FRANCISCO QUIRÓS LINARES, UN GEOGRÁFO HUMANISTA
JULIO
ANTONIO VAQUERO IGLESIAS
El día 1 de junio falleció el
catedrático de Geografía de la Universidad de Oviedo, Francisco Quirós Linares
y aunque sé que no era persona amiga de honores y menciones y quizás esto
explique el respetuoso silencio público de sus discípulos y amigos en su muerte,
considero humildemente que es de justicia contribuir a dar a conocer a la
ciudadanía asturiana la relevante
importancia que, no sólo para el desarrollo del conocimiento y la
enseñanza de la geografía de Asturias y de España, sino también para el conocimiento de la historia y la cultura asturiana, tuvo su labor científica y su magisterio, amén del
ejemplo de honestidad intelectual y personal que nos demostró a lo largo de su
largo magisterio en la Universidad ovetense, a la que llegó como catedrático en 1970
procedente de la Universidad de
La Laguna.
Nacido en Zamora, Quirós estudió en
la Universidad Complutense y fue, y este es un dato de suma relevancia en su
biografía tanto en el aspecto propiamente científico-académico como en el
personal, discípulo del catedrático de aquella universidad, Manuel Terán,
intelectual vinculado a la Institución Libre de Enseñanza, personaje de una gran estatura científica y moral, creador de una brillante escuela de geógrafos
que partía del principio que el objeto de la disciplina era explicar el espacio
geográfico desde la evolución histórica y que para ello se debía acudir no sólo
a la historia sino a los conocimientos de todas las ciencias humanas.
Quirós fue un verdadero maestro en ese
aspecto. En parte porque poseía no sólo una profunda cultura histórica,
sino también un dominio solvente de los saberes humanísticos. Esa amplía
visión le llevó a tratar temas muy variados en sus investigaciones, aunque su
especialidad fue, sobre todo, la geografía urbana. Son numerosos e
imprescindibles para el conocimiento geográfico de España y Asturias sus trabajos en la revista de Estudios Geográficos
y en Ería la revista del Departamento de Geografía de la Universidad de Oviedo,
que fundó y dirigió y es hoy uno de foros más importantes de los estudios
geográficos en España. Los puertos, las
ciudades, los cementerios de Asturias fueron solo algunos de los variados
asuntos que Quirós, excelente y puntilloso escritor, analizó en sus investigaciones.
Además de haber dirigido y participado en la publicación de la Geografía de Asturias de la editorial Ayalga. Amén de otras obras de gran importancia para el
conocimiento de la geografía española como Las
ciudades españolas en la mitad del siglo XIX o Atlas temático de España (en
colaboración con Gaspar Fernández Cuesta), entre otras. Algunas de sus obras,
recuerdo, nos sirvieron a algunos profesores de bachillerato para explicar en
la práctica, a través de itinerarios geográficos, la realidad geográfica
asturiana, como fue enseñanza de la geografía urbana de Oviedo a partir de su pionero y excelente estudio sobre El
crecimiento espacial de Oviedo.
Pero no sólo fue un excelente investigador
sino que la labor que realizó en la Universidad de Oviedo fue decisiva para la creación y desarrollo de los estudios
geográficos en ella. En realidad, fue el verdadero artífice del Departamento de
Geografía de la Universidad de Oviedo y el diseñador del currículo de la
licenciatura y los estudios específicos que
de esta disciplina se están impartiendo
en nuestra universidad.
En efecto, si hoy los estudios geográficos en Asturias son de los más reconocidos dentro
de la universidad española, es en gran medida gracias a su labor. Del mismo modo, que es obra suya la creación
de la nutrida y excelente escuela de geógrafos que han salido de la Universidad
asturiana y que hoy no sólo forman con
gran solvencia y preparación a los alumnos de Geografía que se licencian en ella, como demuestra el
que varios de ellos ocupan titularidades y cátedras no
sólo en sus aulas sino también en las de
otras universidades españolas. Del mismo
modo que tuvo un importante papel en la institucionalización de la profesión
geográfica a través de su actividad en la Asociación de Geógrafos de España
(AGE) Como se ha dicho con acierto Quirós sirvió de puente entre aquella inicial y destacada generación de geógrafos
clásicos y las nuevas generaciones de profesionales de esta disciplina.
No podemos dejar a un lado tampoco la
importante labor que Quirós llevó a cabo como investigador y promotor de la
investigación de la cultura asturiana, pero siempre desde un planteamiento
científico y riguroso. En este campo es de destacar su colaboración como autor
con numerosos trabajos publicados y como
miembro de su junta directiva en la
revista Ástura, de la que formaron parte también los inolvidables, y ya
fallecidos también, profesores Ignacio Ruiz de la Peña y Santiago Melón,
catedráticos respectivamente de Historia Medieval e Historia económica de
nuestra universidad.
Las emotivas y justas palabras que Quirós
dedicó a su maestro Manuel Terán con motivo de su fallecimiento en 1984 podemos
aplicárselas también a él, aunque estoy casi seguro que con su modestia habitual las rechazaría con su fina
ironía. Decía don Francisco de su maestro que no sólo había enseñado a sus
alumnos y discípulos una disciplina y
una tradición científicas que hacían compatibles la ciencia y el humanismo,
pero que había practicado además una norma
de conducta basada en la flexibilidad y la tolerancia en su trato con ellos.
Actitudes que eran diametralmente opuestas a la intransigencia, la intolerancia
y el dogmatismo que predominaban en gran medida en la época de su maestro y de los que todavía
seguían existiendo importantes resabios en la suya. Ese fue efectivamente el
modelo de Quirós como científico y como maestro. Y es de plena justicia
reconocer que lo llevó a la práctica con probada honestidad intelectual y ejemplar solidez moral.(PUBLICADO EN LAS PÁGINAS DE OPINIÓN DE LA NUEVA ESPAÑA, DE OVIEDO)
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