MEMORIA Y PRESENTE DE LA GUERRILLA ASTURIANA
JULIO ANTONIO VAQUERO IGLESIAS
Con el mismo objetivo que su anterior libro sobre la guerrilla comunista
en Asturias, Por qué estorba en la
memoria, Gerardo Iglesias publica este nuevo libro La amnesia de los cómplices (KRK, 2016). La diferencia entre uno y
otro es que ahora amplía su visión al conjunto de la guerrilla
antifranquista en Asturias, incluyendo fugaos
y guerrilleros tanto comunistas como socialistas y haciendo referencia, incluso, a los
guerrilleros asturianos que actuaron fuera de la región.
Este libro es de contenido
biográfico. Reconstruye las biografías
de 150 fugaos y guerrilleros utilizando para ello fuentes escritas,
pero, sobre todo, el testimonio oral de familiares y conocidos de aquellos primeros luchadores
contra la dictadura franquista que la democracia ha olvidado arrojándolos al
olvido sin reconocerles públicamente su
lucha. que fue, sin duda, la primera manifestación
de la historia de la oposición antifranquista . De ahí la finalidad de este
libro de Iglesias como también lo era la del anterior: reivindicar su memoria y dejar
claro por extensión la torticera política de memoria que los gobiernos de la
Transición y la Democracia han tenido con los vencidos en la guerra civil.
Pero el libro es algo más que un
rosario biográfico. Porque el autor presenta a los fugaos y guerrilleros agrupados en capítulos en relación con las vicisitudes organizativas y episodios que protagonizaron en su lucha
contra la policía política, la guardia civil y los infiltrados. Pero, además, cada uno de esos capítulos va
precedido de un análisis de su peripecia
guerrillera. Lo que da como resultado una visión de conjunto de la
historia de la guerrilla antifranquista
en Asturias.
Está claro que esa visión que nos
ofrece Iglesias trata de responder a un
análisis crítico, no complaciente ni hagiográfico , de la historia de la
guerrilla antifranquista en Asturias.
Destaca , por ejemplo, en el caso de la guerrilla comunista, las medidas
inadecuadas que tomó el aparato del Partido desde Francia, debido a la ignorancia de
su situación real y la actitud dominante con que operó el
Partido en su relación con los guerrilleros y, en consecuencia, los frecuentes desencuentros que se produjeron entre ambos.
Estamos, pues, ante un libro más
que de historia, de “necesaria” y “aceptable”
memoria histórica. Y es importante decirlo, ante la desvalorización que entre
determinados sectores tiene esta forma de abordar la historia. Esto es, una visión de la historia que tiene
por objetivo la lucha ideológica; en este caso, con la finalidad de tratar de conseguir la reparación legal y el
reconocimiento público de aquellos hombres y mujeres que expusieron sus vidas
luchando con las armas hasta el final, contra la dictadura franquista. Pero
siempre, como trata de hacer el autor en estas páginas, no desde la deformación
y la parcialidad histórica, sino desde
la reconstrucción histórica fundada en hechos y datos contrastados.
Esa finalidad explica y hace oportuno el epílogo con que se cierran las páginas de este
libro con el sugerente título de El
pasado reclama su deuda, y que es todavía más actual
en estos días en que se conmemoran los cuarenta años de la muerte del
dictador y los Organismos internacionales y la Judicatura argentina demandan al
Gobierno español que facilite la exhumación de las víctimas y se encausen los
crímenes de la Dictadura La Transición
se hizo como se pudo, reflexiona Iglesias, y las fuerzas antifranquistas
tuvieron que plegarse a los intereses de
los poderes fácticos franquistas, dejando en gran medida intacto el aparato de
poder de los antiguos servidores de la Dictadura. Pero hay que reconocer, como
apunta el autor, que lo que ya no es aceptable es que, tras el silencio
de la Transición, esa situación continuase
en la etapa democrática y no se hiciese apenas nada para transformar aquella injusta situación inicial. Y dentro de ese
ominoso silencio sobre las víctimas del
franquismo está la reparación y reconocimiento de la lucha de
los guerrilleros contra la Dictadura.
Es cierto, como apunta el autor, que esta
política de la memoria que ha seguido la democracia española es la opuesta de
la que se ha seguido en los países sojuzgados por el fascismo. De ahí la
clamorosa contradicción de nuestro actual jefe del Estado al acudir a
conmemorar en París a los españoles que lucharon en “La Nueve” contra el
fascismo y fueron los primeros que entraron y liberaron la capital ocupada por los nazis. Mientras que los
guerrilleros que lucharon en Asturias y en el resto de España contra la
variedad fascista del régimen de Franco,
siguen siendo ignorados por el Estado democrático. Y no sólo no se les reconoce
su lucha democrática ni su carácter de víctimas del franquismo, sino que,
incluso, siguen siendo considerados todavía
por muchos como bandidos o salteadores de caminos y bancos.
( PUBLICADO EN EL SUPLEMENTO CULTURAL DE
“LA NUEVA ESPAÑA”, DE OVIEDO ( ASTURIAS-ESPAÑA)
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