sábado, 25 de junio de 2016

CLÁSICOS ASTURIANOS  DEL PENSAMIENTO POLÍTICO
                                                                     Julio Antonio Vaquero Iglesias
           


Con la publicación de su número 15 se pone fin a la colección Clásicos Asturianos del Pensamiento Político editada por la Junta General del Principado de Asturias(1). Este último número recoge una selección de los discursos parlamentarios del Conde de Toreno e incluye un amplio y documentado Estudio Preliminar. Su preparación y el estudio introductorio han corrido a cargo del catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad de Oviedo,  Joaquín Varela Suanzes,. La colección inició su andadura ya hace unos  diez años con el objeto de llevar a cabo una recuperación institucional de los mejores pensadores políticos que ha dado Asturias, más allá de cualquier patrimonialización ideológica, como apuntó en la presentación inicial de la colección, la entonces la Presidenta de la Junta, Laura González Álvarez.
La colección la componen  15 volúmenes que recogen los escritos políticos  de 12 pensadores políticos asturianos: Jovellanos, Martínez Marina ( dos tomos), Campillo, Campomanes ( dos tomos, uno de ellos con inéditos políticos), Flórez Estrada, Agustín Argüelles ( dos tomos), Adolfo Posada, Posada Herrera, Vázquez de Mella, Indalecio Prieto, Melquíades Álvarez y el Conde de Toreno. Todos ellos incluyen un estudio preliminar en el que se analiza la biografía política de cada pensador y el contenido de la obra.
 Los encargados de cada edición, y a la vez autores de los estudios preliminares, han sido elegidos entre los profesores universitarios considerados como los  más destacados especialistas y conocedores de la obra  de cada uno de pensadores políticos seleccionados. Citados en el mismo orden en que se han mencionado más arriba las obras, son: José Miguel Caso; Joaquín Varela Suanzes y José Antonio Escudero; Mª Dolores Mateo;  Santos M. Coronas doble editor y autor de estudio preliminar de las dos obras sobre Campomanes; Manuel Jesús González; Francisco Tomás y Valiente; Francisco Rubio Llorente; José Antonio Escudero; Francisco Sosa Wagner: Julio Aróstegui: Miguel Artola Ricardo Miralles; José Antonio Girón; y  de la obra que cierra la colección sobre Toreno, de nuevo, Joaquín Varela Suances.
                        El Consejo de Dirección de la Colección estuvo compuesto inicialmente
por José Miguel Caso González, Francisco Tuero Bertrand, Joaquín Varela Suanzes, José Luis Pérez de Castro y Alberto Arce Janáriz. Los dos primeros, como es sabido, ya  fallecidos. Asimismo ya no está entre nosotros. víctima del terrorismo, Tomás y Valiente, editor e introductor de uno de los volúmenes dedicado a Agustín Argüelles.
                        En el Aula Parlamentaria se presentaron, con toda solemnidad académica, 6 de los volúmenes de la Colección  con participación de cada uno de los autores respectivos y la intervención, en cada una de esas sesiones, de una personalidad de la política o de la cultura españolas como los Presidentes de las Cortes y en la presentación de este último, Carmen Iglesias, Directora del Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, historiadora, académica de la Academia de la Historia y de la Academia Española  y catedrática de Historia de la Universidades Complutense y  Rey Juan Carlos de Madrid.  
“Clásicos asturianos del pensamiento político”, no “clásicos del pensamiento político asturiano” , como agudamente distinguió Francisco Tomás y Valiente en la presentación del que corrió a su cargo sobre Argüelles, se ha titulado justamente la colección. No se ha tratado tanto de recuperar aquellos  que han pensado políticamente Asturias como los que han pensado políticamente España, desde Asturias o desde su origen asturiano.
“Clásicos”, porque forman parte ya de ese acervo de escritores políticos españoles imprescindible para conocer la historia del pensamiento político español. Pero también para conocer su praxis, porque, denominador común del pensamiento de todos estos escritores políticos asturianos, ha sido desarrollar un pensamiento no tanto abstracto y teórico como práctico, dedicado a plantear problemas concretos y darles soluciones y, en mayor o menor medida, tratando de aplicarlas en la realidad en su ejercicio como políticos o altos magistrados del Estado.                                                                        
             Tomados en su conjunto, la trayectoria ideológica que sugieren estos textos de los pensadores políticos asturianos seleccionados es la de una evolución progresiva coherente. Desde el pensamiento  ilustrado, con  figuras de la primera oleada ilustrada española como el ministro Campillo o punteras de la etapa de plenitud en el reinado de Carlos III  como Campomanes y Jovellanos, hasta el socialismo democrático de Indalecio Prieto pasando por el liberalismo de Flórez Estrada, Martínez Marina, Argüelles, Toreno, Posada Herrera y el republicanismo democrático reformista representado por Melquíades Álvarez y Adolfo Posada y la muestra  también del pensamiento político de la reacción representada por el tradicionalismo de Vázquez de  Mella. Y dentro del liberalismo, tras el giro ideológico de Argüelles y Toreno, una vez consumada la frustrada experiencia de Cádiz, el predomino del liberalismo moderado frente al liberalismo radical de Flórez Estrada. Este último podría ser considerado como el extremo del cabo cuya otra punta terminaría en el socialismo liberal de Indalecio Prieto y del que formaría parte, sin duda, como uno de sus nudos intermedios, el republicanismo reformista y democrático de Melquíades Álvarez  y de Adolfo Posada.
          Sin duda, la idea de editar esta colección es encomiable como la selección de sus componentes ha sido acertada y el balance global puede considerarse excelente. Y, desde el humilde criterio del que esto escribe, sería deseable y aconsejable su continuidad en una segunda etapa. No sólo  se podría completar así con los escritos políticos de otros pensadores políticos asturianos pertenecientes a esas mismas corrientes y de los que suponen variaciones y matices dentro de ellas que se dieron también a nivel nacional, como, por ejemplo, Pérez-Villamil como paradigma del pensamiento político involucionista hacía el que tendió a partir de la guerra de Independencia cierto sector de los ilustrados españoles o Alejando Pidal y Mon como ilustración de la adaptación de cierto sector del catolicismo tradicional al sistema político liberal de la Restauración. Sino, además, incluir algunos de los destacados representantes asturianos de otras tendencias del pensamiento político que permitieran presentar un cuadro algo más complejo como podrían ser, entre otros y por citar alguno a modo de ilustración, del absolutismo, el cardenal Inguanzo y del anarcosindicalismo, Eleuterio Quintanilla. Como también alguno de los más significativos pensadores del regionalismo asturiano.
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LAS LIMITACIONES DEL PENSAMIENTO LIBERAL ESPAÑOL
                                                                    J. A. V. I. 
                    Como bien apunta el profesor Varela Suanzes en su estudio preliminar  a los Discursos Parlamentarios del Conde de Toreno, los discursos del prócer asturiano expresan bien claramente las limitaciones de liberalismo español. Una vez  superada su etapa revolucionaria de Cádiz, la mayor parte de nuestros liberales, más entre los moderados que  entre los progresistas, pasaron del liberalismo revolucionario a la contención y el conservadurismo, respondiendo así a los intereses, miedos y expectativas de las capas sociales que representaban. Evolución que se cumplió, incluso, en el caso de algunos - como ocurrió en los de Toreno y Argüelles- a lo largo de su propia  vida política.
En el caso de Toreno, esa  evolución política, cuya inflexión comienza con el Trienio, lleva al político asturiano a recalar finalmente en las filas del moderantismo isabelino y asumir su ideario como puede apreciarse en sus intervenciones en las Cortes del Trienio y después en las desarrolladas durante la vigencia del Estatuto Real y de la Constitución de 1837. Ninguna mejor para demostrarlo en este caso que sus intervenciones  sobre la ley electoral en el Parlamento del Estatuto Real que recoge Varela entre sus discursos parlamentarios y  en las que ataca al sufragio universal y niega el voto a “las capacidades” ( profesiones liberales y funcionarios). Expresa con ello el miedo  de los sectores sociales que representa el moderantismo tanto al pueblo urbano como al campesinado como sujetos potenciales de la revolución democrática ( las referencias a los excesos de la Convención francesa son frecuentes) y de la contrarrevolución absolutista dada la fuerza pujante que el carlismo tenía en España.
            “ (...) El sufragio universal- dice Toreno en su discurso de 1836 sobre la Ley Electoral- lejos de pertenecer a los principios más liberales y francos, quizá pertenece a los contrarios: el comerciante, el fabricante, etc., que tiene a sus dependientes; el propietario que tiene sus colonos y arrendadores, deben y pueden contar con el voto de ellos: y así, por este medio, que se considera tan democrático, se erige para las elecciones una verdadera aristocracia,  poniéndola en manos de los más pudientes del Estado. No así cuando se llama a las clases acomodadas, que naturalmente son las más independientes (...)”
        

