viernes, 16 de octubre de 2015

1ESPAÑA, ESPAÑA!


                                                 ¡ESPAÑA, ESPAÑA!

                                                           Julio Antonio Vaquero Iglesias

          
 
  Desde luego que no existe  el peligro de que España se “rompa” con el que nos amenaza, con su estrategia del miedo,  la derecha española. Pero sí es cierto que la cuestión de la articulación territorial del Estado se está convirtiendo en uno de los principales escollos para la estabilidad política de nuestra democracia liberal. Analizar y comprender el contenido y la  práctica política de las concepciones acerca de la nación española que tienen nuestras élites políticas e intelectuales  desde la transición hasta hoy, y establecer, además, cómo son para ese período las identidades nacionales de los españoles, constituyen, sin duda, un necesario, arduo y complejo trabajo académico, pero también  una aportación de gran interés  para la práctica  política.

Ambos objetivos- análisis del  discurso  y de la identidad nacional-  son los que trata de alcanzar este importante  libro de  Sebastián Balfour y Alejando Quiroga, titulado España reiventada. Nación e identidad desde la Transición ( Ediciones Península, 2007). La competencia de ambos autores para desarrollar este asunto está más que contrastada por su labor investigadora anterior. Balfour es un hispanista británico, autor de varias obras sobre  la historia social contemporánea española y, en relación con el nacionalismo, de  un destacado libro sobre el “98”, tiempo, como es sabido,  de crisis y catálisis del nacionalismo y la identidad españolas. Por su parte, Quiroga es un historiador español, que ejerce su labor  docente e investigadora en la University de Newcastle y ha trabajado sobre la socialización nacionalista en España y el pensamiento conservador español.  

      Nacionalismo e historia

            Las  actuales  concepciones de la nación tanto las de los nacionalistas periféricos como las que desarrollan los discursos  nacionalistas  de la izquierda y la derecha españolas hacen siempre referencia, como elemento importante de justificación, a una determinada  visión de la evolución histórica de la nación y la identidad españolas.  Por ello, es inexcusable, como se hace aquí, comenzar por el análisis histórico del nacionalismo y la identidad españolas .como paso previo para analizar la situación actual del nacionalismo en España  Los autores fundamentan su análisis historiográfico en la teoría o paradigma denominado modernista que parte del supuesto que el nacionalismo surge con la edad contemporánea y su despegue está estrechamente vinculado a los problemas de la modernización económica y social derivados del desarrollo del capitalismo. La creación de los estados nacionales en esa etapa conllevó, además, la invención de las naciones y la recreación de las identidades y las tradiciones nacionales.

. El caso del nacionalismo español estatal no fue, según los autores, diferente de los nacionalismos europeos. Y la aparición de los nacionalismos subestatales o periféricos en España se produce  en Cataluña y Vasco a finales del  XIX en el contexto de los procesos de  modernización de esas regiones. La peculiaridad  del caso español   consistió en   que  el nacionalismo tradicionalista y autoritario que difundió la dictadura franquista no desapareció como consecuencia de su derrota, al modo como se puso fin al  fascista y al  nazi sino con la muerte del dictador y los acuerdos de la Transición. Lo cual fue determinante para que los discursos nacionalistas de la etapa democrática no pudieron refundarse, como en Francia o Alemania, en el mito del origen de nación democrática antifascista. Y, por otra parte, llevaron a la asunción por la izquierda española durante el franquismo del discurso  y la defensa  de los nacionalismos periféricos. Legado todavía vigente hoy en algunos sectores de nuestra izquierda.    

        La reinvención de España

 Durante la etapa democrática no sólo se  ha reinventado la nación española, sino que ha emergido una nueva identidad nacional española. El pacto constitucional puso las bases  para que se desarrollase una concepción  de una nación española democrática que alumbraba un modelo casi federal  de organización del territorio: el Estado de las autonomías.  A partir de esa concepción y  arquitectura del Estado cuyos principios básicos aceptaron la  mayoría de las fuerzas políticas integradas en el sistema, han aparecido diferentes formulaciones y concepciones de la nación por parte de ellas que suponen también el proyecto de diferentes modos de articulación del Estado.

Los nacionalistas periféricos, vascos y catalanes, con una concepción de la nación esencialista, blindada  con una historia recreada y tradiciones inventadas, pretenden una fórmula territorial asimétrica que les distinga de los territorios que ellos consideran que no  tienen la categoría de verdaderas naciones. Por su parte, los discursos nacionalistas de la izquierda son heterogéneos, pero tienen como denominador común una concepción de la nación democrática basada en la difícil compatibilidad de la igualdad de los territorios y el autogobierno. Además del mantenimiento de la acción  Estado como redistribuidor de la riqueza. Dentro de esas notas comunes, la variedad de concepciones y articulaciones es variada. Van desde la concepción de la nación democrática republicana y el federalismo asimétrico de Izquierda Unida hasta la nación de ciudadanos unidos  por el patriotismo constitucional y un modelo de Estado descentralizado, pero con limitaciones, que defiende  un sector de los socialistas españoles.

El discurso sobre la nación de la derecha ha abandonado su modelo centralista, adaptándose al Estado autonómico. Pero siempre ha mantenido una concepción tradicional de la nación de carácter orgánico que presupone la existencia de la nación moderna (no sólo ciertos rasgos de identidad) desde la etapa de la Hispania  romana. Concepción que han sostenido incluso cuando recientemente han adoptado también el patriotismo constitucional como actitud defensiva frente a los objetivos y planteamientos confederales de vascos y catalanes.        

            Las encuestas de opinión pública demuestran, sin embargo, que, frente a la difusión de estos discursos nacionalistas,  lo que predomina entre la mayoría de los españoles de todas las regiones, incluso, en las autonomías vasca y catalana, es una identidad dual en la que se combinan sin contradicción  el sentimiento de pertenencia simultánea  a la nación española y la comunidad de origen.

 Los autores llegan hasta explorar  los modelos de articulación territorial que consideran más realistas en consonancia con esa realidad nacional que emerge de su estudio. El cuadro resultante, como nos muestra este excelente y clarificador libro, es  realmente  complejo y  de  difícil solución. Su lectura no sólo es aconsejable para cualquier ciudadano interesado en este crucial asunto. Por ello también para todos y cada uno de nuestros  políticos. Pero especialmente para aquellos que negocien estatutos de autonomía o intervengan en pactos autonómicos.        

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario