El SIGLO XX DE LLANES
Julio Antonio Vaquero Iglesias
Pocas villas de la entidad de LLanes en Asturias, y es probable que escasas de esa escala también en el resto de España, podrían plantearse la realización de un libro como éste: reconstruir a través de su propia prensa su memoria secular del siglo XX. Llanes, como es sabido, ha tenido desde la segunda mitad del siglo XIX y hasta hoy su propio periódico, el decano de la prensa asturiana, El Oriente de Asturias, e incluso otros editados en la villa y en la comarca como El Pueblo y Eco de los Valles que han permitido complementar la rica información periodística de aquél para trazar el curso secular de los acontecimientos en el oriente asturiano, sobre todo, cuando por las circunstancias de la guerra, El Oriente dejó de publicarse hasta la toma de Llanes por los nacionales en 1937.
Editado
primorosamente por El Oriente de Asturias con el patrocinio de la Caja de Asturias
y la colaboración del Ayuntamiento de
Llanes, ha sido Lolo Maya, director
del semanario llanisco y promotor incansable de la cultura llanisca, el
principal responsable de la idea de
realizar este libro , además de director del nutrido equipo de colaboradores
que han intervenido en su confección, y el autor de la selección de los textos. En este primer tomo
de Llanes,
siglo XX, 1900-1950 se recoge una cuidada selección de material
informativo de la primera mitad del
siglo XX sobre la vida local de la villa llanisca y su comarca y su proyección
nacional e incluso americana, dada importancia que para comarca llanisca tuvo
la emigración ultramarina. Esa información escrita ha sido apoyada con la
inclusión de un rico aparato gráfico que más que complemento constituye, sin
duda, un elemento tanto o más importante que la propia documentación
periodística escrita. La riqueza de ese material periodístico y el deseo de
realizar un trabajo cuidadoso y pormenorizado llevó a sus autores con buen
criterio a presentar la obra dividida en dos partes. Ésta que comentamos aquí
abarca la primera mitad del siglo y la segunda aún sin publicar comprenderá la otra mitad de la centuria.
Año por año se reseñan en este libro los hechos y
acontencimienos principales del primer medio siglo de la villa llanisca y su
comarca, y las series anuales se agrupan bajo un título o rúbrica que trata de
sintetizar lo más significativo de lo ocurrido en Llanes en esos años. Así los
años que constituyen el primer tercio del siglo aparecen agrupados en decenios:
de 1901- 1910 son los Diez años de modernización, el
segundo decenio del siglo, los Tiempos de crisis e incertidumbre;
los años veinte, Una década de ilusiones. En cambio, a partir de los treinta, la
agrupación de los años responde al criterio de la coyuntura histórica
nacional e incluso a la de un capítulo de la historia de El
Oriente de Asturias, su supresión en los primeros años de la dictadura
franquista. Los años republicanos son así los Años de cambio y progresismo.
Los años de la guerra en que no se edita el semanario llanisco, reconstruidos
con la informacion de El Pueblo, los del Tiempo
de dolor. De 1939 a 1948,
período en que tampoco se
publica, son Los años robados. Y finalmente los dos años finales del medio
siglo se encuadran bajo el título de Dictadura.
La selección
periodística responde en cada año a un estructura sistemática recogiendo las
principales noticias del año e incluso algunos editoriales, además de una
sección dedicada a recoger las noticias
que hacen referencia a la vida cotidiana de la villa y el concejo; y otra
dedicada a darnos cuenta de los principales espéctaculos celebrados en el año
en la villa, incluyendo una muestra de los
anuncios que se insertaban en el semanario. Esta información se
contextualiza con una selección anual de las principales noticias del mundo
y de España.
El contenido de
todo ese material informativo permite, sin duda, establecer un cuadro bastante
completo de la vida cotidiana llanisca y
conocer los trazos gruesos de su historia local en ese medio siglo de historia.
Desde la historia del desarrollo urbano de la villa ( la instalación de la
central hidroeléctrica de Purón, la llegada
del ferrocarril Santander- Oviedo, la contrucción del nuevo cementerio
municipal, del mercado de ganados y del
emblemático casino llanisco, la ruptura
de la muralla… en el primer decenio del siglo; la ordenación urbana y el
desarrollo del ensanche, la inauguración del Teatro Benavente etc, en
los años veinte) hasta la noticia de cómo se vivieron en Llanes los grandes
acontecimientos históricos nacionales y regionales ( la instauración de la
República y el gran dinamismo cultural y político que la etapa republicana
supuso para Llanes, la escasa
fuerza y repercusiones del movimiento
revolucionario del Octubre asturiano en
la villa y la comarca, pero el gran impacto emocional y negativo que causó en sus fuerzas vivas, el febril
ambiente de guerra que vivió la villa en el marco de frente oriental hasta que
en septiembre de 1937 cayó en manos del ejército sublevado) y los rasgos
biográficos de los más destacados personajes
de la villa y el concejo, pasando por algunos de los problemas sociales más importantes que afectaron a los
llaniscos de a pie en esta media centuria.
