UNA VIDA DEDICADA AL ARTE, LA ENSEÑANZA Y LA ACTIVIDAD CÍVICA
JULIO ANTONIO VAQUERO IGLESIAS
Las páginas de LA Nueva España nos
traen una luctuosa y triste noticia: el fallecimiento de Higinio del Valle
Gorgojo. Catedrático de Dibujo de Enseñanza Media en varios institutos
asturianos. Los dos últimos fueron el de Lugones y, definitivamente, el Alfonso
II de Oviedo, donde se jubiló tras ejercer durante muchos años su
brillante magisterio que todavía recordarán los alumnos que
pasaron por sus clases y del que podemos dar fe los que fuimos sus compañeros
de claustro y, sobre todo, sus amigos.
Además de la enseñanza, Higinio dedicó otra parte esencial de su vida a
su actividad como pintor, en la que alcanzó un gran prestigio dejándonos una
obra de gran calidad y variedad. Baste recordar el gran mural que preside la
escalinata del vestíbulo del instituto Alfonso II y que durante tantos años
sigue siendo testigo mudo, pero bien hablante de la calidad artística de su
autor para tantas promociones de alumnos que siguen pasando por sus aulas. O
por mencionar otra de sus obras las pinturas que iluminan el balneario de Las
Caldas.
Pero Higinio no agotó con estas
dos importantes y esenciales actividades, el taller y la escuela, su valiosa
aportación a la sociedad asturiana. Intelectual de izquierdas, aún contra su
voluntad por su personalidad poco dada al histrionismo, consideró su deber
participar en la política activa en la esfera local. Vinculado al PSOE, fue
elegido como concejal del Ayuntamiento ovetense y durante una legislatura
aportó todo su compromiso cívico y su saber cultural a tratar de mejorar la
vida de sus conciudadanos.
Leonés nacido en el barrio de Pinilla, Higinio se formó y maduró
intelectualmente entre el grupo de intelectuales y escritores de la que algunos
han llamado la “escuela” de León y del
que formaban parte escritores de la talla de Luis Mateo Diez o Agustín Delgado,
por citar sólo a dos de ellos. Colaboró incluso en la confección de las
ilustraciones gráficas de la revista mítica que fue su medio de expresión: Claraboya.
Hombre retraído, algunos dirían que tímido en la vida social, en las
distancias cortas y entre sus conocidos Higinio era, además de un excelente
amigo, un gran conversador y un intelectual con firmes y desarrollados saberes
intelectuales con el que era siempre instructivo y fructífero conversar.
En el plano personal, Higinio
tuvo, además, otro faro que dirigió su vida: su familia. Rosa María y sus tres
hijos constituyeron siempre el basamento principal que dio sentido a su vivir y
a ellos queremos expresarles con esta humilde semblanza nuestro más sentido
sentimiento de pérdida
Descansa en paz amigo. Te lo has
merecido.
(PUBLICADO EN “LA NUEVA ESPAÑA” de Oviedo)