miércoles, 5 de noviembre de 2014

La tercera España laica


                                     LA TERCERA ESPAÑA LAICA

                                                        JULIO ANTONIO VAQUERO IGLESIAS

 


 

¿Cuál es la situación del laicismo en España? ¿Qué modelo de laicidad sería el más idóneo parra nuestro país? La respuesta a estas dos preguntas está, sin duda, vinculada a la evolución histórica de las  tormentosas relaciones que han mantenido en España   Estado e  Iglesia. Por lo tanto,  para darles un contestación fundamentada no sólo  es conveniente, sino necesario conocer cuál ha sido la trayectoria histórica, sobre todo, en la etapa contemporánea, de esas relaciones.

            Del mismo modo,  proponer un modelo de laicidad idóneo para nuestra país  exige también previamente conocer en profundidad los diferentes modelos de laicidad  y de laicismo que existen hoy en los  países europeos de nuestro entorno..Sobre todo ahora  cuando el  laicismo clásico está experimentando en los más importantes países europeos una gran mutación ante las nuevas realidades que nos ha traído la globalización. El pluralismo religioso proveniente de la intensa ola de inmigración, por una parte, y, por otra, la oleada de neofundamentalismo y neointegrismo que inunda las religiones tradicionales - impulsado dentro la Iglesia católica por el papa Ratzinger-, han originado la aparición de un “nuevo laicismo” que rebasa los planteamientos  del laicismo clásico basado en la neutralidad religiosa del Estado, la garantía de la libertad religiosa y de libertad de conciencia y la separación de Estado.- Iglesia y confesiones religiosas. Es una nueva fórmula de  laicismo religioso, inclusivo o de mediación que busca la integración y el reconocimiento de  la Iglesia y de las confesiones religiosas dentro del Estado como sujetos de una cultura pública más, no reducido exclusivamente al ámbito de lo privado. Aunque, de manera reactiva, no dejan de estar presente en esos países también importantes sectores de intelectuales y políticos  laicistas que siguen defendiendo las posturas del laicismo clásico, bien excluyente, bien  de neutralización..

            A responder a todas esas cuestiones  están dedicados los tres libros que vamos a comentar aquí. Cuestiones que son, sin duda, de una gran actualidad en España, donde por nuestra herencia histórica todavía estamos en una fase de construcción de la laicidad y nuestra jerarquía eclesiástica—o un sector de ella que domina la Conferencia Episcopal Española como demuestra la reciente elección para su presidencia del líder de esa tendencia, monseñor Rouco-mantiene unas decididas actitudes  neofundamentalistas. Alguien podría caer en la tentación de pensar que habríamos pasado sin solución de continuidad  de la defensa por la Iglesia española del no lejano nacionalcatolicismo del franquismo al actual neointegrismo. Lo que sería no sólo inexacto sino también injusto. Porque no sólo un amplio sector de la Iglesia jerárquica española  se adaptó y apoyó durante la etapa final del franquismo la  renovación del Vaticano  II y contribuyó a poner fin a la dictadura, sino también porque la institución católica es algo más que la jerarquía eclesiástica y entonces como hoy  existen importantes sectores  dentro de la Iglesia española que mantienen una actitud opuesta a esa tendencia neonacionalcatólica  que domina entre  su  jerarquía eclesiástica   

            Rafael Díaz.-Salazar, profesor de Sociología de la Universidad Complutense y uno de nuestros más destacados estudiosos de la obra de Gramsci, en su  España laica traza un cuadro bastante completo de la situación del laicismo en Estaña  en el marco del contexto del laicismo europeo, concretamente del francés y el italiano. Y lo hace desde una perspectiva teórica habermasiana, con la mirada del sociólogo y el enfoque  ideológico del catolicismo progresista.

Las dos más importantes plataformas laicistas que se han constituido en España, nos cuenta Díaz- Salazar,  responden a los dos modelos de laicidad que defienden  los dos partidos de la izquierda española. La Plataforma por una Sociedad Laica  está vinculada al PSOE y mantiene un discurso ideológico en consonancia con el laicismo  clásico liberal, aunque algunos de sus miembros como Luis  Gómez Llorente y Antonio García Santesmases  mantienen posturas más cercanas a ese nuevo laicismo de inclusión que emerge en otros países europeos. Por el contrario, la Coordinadora Laicista está  relacionada con las posiciones en esta cuestión del PCE e Izquierda Unida y defiende un laicismo de exclusión que no acepta  el reconocimiento de la Iglesia y  las confesiones  religiosas como entidades públicas, sino solamente el derecho de las personas individuales a la libertad religiosa.

