LA IDEOLOGÍA DEL TRUMPISMO
Julio Antonio Vaquero iglesias
¿Cuál es la
ideología política que fundamenta el programa de gobierno del presidente Trump?
La pregunta es pertinente de por sí, pero todavía lo es mucho más si tenemos en
cuenta el escaso nivel intelectual del actual ocupante de la Casa Blanca. ¿ Es su
práctica política ultraderechista un conjunto de medidas xenófobas respecto a los emigrantes
mexicanos y, sobre todo, a los musulmanes combinadas con un nacionalismo ultraconservador,
proteccionista y antiglobalizador planteado todo ello de manera inconexa y sin
ningún sustrato ideológico de fondo?
La constitución del gabinete presidencial y
sus primeras medidas nos dicen que esto no es así, que detrás de su programa y
de las primeras medidas tomadas está la ideología de su jefe de estrategia y
hombre fuerte del equipo presidencial: Steve Bannon Éste es la verdadera mano ultraderecha del
presidente como demuestran el importante papel que desempeña en la nueva
Administración al ser autorizado para
formar parte, al margen de lo que han sido los usos habituales presidenciales,
miembro del Consejo Nacional de Seguridad, además de ser el redactor del
discurso presidencial inaugural y el
inspirador del decreto del veto a la entrada en Estados Unidos de migrantes de una
serie de países musulmanes o de establecer relaciones con los movimientos de
ultraderecha europeos.
Para comprender, pues, cuál es la ideología en
que se fundamenta el proyecto político de Trump es necesario conocer la de su más directo e influyente consejero.
¿Quién es éste y cuál su ideología? Steve Bannon antes de ser nombrado jefe de
campaña del presidente, era ya un conocido líder de la derecha alternativa norteamericana
(el movimiento“allt-right”). Nacido en una familia de trabajadores fue en su
primera etapa un simpatizante demócrata y fervoroso admirador de Kennedy, pero descontento
con la política del partido demócrata, se pasó al bando republicano para
derivar finalmente en los ochenta hacia
posiciones de ultraderecha y convertirse en uno de sus líderes a través
de su participación en la plataforma de comunicación de esa orientación ideológica
Breetbart de la que terminó siendo su director y editor. Antes había sido
empleado del Goldman Saachs y productor, director y guionista de Hollywood,
actividad en la que consiguió amasar una
mediana fortuna.
La ideología de Bannon está en la línea de la
del movimiento ultraderechista del Tea Party, pero con planteamientos y
contenidos todavía más radicales que aquél y con la pretensión de darle una
dimensión globalizadora para lo que
propone su conexión con los movimientos europeos de ultraderecha con una
acentuada orientación racista, como
plantean aquellos, hacia el mundo musulmán, pero, sobre todo, contra el yihadismo al que califica de ”fascismo
religioso”, pero también hacia todos los migrantes económicos o políticos que han accedido a Estados Unidos en los
últimos años sobre todo los mexicanos y los provenientes del resto del mundo
latinoamericano.
La raíz de estas actitudes racistas está en su
visión ultraconservadora y esencialista
de la nación norteamericana. Según
su pensamiento, el “establishment” económico y político y económico (sobre
todo, los demócratas, pero también un sector de los republicanos, encarnados
respectivamente en los Clinton y Reagan) ha cometido la traición del acabar con
el capitalismo de base judeocristiana. Esto es: aquel capitalismo que se había
impuesto tras las dos guerras mundiales y había sido el creador de una etapa de
gran riqueza y cuyos beneficios también
se habían repartido entre la clase media y trabajadora, ha sido sustituido por
lo que él denomina como capitalismo clientelar, esto es, el que vive a costa del Estado y cuyo
escenario para la producción y para el mercado es el mundo globalizado,
causando la crisis de esas clases .La inversión de la situación pasa,
pues, por la vuelta al capitalismo de
base judeocristiana que respete los valores cristianos conservadores en un
mercado nacional protegido. En realidad, Bannon piensa que lo que realmente ha
llevado a la crítica situación actual no
es sino una crisis de valores. Esto es,
la ruptura con los valores tradicionales sustituidos por una cultura egocentrista en la que el único Dios es el
dinero.
Esa traición
de la élite económica y política se consumó, según el consejero de Trump, con
el rescate financiero que el gobierno de Bush hijo hizo de la banca
norteamericana tras producirse la caída del Lehman Brothers contra los
intereses de las clases media y trabajadora norteamericanas que constituyen e¡
verdadero corazón de los Estados Unidos y deben de ser-como lo han sido- el granero de
votos y apoyos del proyecto político de
Trump. Para ello es necesario luchar también contra los grandes medios de comunicación que han legitimado las
prácticas políticas de esas élites políticas y económicas y esto debe hacerse
poniendo en práctica la política de la posverdad que apela más a los
sentimientos que a los datos objetivos.
El proyecto
político de Trump reproduce, como vemos visto, el pensamiento político de su
consejero. ¿Es extraño, pues, que en algunos medios norteamericanos se le denomine
como el presidente Bannon?
( PUBLICADO EN LAS PÁGINAS DE OPINIÓN DE LA NUEVA ESPAÑA, DE OVIEDO)
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