viernes, 12 de junio de 2015

La naturaleaz de las Revoluciones burguesas


LA NATURALEZA DE LAS REVOLCIONES BURGUESAS

 

                                                 JULIO ANTONIO VAQUERO IGLESIAS


Transformar el mundo. Revoluciones burguesas y  revolución social  (Pasado/Presente, 2013) del sociólogo, historiador y catedrático escocés Neil Davidson  ha sido considerado por un selecto grupo de historiadores  españoles como uno de los diez libros de historia más importes publicados el pasado año en  España. Por su parte, Joseph  Fontana califica en el  prólogo del libro que estamos ante una obra maestra que está destinada a convertirse en un trabajo de referencia para el conocimiento de la teoría y la práctica del concepto de “revolución burguesa”, incluyendo no sólo las “clásicas” ( la neerlandesa, la inglesa, la francesa y la americana) sino también  las actuales las que se ha desarrollado con la descolonización tras la Segunda Guerra Mundial Y la verdad es que tras la lectura de sus 950 páginas (sin incluir las notas), escritas, eso sí, con un estilo fácil y fluido, uno no puede más que  corroborar como acertados   tales juicios positivos.

            Autor de una obra galardonada con el prestigioso premio Isaac y Tamara Deutscher sobre la revolución burguesa en Escocia que le inició en este tema, Davidson  reconstruye ahora  la evolución historiográfica   que ha experimentado la concepción de las revoluciones burguesas desde la perspectiva  de la historia del pensamiento político. Pero lo hace incluyendo en su análisis - como es canónico para un historiador como él, que se mueve dentro de la concepción historiográfica del materialismo histórico- el proceso histórico global. Ese análisis abarca  desde la prehistoria del concepto en los siglos XVII y XVIII, coetáneo con el inicio de su desarrollo histórico,  y su  consolidación conceptual  original por parte del marxismo clásico (Marx y Engels)  como revoluciones sociales cuyo significaron fue la toma del poder por la clase burguesa con el objeto de poner fin al feudalismo  eliminando  las trabas y obstáculos  políticos e institucionales que aquél suponía para establecer el sistema capitalista, hasta las concepciones que proporcionó de tales revoluciones el revisionismo historiográfico conservador a partir de los años 80 del pasado siglo cuando comenzó la ofensiva y  hegemonía  neoliberal, interpretándolas con meras revoluciones políticas, sin contenido social alguno. Así como analiza también la reinterpretación que de ellas han realizado las diferentes corrientes posmarxistas que, influidas por el revisionismo y tratando de desvincularse  de la vulgata estalinista, aceptaron en cierta medida la desvalorización del cambio social que atribuía  la interpretación marxista clásica al contenido de  tales revoluciones. Tras ese recorrido, realizado con una gran solidez argumental  y un profundo ( casi podríamos calificarlo de apabullante) conocimiento  de todo lo que se ha escrito hasta hoy sobre  el tema, el núcleo del libro lo dedica Davidson finalmente exponer su propia concepción  de la revolución burguesa manteniendo como tesis principal su  naturaleza no exclusivamente política, sino, sobre todo, social, esto es, como revoluciones que se han desarrollado a lo largo de más de tres siglos y han supuesto, con sus variantes y características específicas, la introducción , con la eliminación definitiva del feudalismo o sus residuos, del orden capitalista que domina hoy en el mundo      . .

            Es claro que la elección de este tema por el autor no es solamente de orden historiográfico o académico con ser, desde esa perspectiva, un objeto de estudio   pertinente como demuestran sus contenidos y las  conclusiones obtenidas , sino que la clarificación del concepto de “revolución burguesa”  es también  de gran importancia  para arrojar  luz sobre el confuso debate actual que mantiene  la izquierda para tratar de establecer una estrategia coherente  de lucha contra el capitalismo con el objeto de avanzar en el camino del socialismo. Y ello es así por varias  razones. No sólo, porque la constatación de la dimensión verdaderamente  revolucionaria de esas revoluciones,  esto es, la profunda transformación social que supusieron, niegue, como pretendía el revisionismo y han asumido algunas corrientes posmarxistas, su condición de meras revoluciones políticas  que únicamente habrían supuesto un cambio en las elites que detentaban el poder. Negación de la que se deduce que el capitalismo no habría llegado, pues, por un proceso evolutivo, como pretendían  revisionistas y posmarxistas, sino tras un verdadero proceso revolucionario que habría durado varios siglos y que  tal  procedimiento revolucionario sería, pues, el modelo a seguir  para intentar pasar del  capitalismo al socialismo.

Pero, además, según Davidson, la concepción revolucionaria de las “revoluciones burguesas” permite distinguir claramente entre revoluciones burguesas y revoluciones verdaderamente socialistas como es el caso de las revoluciones nacionalistas  que se desarrollaron tras la Segunda Guerra Mundial en las colonias que se han  venido considerando por algunos como revoluciones socialistas, cuando en la realidad, no fueron sino revoluciones burguesas, incluida la revolución china que no fue nunca una revolución verdaderamente socialista, sino una revolución que no implantó sino  un capitalismo de Estado, lo que explica en cierta manera su deriva actual hacia el capitalismo  neoliberal. .

Del mismo modo que una renovada concepción de las revoluciones burguesas desde la perspectivas del materialismo histórico hace inaceptable la utilización sesgada que determinados “historiadores” actuales, voceros del capitalismo neoliberal, vienen haciendo  en la actualidad de la categoría de ”revolución burguesa”, considerando como tales  las revoluciones  “desde arriba” que el neoliberalismo viene imponiendo  para eliminar las trabas  que los elementos del Estado del bienestar y los derechos sociales conseguidos con el mismo imponen al despliegue sin límites del mercado y el capital financiero que tratan de implantar.. Algo así como si alguno de los intelectuales orgánicos de nuestra derecha en el poder nos  tratase de “vender la moto” diciendo que lo que Rajoy y su  Gobierno están tratando de implantar en España – en busca del interés general, claro-.con su programa de reformas neoliberales no es sino la  verdadera  revolución burguesa que este país nunca llegó a hacer. Aunque tengo la impresión por la  producción de esos ideólogos que es difícil que lleguen a utilizar  argumentos  tan sofisticados, a no ser copiándolos de alguno de los historiadores de cabecera de  la Thatcher que sí utilizó  esa burda  concepción de la revolución burguesa para justificar sus políticas neoliberales.

En fin, leído en una u otra clave, desde la propiamente historiográfica- académica o la ideológica- política, o desde  las dos a la vez, como querría, sin duda,  que se leyese su libro el autor, estamos ante un libro importante y de lectura francamente aprovechable. .       
    ( Publicado en el suplemento cultural Cultura de La Nueva España, de Oviedo)
 

 

 

 

 

 

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario