DOCUMENTOS ASTURIANOS DE LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA
JULIO ANTONIO VAQUERO IGLESIAS
Con buen criterio, la Junta General del
Principado, con motivo de la conmoración
del bicentenario de la Guerra de la
Independencia, está publicando los más importantes documentos referidos a
Asturias en aquel conflicto bélico. Conflicto
que no sólo permitió rechazar la
invasión francesa, sino que también alumbró la modernidad política y la nación
en España, y en el que nuestra región y un destacado grupo de asturianos
jugaron un importante papel. El proyecto editorial consta de cuatro tomos y
éste que aparece ahora es el segundo de los programados: Papeles de la Guerra de la
Independencia, 2: Asturias; 1808, el llamamiento patriótico a la
resistencia;1810, el año difícil de la segunda invasión( Colección
DOCUMENTOS DE HISTORIA DE ASTURIAS, 2010).
Precedido
de sendas introducciones de la
catedrática de la Universidad de Oviedo, María Josefa Sanz Fuentes, sobre el
estudio diplomático de los documentos, y de la archivera de la Junta General del
Principado, Josefina Velasco Rozado, acerca del contexto histórico en que se emitieron, el
contenido del libro lo componen 71
documentos relativos a tres momentos cronológicos distintos de la guerra: 1808.
1810 y 1813-1814. Esto es: el año del inicio de la guerra, el del momento de máxima expansión de la ocupación
francesa y de la resistencia en Sevilla y Cádiz, y el de los años finales de la guerra.
Todos estos documentos proceden de dos volúmenes diferentes; uno conservado en
el Archivo Histórico de Asturias y el otro en el Museo Arqueológico Asturias. .
Entre los documentos de 1808,
destacan varias proclamas a la lucha
contra el invasor por parte de una Junta General que se convierte en Soberana
ante el vacío de poder que había dejado el supuesto secuestro de Fernando VII,
y declara la guerra a Napoleón. Así la conocida proclama del Procurador
General, Álvaro Flórez Estrada de 28 de junio de 1808, llamando a la armas a
los asturianos. O las menos conocidas de Alonso Arango y Sierra, de 26 de julio
y de la Junta Soberana del Principado del mismo mes condenando la invasión y
tomando medidas contra los invasores.
Asimismo, de este primer año de
guerra, se seleccionan otros documentos de interés. Como el que, firmado
por Álvaro Flórez Estrada en junio, se refiere al agradecimiento a Gran Bretaña
por la satisfactoria respuesta de su Gobierno a la petición de ayuda militar y que se concretó en el envío de una comisión
militar inglesa para determinar el contenido de esa ayuda. O el que, suscrito
por Blas Alejandro y Álvaro Flórez Estrada, proclama la legitimidad de la Junta Suprema ante el
variado frente de oposición interior que en el ejercicio de su poder soberano
encontró la nueva institución.
En 1810 se emiten la mayor parte de los documentos
seleccionados en la obra. Es un año de importantes acontecimientos en el
desarrollo de la guerra. Tras la primera invasión francesa de la región en 1809
que sigue a la ocupación de Asturias por
el marqués de la Romana y la disolución por éste de la Junta Superior asturiana y la creación
de otra diferente, se produce la segunda invasión francesa de Asturias y se
desarrollan duros enfrentamientos en Colloto y en el Puente de Peñaflor de
Grado. La situación militar obligará a
la Junta Superior de Asturias a refugiarse en varios lugares del suroccidente
asturiano hasta recalar en el particular Cádiz asturiano: Castropol. En el resto del territorio español los franceses dominan la mayor parte del territorio español,
quedando, con algunas regiones libres de enemigos, sólo Sevilla primero y Cádiz después quedan en poder de los patriotas, donde
finalmente en la Isla de León se convocan en septiembre las Cortes.
Los
documentos seleccionados de este año se refieren a disposiciones, instrucciones,
nombramientos y órdenes remitidas a la Junta de Asturias por la Junta Central y
la Regencia desde Sevilla, Isla de León y Cádiz. El contenido de una parte de estos
documentos se refiere a disposiciones
para organizar los ejércitos españoles y poner en orden la administración, la hacienda
y organización territorial en los difíciles momentos por los que pasan
los patriotas en la región en ese año.
Los
textos de 1813-14 se corresponden
a los momentos finales de la guerra. Entre ellos destacan dos. Uno, de 1813, muy significativo de la posición de
la Iglesia asturiana ante las reformas de las Cortes de Cádiz por el que la
iglesia ovetense pide el restablecimiento
del Tribunal del Santo Oficio y otro muy
interesante sobre la organización de la vida cotidiana de Oviedo tal y como era
planteada por el ayuntamiento constitucional ovetense (Ordenanzas Municipales
de Oviedo de mayo 1814). Ordenanzas que, por la restauración del absolutismo,
no pudieron hacerse realidad.
Aunque
algunos de estos documentos ya estaban o publicados o digitalizados, ello no es óbice para que esta
edición no sólo sea de gran utilidad para historiadores y estudiosos (vienen
acompañados de unos excelentes índices de materias, toponímico y cronológico), sino
que también, por la actualización de la ortografía con que se han editado, son
perfectamente accesibles para cualquier
lector interesado por estos hechos
memorables de la historia de Asturias.
( PUBLICADO EN EL SUPLEMENTO "LA NUEVA QUINJTANA" DE LA NUEVA ESPAÑA)
( PUBLICADO EN EL SUPLEMENTO "LA NUEVA QUINJTANA" DE LA NUEVA ESPAÑA)
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