UNA
DICTADURA SIN DICTADOR
Julio Antonio Vaquero Iglesias
Viviane Forrester es una
escritora francesa, novelista, ensayista, crítica literaria y colaboradora
habitual de Le Monde, autora de una excelente obra sobre Van Gogh
y especialista en Virginia Woolf. En
1996 alcanzó un éxito literario mundial - más 350.000 mil ejemplares
vendidos en Francia, traducido a 24 idiomas, premio Médicis - con la publicación
de un ensayo titulado con una significativa expresión de un verso de Rimbaud, El
horror económico, en el que fustigaba, de manera comprensible para el
gran público, al margen de la jerga económica, con buen estilo literario y un
tono apasionado, ese error humano, por inhumano, en que se ha convertido la política neoliberal con su secuela de
desempleo y de pobreza a nivel mundial.
Insiste
ahora la escritora francesa con otro ensayo de las mismas características, Una
extraña dictadura ( Anagrama, 2001), en el mismo tema, pero de
modo más incisivo y buscando en este
nuevo ensayo desenmascarar el contenido de ese discurso neoliberal y promover
una reacción de resistencia frente a las prácticas y políticas neoliberales.
Como
se ha demostrado ya hace tiempo, el origen de ese discurso neoliberal está en
los laboratorios de ideas y propaganda de las fundaciones e institutos
conservadores de EE. UU. (los think tank) patrocinados por las fuerzas
económicas neoliberales – y donde se han formado, por cierto, algunos de los
más importantes miembros del equipo de gobierno de Aznar-, y ha adoptado, como todo pensamiento ideológico
deformado, la forma de “pensamiento único”, según la expresión de Ignacio
Ramonet, de dogma económico, para dar cobertura ideológica a la globalización
realmente existente.
Inversión, eternidad y puntos ciegos son
las notas que el escalpelo preciso y a la vez vibrante de la prosa de Viviane
Forrester nos descubre al abrir, despojándolas de su retórica ideológica, las
entrañas de las argumentaciones
ultraliberales. No es, como pretende tal discurso, la Economía con sus leyes
inmutables y naturales la que “dicta” la agenda política de los Estados y
obliga, somete, contra su voluntad, a los hombres a su tiranía, a una dictadura
sin alternativa. Dictadura, sin duda, extraña, como dice el título del ensayo,
porque nace en el seno de regímenes democráticos y busca convencer a los que
más daña de que la obediencia ciega a su
voluntad es lo más conveniente para sus intereses.
Esa es la “realidad” de Mario Vargas Llosa. Pero la de Viviane
Forrester es la inversa. Es la Política,
el régimen político neoliberal quien impone la Economía globalizada y no al
revés. El discurso promete que esa economía especulativa traerá finalmente el
empleo para todos. Pero mientras tanto las fusiones, restructuraciones y
reconversiones producen inmensas ganancias y revalorizaciones bursátiles-
mientras las pérdidas o los gastos los pagamos todos los ciudadanos- y sólo
vienen acompañadas de paro y trabajo
basura. La competitividad se presenta como deus ex machina que lo arreglará
todo, no se sabe bien cómo, y el beneficio es la bicha innombrable que no
aparece por ninguna parte cuando en la realidad es el gozne sobre el cual gira
todo el sistema. Se promete una cercana vuelta a la sociedad del pleno empleo y
trabajo estable; se insiste en el valor del empleo- no del trabajo- como factor
imprescindible de la dignidad del hombre. Pero se oculta, porque se sabe, que
con esta forma de capitalismo especulativo y globalizado eso ya no es posible.
Las estadísticas del descenso del
desempleo son, para este discurso, una
constatación más, la verificación, de la “verdad” de su contenido. Pero,
como argumenta la escritora francesa con otras cifras, son muchos los que
han dejado su condición de desempleados
para pasar formar parte de la legión de los pobres que ha aumentado
considerablemente. Sobre todo, en el propio centro de este sistema neoliberal,
en EE. UU, y ello a pesar del sistema de trabajo forzado, el workfare,
que allí se ha impuesto para que los pobrecitos desempleados no queden al
margen de la dignidad casi sagrada que, como la gracia, imprime el empleo.
Además de su condición de empleo basura que no parece muy acorde con esa
dignidad que se espera proporcione.
De El horror
económico se dijo por algunos
críticos que no aportaba soluciones. Viviane Forrester aclara ahora en esta
continuación de aquél que, si se entiende como tal solución una propuesta de un
modelo cerrado de sociedad, no la tiene. O, dicho de manera más precisa, que su
propósito al escribirlo no ha sido ése. Sino desvelar la realidad que se oculta
tras el discurso ultraliberal para poder establecer los verdaderos problemas y
dejar a un lado los falseados o fabricados por aquél, cuya interesada solución nos viene ya determinada
por su planteamiento capcioso. Y comenzar
con ello a difundir una actitud de resistencia de la sociedad civil
frente a las prácticas que encubre esa ideología como paso previo a la tarea a
más amplio plazo de buscar de manera compartida y democrática las soluciones y remedios para ellos.
En el tiempo que media entre El horror económico y Una
extraña dictadura se produjo la protesta de Seattle y en ella
ve la autora el inicio de un futuro progresivo
rechazo activo de la sociedad
civil a la globalización neoliberal. Hoy hay que añadir a ella las de Niza,
Praga y, sobre todo, el recién finalizado Foro Social Mundial de Porto Alegre en el que ya se ha entrado en la fase de buscar soluciones y
alternativas, aunque siga siendo necesario todavía ampliar el rechazo de la
sociedad civil hacia esa dictadura sin dictador aparente en que se ha
convertido el capitalismo neoliberal. Y para ello este nuevo libro de Viviane
Forrester sigue teniendo gran utilidad. A los ya convencidos no les aporta en
realidad nada nuevo, pero pueden ver en él reflejado con valentía, pasión ética
y elegante verbo lo que piensan de la barbarie ultraliberal. Y para los que
todavía no lo están, pero la padecen, en sus páginas pueden encontrar más de una
razón de peso para convencerse. Amén.
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