viernes, 15 de abril de 2016

EL DILEMA AMERIICANO

                             EL  DILEMA AMERICANO
                                        JULIO ANTONIO VAQUERO IGLESIAS



Charles Powell, catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad CEU/ San Pablo, y autor de algunos importantes libros sobre la Transición y la España democrática ( baste recordar el muy conocido sobre la labor de  Don Juan Carlos en la Transición:  El rey, la monarquía y la transición a la democracia ( Premio Espejo de España 1991), acaba de publicar  El amigo americano. España y Estados Unidos: de la Dictadura a la democracia (Galaxia Gutemberg/ Círculo de Lectores, 2011) que contiene un exhaustivo análisis ( a base de nueva documentación diplomática desclasificada de origen norteamericano) de la evolución de las relaciones de seguridad y las relaciones políticas entre España y EE. UU. durante los veinte años que van de 1969-1989. Periodo en el que por parte norteamericana, se suceden cuatro presidentes del Ejecutivo( Nixon, Ford, Carter y Reagan) que, aunque no variaron sustancialmente su política exterior hacia España, si mantuvieron actitudes matizadamente diferentes hacia nuestro país; y por parte española se sucedieron tres momentos históricamente diferentes en el proceso de paso de la dictadura a la democracia: el tardofranquismo(1969-1975) la Transición democrática (1975-1982)  y la consolidación del nuevo sistema político (1982-1986).
            El enfoque con que Powell analiza esa doble relación- la de seguridad y la política- es novedoso, pues no lo hace de manera independiente para una y otra variable, como ha sido lo habitual hasta ahora en los estudios que han tratado de las relaciones hispano americanas, sino que lo realiza de manera sincrónica tratando de dar respuesta a preguntas claves sobre esas relaciones. ¿Cuál fue la actitud norteamericana ante el final del régimen de Franco? ¿Qué papel jugó “el amigo americano” en la Transición y la primera etapa democrática? ¿Al contrario de lo que había ocurrido desde la alianza militar de 1953, se subordinaron por parte de los EE. UU. los intereses del mantenimiento de las bases militares a los valores de  apoyar la implantación de un sistema democrático en España?  ¿Fue España una democracia “intervenida” por el poder norteamericano, como mantienen algunos estudiosos, o realizó su tránsito a la democracia  sin la presión norteamericana, esto es, de manera relativamente  autónoma e independiente?
            Desde el pacto militar entre Franco y Eisenhower  de 1953 basado en la ecuación “bases militares por  ayuda” ( por cierto, con una cláusula secreta a  petición de Franco que concedía la utilización de las bases militares conjuntas establecidas en España sin permiso previo español en caso de un inminente peligro de “invasión comunista”), el denominado  “dilema americano”, esto es, la elección entre la defensa de los valores democráticos o el apoyo a una dictadura cruel con escaso aprecio en la opinión pública norteamericana, se sustanció claramente a favor de lo segundo.  Aquel pacto militar fue, sin duda, la condición necesaria  y  suficiente para la subsistencia de la  dictadura y su posterior integración en los organismos internacionales del mundo occidental. La consecuencia indirecta fue la acentuación de la actitud antinorteamericana de la oposición al franquismo, mientras que la tradicional (a partir del 98, sobre todo) actitud recelosa con los EE. UU. de la clase conservadora española ( que todavía se rastrea en la mentalidad del propio dictador) se transformase en proamericana.  Pero, a partir del tardofranquismo, según la  interpretación de Powell, y no siempre de manera decidida y clara e imponiendo sus condiciones ( con su oposición  terminante a que se legalizase al PCE, aunque de esto hable poco el autor, e, incluso, durante  el tardofranquismo, con un gran descontento por parte de la opinión pública española por la gestión de las bases- Palomares-  y el escaso valor de las contrapartidas: la ayuda económica fue escasa, el material militar obsoleto y nunca hubo un compromiso expreso de contribuir a la defensa española), la diplomacia norteamericana se inclinó  por la otra solución del dilema y apostó  por la salida democrática del sistema español Para ello apoyó, sobre todo, la figura y las posibilidades de Don Juan Carlos que tuvo un importante éxito diplomático  en su visita a Washington como Príncipe de España de 1971 y un interlocutor de excepción en Kissinguer.    
             Lo mismo que rechaza la teoría de la España “intervenida” que había defendido Ángel Viñas en su  En las garras del Águila. Los pactos con los Estados Unidos , de Francisco Franco a Felipe González ( Crítica, 2003), Powell desecha también como elementos de la teoría de la conspiración, tanto la intervención de los servicios secretos norteamericanos en el asesinato de Carrero Blanco (aunque su justificación no sea con datos fehacientes, sino con argumentos deductivos  basados  no sólo en el  nulo  provecho, sino más bien en los inconvenientes que su desaparición tendría para los intereses norteamericanos), como la teoría del conocimiento previo y  no intervención para abortar la intentona golpista del 23F por parte de los servicios secretos y las Fuerzas Armadas norteamericanas ( en este caso niega cualquier verosimilitud a los indicios que se han dado para defender esa teoría acerca del estado de alarma en que supuestamente estuvieron las bases norteamericanas en las vísperas del golpe)    

             Aún reconociendo la enorme, elaborada y nueva  información que aporta este libro, que va a ser duda, a partir de ahora obra de referencia para el estudio de esta etapa de las relaciones hispano americanas, su ajustado enfoque teórico y las matizadas aportaciones que realiza su autor, sobre todo, acerca de los entresijos de  los tres convenios y el tratado que fijaron en esta etapa las relaciones entre ambos países, la impresión que uno tiene tras su lectura es la de que en su propia bondad está a la vez su limitación: su  dependencia de las propias fuentes oficiales norteamericanas y su exclusivo análisis de los actores gubernamentales, lleva a su autor a una visión excesivamente políticamente correcta. Todo lo matizada, rica y bien argumentada que se quiera, pero que no acaba de convencernos
( PUBLICADO EN EL SUPLEMENTO CULTURAL DE LA NUEVA ESPAÑA).  

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