como la historia de las mentalidades desde la
perspectiva metodológica del materialismo histórico en la línea que era
ejercitada en aquel tiempo por un historiador de izquierdas de la talla del
francés Michel Vovelle.
Su metodología basada en una
historia social que empleaba el aparato conceptual del materialismo histórico y
su posición política ideológica como miembro del PCE le trajeron muchos problemas, como por
ejemplo, el no ser renovado por orden gubernativa su contrato como encargado de
la cátedra de Historia contemporánea de la Universidad de Oviedo o la
suspensión y retirada de su versión de la Historia contemporánea de Asturias en
el tomo correspondiente de la Historia de Asturias de la editorial Ayalga por
razones ideológicas. Suspensión, por cierto, que fue finalmente invalidada por los
tribunales. En su defensa y apoyo tuvo David
a historiadores de la talla de
Manuel Tuñón de Lara y Juan José Carreras Ares.
Como profesional de la enseñanza
universitaria, David siempre ha destacado como un excelente transmisor de conocimientos, sino también por ser un
profesor profundamente identificado con sus alumnos con los que siempre ha
sabido establecer una sincera y profunda
relación de amistad y cordialidad nacida de la auctoritas y y no de la potestas. Con los que realizaban bajo su
dirección sus tesinas y tesis su apoyo
era siempre sin límites. En mi caso, por ejemplo, que hice una tesis doctoral
bajo su dirección cuya bibliografía era, sobre todo, de origen francés y no
estaba publicada en España, nunca puso ningún reparo para que el Departamento
cubriera los elevados gastos que suponía
su adquisición y nunca me faltó su apoyó y estímulo en los momentos de
desfallecimiento y desánimo por los que
pasa todo tesitando. Nunca me preguntó por mi ideología y siempre respetó
mi modo concreto de enfocar la
investigación, además de solventarme todas mis dudas y necesidades de investigación La
consecuencia de esa actitud era, como hemos dicho, que, al final, sus alumnos
terminábamos estableciendo con él una relación de amistad, más que de profesor
y alumno.
Otro rasgo que siempre ha destacado en esa labor
profesoral de David, al contrario de lo que era y en cierta medida sigue siendo
habitual en nuestra Universidad, es el no haber practicado la endogamia en la
elección de sus alumnos de posgrado. Es más, si ha tenido inclinación hacia
alguna clase de ellos, ha sido hacia los
profesores provenientes de los cuerpos de Profesores de Enseñanza Media que
querían hacer sus tesis y tesinas Apoyo quizás motivado por su procedencia
profesional de esos cuerpos y, sobre todo, por
la ausencia en él de cualquier clase de espíritu corporativo.
Sin duda, el libro cuya
edición conmemoramos este año tuvo una
importante implicación historiográfica y política, pero también por ser el
preámbulo de un largo, fructífero y
coherente ejercicio de su labor profesional, intelectual y política.
(PUBLICADO EN EL SUPLEMENTO CULTURAL DE LA NUEVA ESPAÑA, DE OVIEDO)