LA PRIMERA BIOGRAFÍA ESPAÑOLA DE
JULIO ANTONIO MELLA
ÁNGEL
DE LA CALLE
270 imprescindibles páginas suman la primera biografía dedicada al
líder revolucionario cubano escrita en España. El historiador Julio Antonio
Vaquero Iglesias nos acerca de forma amena pero exhaustiva a la vida del
mítico, pero olvidado, revolucionario caribeño.
Antes de que la foto oficial de la revolución latinoamericana
fuese el poster que, a partir de la foto de Korda, el editor italiano
Feltrinelli realizase con la efigie de Ernesto Che Guevara, antes de eso, la
imagen oficial del revolucionario latino era la que la fotógrafa Tina Modotti
había tomado del apuesto Julio Antonio Mella, y que la prensa comunista había
difundido por medio mundo.
El simbólico afiche del Che fue, y es, tan poderoso que alejó la
luz de todo lo anterior a lo que esa imagen solarizada transmite. Incluido el
ángel rebelde de esta biografía, Julio Antonio Mella.
Estudiante y luchador que pronto se organizará para formar lo que
será el Partido Comunista Cubano. Encarcelado, logra su libertad con una sonora
huelga de hambre, contra el dictador Machado. Exiliado en México, partícipe de
las actividades de la Internacional Comunista, Julio Antonio Mella irá a morir
tiroteado en Ciudad de México, una noche de febrero de 1928, cuando caminaba
del brazo de su última amante, la italiana Tina Modotti.
Carismático, de buena presencia, amante fogoso, padre de dos hijas
de su legítima esposa. Dirigente de un partido político que comete en los años
veinte tantos errores de apreciación de la realidad como el PCC, nunca tuvo,
sin embargo, posiciones dogmáticas, y siempre defendió sus opiniones y
propuestas. Hasta el extremo de oponerse a las tesis mayoritarias. Con lo que
eso suponía en un partido de esas características en aquel tiempo.
Pero él era el niño bonito de la revolución latinoamericana en ese
momento (no el guapo, el guapo sería Antonio Guiteras) y podía permitírselo.
Como todo buen exiliado cubano, soñaba con llenar de armas un
barco pequeño e invadir cuba, desalojar al dictador y repartir la riqueza entre
los isleños. Lo intentó, pero no era aún el momento de esas hazañas.
Su asesinato y muerte fue una tragedia que tiñó con su sangre las
calles del DF, y de amarillo las páginas de los diarios sensacionalista y
reaccionarios mexicanos, empeñados en convertir un asesinato político en un crimen
pasional; bien regada esta idea con los dineros llegados, a la redacción del
diario Excelsior, desde la embajada del dictador Machado.
Una vida apasionante, de viajes a ninguna parte, de clandestinidad
y de peligros, de amores y amoríos y de entrega y sufrimiento. Convertido en
símbolo ardiente de la revolución por llegar, le esperaba el martirio aquella
noche de invierno de la que hablamos antes.
El autor de esta biografía la torna autobiografía apócrifa, para
saltarse los puntos ciegos, los agujeros negros y la falta de papeles y
documentos escritos que tanto fascinan, o desvelan, a los historiadores. Julio
Antonio Vaquero, él mismo historiador de categoría, de esa rara especie de
historiadores que saben escribir para los mortales que han de leerles y no
archivarles, no deja en este trabajo documento histórico sin revisar ni trabajo
anterior sobre le personaje sin fatigar. Y utiliza el artilugio de la falsa
autobiografía para aventurar, allí donde la anterior investigadora del
personaje, Christine Haztky, no se atreve a pisar. Y eso engrandece el libro.
No deja de advertirnos el autor de que no estamos ante una novela. Y ahí me
parece que pide perdón por escribir bien. Exceso de humildad que no necesita.
En particular a mi, y ustedes lo entenderán, me ha resultado
glorioso que cuando el libro debería llegar a su fin, con la muerte del
biografiado, el autor se sienta invadido por el poderosos espíritu de la última
compañera de Mella, la fotógrafa y activista Tina Modotti, y no pueda evitar el
contarnos lo que le sucedió a la militante de Socorro Rojo Internacional
durante el resto de los sufridos 14 años que le tocó vivir sin Mella. Y ahí ya
es biografía, la de Tina.
Y ese colofón a la vida del revolucionario cubano, que es el
devenir de su amante, engrandece esta obra.
Y la vuelve actual. Si hubiese sido escrita antes de final de los
años ochenta en Cuba, Tina Modotti no existiría en la biografía de Mella. ¿Cómo
iba a tener, uno de los fundadores del PCC, una amante, que se dejaba
fotografiar desnuda, mientras el l íder tenía mujer e hijos en
la isla aguardándolo? ¡Eso no es lo que debe hacer un dirigente comunista!.
Por suerte Mella lo hacía y este necesario libro también nos lo
cuenta.
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Ángel de la Calle.es autor de una biografía ilustrada de Tina
Modotti y director de la Semana Negra de Gijón
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