LA
PRENSA CLANDESTINA BAJO EL FRANQUISMO EN ESPAÑA Y EN ASTURIAS
Julio Antonio Vaquero Iglesias
Junto con la
voz de la radio y del boca a boca popular, la prensa clandestina fue la palabra
que rasgó el espeso silencio de aquella “larga noche de piedra” que
fue la dictadura franquista. Pero los
periódicos clandestinos fueron, además, un instrumento primordial de la acción
de la oposición y resistencia antifranquistas.
Pues no sólo ejercieron- como apuntan Gabriel Santullano y Carlos Gordón en los
sendos libros que vamos a comentar- la función de aportar, frente a la “verdad”
oficial del régimen, una información alternativa cuya libre difusión la censura
impedía, sino también porque cumplieron las vitales tareas de ser instrumento
para la formación política y la
organización de la oposición. Además de funcionar como un importante factor de
proselitismo y orientar la acción
opositora
Pero, también, más allá de tales funciones
prácticas, pero no por ello menos
importantes, la prensa clandestina antifranquista cumplió con la función moral
que implica toda resistencia a la opresión. Y sirvió también como depósito de
la memoria de aquellas tradiciones y luchas
políticas del pasado reciente que la dictadura pretendía silenciar para
que no “contaminasen” a las nuevas
generaciones de españoles.
Por todo ello, es preciso reconocer que la
prensa clandestina constituye un aspecto de gran importancia para la historiografía que trata de reconstruir la resistencia al franquismo. Y no sólo por su carácter instrumental, esto es,
como fuente inexcusable para reconstruirla, sino como un capítulo independiente
que exige un tratamiento propio y específico dentro de la historia del antifranquismo. Desde este enfoque específico están escritos estos dos libros que vamos a
analizar.
Amordazada y perseguida (Fundación
1º de Mayo, 2005), libro coordinado por José Babiano, es el catálogo de la prensa
clandestina y del exilio de la Hemeroteca de la Fundación 1º de Mayo, de CC OO,
y comprende no sólo la prensa sindical de este sindicato, sino también la de
otras organizaciones sindicales. Y, además, este catálogo contiene ejemplares de la prensa de grupos de trabajadores y de representación obrera en la empresa; de
organizaciones y partidos políticos; de la
prensa de organizaciones y movimientos sociales; y de la prensa del
exilio y de la emigración política.
Además de la agrupación en fichas
específicas de cada una de las publicaciones,
el catálogo contiene otras clases de clasificaciones de gran utilidad para su
manejo como por el tipo de prensa, por organismos y lugar de edición y por las siglas de periódicos catalogados. Está
prologado por Julián Ariza y presentado
por el historiador Julio
Aróstegui con unas interesantes reflexiones
sobre las características especificas que presenta esta fuente. Y
finalmente incluye un estudio de Carlos Gordón sobre Prensa clandestina y
movimiento obrero en el Franquismo. En este trabajo se analizan las
principales características de la prensa clandestina y del exilio en la España
de la dictadura como su definición, periodización y el proceso de producción. El
análisis de las funciones de esta prensa clandestina y algunos aspectos de su
represión por el aparato franquista, como la legislación, las prácticas y los
discursos, completan su contenido. Es, en realidad, un estudio introductorio,
denso y serio, pero que no pasa de ser una aproximación enfocada
prioritariamente al análisis de la prensa comunista y de Comisiones Obreras y
que contiene abundantes referencias a la
prensa clandestina asturiana de esas organizaciones.
El otro libro al que hemos hecho
referencia es el del historiador asturiano Gabriel Santullano, el cual es autor
de numerosos trabajos sobre la historia de la prensa asturiana y quizá sea en
este momento el mejor conocedor de la historia de los periódicos obreros que se
editaron en nuestra región. Se titula La prensa clandestina en Asturias
(2006) y está editado por la Fundación Juan Muñiz Zapico en colaboración con la
editorial KRK, el patrocinio de CajAstur y la colaboración de varios
Ayuntamientos asturianos. A pesar de su título amplio, la obra de Santullano
está dedicada prioritariamente al
estudio de la prensa clandestina bajo el franquismo.
A
la prensa clandestina anterior a esta etapa, dedica un único capítulo titulado Antecedentes
que ya indica indirectamente el
contenido principal que
constituye el objeto de su libro. Pero es preciso reconocer también que
Santullano rebasa los límites del objeto
de su trabajo- la prensa clandestina antifranquista en Asturias- porque dedica
la primera parte del libro a contextualizar ésta, no sólo en el marco de la
represión franquista en Asturias, sino también en el de la propia prensa franquista regional. Y en ambos casos nos
presenta un cuadro con una información tan detallada y contrastada que nos
dicen más de estos dos temas que algunos libros y trabajos dedicados
expresamente a tratarlos. Así como
realiza juicios y valoraciones sobre
aquellos hechos que, sin duda, compartirán- compartimos- muchos lectores que ven-
vemos- hoy cómo, tras la amnesia de la transición, el revisionismo rampante dulcifica y maquilla lo que no fue sino un
tiempo de represión y falta de libertad.
Del mismo modo, Santullano saca a la luz y valora, sin contemplaciones, trayectorias profesionales y políticas que en razón de su actuación pública y de
colaboración con la dictadura no deben de dejar de ser juzgadas hoy, sobre
todo, por aquellos que, como el autor, las padecieron.
Más allá de ese aprovechable contexto, el
historiador y profesor asturiano desarrolla el núcleo de su libro analizando
los aspectos materiales y técnicos de los periódicos clandestinos asturianos
como la fisonomía ( formato, páginas,
composición), lo que él denomina los elementos gráficos (cabeceras,
encabezados, tintas) y aquellos otros más importantes cara a su función histórica como son los que se refieren a la producción, la difusión,
el sistema de distribución, la tipología o el trabajo periodístico
(organización de las redacciones, redactores, fuentes de información, estilo
literario, contenidos, etc.). La tercera parte, sin duda, la más interesante y
significativa, la dedica al análisis
pormenorizado, en el marco de las diferentes etapas del franquismo, del origen ideológico
y de los contenidos de esos periódicos clandestinos asturianos. Finalmente, el
libro contiene unos excelentes anexos que facilitan enormemente la revisión de la información esencial de su contenido.
La producción de prensa clandestina en Asturias fue
realmente importante. Lo cual es reflejo de la importante actividad que la
oposición antifranquista tuvo en nuestra región. En conjunto, en los 39 años de
duración del franquismo, en Asturias se publicaron 98 periódicos clandestinos.
Como es lógico, dado el protagonismo de
los comunistas en la lucha contra la dictadura tanto en España como en Asturias y las numerosas escisiones y ramas que
surgieron del movimiento comunista – maoístas, trotskistas, prosoviéticos-,
todas las cuales tuvieron representación política en Asturias, es a esa
ideología a la que correspondió el mayor
número de periódicos clandestinos en nuestra región: cuarenta y nueve títulos.
Sólo el PCE publicó a lo largo de la
dictadura veintiocho y, aunque algunos fueron de escasa duración, otros no,
como fue el caso de Verdad, el órgano del Comité Provincial de
los comunistas asturianos que se publicó durante diez años (1966-1976) y sacó a
la luz alrededor de setenta números y en
Asturias se imprimió durante varios de los años de hierro del franquismo, el
órgano central del PCE, Mundo Obrero. Por su parte, veintitrés
periódicos, publicó en nuestra región Comisiones Obreras.
Los socialistas, con menor fuerza que los
comunistas y proclives a que la propaganda se recibiera del exterior,
consiguieron que El socialista y UGT tuvieran cierta difusión en la región, pero,
dentro de Asturias sólo editaron cuatro títulos. Entre ellos, destacan el
histórico Avance y, en la última etapa del franquismo, Adelante.
Los
monárquicos juanistas y tradicionalistas, descontentos con la deriva poco
favorable que tomaba la dictadura para la monarquía, también editaron en
Asturias prensa clandestina a finales de los cuarenta y en los
cincuenta, en que sacaron a la luz cinco periódicos. Algunos de ellos impresos,
incluso, en tipografía, dada la ambigüedad de la represión hacia ellos de la
dictadura. Al contrario que la otra prensa clandestina que tuvo que imprimir por
esos años sus textos o bien manuscritos
o en multicopistas rudimentarias como la famosa vietnamita o
posteriormente en multicopistas más avanzadas hasta poder hacerlo al final del
franquismo ya en offset, como nos cuenta con todo lujo de detalles Santulllano.
Los falangistas descontentos también publicaron un Boletín Informativo.
