EDUCACIÓN Y MEMORIA COLECTIVA
“Lecciones
contra el olvido. Memoria de la educación y educación de la memoria” (Ministerio
de Educación/Octaedro, 2011) es un libro colectivo, coordinado por el profesor
asturiano Carlos Lomas, que tiene como
objetivo analizar, por una parte, cuál es la memoria que tenemos los españoles de la escuela de ayer y, por
otra, cómo y con qué fines educativos debe potenciar la escuela la educación de la memoria histórica de sus alumnos.
Los trabajos que tratan del primer
aspecto (la memoria de la educación) han sido realizados por destacados especialistas
en el ámbito de la historia de la educación (Antonio Viñao), de la antropología
escolar (Agustín Escolano), de los estudios de género (Pilar Ballarin) y de la
memoria literaria de la escuela (Carlos Lomas). Todos ellos buscan
estimular el conocimiento de la historia de la escuela de ayer en España como condición
necesaria para poder valorar ajustadamente cómo es la del presente y cómo
debería de ser la que queremos para el futuro. Esa mirada retrospectiva permite
a los autores desmontar algunas falacias y tópicos, olvidos y desmemorias que han venido repitiéndose sobre la historia
de nuestra escuela. Carlos Lomas desde la
visión impresionista de los textos literarios sobre a escuela y Antonio Viñao desde el rigor de la
argumentación de la historia de la educación, por ejemplo, nos demuestran cómo
no deja de ser un tópico repetido hasta la saciedad en los últimos tiempos que
en educación cualquier tiempo fue mejor, que la escuela de ayer era una Arcadia
feliz frente al infierno que es la escuela actual. Y este último además, en su
excelente aportación, aclara, matiza y reinterpreta además numerosos aspectos
de la historia de la educación contemporánea española, echando abajo
interpretaciones y visiones que se entendían o difundían como consolidadas.
Como, por ejemplo, la extendida creencia de la novedad radical que suponían en
la historia de la educación española las oportunas, necesarias y, sobre todo,
justas reformas educativas que implantó la Segunda República, que no fueron sino, en gran medida, herederas de una
tradición de cambios educativos que ya se habían iniciado con la acción de de la Institución Libre de Enseñanza en los
gobiernos liberales desde principios de
siglo XX. Lo que, sin duda, está bien visto, aunque no se debe de dejar de
tener presente el significado plenamente
democrático que adquirieron con el régimen republicano y que no habían tenido
hasta entonces. O la del mito de la
participación masiva del profesorado español en los movimientos de reforma
educativa desde abajo que se produjeron a fines de los años sesenta y en los
setenta con los Movimientos de
Renovación Pedagógica (MRPs) que no fueron, sino en realidad, como demuestra
Viñao, obra de una parte minoritaria- la más concienciada y activa- del
profesorado no universitario
Las colaboraciones del segundo apartado, dedicadas a tratar de la educación de la memoria colectiva, han
sido realizadas por profesores de educación primaria, secundaria y Universidad y
vindican como uno de los objetivos inexcusables en la formación democrática de los alumnos el valor de la
educación de la memoria colectiva.
Frente a los que defienden hoy el olvido y la amnesia voluntarios como condición
necesaria para un futuro en paz, o los
que consideran que la historia escolar únicamente debe de poner el énfasis en
los valores educativos cognitivos e identitarios, los autores defienden el
potencial que tiene esta disciplina
escolar como instrumento educativo para la
enseñanza del derecho a la memoria no sólo como un acto de justicia con las
víctimas de la injusticia y la violencia política, sino también como una
estrategia ética para fomentar el desarrollo de una ciudadanía crítica y
democrática. Estas colaboraciones tratan desde la fundamentación historiográfica
de una “historia con memoria”, como realiza en su sólido trabajo Raimundo Cuesta,
hasta el tratamiento didáctico, desde esa perspectiva educativa, del Holocausto
(Grupo Eleuterio Quintanilla), del olvido escolar de la República y la barbarie
franquista (Enrique Javier Díez Gutiérrez) y, finalmente, el análisis de cómo
ha tratado en Argentina la historia escolar las memorias de la dictadura
militar ( Federico Lorenz).
En el tiempo presente de olvidos y desmemorias
queridos que vivimos en este país, este libro tiene una gran actualidad y más, si cabe, en estos últimos días en que
la Real Academia de la Historia acaba de publicar una parte de su Diccionario
Biográfico español en el que apenas se mencionan a las víctimas de la
represión franquista, al dictador se le caracteriza como un gobernante prudente
y autoritario y los guerrilleros son
tratados como bandidos y terroristas, entre otras muchas tergiversaciones. Sin
duda, la educación de la memoria colectiva en la escuela siempre que se
fundamente en una historia rigurosa no sólo contribuirá a formar mejores
ciudadanos, sino también a devolver a las víctimas su derecho a ser rescatadas
del olvido y la desmemoria intencionados con que sus victimarios suelen tratarlas.
( PUBLICADO EN EL SUPLEMENTO CULTURAL,CULTURA,DE LA NUEVAS ESPAÑA, DE COVIEDO)
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