DEMÓCRATA RADICAL

                                                                         J.A.V.I
En esos términos, que implican una connotación peyorativa para quien los dijo al clasificar al socialista asturiano como representante del pensamiento político pequeñoburgués, definió el dirigente comunista italiano, Palmiro Togliati a Indalecio Prieto. Sin duda, como dice Ricardo Miralles, en su estudio introductorio de los Textos Escogidos del socialista ovetense, esa definición hubiese sido un elogio para él. Menos doctrinario que pragmático- esto es: en la misma línea que hemos visto mantuvieron los otros pensadores políticos ilustrados y liberales asturianos-; más liberal que socialista y menos o nada-como le acusaba Largo Caballero- socialista marxista, Prieto se autodefinió como “socialista a fuer de liberal”. Concibió la acción política como instrumento para la transformación social, pero no revolucionaria sino reformista y sus  fuentes ideológicas de  pensamiento político fueron el liberalismo, la democracia, el socialismo y el regeneracionismo.
 “Yo he de decir- expuso en ese sentido en 1921 en su famosa conferencia de la asociación “El Sitio” de Bilbao- que soy socialista a fuer de liberal. Es decir, que yo no soy socialista más que por entender que el socialismo es la eficacia misma del liberalismo en su grado máximo y el sostén más eficaz que la libertad puede tener. Soy socialista, fundamentalmente, porque entiendo que sin la plenitud de la libertad económica es imposible que en la vida real se de la plenitud de la liberta política, y porque entiendo que por encima de aquellas objeciones, un tanto superficiales, que se hacen al régimen de reglamentación antiliberal y que será convertir  a la sociedad en un inmenso cuartel, sometidos todos los humanos a disciplinas verdaderamente arbitrarias, entiendo que, lejos de eso, el socialismo es la perfectibilidad liberal, que la libertad no puede ser posible de una manera plena sin que la consagración de la libertad política esté sustentada sobre la total libertad  económica de los habitantes del mundo (....)”
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            (1) Agradezco a doña Josefina Velasco, jefa del servicio de Biblioteca, Documentación y Archivo de la Junta General del Principado de Asturias, todas las atenciones y facilidades que me ha prestado para poder realizar esta reseña.

 ( PUBLICADO EN LA NUEVA ESPAÑA, DE OVIEDO)

                                                                                         

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