domingo, 1 de noviembre de 2020


 


      UNA VIDA DEDICADA AL ARTE, LA ENSEÑANZA Y LA ACTIVIDAD CÍVICA

                                                JULIO ANTONIO VAQUERO IGLESIAS 

 Las páginas de LA Nueva España nos traen una luctuosa y triste noticia: el fallecimiento de Higinio del Valle Gorgojo. Catedrático de Dibujo de Enseñanza Media en varios institutos asturianos. Los dos últimos  fueron  el de Lugones y, definitivamente, el Alfonso II de Oviedo, donde se jubiló tras ejercer durante muchos años su brillante  magisterio  que todavía recordarán los alumnos que pasaron por sus clases y del que podemos dar fe los que fuimos sus compañeros de claustro y, sobre todo, sus amigos.

Además de la enseñanza, Higinio dedicó otra parte esencial de su vida a su actividad como pintor, en la que alcanzó un gran prestigio dejándonos una obra de gran calidad y variedad. Baste recordar el gran mural que preside la escalinata del vestíbulo del instituto Alfonso II y que durante tantos años sigue siendo testigo mudo, pero bien hablante de la calidad artística de su autor para tantas promociones de alumnos que siguen pasando por sus aulas. O por mencionar otra de sus obras las pinturas que iluminan el balneario de Las Caldas.

   Pero Higinio no agotó con estas dos importantes y esenciales actividades, el taller y la escuela, su valiosa aportación a la sociedad asturiana. Intelectual de izquierdas, aún contra su voluntad por su personalidad poco dada al histrionismo, consideró su deber participar en la política activa en la esfera local. Vinculado al PSOE, fue elegido como concejal del Ayuntamiento ovetense y durante una legislatura aportó todo su compromiso cívico y su saber cultural a tratar de mejorar la vida de sus conciudadanos.

 Leonés nacido en el barrio  de Pinilla, Higinio se formó y maduró intelectualmente entre el grupo de intelectuales y escritores de la que algunos han llamado la  “escuela” de León y del que formaban parte escritores de la talla de Luis Mateo Diez o Agustín Delgado, por citar sólo a dos de ellos. Colaboró incluso en la confección de las ilustraciones gráficas de la revista mítica que fue su medio de expresión: Claraboya.

   Hombre retraído, algunos dirían que tímido en la vida social, en las distancias cortas y entre sus conocidos Higinio era, además de un excelente amigo, un gran conversador y un intelectual con firmes y desarrollados saberes intelectuales con el que era siempre instructivo y fructífero conversar.

    En el plano personal, Higinio tuvo, además, otro faro que dirigió su vida: su familia. Rosa María y sus tres hijos constituyeron siempre el basamento principal que dio sentido a su vivir y a ellos queremos expresarles con esta humilde semblanza nuestro más sentido sentimiento de pérdida

  Descansa en paz amigo. Te lo has merecido.

(PUBLICADO EN “LA NUEVA ESPAÑA” de Oviedo)