CAUSAS Y
CONSECUENCIAS DE LA CUESTIÓN IRAKI
Julio Antonio
Vaquero Iglesias
CAUSAS
No se puede descontextualizar la actual crisis mundial derivada de la cuestión irakí del
proceso de crisis y restructuración en que esta embarcado el capitalismo desde
los años 70. Esa crisis trajo, bajo la dirección del capitalismo
norteamericano, la implementación de un capitalismo globalizador neoliberal que
no sólo ha aportado mas desigualdad y pobreza para la mayor parte la humanidad,
sino, además, nos está mostrando, con el intento por parte de EE UU de la
invasión de Irak, la cara más belicosa
del ultraimperialisno del gobierno de Bush hijo. El final del mundo del
socialismo real, derivado, en parte, paradójicamente,.de la propia crisis
capitalista, ha alterado el orden bipolar, en el que el bloque occidental
estuvo bajo la hegemonía de EE UU.
Hegemonía- según la concepción de
Gramsci-que estuvo basada más en
el consentimiento por el resto del mundo
capitalista que en la coacción, dada la amenaza que el “peligro” comunista suponía para la necesaria
seguridad en que debe funcionar el capital.
La caída en los 90 del socialismo
real hace innecesaria la hegemonía por consentimiento y permite a EE UU como única superpotencia tratar de llevar a la práctica una hegemonía
por coacción para establecer el control
y el dominio sobre ese capitalismo
globalizado neoliberal desarrollado para paliar la crisis capitalista. El
control de Irak se inscribe, pues- por el momento- en una estrategia -no
imperial como vaticinaba Negri en Imperio- sino imperialista mundial de EE UU, que, en el
caso de Irak, va mucho más allá que el control de su petróleo; es decir, más
allá que una guerra imperialista entre estados por la apropiación de materias
primas, energía o control de mercados como eran
las de la fase del capitalismo monopolista de finales del siglo XIX. En
este caso se trata, sobre todo, del control geoestratégico por EE UU de toda la zona de Oriente Medio
como elemento fundamental de la seguridad del mercado global capitalista. Con
la cobertura que le ha proporcionado el atentado del 11-S, esa acentuación de
la política de coacción está justificada ahora por Bush y sus halcones con la
lucha contra el terrorismo y la guerra preventiva contra los estados canalla
para mantener el oligopolio de las armas de destrucción masiva, mientras que
Clinton la basó en la retórica de los derechos humanos y la intervención
humanitaria.
CONSECUENCIAS
Los
historiadores no somos futurólogos y la historia- sobre todo, la bélica- tiene
también un componente de aleatoriedad y contingencia importantes. Pero, sin
duda, la lógica interna de los procesos históricos permite establecer tendencias y probables consecuencias.
La primera es que , aunque la guerra sea rápida y limpia ( ¿ se puede hablar de
“guerra limpia” cuando pronostican cientos de miles de muertos y millones de
refugiados?) como quiere el gobierno norteamericano, el control del nuevo
estado irakí no parece que pueda
ser tan fácil como lo fue el de
Afganistán y puede convertirse en un grave problema añadido. La intervención
militar, ¿ permitirá el aplacamiento de los fundamentalismos del mundo árabe o
los estimulará aún más, extendiendo el terrorismo?. Para mi la pregunta es
retórica. Pero, sobre todo, lo que parece más claro es que la intervención
militar de EE UU, sin los parabienes de la ONU, traerá un nuevo orden mundial
unilateral hegemonizado por EE UU que consolidará el capitalismo global
neoliberal con sus secuelas de desigualdad y pobreza, y subordinará o liquidará
a su principal competidor económico: la Unión Europea.
Publicado en las páginas de opinión de La Nueva España, de Oviedo)
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