sábado, 4 de junio de 2016

Los obreros gijoneses frente Franco

          LOS OBREROS GIJONESES CONTRA FRANCO Y FRENTE  LA CRISIS  INDUSTRIAL

                                                               Julio Antonio Vaquero Iglesias
       
LAS TRABAJADORAS DE LA FABRICA DE TABACO DE GIJÓN

     La historia del movimiento obrero que, desde finales de los años 60, irrumpió con gran fuerza en  la historiografía española, y de la que la asturiana fue una de las  pioneras con la obra y los trabajos de David Ruiz y el grupo de jóvenes historiadores que comenzó formarse en su entorno, experimentó en los 80 un profundo giro de carácter temático y metodológico, convirtiéndose en una historia social obrera en la que el análisis del movimiento obrero en sí había dejado de ser su objeto exclusivo y central. Pero, finalmente, en los 90, dentro de ese enfoque,  son de nuevo numerosas las aportaciones en las que  otra vez  el análisis del movimiento obrero como sujeto colectivo vuelve a tener una gran relevancia.     
     Desde ese nuevo paradigma, han sido realizadas algunas de las más recientes e importantes aportaciones a la historia del movimiento y la clase obrera asturiana como han sido, entre otras, los estudios sobre los mineros asturianos de Ramón García Piñeiro, la clase obrera asturiana durante el franquismo de Carmen Benito, o la historia de los comunistas en Asturias, obra colectiva coordinada por Francisco Erice. Y es, pues, dentro de ese contexto historiográfico desde el que se deben analizar y valorar estas dos  recientes aportaciones que sobre  la historia del movimiento obrero en Asturias presentamos aquí. Se trata de sendos libros de Rubén Vega/ Begoña Serrano y Rubén Vega  que tratan respectivamente de la historia del movimiento obrero gijonés durante la primera etapa del franquismo y de  la que se corresponde con la crisis industrial de la ciudad y va de 1975 a 1995.
     El primero, Clandestinidad, represión y lucha política. El movimiento obrero en Gijón bajo el franquismo (1937-1962) (Ayuntamiento de Gijón, 1998) de R. Vega/ B. Serrano, tiene como objeto la reconstrucción de la historia de las organizaciones obreras y sus luchas en Gijón entre 1937, en que la ciudad fue ocupada por los “nacionales” y 1962, año en que se produjo el importante movimiento huelguístico de la minería asturiana  que marcó un antes y un después en la oposición a la dictadura franquista. A través del análisis de las  organizaciones obreras locales y de las acciones reivindicativas que protagonizaron, en la clandestinidad y en medio de  una dura represión, los obreros gijoneses, los autores trazan los rasgos específicos, locales, que, en su lenta reconstrucción, manifestó el movimiento obrero gijonés en el marco del asturiano y establecen diferencias claras con el de preguerra. Junto con el relevo generacional y el marcado carácter laboral de las reivindicaciones, se produce en esta etapa, según los autores, la sustitución de la tradicional hegemonía que los anarcosindicalistas habían  tenido en Gijón por el papel más activo de los comunistas  en relación con su estrategia de lucha desde el interior contra la dictadura y el retraimiento en ese sentido de los socialistas y los cenetistas. A la vez que aparecen todavía en esta etapa como emergentes los grupos de oposición procedentes de medios confesionales como la HOAC y la JOC.
      Sin embargo, ni esa renovación ni la aparición en el medio local de determinados focos de vanguardia obrera (como es el caso de Mina de La Camocha, cuya formación y características peculiares se tratan en el libro, a la vez que se da una ponderada interpretación, es decir menos “mítica” y más histórica, de su contribución al nacimiento de CC. OO. ) dan lugar a la superación de la debilidad estructural del movimiento obrero gijonés en esta etapa. A pesar de lo cual, junto con el descontento social producido por la represión de la huelga de 1958 y el descenso del nivel de vida traído por el ajuste derivado del Plan de Estabilización,  explicaría, según los autores, por una parte, la participación generalizada de los obreros gijoneses  en el movimiento huelguístico de 1962. Lo que no ocurrió ni  en Avilés ni en Oviedo. Y, por otra, el que esa participación se produjese con retraso con relación a su foco de nacimiento en las cuencas mineras, y, además, que  su origen en Gijón, más que como efecto de una acción planificada por las organizaciones obreras locales, tuviese un componente grande de espontaneísmo  y de comportamiento inducido por el ejemplo de los mineros de las cuencas y alimentado por el caldo de cultivo del descontento social mencionado.