Entre otros, por ejemplo, la carestía de los precios de los alimentos a
principio de siglo y los años de la Primera Guera Mundial, la escasez de
viviendas que se vivió en la villa en los años veinte o los problemas del paro
en la etapa republicana.
Se pueden leer
también algunas noticias y sucesos
curiosos e insólitos como la presencia en el año 1917 de un submarino alemán
frente a Llanes con cuyos tripulantes establecieron contacto los pescadores
llaniscos. Ese mismo año el destructor “Villamil” tuvo que explosionar una mina
que se hallaba flotando frente a la playa de Sablón. Y desde la “
telefonomovilmanía” que nos invade hoy, uno no puede menos que sonreirse
de las detalladas instrucciones que el jefe del servicio telefónico da a los novatos usuarios llaniscos del
teléfono de manivela.
De la vida cultural llanisca, también el libro aporta
una gran información. Nos permite conocer la programación teatral local. Por el
Teatro Benavente pasaron, por ejemplo, en los años veinte las compañias de
Ricardo Calvo, de María Guerrero y de Margarita Xirgú y actuó Lola Membrives
con gran éxito interpretando una obra de Jacinto Benavente. El cine mudo se
implantó con rapidez en Llanes; sin duda, fueron los llaniscos buenos aficionados al séptimo arte; en los años
veinte las películas se proyectaban en el Teatro Benavente y en el Cinema
Salón Moderno. La llegada del cine
sonoro fue en 1932 con el estreno de la película “Galas de la Paramount”, en la
que los llaniscos pudieron, no sólo ver bailar, sino también oir cantar a
Maurice Chevalier. El propio Llanes y sus bellezas naturales fueron objeto de
algunas peliculas mudas que tuvieron un gran éxito en Llanes y después en
México y Cuba entre la colonia llanisca.
Las referencias
a los deportes son también frecuentes. El fútbol tuvo una temprana implantación
en Llanes. El Llanes F.C, con su campo propio, “El Brao”, llegó hasta
enfrentarse en 1923 en partido amistoso con el At. Club de Madrid (y por si el
lector tiene curiosidad, el resultado, desde la perspectiva actual, fue
insólito: perdió el equipo llanisco por 1-2). Pero posteriormente el fútbol
decayó- en 1929 el Llanes F. C. desapareció- para renacer de nuevo en los
primeros años del franquismo. En 1949, se fundó el Club Deportivo Llanes y se
inauguró el campo de Malzapatu con un encuentro entre una selección de La
Felguera y Mieres y el equipo local, que al año siguiente sería campeón de
segunda categoría regional.
La
informaciones periodísticas más constantes a lo largo de ese medio siglo
XX son las relativas a determinados aspectos
de la vida de la villa y la
comarca llanisca que han fundamentado
tradicionalmente su modo de vida o comenzaban con el siglo a serlo: su
vocación marinera, su vinculación americana y su proyección turística. El
primero de ellos aparece continuamente a través de los diversos proyectos de
mejorar y ampliar su puerto que no lograron hacerse realidad en esos cincuenta
primeros años del siglo. El impulso mayor para conseguir esa mejora del puerto
fue a finales de los años veinte, cuando las dificultades en América
disminuyeron lo giros de los emigrantes, la emigración tejera estaba en
decadencia, y los llaniscos pusieron de nuevo su vista en el mar como principal
recurso.
Como puede
apreciarse por las variadas informaciones periodísticas recogidas en este
libro, los vínculos con los emigrantes llaniscos de México y, en menor medida, de otras repúblicas
americanas fueron estrechos y decisivos para la vida de Llanes en todos los
órdenes durante este medio siglo. El Oriente fue algo así como el
cordón umbilical entre los llaniscos de una y otra parte del océano. Las
noticias sobre la comunidad llanisca y los sucesos de México son habituales en
sus páginas. En la etapa republicana llegó hasta estar prohibido por el
Gobierno mexicano por ser, según interpretación del propio semanario
llanisco, de derechas y defender las
ideas católicas; y en su reaparición, tras el período en que fue suspendida su
publicación en los años del primer franquismo, llegó a tener sus propias
oficinas en el país azteca.
Constantes son
también desde principios de siglo las informaciones en que se puede constatar
la vocación turística consciente de Llanes a lo largo de esa media centuria y
algunos proyectos para promocionarlo hubo en ese medio siglo.
Esta primera parte de Llanes, siglo XX viene
precedida de sendos prólogos del actual alcalde de la villa, Antonio Trevín y
de Francisco Crabiffosse. Trevín traza
un interesante paralelismo de Llanes en los inicios de uno y otro siglo. Y
Crabiffosse hace un documentado análisis del origen de El Oriente de Asturias.
Esperemos, casi estamos seguros de ello, que la
segunda parte sea tan aprovechable como ésta primera. Aquellos que, por una u
otra razón, queremos y admiramos a esa bella tierra, lo deseamos de todo
corazón.
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