lunes, 29 de agosto de 2016

CAUSAS Y CONSECUENCIAS DE LA CUESTIÓN IRAKI
                              Julio Antonio Vaquero Iglesias




CAUSAS                                               

No se puede descontextualizar la actual crisis  mundial derivada de la cuestión irakí del proceso de crisis y restructuración en que esta embarcado el capitalismo desde los años 70. Esa crisis trajo, bajo la dirección del capitalismo norteamericano, la implementación de un capitalismo globalizador neoliberal que no sólo ha aportado mas desigualdad y pobreza para la mayor parte la humanidad, sino, además, nos está mostrando, con el intento por parte de EE UU de la invasión de Irak, la cara más belicosa  del ultraimperialisno del gobierno de Bush hijo. El final del mundo del socialismo real, derivado, en parte, paradójicamente,.de la propia crisis capitalista, ha alterado el orden bipolar, en el que el bloque occidental estuvo  bajo la hegemonía de EE UU. Hegemonía- según la concepción de  Gramsci-que estuvo  basada más en el consentimiento  por el resto del mundo capitalista que en la coacción, dada la amenaza que el  “peligro” comunista suponía para la necesaria seguridad en que debe funcionar el capital.
            La caída en los 90 del socialismo real hace innecesaria la hegemonía por consentimiento y permite a  EE UU como única superpotencia  tratar de llevar a la práctica una hegemonía por coacción para establecer el  control y el dominio sobre ese  capitalismo globalizado neoliberal desarrollado para paliar la crisis capitalista. El control de Irak se inscribe, pues- por el momento- en una estrategia -no imperial como vaticinaba Negri en Imperio- sino  imperialista mundial de EE UU, que, en el caso de Irak, va mucho más allá que el control de su petróleo; es decir, más allá que una guerra imperialista entre estados por la apropiación de materias primas, energía o control de mercados como eran  las de la fase del capitalismo monopolista de finales del siglo XIX. En este caso se trata, sobre todo, del control geoestratégico  por EE UU de toda la zona de Oriente Medio como elemento fundamental de la seguridad del mercado global capitalista. Con la cobertura que le ha proporcionado el atentado del 11-S, esa acentuación de la política de coacción está justificada ahora por Bush y sus halcones con la lucha contra el terrorismo y la guerra preventiva contra los estados canalla para mantener el oligopolio de las armas de destrucción masiva, mientras que Clinton la basó en la retórica de los derechos humanos y la intervención humanitaria.     

 CONSECUENCIAS

  Los historiadores no somos futurólogos y la historia- sobre todo, la bélica- tiene también un componente de aleatoriedad y contingencia importantes. Pero, sin duda, la lógica interna de los procesos históricos permite  establecer tendencias y probables consecuencias. La primera es que , aunque la guerra sea rápida y limpia ( ¿ se puede hablar de “guerra limpia” cuando pronostican cientos de miles de muertos y millones de refugiados?) como quiere el gobierno norteamericano, el control del nuevo estado  irakí no parece que pueda ser  tan fácil como lo fue el de Afganistán y puede convertirse en un grave problema añadido. La intervención militar, ¿ permitirá el aplacamiento de los fundamentalismos del mundo árabe o los estimulará aún más, extendiendo el terrorismo?. Para mi la pregunta es retórica. Pero, sobre todo, lo que parece más claro es que la intervención militar de EE UU, sin los parabienes de la ONU, traerá un nuevo orden mundial unilateral hegemonizado por EE UU que consolidará el capitalismo global neoliberal con sus secuelas de desigualdad y pobreza, y subordinará o liquidará a su principal competidor económico: la Unión Europea. 

   Publicado en las páginas de opinión de La Nueva España, de Oviedo)



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