lunes, 5 de septiembre de 2016



                          EDUCACIÓN : RAÍCES Y DESARRAIGOS 
                                                              Julio Antonio Vaquero Iglesia






La educación es un proceso abierto, una práctica social en construcción. La enseñanza debe adaptarse no sólo para integrar los avances de las disciplinas científicas que constituyen las fuentes de sus contenidos, sino para modificar y matizar sus fines educativos en relación con las transformaciones y cambios sociales que se producen. Sean las intenciones educativas contribuir a reproducir o a transformar la sociedad. Como también los métodos didácticos están en continúa revisión tratando de conseguir una mayor eficacia y  coherencia con esos contenidos y fines cambiantes. Cada tiempo como cada sociedad tienen o deben de tener su específica educación. Dentro del marco educativo legal que prescribe democráticamente la sociedad o fuera de éste- dado el habitual desfase entre esas transformaciones y los textos legales educativos-, los profesores más inquietos suelen buscar  las respuestas educativas adecuadas para  adaptar la enseñanza a esos cambios, según su personal manera de interpretarlos; y tratan de introducir nuevos métodos didácticos que mejoren  el proceso de enseñanza- aprendizaje.
 Dos aportaciones  a esta doble manera de contribuir a la mejora de la práctica educativa han aparecido recientemente en Asturias, realizadas por profesores asturianos.. Por una parte, como respuesta educativa a un nuevo y grave problema social como es el de la integración de los inmigrantes que llegan a nuestro país a causa del éxodo masivo que está produciendo la globalización, el Grupo Eleuterio Quintanilla acaba de publicar un excelente  material de trabajo escolar titulado Miradas y Desarraigos. Las migraciones en el Arte. Por otra,  dedicado a exponer una renovada propuesta y experiencia didáctica, se ha publicado el discurso de ingreso como miembro de número permanente del Real Instituto de Estudios Asturianos (R.I:D.E,A.), del catedrático de Didáctica de las Ciencias Sociales de Escuela Universitaria  de la Universidad de Oviedo, Florencio Friera: Los estudios de Historia local y su función educativa ( Principado de Asturias. R.I.D.E.A. Oviedo 2002).
Con buen criterio, a mi entender, ha elegido Friera, como asunto de su discurso de ingreso en  el R.I.D.E.A, éste de la función educativa de la historia local , anteponiéndolo al que ha constituido el otro foco en que ha centrado  su trabajo como historiador: la obra de Ramón Pérez de Ayala. Y ello, no sólo porque  es una manera de revalorizar dentro de la institución cultural asturiana  la función educativa de la Historia, sino también porque, en el tema que ha elegido para su discurso, se unen,  el otro aspecto que ha dominado la tarea investigadora del profesor asturiano, la historia local de su concejo natal, Sariego, con su labor como profesor e investigador de la didáctica de las ciencias sociales en la Universidad de Oviedo. Además de que para el RIDEA, dada la naturaleza de sus objetivos, contar con un buen profesional con experiencia en la investigación de la historia local, como es el caso de su nuevo miembro, su ingreso supone también una idónea incorporación para la institución..
   La enseñanza de la historia local en la escuela como componente de la disciplina escolar histórica  tiene ya una larga tradición que se remonta a finales del siglo XIX. Pero ha tenido mayor desarrollo en los países anglosajones en relación quizás con  el enfoque  empírico que ha caracterizado siempre su historiografía, pero también debido a la dependencia orgánica que en ellos tiene  ese nivel educativo  de los municipios y entes regionales. En el resto de los países europeos,  no fue sino  hasta los años setenta del pasado siglo cuando  comenzó a revalorizarse la enseñanza de  la historia local en el nivel escolar en el marco del auge que alcanzó dentro  de los  sistemas educativos el conocimiento del medio y el entorno. De ahí proviene su inclusión en España en  los programas de la Ley General de Educación y de la LOGSE y del interés que Friera ha venido mostrando por su práctica y su enseñanza como historiador y como profesor de la didáctica de las ciencias sociales.
Destaca en su discurso el profesor e historiador asturiano la virtualidad educativa que ofrece la historia local. La reducida escala del análisis permite entroncar su objeto de  estudio con la experiencia personal de los alumnos, aumenta su  motivación y posibilita el ajuste de su desarrollo intelectual con lo estudiado: de lo más próximo  a lo más lejano, de lo local a lo general. Además de la mejor motivación y posibilidad que proporciona la historia local para una práctica simulada por los alumnos de los procedimientos del saber historiográfico como escenario idóneo del aprendizaje por descubrimiento. Favorece asimismo el desarrollo de los hábitos de respeto y valoración por los alumnos del patrimonio artístico propio. Y, para tratar de contrarrestar la tendencia a la homogeneidad cultural que provoca la globalización, su práctica promueve la enculturación de los escolares. Pero, a la vez, con un tratamiento adecuado por el profesor, al promocionar en los alumnos nativos hábitos de respeto y valoración por su medio cultural, desarrolla las actitudes de tolerancia y el respeto hacia  la cultura de los muchos alumnos inmigrantes que hoy pueblan nuestras aulas. 
Estos factores mencionados son, sin duda, positivos para promover  la enseñanza de la historia local no sólo en la escuela y en el sistema formal de enseñanza, sino en los otros niveles de la educación y en el sistema no formal. En función de ellos,  como apunta Friera, ha sido recomendada su práctica por el propio Consejo de Europa. Pero  también es de destacar que la enseñanza de la historia en esa escala reducida  puede presentar obstáculos y deformaciones que conviertan su ejercicio en algo no tan  positivo.
