viernes, 15 de abril de 2016

ASTURIAN0S Y GUERRA DE INDEPENDENCIA

   DOCUMENTOS ASTURIANOS DE  LA GUERRA DE LA   INDEPENDENCIA          

                                                     JULIO ANTONIO VAQUERO IGLESIAS
      



      Con  buen criterio, la Junta General del Principado, con motivo de  la conmoración del  bicentenario de la Guerra de la Independencia, está publicando los más importantes documentos referidos a Asturias en aquel conflicto  bélico. Conflicto que  no sólo permitió rechazar la invasión francesa, sino que también alumbró la modernidad política y la nación en España, y en el que nuestra región y un destacado grupo de asturianos jugaron un importante papel. El proyecto editorial consta de cuatro tomos y éste que aparece ahora es el segundo de los programados: Papeles de la Guerra de la Independencia, 2: Asturias; 1808, el llamamiento patriótico a la resistencia;1810, el año difícil de la segunda invasión( Colección DOCUMENTOS DE HISTORIA DE ASTURIAS, 2010).
            Precedido de sendas introducciones  de la catedrática de la Universidad de Oviedo, María Josefa Sanz Fuentes, sobre el estudio diplomático de los documentos, y  de la archivera de la Junta General del Principado, Josefina Velasco Rozado, acerca del  contexto histórico en que se emitieron, el contenido del libro lo componen  71 documentos relativos a tres momentos cronológicos distintos de la guerra: 1808. 1810 y 1813-1814. Esto es: el año del inicio de la guerra, el del  momento de máxima expansión de la ocupación francesa y de la resistencia en Sevilla y  Cádiz, y el de los años finales de la guerra. Todos estos documentos proceden de dos volúmenes diferentes; uno conservado en el Archivo Histórico de Asturias y el otro en el Museo Arqueológico Asturias.  .
            Entre los documentos de 1808, destacan  varias proclamas a la lucha contra el invasor por parte de una Junta General que se convierte en Soberana ante el vacío de poder que había dejado el supuesto secuestro de Fernando VII, y declara la guerra a Napoleón. Así la conocida proclama del Procurador General, Álvaro Flórez Estrada de 28 de junio de 1808, llamando a la armas a los asturianos. O las menos conocidas de Alonso Arango y Sierra, de 26 de julio y de la Junta Soberana del Principado del mismo mes condenando la invasión y tomando medidas contra los invasores.
            Asimismo, de este primer año de guerra, se seleccionan otros documentos de interés. Como el que, firmado por  Álvaro Flórez Estrada en junio,  se refiere al agradecimiento a Gran Bretaña por la satisfactoria respuesta de su Gobierno a la   petición de ayuda militar  y que se concretó en el envío de una comisión militar inglesa para determinar el contenido de esa ayuda. O el que, suscrito por Blas Alejandro y Álvaro Flórez Estrada, proclama  la legitimidad de la Junta Suprema ante el variado frente de oposición interior que en el ejercicio de su poder soberano encontró la nueva institución.
             En 1810 se  emiten la mayor parte de los documentos seleccionados en la obra. Es un año de importantes acontecimientos en el desarrollo de la guerra. Tras la primera invasión francesa de la región en 1809 que sigue a la ocupación de Asturias  por el marqués de  la Romana y la  disolución por éste  de la Junta Superior asturiana y la creación de otra diferente, se produce la segunda invasión francesa de Asturias y se desarrollan duros enfrentamientos en Colloto y en el Puente de Peñaflor de Grado. La situación militar  obligará a la Junta Superior de Asturias a refugiarse en varios lugares del suroccidente asturiano hasta recalar en el particular Cádiz asturiano: Castropol. En  el resto del territorio español los franceses  dominan la mayor parte del territorio español, quedando, con algunas regiones libres de enemigos,  sólo Sevilla  primero y  Cádiz después  quedan en poder de los patriotas, donde finalmente en la Isla de León se convocan en septiembre las Cortes.
            Los documentos seleccionados de este año se refieren a disposiciones, instrucciones, nombramientos y órdenes remitidas a la Junta de Asturias por la Junta Central y la Regencia desde Sevilla, Isla de León y Cádiz. El contenido de una parte de estos documentos  se refiere a disposiciones para organizar los ejércitos españoles y poner en orden  la administración,  la hacienda  y organización territorial en los difíciles momentos por los que pasan los patriotas en la región en ese año.
             Los  textos de 1813-14  se corresponden a los momentos finales de la guerra. Entre ellos destacan dos. Uno,  de 1813, muy significativo de la posición de la Iglesia asturiana ante las reformas de las Cortes de Cádiz por el que la iglesia ovetense pide  el restablecimiento del Tribunal del  Santo Oficio y otro muy interesante sobre la organización de la vida cotidiana de Oviedo tal y como era planteada por el ayuntamiento constitucional ovetense (Ordenanzas Municipales de Oviedo de mayo 1814). Ordenanzas que, por la restauración del absolutismo, no pudieron hacerse realidad.

            Aunque algunos de estos documentos ya estaban o publicados  o digitalizados, ello no es óbice para que esta edición no sólo sea de gran utilidad para historiadores y estudiosos (vienen acompañados de unos excelentes índices de materias, toponímico y cronológico), sino que también, por la actualización de la ortografía con que se han editado, son perfectamente accesibles  para cualquier lector interesado por estos  hechos memorables de la historia de Asturias.
( PUBLICADO EN EL SUPLEMENTO "LA NUEVA QUINJTANA" DE LA NUEVA ESPAÑA) 

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