LA
TERCERA ESPAÑA LAICA
JULIO ANTONIO VAQUERO IGLESIAS
¿Cuál es la situación del laicismo en
España? ¿Qué modelo de laicidad sería el más idóneo parra nuestro país? La
respuesta a estas dos preguntas está, sin duda, vinculada a la evolución
histórica de las tormentosas relaciones que
han mantenido en España Estado e Iglesia. Por lo tanto, para darles un contestación fundamentada no
sólo es conveniente, sino necesario
conocer cuál ha sido la trayectoria histórica, sobre todo, en la etapa
contemporánea, de esas relaciones.
Del mismo
modo, proponer un modelo de laicidad idóneo
para nuestra país exige también
previamente conocer en profundidad los diferentes modelos de laicidad y de laicismo que existen hoy en los países europeos de nuestro entorno..Sobre
todo ahora cuando el laicismo clásico está experimentando en los
más importantes países europeos una gran mutación ante las nuevas realidades
que nos ha traído la globalización. El pluralismo religioso proveniente de la
intensa ola de inmigración, por una parte, y, por otra, la oleada de
neofundamentalismo y neointegrismo que inunda las religiones tradicionales - impulsado
dentro la Iglesia católica por el papa Ratzinger-, han originado la aparición
de un “nuevo laicismo” que rebasa los planteamientos del laicismo clásico basado en la neutralidad
religiosa del Estado, la garantía de la libertad religiosa y de libertad de
conciencia y la separación de Estado.- Iglesia y confesiones religiosas. Es una
nueva fórmula de laicismo religioso,
inclusivo o de mediación que busca la integración y el reconocimiento de la Iglesia y de las confesiones religiosas
dentro del Estado como sujetos de una cultura pública más, no reducido
exclusivamente al ámbito de lo privado. Aunque, de manera reactiva, no dejan de
estar presente en esos países también importantes sectores de intelectuales y
políticos laicistas que siguen defendiendo
las posturas del laicismo clásico, bien excluyente, bien de neutralización..
A responder
a todas esas cuestiones están dedicados los
tres libros que vamos a comentar aquí. Cuestiones que son, sin duda, de una
gran actualidad en España, donde por nuestra herencia histórica todavía estamos
en una fase de construcción de la laicidad y nuestra jerarquía eclesiástica—o
un sector de ella que domina la Conferencia Episcopal Española como demuestra
la reciente elección para su presidencia del líder de esa tendencia, monseñor
Rouco-mantiene unas decididas actitudes
neofundamentalistas. Alguien podría caer en la tentación de pensar que
habríamos pasado sin solución de continuidad de la defensa por la Iglesia española del no
lejano nacionalcatolicismo del franquismo al actual neointegrismo. Lo que sería
no sólo inexacto sino también injusto. Porque no sólo un amplio sector de la
Iglesia jerárquica española se adaptó y
apoyó durante la etapa final del franquismo la
renovación del Vaticano II y
contribuyó a poner fin a la dictadura, sino también porque la institución
católica es algo más que la jerarquía eclesiástica y entonces como hoy existen importantes sectores dentro de la Iglesia española que mantienen
una actitud opuesta a esa tendencia neonacionalcatólica que domina entre su
jerarquía eclesiástica
Rafael
Díaz.-Salazar, profesor de Sociología de la Universidad Complutense y uno de
nuestros más destacados estudiosos de la obra de Gramsci, en su España laica traza un cuadro bastante
completo de la situación del laicismo en Estaña
en el marco del contexto del laicismo europeo, concretamente del francés
y el italiano. Y lo hace desde una perspectiva teórica habermasiana, con la
mirada del sociólogo y el enfoque
ideológico del catolicismo progresista.
Las dos más importantes plataformas
laicistas que se han constituido en España, nos cuenta Díaz- Salazar, responden a los dos modelos de laicidad que
defienden los dos partidos de la
izquierda española. La Plataforma por una Sociedad Laica está vinculada al PSOE y mantiene un discurso
ideológico en consonancia con el laicismo
clásico liberal, aunque algunos de sus miembros como Luis Gómez Llorente y Antonio García Santesmases mantienen posturas más cercanas a ese nuevo
laicismo de inclusión que emerge en otros países europeos. Por el contrario, la
Coordinadora Laicista está relacionada
con las posiciones en esta cuestión del PCE e Izquierda Unida y defiende un
laicismo de exclusión que no acepta el
reconocimiento de la Iglesia y las confesiones religiosas como entidades públicas, sino
solamente el derecho de las personas individuales a la libertad religiosa.