 En primer lugar, está la condición necesaria de que para su práctica educativa es necesario contar, en gran medida, con el propio desarrollo de la investigación sobre  historia local. Y, dada la función social originaria y predominante durante mucho tiempo que ha tenido la Historia como estimuladora de la conciencia nacional, la historia local ha tenido poco predicamento en la mayor parte de los países europeos y ha quedado en manos de eruditos e historiadores  no profesionales con resultados de escasa calidad y la ausencia de un corpus de conocimientos historiográficamente consistente, producto de una investigación histórica rigurosa a escala local o comarcal.. Ése ha sido ha sido el caso de España donde la historia local no ha sobrepasado, con todos las excepciones que se quiera, el listón del  localismo y de la historia  a vista de campanario. Una historia escolar que tenga como base ese tipo de historia local corre, sin duda, el grave peligro de no rebasar el nivel de lo anecdótico y localista.
No es este el planteamiento de Friera. Su propia investigación sobre la historia del concejo de Sariego constituyen la materia histórica  para su proyecto didáctico de historia local. Y, en su proyecto,  la historia local se concibe como un procedimiento para ir de la historia de esa escala a la historia general. Además del estudio genealógico de dos familias concretas de Sariego,(los Vigil y los Parajón), de sus  “casas” y del paisaje del concejo asturiano, el recurso ensayado por el profesor asturiano para dar ese salto de lo local a lo general, ha sido el de las dramatizaciones históricas  con los escolares de Sariego. Y tal recurso es , sin duda, una de las aportaciones didácticas más originales de su proyecto de enseñanza de la historia local.
Una objeción al historiador y una observación al profesor nos sugiere el texto y la propuesta de Friera. En mi opinión, no se puede identificar la historia local con la microhistoria, como habitualmente y sin gran fundamento se viene haciendo. No todo lo que en historia presenta un enfoque a escala local ni trata de personas y casos concretos es microhistoria. Por lo menos del modo como la ha entendido la historiografía italiana desde Il formaggio e i vermi ( El queso y los gusanos) de Ginzburg hasta hoy. La microhistoria es una corriente historiográfica con entidad propia surgida como reacción a la crisis de la historia estructural, basada en la cuantificación serial y en el anonimato de los sujetos históricos, de la escuela de los Annales. Frente a ésta el principal principio metodológico de la microhistoria puede resumirse con el oximoron “la excepción normal” que poco tiene que ver con el enfoque habitual de la historia local. La observación que mencionábamos, se refiere al aspecto propiamente educativo. ¿ Es factible hoy, tras el Decreto de mínimos, la enseñanza de esta historia local?. La concreción minuciosa de los contenidos de  la historia nacional y universal que el mencionado texto legal desarrolla con un enfoque dominante academicista, orientado a enseñar casi exclusivamente hechos históricos,  supone, en mi modesta opinión de profesor de historia, un importante obstáculo para ello.
 Por su parte, Miradas y Desarraigos. Las migraciones en el Arte es la  última aportación del Grupo Euleterio Quintanilla. Este grupo de profesores de la educación pública de Gijón, pertenecientes a  varios niveles educativos, tiene ya una larga trayectoria en su dedicación a la enseñanza intercultural con un dominante enfoque antirracista y antixenófobo, Han elaborado ya otros materiales de excelente calidad con esa finalidad, como, por ejemplo, Extranjeros en la Escuela: una propuesta de acción intercultural, dedicado a dar soluciones al problema acuciante de la escolarización de alumnos de otros ámbitos culturales. Miradas y desarraigos forma parte  de un  elaborado y bien pensado conjunto de materiales didácticos, titulado Viaje a la esperanza,  que tiene como objetivo la sensibilización crítica  del alumnado contra ese discurso social racista y xenófobo que convierte a los inmigrantes en intrusos indeseados y trata de desarrollar en el alumnado actitudes de comprensión y solidaridad ante el hecho migratorio y los inmigrantes. Estos materiales han sido elaborados en el marco del Proyecto Piedra, de carácter transnacional y en colaboración con profesores de otros países europeos La orientación que presentan se realiza desde la perspectiva de la  educativa crítica que entiende la oleada migratoria actual como un efecto perverso más de la globalización neoliberal y la necesidad de promover actitudes de rechazo de los alumnos hacia ella y sus consecuencias. De ahí los contenidos interdisciplinares, la metodología activa y cooperativa y el enfoque ético que presentan estos materiales. El empleo del arte como soporte didáctico utilizado  en esta última entrega ha sido, sin duda, una excelente idea por su gran potencial didáctico y coherencia con esos objetivos educativos.
Estamos, pues, ante dos muestras de la existencia de una producción propia de calidad de la educación asturiana. De lo que no sólo debemos congratularnos  profesores y alumnos, sino también toda la sociedad regional. Esperemos que, contra viento y marea, ese espíritu de innovación continúe y se difunda entre el profesorado asturiano. 

PUBLICADO EN EL SUPLEMENTO CULTURAL DE LA NUEVA ESPAÑA. DE OVIEDO)

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