EDUCACIÓN : RAÍCES
Y DESARRAIGOS
Julio Antonio Vaquero Iglesia
La educación es un proceso abierto, una práctica social en construcción. La enseñanza debe adaptarse no sólo para integrar los avances de las disciplinas científicas que constituyen las fuentes de sus contenidos, sino para modificar y matizar sus fines educativos en relación con las transformaciones y cambios sociales que se producen. Sean las intenciones educativas contribuir a reproducir o a transformar la sociedad. Como también los métodos didácticos están en continúa revisión tratando de conseguir una mayor eficacia y coherencia con esos contenidos y fines cambiantes. Cada tiempo como cada sociedad tienen o deben de tener su específica educación. Dentro del marco educativo legal que prescribe democráticamente la sociedad o fuera de éste- dado el habitual desfase entre esas transformaciones y los textos legales educativos-, los profesores más inquietos suelen buscar las respuestas educativas adecuadas para adaptar la enseñanza a esos cambios, según su personal manera de interpretarlos; y tratan de introducir nuevos métodos didácticos que mejoren el proceso de enseñanza- aprendizaje.
Dos aportaciones a esta doble manera de contribuir a la mejora
de la práctica educativa han aparecido recientemente en Asturias, realizadas
por profesores asturianos.. Por una parte, como respuesta educativa a un nuevo
y grave problema social como es el de la integración de los inmigrantes que
llegan a nuestro país a causa del éxodo masivo que está produciendo la
globalización, el Grupo Eleuterio Quintanilla acaba de publicar un
excelente material de trabajo escolar
titulado Miradas y Desarraigos. Las
migraciones en el Arte. Por otra,
dedicado a exponer una renovada propuesta y experiencia didáctica, se ha
publicado el discurso de ingreso como miembro de número permanente del Real
Instituto de Estudios Asturianos (R.I:D.E,A.), del catedrático de Didáctica de
las Ciencias Sociales de Escuela Universitaria
de la Universidad de Oviedo, Florencio Friera: Los estudios de
Historia local y su función educativa ( Principado de Asturias.
R.I.D.E.A. Oviedo 2002).
Con buen criterio, a mi entender, ha
elegido Friera, como asunto de su discurso de ingreso en el R.I.D.E.A, éste de la función educativa de
la historia local , anteponiéndolo al que ha constituido el otro foco en que ha
centrado su trabajo como historiador: la
obra de Ramón Pérez de Ayala. Y ello, no sólo porque es una manera de revalorizar dentro de la
institución cultural asturiana la
función educativa de la Historia, sino también porque, en el tema que ha
elegido para su discurso, se unen, el
otro aspecto que ha dominado la tarea investigadora del profesor asturiano, la
historia local de su concejo natal, Sariego, con su labor como profesor e
investigador de la didáctica de las ciencias sociales en la Universidad de
Oviedo. Además de que para el RIDEA, dada la naturaleza de sus objetivos,
contar con un buen profesional con experiencia en la investigación de la
historia local, como es el caso de su nuevo miembro, su ingreso supone también
una idónea incorporación para la institución..
La enseñanza de la historia local en la escuela como componente de la
disciplina escolar histórica tiene ya
una larga tradición que se remonta a finales del siglo XIX. Pero ha tenido
mayor desarrollo en los países anglosajones en relación quizás con el enfoque
empírico que ha caracterizado siempre su historiografía, pero también
debido a la dependencia orgánica que en ellos tiene ese nivel educativo de los municipios y entes regionales. En el
resto de los países europeos, no fue
sino hasta los años setenta del pasado
siglo cuando comenzó a revalorizarse la
enseñanza de la historia local en el
nivel escolar en el marco del auge que alcanzó dentro de los
sistemas educativos el conocimiento del medio y el entorno. De ahí
proviene su inclusión en España en los
programas de la Ley General de Educación y de la LOGSE y del interés que Friera
ha venido mostrando por su práctica y su enseñanza como historiador y como
profesor de la didáctica de las ciencias sociales.
Destaca en su discurso el profesor e
historiador asturiano la virtualidad educativa que ofrece la historia local. La
reducida escala del análisis permite entroncar su objeto de estudio con la experiencia personal de los
alumnos, aumenta su motivación y
posibilita el ajuste de su desarrollo intelectual con lo estudiado: de lo más
próximo a lo más lejano, de lo local a
lo general. Además de la mejor motivación y posibilidad que proporciona la
historia local para una práctica simulada por los alumnos de los procedimientos
del saber historiográfico como escenario idóneo del aprendizaje por
descubrimiento. Favorece asimismo el desarrollo de los hábitos de respeto y
valoración por los alumnos del patrimonio artístico propio. Y, para tratar de
contrarrestar la tendencia a la homogeneidad cultural que provoca la
globalización, su práctica promueve la enculturación de los escolares. Pero, a
la vez, con un tratamiento adecuado por el profesor, al promocionar en los
alumnos nativos hábitos de respeto y valoración por su medio cultural,
desarrolla las actitudes de tolerancia y el respeto hacia la cultura de los muchos alumnos inmigrantes
que hoy pueblan nuestras aulas.
Estos factores mencionados son, sin
duda, positivos para promover la
enseñanza de la historia local no sólo en la escuela y en el sistema formal de
enseñanza, sino en los otros niveles de la educación y en el sistema no formal.