Superando la
oposición entre las posiciones de estos dos
movimientos laicistas y la del neointegrismo de la Conferencia Episcopal
Española, Díaz- Salazar mantiene una
tercera postura, algo así como una Tercera España laica, que plantea para nuestro país un modelo de laicismo religioso inclusivo
y una laicidad que suponga el
reconocimiento del catolicismo como una cultura pública más de la que participa
un importante sector de españoles, la cual en deliberación participativa con
las otras confesiones religiosas y las culturas agnósticas y ateas, contribuya a establecer unos mínimos éticos que refuercen el vínculo social entre los españoles e impregnen
no sólo las instituciones, sino también la sociedad civil, articulando así una
necesaria diversidad religiosa,
ideológica y cultural.
El principal
obstáculo para poder avanzar hacia ese modelo de laicidad que propone el autor resude, en primer término,
en la actitud fundamentalista de la
jerarquía eclesiástica, a la que fustiga duramente, así como a los
medios de movilización que utiliza. Entre ellos, la COPE, cuya línea
político-ideológica juzga, con razón, en
términos de gran dureza:” (…) El problema de la COPE no es sólo su unidimensionalidad ideológico- política extrema que ni siquiera
recoge el pluralismo católico, sino la emisión de una permanente crítica airada
y deshonesta- que en más de una ocasión manifiesta una filosofía del odio político- y la
difusión de una cultura radiofónica del
insulto y la descalificación (…)”. (página 188),
Pero también se opone a ello la propia tibieza
de la política religiosa del Partido socialista que no denuncia los Acuerdos con el Vaticano. Lo
que es condición previa y necesaria para poder avanzar hacia cualquier otro modelo de laicidad estable moderno o clásico. Y cuyo contenido, además,
a pesar de la opinión de algunos sectores del partido, más proclives hacia ese “nuevo laicismo que emerge en otos países
europeos, se mantiene en la línea del
laicismo liberal clásico.
LAS POLÍTICAS DE LAICIDAD
J. A. V. I.
Díaz- Salazar propone
adoptar unas medidas concretas de
política religiosa. Se debe
establecer la rigurosa neutralidad religiosa e ideológica de. Estado..En cuanto
a la financiación, el Estado debe practicar la cooperación económica con todas iglesias y confesiones que estén
presentes en la sociedad civil. No sólo por coherencia con el actual mandato
constitucional, sino como rasgo
inherente a su modelo de laicismo inclusivo. Respecto a la enseñanza de
la religión en la escuela es partidario de extender al nivel primario
y de bachillerato, la triple opción que
se ha implantado en la ESO:( asignatura confesional de Religión de libre elección, asignatura
alternativa o estudio tutelado)..Pero,
al modo francés, considera que sería necesario
implantar una asignatura de Religión obligatoria no confesional, de base científica e impartida por profesores seleccionados y pagados por el
Estado.
EL MITO DE
CONVADONGA
J. A. V. I
Religión y política en la
España contemporánea es un libro
colectivo dirigido por la hispanista Carolyn Boyd que reúne un valioso conjunto de trabajos
sobre las relaciones Iglesia.-Estado en las dos pasadas centurias. Desde la
posición privilegiada que la Iglesia española tuvo durante el régimen de la Restauración a cambio de
legitimarlo hasta su reconversión en el
tardofranquismo, pasando por el modelo de relaciones del nacionalcatolicismo
del franquismo que permitió a la institución eclesiástica seguir siendo una
institución hegemónica de la sociedad y
un pilar de la dictadura. Proceso histórico que es también objeto de un
aprovechable análisis crítico de Díaz-
Salazar en su El factor católico
en la política española. .Una de las formas del clericalismo de la
Iglesia española en esos siglos ha sido en el plano simbólico construir un
discurso religioso y desarrollar una religiosidad que vinculan la
identidad nacional y regional a las
devociones marianas. El bien documentado y excelente análisis que realiza
Carolyn Boyd del caso paradigmático del culto a la virgen de Covadonga es un buen ejemplo de ello.
( Artículo publicado en Cultura, suplemento cultura de La Nueva España ( Oviedo)
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