            Superando la oposición entre las posiciones de  estos dos movimientos  laicistas y la del  neointegrismo de la Conferencia Episcopal Española,  Díaz- Salazar mantiene una tercera postura, algo así como una Tercera España laica, que plantea para  nuestro país un modelo de laicismo religioso inclusivo y una laicidad  que suponga el reconocimiento  del catolicismo como  una cultura pública más de la que participa un importante sector de españoles, la cual en deliberación participativa con las otras confesiones religiosas y las culturas agnósticas y ateas,  contribuya  a establecer unos mínimos  éticos que  refuercen el  vínculo social entre los españoles e impregnen no sólo las instituciones, sino también la sociedad civil, articulando así una necesaria diversidad religiosa,  ideológica y cultural.

            El principal obstáculo para poder avanzar hacia ese modelo de laicidad  que propone el autor resude, en primer término, en la actitud fundamentalista de la  jerarquía eclesiástica, a la que fustiga duramente, así como a los medios de movilización que utiliza. Entre ellos, la COPE, cuya línea político-ideológica juzga, con razón, en  términos de gran dureza:” (…) El problema de la COPE   no es sólo su unidimensionalidad  ideológico- política extrema que ni siquiera recoge el pluralismo católico, sino la emisión de una permanente crítica airada y deshonesta- que en más de una ocasión manifiesta  una filosofía del odio político- y la difusión de una cultura radiofónica  del insulto y la descalificación (…)”. (página 188),

 Pero también se opone a ello la propia tibieza de la política religiosa del Partido socialista que  no denuncia los Acuerdos con el Vaticano. Lo que es condición previa y  necesaria  para poder avanzar hacia cualquier otro  modelo de laicidad estable  moderno o clásico. Y cuyo contenido, además, a pesar de la opinión de algunos sectores del partido, más proclives hacia ese  “nuevo laicismo que emerge en otos países europeos, se mantiene   en la línea del laicismo liberal clásico.

 

                                LAS POLÍTICAS DE LAICIDAD
                                                J. A. V.  I.
Díaz- Salazar propone adoptar unas medidas concretas de  política religiosa.  Se debe establecer la rigurosa neutralidad religiosa e ideológica de. Estado..En cuanto a la financiación, el Estado debe practicar la cooperación económica  con todas iglesias y confesiones que estén presentes en la sociedad civil. No sólo por coherencia con el actual mandato constitucional, sino como rasgo  inherente a su modelo de laicismo inclusivo. Respecto a la enseñanza de la religión en la escuela  es  partidario de extender al nivel primario y  de bachillerato, la triple opción que se ha implantado en la ESO:( asignatura confesional de  Religión de libre elección, asignatura alternativa o  estudio tutelado)..Pero, al modo francés, considera que sería necesario  implantar una asignatura de Religión obligatoria no confesional,  de base científica e impartida por  profesores seleccionados y pagados por el Estado.
    

  
                                        EL MITO DE CONVADONGA
                                                                J. A. V. I

   Religión y política en la España contemporánea  es un libro colectivo dirigido por la hispanista Carolyn Boyd  que reúne un valioso conjunto de trabajos sobre las relaciones Iglesia.-Estado en las dos pasadas centurias. Desde la posición privilegiada que la Iglesia española tuvo durante el  régimen de la Restauración a cambio de legitimarlo  hasta su reconversión en el tardofranquismo, pasando por el modelo de relaciones del nacionalcatolicismo del franquismo que permitió a la institución eclesiástica seguir siendo una institución hegemónica de la sociedad y  un pilar de la dictadura. Proceso histórico que es también objeto de un aprovechable análisis crítico de  Díaz- Salazar  en su El factor católico en la política española. .Una de las formas del clericalismo de la Iglesia española en esos siglos ha sido en el plano simbólico construir un discurso religioso y desarrollar una religiosidad que vinculan la identidad  nacional y regional a las devociones marianas. El bien documentado y excelente análisis que realiza Carolyn Boyd del caso paradigmático del culto a la virgen  de Covadonga es un buen ejemplo de ello.  
   ( Artículo publicado en Cultura, suplemento cultura de La Nueva España ( Oviedo)

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