     Estamos, pues, ante una obra, como los propios autores reconocen en el prólogo, que se mueve en su temática en la onda de la  historia clásica del movimiento obrero, es decir, está centrada exclusivamente en el análisis de las organizaciones y de las luchas obreras. Pero, dentro de esa línea, es de justicia reconocer que es una obra sólida, con una clara orientación científica y no hagiográfica o épica,  en la que los autores utilizan alguno de los nuevos elementos metodológicos como las fuentes orales y demuestran saber contrastarlas adecuadamente con las informaciones procedentes de las tradicionales fuentes documentales. Además, por otra parte, como dice el alcalde Vicente Álvarez Areces en la presentación introductoria del libro, éste cumple otra función inexcusable, que es la de recuperar y difundir una parte de la memoria colectiva de la historia de la ciudad, la de  los hechos secuestrados y la voz enmudecida de  aquellos obreros gijoneses que lucharon por una vida más digna y una España en libertad, la cual muchos ayudaron a traer y no lograron alcanzar a ver.
     El  otro libro mencionado, Crisis industrial y conflicto social. Gijón 1975-1995 ( Ediciones Trea, 1998) de Rubén Vega presenta otro carácter y es, sin duda, una obra de mayor enjundia que la anterior  y se puede incluir ya de manera clara dentro de esa nueva corriente en que se mueve hoy la historiografía del movimiento obrero. Es una obra de factura académica, que constituye el texto de la tesis doctoral del autor y en la que se plantea como objetivo no sólo reconstruir los rasgos específicos  de la relación entre  la crisis industrial y la movilización social gijonesa dentro del marco regional, dada la personalidad y peculiaridades que Gijón presenta desde el siglo XIX como ciudad industrial. Además, ha tratado de verificar a través del microanálisis gijonés determinadas hipótesis de la relación entre conflictividad  y regiones en declive industrial a partir de las cuales se puedan establecer conclusiones más generales para esta  y otras clases de conflictividad obrera.
    Para ello, el autor desplaza el punto de mira de la clásica historia del movimiento obrero sobre las cúpulas de las organizaciones sindicales y políticas obreras  hacia el análisis de las actitudes y comportamientos de los obreros gijoneses ante la crisis industrial y trata de explicarlos desde una perspectiva más global e interdisciplinar.
    Dentro de ese conjunto de factores que el autor analiza como elementos explicativos de la aguda conflictividad obrera y la importante movilización social que la crisis industrial produjo en Gijón en los años 80, están la tradición de resistencia y de lucha obrera de la clase obrera gijonesa, en ascenso, además, en la ciudad desde la etapa final del franquismo. Y también la configuración sociopolítica (incluidos partidos y organizaciones no obreras como la patronal) de la ciudad, caracterizada por una rica actividad asociacionista y por la existencia de una  amplia pluralidad de tendencias políticas y sindicales. Un medio, pues, adecuado para que surgiera, primero como tendencia dentro de CC. OO y después como sindicato, la Corriente Sindical de Izquierdas,  que sería la organización sindical que lideraría la contestación radical a la crisis. El propio tamaño de la ciudad sería otro factor a tener en cuenta. Al ser éste, en el caso de Gijón,  el de una ciudad media permite una clara relación y un vínculo directo entre los sectores obreros afectados por la crisis y el resto de la población, propiciando, como así sucedió, el desarrollo de una fuerte movilización social a su favor. La influencia en la conflictividad social de la naturaleza de los sectores industriales afectados y de los lugares de residencia en que viven los obreros se tradujo en Gijón en la activa participación en las acciones reivindicativas, con una clara estrategia radical y de presión política, del sector de los trabajadores del sector naval que fueron los que protagonizaron principalmente la reacción obrera contra la reconversión industrial en la ciudad. Los obreros de este sector trabajan en talleres donde su tamaño y la organización del trabajo evitan el aislamiento y promueven la convivencia  obrera y residen en barrios  donde ésta se continúa y activa, cuyos habitantes fueron la base de la fuerte movilización social que se desarrolló apoyando los agudos episodios de conflictividad social que se produjeron.      
   Lástima que investigaciones de esta clase no se hayan  realizado todavía para otras comarcas españolas similares, afectadas también por la reconversión industrial como Vigo, El Ferrol, Sagunto, Cádiz o la margen izquierda del Nervión Pues el análisis comparativo podría haber permitido contrastar las conclusiones de este importante y novedoso trabajo. 
(PUBLICADO EN EL SUPLEMENTO CULTURAL DE LA NUEVA ESPAÑA, DE OVIEDO)   








 

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