En función de ellos, como apunta Friera,
ha sido recomendada su práctica por el propio Consejo de Europa. Pero también es de destacar que la enseñanza de la
historia en esa escala reducida puede
presentar obstáculos y deformaciones que conviertan su ejercicio en algo no
tan positivo.
En primer lugar, está la condición necesaria
de que para su práctica educativa es necesario contar, en gran medida, con el
propio desarrollo de la investigación sobre
historia local. Y, dada la función social originaria y predominante
durante mucho tiempo que ha tenido la Historia como estimuladora de la
conciencia nacional, la historia local ha tenido poco predicamento en la mayor
parte de los países europeos y ha quedado en manos de eruditos e historiadores no profesionales con resultados de escasa
calidad y la ausencia de un corpus de conocimientos historiográficamente
consistente, producto de una investigación histórica rigurosa a escala local o
comarcal.. Ése ha sido ha sido el caso de España donde la historia local no ha
sobrepasado, con todos las excepciones que se quiera, el listón del localismo y de la historia a vista de campanario. Una historia escolar
que tenga como base ese tipo de historia local corre, sin duda, el grave
peligro de no rebasar el nivel de lo anecdótico y localista.
No es este el planteamiento de
Friera. Su propia investigación sobre la historia del concejo de Sariego
constituyen la materia histórica para su
proyecto didáctico de historia local. Y, en su proyecto, la historia local se concibe como un
procedimiento para ir de la historia de esa escala a la historia general.
Además del estudio genealógico de dos familias concretas de Sariego,(los Vigil
y los Parajón), de sus “casas” y del
paisaje del concejo asturiano, el recurso ensayado por el profesor asturiano
para dar ese salto de lo local a lo general, ha sido el de las dramatizaciones
históricas con los escolares de Sariego.
Y tal recurso es , sin duda, una de las aportaciones didácticas más originales
de su proyecto de enseñanza de la historia local.
Una objeción al historiador y una
observación al profesor nos sugiere el texto y la propuesta de Friera. En mi
opinión, no se puede identificar la historia local con la microhistoria, como
habitualmente y sin gran fundamento se viene haciendo. No todo lo que en
historia presenta un enfoque a escala local ni trata de personas y casos
concretos es microhistoria. Por lo menos del modo como la ha entendido la
historiografía italiana desde Il formaggio e i vermi ( El
queso y los gusanos) de Ginzburg hasta hoy. La microhistoria es una
corriente historiográfica con entidad propia surgida como reacción a la crisis
de la historia estructural, basada en la cuantificación serial y en el
anonimato de los sujetos históricos, de la escuela de los Annales.
Frente a ésta el principal principio metodológico de la microhistoria puede
resumirse con el oximoron “la excepción normal” que poco tiene que ver con el
enfoque habitual de la historia local. La observación que mencionábamos, se
refiere al aspecto propiamente educativo. ¿ Es factible hoy, tras el Decreto de
mínimos, la enseñanza de esta historia local?. La concreción minuciosa de los
contenidos de la historia nacional y
universal que el mencionado texto legal desarrolla con un enfoque dominante academicista,
orientado a enseñar casi exclusivamente hechos históricos, supone, en mi modesta opinión de profesor de
historia, un importante obstáculo para ello.
Por su parte, Miradas y Desarraigos. Las
migraciones en el Arte es la
última aportación del Grupo Euleterio Quintanilla. Este grupo de
profesores de la educación pública de Gijón, pertenecientes a varios niveles educativos, tiene ya una larga
trayectoria en su dedicación a la enseñanza intercultural con un dominante
enfoque antirracista y antixenófobo, Han elaborado ya otros materiales de
excelente calidad con esa finalidad, como, por ejemplo, Extranjeros en la
Escuela: una propuesta de acción intercultural, dedicado a dar
soluciones al problema acuciante de la escolarización de alumnos de otros
ámbitos culturales. Miradas y desarraigos forma parte de un
elaborado y bien pensado conjunto de materiales didácticos, titulado Viaje
a la esperanza, que tiene como objetivo la sensibilización
crítica del alumnado contra ese discurso
social racista y xenófobo que convierte a los inmigrantes en intrusos
indeseados y trata de desarrollar en el alumnado actitudes de comprensión y
solidaridad ante el hecho migratorio y los inmigrantes. Estos materiales han
sido elaborados en el marco del Proyecto Piedra, de carácter transnacional y en
colaboración con profesores de otros países europeos La orientación que
presentan se realiza desde la perspectiva de la
educativa crítica que entiende la oleada migratoria actual como un
efecto perverso más de la globalización neoliberal y la necesidad de promover
actitudes de rechazo de los alumnos hacia ella y sus consecuencias. De ahí los
contenidos interdisciplinares, la metodología activa y cooperativa y el enfoque
ético que presentan estos materiales. El empleo del arte como soporte didáctico
utilizado en esta última entrega ha
sido, sin duda, una excelente idea por su gran potencial didáctico y coherencia
con esos objetivos educativos.
Estamos, pues, ante dos muestras de
la existencia de una producción propia de calidad de la educación asturiana. De
lo que no sólo debemos congratularnos
profesores y alumnos, sino también toda la sociedad regional. Esperemos
que, contra viento y marea, ese espíritu de innovación continúe y se difunda
entre el profesorado asturiano.
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