viernes, 30 de octubre de 2015

Lecciones contra el olvido


                                    EDUCACIÓN  Y MEMORIA COLECTIVA

                                                       
                                                            JULIO ANTONIO VAQUERO IGLESIAS

    Lecciones contra el olvido. Memoria de la educación y educación de la memoria” (Ministerio de Educación/Octaedro, 2011) es un libro colectivo, coordinado por el profesor asturiano Carlos Lomas,  que tiene como objetivo analizar, por una parte, cuál es la memoria que tenemos  los españoles de la escuela de ayer y, por otra, cómo y con qué fines educativos  debe potenciar la escuela la educación  de la memoria histórica de sus alumnos.

 Los trabajos que tratan del primer aspecto (la memoria de la educación) han sido realizados por destacados especialistas en el ámbito de la historia de la educación (Antonio Viñao), de la antropología escolar (Agustín Escolano), de los estudios de género (Pilar Ballarin) y de la memoria literaria de la escuela (Carlos Lomas). Todos ellos  buscan  estimular el conocimiento de la historia de  la escuela de ayer en España como condición necesaria para poder valorar ajustadamente cómo es la del presente y cómo debería de ser la que queremos para el futuro. Esa mirada retrospectiva permite a los autores desmontar algunas falacias y tópicos, olvidos y desmemorias  que han venido repitiéndose sobre la historia de nuestra escuela.  Carlos Lomas desde la visión impresionista de los textos literarios sobre a escuela y  Antonio Viñao desde el rigor de la argumentación de la historia de la educación, por ejemplo, nos demuestran cómo no deja de ser un tópico repetido hasta la saciedad en los últimos tiempos que en educación cualquier tiempo fue mejor, que la escuela de ayer era una Arcadia feliz frente al infierno que es la escuela actual. Y este último además, en su excelente aportación, aclara, matiza y reinterpreta además numerosos aspectos de la historia de la educación contemporánea española, echando abajo interpretaciones y visiones que se entendían o difundían como consolidadas. Como, por ejemplo, la extendida creencia de la novedad radical que suponían en la historia de la educación española las oportunas, necesarias y, sobre todo, justas reformas educativas que implantó la Segunda República, que no  fueron sino, en gran medida, herederas de una tradición de cambios educativos que ya se habían iniciado con la acción de  de la Institución Libre de Enseñanza en los gobiernos liberales  desde principios de siglo XX. Lo que, sin duda, está bien visto, aunque no se debe de dejar de tener  presente el significado plenamente democrático que adquirieron con el régimen republicano y que no habían tenido hasta entonces.  O la del mito de la participación masiva del profesorado español en los movimientos de reforma educativa desde abajo que se produjeron a fines de los años sesenta y en los setenta con  los Movimientos de Renovación Pedagógica (MRPs) que no fueron, sino en realidad, como demuestra Viñao, obra de una parte minoritaria- la más concienciada y activa- del profesorado no universitario   

Las colaboraciones del segundo apartado, dedicadas a tratar de  la educación de la memoria colectiva, han sido realizadas por profesores de educación primaria, secundaria y Universidad y vindican como uno de los objetivos inexcusables en la formación  democrática de los alumnos el valor de la educación  de la memoria colectiva. Frente  a los que defienden hoy  el olvido y la amnesia voluntarios como condición necesaria para  un futuro en paz, o los que consideran que la historia escolar únicamente debe de poner el énfasis en los valores educativos cognitivos e identitarios, los autores defienden el potencial  que tiene esta disciplina escolar como instrumento educativo para  la enseñanza del derecho a la memoria no sólo como un acto de justicia con las víctimas de la injusticia y la violencia política, sino también como una estrategia ética para fomentar el desarrollo de una ciudadanía crítica y democrática. Estas colaboraciones tratan desde la fundamentación historiográfica de una “historia con memoria”, como realiza en su sólido trabajo Raimundo Cuesta, hasta el tratamiento didáctico, desde esa perspectiva educativa, del Holocausto (Grupo Eleuterio Quintanilla), del olvido escolar de la República y la barbarie franquista (Enrique Javier Díez Gutiérrez) y, finalmente, el análisis de cómo ha tratado en Argentina la historia escolar las memorias de la dictadura militar ( Federico Lorenz).

             En el tiempo presente de olvidos y desmemorias queridos que vivimos en este país, este libro tiene una gran actualidad  y más, si cabe, en estos últimos días en que la Real Academia de la Historia acaba de publicar una parte de  su Diccionario Biográfico español en el que apenas se mencionan a las víctimas de la represión franquista, al dictador se le caracteriza como un gobernante prudente y autoritario y  los guerrilleros son tratados como bandidos y terroristas, entre otras muchas tergiversaciones. Sin duda, la educación de la memoria colectiva en la escuela siempre que se fundamente en una historia rigurosa no sólo contribuirá a formar mejores ciudadanos, sino también a devolver a las víctimas su derecho a ser rescatadas del olvido y la desmemoria intencionados con que  sus victimarios suelen tratarlas.   
( PUBLICADO EN EL SUPLEMENTO CULTURAL,CULTURA,DE LA NUEVAS ESPAÑA, DE COVIEDO)
 

 

 

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