Las huelgas de 1962 y el surgimiento del
nuevo movimiento obrero con las comisiones obreras y la participación de las
organizaciones obreras cristianas dieron paso a una recuperación de la prensa
clandestina con un nuevo despertar de la prensa comunista (El Proletario,
el ya citado Verdad y la revista Clarín que
impulsada por el PCE pretendía ser el órgano de la oposición democrática al
franquismo) en el marco de un nuevo escenario de oposición comunista que buscaba la convergencia táctica del
movimiento obrero con la fracción liberal y evolucionista de la burguesía. Un
personaje decisivo de esta renovación de la prensa comunista fue, sin duda, el
profesor José Torre Arca que fue el alma de Verdad. El propio
Santullano fue uno de los miembros de su redacción. Tras Torre Arca, el responsable fue José María García Martinez. Aquél, Torre, también
participó en la revista Clarín
en su primera etapa y en la segunda tuvieron un participación muy activa, entre
otros, José María Laso, David Ruiz y Carmen Bascarán.
El autor reconoce la importante aportación de Torre
Arca a la edición de la prensa comunista de esta etapa. Pero emite también un
duro juicio sobre él: “Este excomunista- anota en su libro- cuyos
méritos son indudables, escribe el texto citado (unas
puntualizaciones de Torre a otro escrito de Santullano sobe la prensa
comunista) en un momento de
desengaño, lo que imprime a sus recuerdos una visión sesgada, con la que trata
de ensalzar sus méritos y los de sus familiares y amigos, pero olvidándose de
que todos ellos , por muchos méritos que tuvieran, no fueron los únicos
comunistas de Asturias” ( página
297)
En los años sesenta, esa prensa comunista,
de gran calidad e importancia, estuvo flanqueada por otro nuevo frente
periodístico como fue la prensa sindical de CC OO y de los socialistas y de
USO. Los socialistas editaron entonces el
que fue el órgano regional de la UGT Adelante que también lo era del partido. Y USO publicó
el bimestral Estrategia Obrera que mantuvo una sonada polémica
con Verdad sobre la
reconversión industrial de Asturias. En conjunto, fueron once periódicos
clandestinos los que se publicaron entre 1962 y 1967.
Desde 1968 a 1975, años
de represión seguidos de otros de de
intensa agitación ante la inminente muerte del dictador, la prensa
clandestina experimentó en Asturias una
etapa de eclosión. Fueron veintidós cabeceras clandestinas las que vieron la
luz en la región. Dentro de la prensa del partido comunista surgieron numerosos
periódicos sectoriales y de movimientos sociales afines e incluso apareció un
periódico más bien de trabajadoras que feminista que fue Mundo Femenino.
La prensa sindical tuvo un gran despliegue, sobre todo, la de CC OO a través de
numerosas publicaciones locales. Pero también
entre la de los ugetistas. Del
mismo modo todos los partidos radicales escindidos del movimiento comunista (maoístas,
trotskistas, prosoviéticos)o del FLP ( maoístas
como el Movimiento Comunista, trotskistas como el LCR o la Liga
Comunista y otros) tuvieron su correspondiente portavoz regional e, incluso,
algunos de ellos portavoces locales.
En resumen, La prensa clandestina en
Asturias es un libro que presenta las características habituales de las
obras de Gabriel Santullano. Ofrece una excelente, por abundante y
diversificada, información documental y bibliográfica; es un libro que pretende
romper con la monocorde y a veces indigesta prosa académica y tiene un clara
vocación de estilo literario. Lo que no
sólo no le resta claridad y precisión, como suele ocurrir a veces, sino que
hace su lectura fácil y agradable. Pero, además de esos valores que hacen de él un buen y aprovechable libro de historia, es
también un libro valiente, en el que su autor vierte
juicios y valoraciones sobre
comportamientos y trayectorias políticas que expresan sin ningún tapujo ni
paños templados lo que el autor piensa sobre los personajes- muchos de ellos
hoy todavía vivos- que desfilan por sus páginas, pero también sobre los autores
de la bibliografía que utiliza o desecha. Leanlo. Estoy seguro que no les
defraudará.
(PUBLICADO EN EL SUPLEMENTO CULTURA DE "LA NUEVA ESPÑA" DE OVIEDO
(PUBLICADO EN EL SUPLEMENTO CULTURA DE "LA NUEVA ESPÑA" DE OVIEDO
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