LA OBRA COMPLETA
DE MANUEL AZAÑA
“He llamado a Azaña reformista
radical”
JULIO ANTONIO VAQUERO IGLESIAS
El
Centro de Estudios Políticos y Constitucionales ha sacado a la luz las Obras
Completas de Manuel Azaña que se han presentado este pasado mes, con presencia del Presidente de Gobierno,
José Luis Rodríguez Zapatero, en la sede del mencionado centro. La edición, que
ha supuesto una larga y laboriosa tarea, ha corrido a cargo del más profundo
conocedor de la obra del segundo y
último presidente de la II República, el historiador y catedrático de Historia social
y del Pensamiento político de la UNED, Santos Juliá, autor de la que es, hasta
hoy, la mejor biografía política de Azaña, Manuel Azaña. Una biografía
política. Del Ateneo al Palacio Nacional (Alianza Editorial, 1990), que
nos ha concedido la siguiente entrevista.
Pregunta. ¿Qué novedades aporta esta edición de las
obras completas de Manuel Azaña respecto a la anterior y única edición que existía de Juan Marichal?
Respuesta:
Las principales novedades consisten en la incorporación de discursos,
artículos, folletos, cartas y numerosas piezas inéditas del archivo de Azaña
que quedaron sin incluir en la edición del profesor Marichal. Además, en la
disposición cronológica de todo ese material. En total, unas tres mil páginas
más que permiten seguir la trayectoria de Azaña como político, ensayista,
historiador, crítico de la cultura, orador y diarista desde sus primeros
artículos hasta sus últimas cartas.
P. ¿Cómo se
realizó? ¿Se encontró usted con especiales dificultades para su elaboración?
R-Hace casi
veinte años, en un artículo publicado en El País, ya solicité la publicación de
una nueva edición de Obras de Azaña, necesaria por la notable cantidad de
escritos aparecidos desde la edición anterior. Ha tardado pero, al fin, se ha
podido realizar sin dificultades gracias al Centro de Estudios Políticos y
Constitucionales, que ha puesto en el
empeño todo su interés.
P. ¿Después de este laborioso trabajo de
recopilación ha variado en algo su visión y juicio de don Manuel Azaña?
R. Inicié el
trabajo de recopilación de materiales inéditos o sólo publicados en la prensa
de la época hace muchos años, para documentar mi biografía política de Azaña.
Mi visión ha ido, pues, evolucionando con el tiempo, aunque mantengo mis
primeras impresiones: Azaña fue un personaje singular de la política y la
cultura española. Creo que nadie como él representa las inquietudes de la
generación de 1914.
P. ¿En qué tradición liberal coloca usted el
pensamiento del presidente republicano?
R-He llamado a
Azaña reformista radical o, dicho de otra forma, alguien que pretende reformar
la sociedad y el estado español desde la raíz. Pensó que ese proyecto podía realizarse
sin cambiar el régimen monárquico y solo después de 1923 y del golpe de Estado
de Primo de Rivera llegó a la conclusión de que aquella reforma radical no
podría alcanzarse si no era apelando a la República. De modo que, sin renunciar
al liberalismo, Azaña pertenece a la tradición republicana, la que considera
que el Estado es el instrumento de la refacción de la sociedad.
P.¿Cuáles piensa usted que fueron los errores
de Azaña como político?
R. No estimar
en su verdadero poder a las instituciones y sectores de la sociedad española
que levantarían obstáculos a sus proyectos de reforma.
P. ¿Cuál es su valoración
de Azaña como creador literario?
R-
El campo de la creación literaria de Azaña es sobre
todo lo que llamamos
literatura del yo. Sus diarios son piezas que
nunca perderán su valor. Por lo demás, El jardín de los frailes y Fresdeval
creo, con algunos críticos de la época, que se pueden contar entre las obras
más valiosas de la década de 1920.
P. ¿Qué
consecuencias políticas tuvo la difusión de su alocución en el ayuntamiento de
Barcelona, el famoso discurso de “paz, piedad y perdón”?
R. El discurso a que se refiere se
pronunció el 18 de julio de 1938 en el
Salón de Ciento del Ayuntamiento de Barcelona con motivo del segundo
aniversario del inicio de la guerra civil. Fue recibido con un sentimiento de
profunda emoción pero sus consecuencias políticas fueron, en aquella
circunstancia, nulas, aunque su carga político-moral fue y es perdurable.
P.¿Cuál fue, en su opinión, la principal
aportación de Manuel Azaña al legado republicano?
R. Proporcionar a la República la palabra más
clara y el programa más nítido. Fue la voz de la República y representó en los
momentos finales el más profundo sentimiento de desolación por su derrota.
(Entrevista publciada en el suplemento cultural de La Nuevas España)
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