martes, 24 de junio de 2014

Tony Judt, historiador sociademócrata


                            TONY JUDT, HISTORIADOR SOCIALDEMÓCRATA

 

                                                                       Julio Antonio Vaquero Iglesias

                                                                           Catedrático e historiador

         
Tony Judt con J. P. Sartre
  
A principios del pasado   mes de agosto  falleció en Nueva York el historiador británico Tony Judt. Catedrático en las universidades de Oxford, Cambridge, Berkeley  y Nueva York, Judt  no sólo alcanzó en la pasada década una gran notoriedad como estudioso de la historia de la Europa reciente, sino también como intelectual público cuyas intervenciones sobre los temas más candentes de la actualidad política, intelectual y económica generaban, en ocasiones, grandes polémicas (como ocurría con sus  artículos en The  Nueva York Revieuw of Books  que gozaban de un gran prestigio).. Desde 2008, sufría una enfermedad degenerativa, esclerosis lateral amiotrófica o enfermedad de Lou Gherig que le fue dejando progresivamente inmovilizado, pero con plena lucidez mental; enfermedad  a la que se enfrentó valientemente y convirtió en objeto de algunos de sus últimos escritos, que causaron una gran impresión entre sus lectores como el titulado Noche que publicó recientemente  El País.

Nacido en el seno de una familia judía de clase media baja, Judt vivió en su juventud en un kibutz en Israel e incluso intervino en la Guerra de los Seis Días, pero pronto abandonó la ideología sionista  y defendió  la tesis de que la solución al problema palestino israelí  pasaba por la creación  un  Estado binacional en Israel, negándose a aceptar que  esa  actitud, enemiga de  las posiciones oficiales del Estado judío, pudiera calificarse como antisemitismo. Lo cual le ha valido hasta el final de su vida ser objeto de duros ataques por el lobby sionista norteamericano.

            Tanto  su obra  historiográfica como sus escritos como intelectual público expresan claramente su posición ideológica socialdemócrata desde la que  ha criticado profundamente a la experiencia comunista como a la izquierda radical que la apoyó o no se definió claramente contra ella. Una de sus obras más importantes fue Pasado imperfecto. Los intelectuales franceses, 1944-1955  en la que realiza una acerba crítica a los intelectuales franceses de la izquierda que apoyaron- en su opinión-  el estalinismo. En su libro más notable que le catapultó al éxito y por el que quedó finalista del premio Pulitzer, Posguerra. Una historia de Europa desde 1945, hace una revisión  de  la trama económica, social, política, intelectual de la historia de Europa desde el final de la segunda guerra mundial hasta hoy desde  el supuesto que la caída del Muro de Berlín en 1989 exigía revisar todo el pasado reciente  de  Europa  tras el colapso del mundo comunista. Y destaca que el éxito de Europa en esa etapa, tras superar las secuelas de la contienda y la Guerra Fría,  estuvo en la creación de un estado de bienestar hasta que entró en la deriva del neoliberalismo a partir de los años 80.

            Del mismo modo que en su último libro, todavía no publicado en España, Ill Fares the land como en una de sus últimas conferencias (con casi todo su cuerpo paralizado, pronunciada ante un emocionado  auditorio en Nueva York) realizó una profunda  defensa de la socialdemocracia y del socialismo no autoritario como única solución posible a los problemas de la crisis política y económica del mundo actual. Una denuncia del abandono de la política como elemento  legitimador de lo público y de la conversión de de lo privado y el mercado en una verdadera religión política con el corolario del  creciente incremento de la desigualdad económica y social entre las clases y los estados. Y la necesidad de establecer una nueva hoja de ruta que vuelva a poner lo público y el Estado en el lugar que les corresponde, si queremos evitar el tortuoso y peligroso camino por el que está avanzando la sociedad humana.

 La enseñanza  y  compresión de una  historia de las sociedades occidentales por las nuevas generaciones que explique esa deriva ha sido, para Judt, el leitmotiv tanto de  de su actividad historiográfica  como de su actividad pública hasta el último momento de su vida, cuando su cuerpo ya no era sino una jaula de una mente libre y lúcida.             
  ( Publicada en el suplemento "Cultura" de La Nueva España-Oviedo)
              

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