LA CIA Y EL CONGRESO DE MÚNICH
Julio
Antonio Vaquero Iglesias
En junio de 1962 en Múnich en el
marco del Congreso del Movimiento Europeo, los opositores a la dictadura franquista
del interior y del exilio de tendencia socialista, democristiana y liberal (
sin presencia de los comunistas), reunidos en una sesión previa y después de
debatir intensamente, presentaron al congreso la propuesta de que el Movimiento
Europeo apoyase la negativa a la entrada de España en la Comunidad
Económica Europea por su condición de país no democrático. Pero,
también y, sobre todo, la que constituía su verdadero objetivo: los cinco puntos que proponían la sustitución del
régimen franquista por una democracia. La dictadura franquista que trató de
torpedear frustradamente esa iniciativa de los opositores por medios diplomáticos,
tras la acogida favorable del Congreso
de esas propuestas, recurrió a una campaña de propaganda descalificadora de
Múnich ( el congreso fue denominado como el Contubernio de Múnich) y a una dura
represión de los participantes del interior: algunos fueron deportados a su
vuelta a España y obligaron a otros al exilio.
El historiador catalán Jordí Amat realiza
en este libro, ganador del XWIII Premio
Comillas, un minucioso análisis de los
antecedentes, desarrollo y fracaso de Múnich utilizando documentos de los
archivos personales de los actores que eran inéditos- como el caso del archivo
del político nacionalista vasco Manuel de Irujo- o habían sido escasamente
explotados o mal utilizados. Esa reconstrucción la realiza nuestro autor
esencialmente a través de dos personajes; uno de ellos apenas conocido en relación con Múnich, Julián Gorkin y el
otro el intelectual exfalangista
Dionisio Ridruejo.
El primero era un antiguo miembro de POUM, antiestalinista
primero y anticomunista visceral después que, en el contexto de la Guerra Fría
que se vivía, entendía que la supervivencia del franquismo era un grave peligro
porque podría ser la causa para una
posible toma del poder en España por los comunistas. Él fue quien desde una
institución penetrada y financiada por la CIA, el Congreso para la Libertad de
la Cultura, puso las bases para la
convocatoria de Múnich estableciendo la conexión
de la oposición del exilio con la
oposición del interior, que, desde la revuelta estudiantil de febrero de 1956,
comenzaba a estar liderada por Dionisio
Ridruejo. Éste, que había abandonado su
anterior ideología fascista tendiendo hacia posiciones socialdemócratas asumió
las intenciones de Gorkin, colaboró estrechamente con aquél y fue el inspirador intelectual de las
medidas que se aprobaron en Múnich.
Es
través de la reconstrucción de la actividad antifranquista de estas dos figuras cómo Amat nos va desvelando
todo ese proceso que condujo a Múnich y la labor en el interior de las
instituciones creadas para ello y las actividades culturales antifranquistas que,
desde España y a partir de 1962, desarrollaron tratando de hacer realidad el
programa establecido en la ciudad bávara Y analiza con minucioso detalle y gran agudeza los hechos y
el papel de los personajes que intervinieron en ellas rescatando para la
historia de Múnich algunos que habían
quedado en el olvido y que tuvieron un papel de importancia en todo ese proceso
como fue el caso de Pablo Martí-Zaro.
Toda esa actividad antifranquista se vino abajo en 1966 y, como decía uno de sus
protagonistas, José Vidal – Beneyto, en los años ochenta, todavía los
historiadores no habían logrado dar una respuesta coherente hasta aquel momento
al fracaso de aquella iniciativa iniciada en Múnich. La respuesta de Amat hoy
es convincente en parte y tiene mucho
que ver con su interpretación de aquel episodio que se opone- según él- a la
interpretación sesgada, que durante la etapa democrática se ha venido dando de
aquel proceso.
No sólo, nos dice el autor, fue el gran
escándalo que produjo el desvelamiento que el
New York Times hizo en ese año, de que
el Congreso para la Libertad de la Cultura, que había apoyado a través de
Gorkin esa oposición a la dictadura y había sido una institución decisiva en la
convocatoria de Múnich, no era sino una institución financiada y amparada por
la CIA, fruto de otra más de sus operaciones
encubiertas. Pero a esa había que sumar otras varias causas de gran importancia como la
propia represión franquista de la oposición del interior; la negativa, como no
podría ser de otra manera dado su origen anticomunista, de aliarse ésta con la oposición del PCE que, sin
duda, era la más intensa, activa y organizada, además de la más difundida entre
las nuevas generaciones y que se
desarrollaba bajo la bandera de Política de la Reconciliación Nacional. Y
también los aires de distensión que
establecían una nueva etapa de la Guerra Fría que comenzaba a hacer obsoleta aquella oposición.
De todo lo anterior se deriva que nuestro
historiador no pueda admitir, como se ha hecho desde la Transición con un evidente mal uso de la historia por su
parcial finalidad política, que Múnich
no había sido si no el antecedente
frustrado de la que definitivamente triunfó tras la muerte del dictador. Porque
aquélla se llevó a cabo no por los
reformistas del bando franquista dando
lugar a la partitocracia que tenemos hoy, sino por una oposición al margen del franquismo que
fue duramente boicoteada y reprimida por la dictadura,
Una interpretación difícil de
aceptar ésta porque deja en segundo
plano el carácter sectario anticomunista que la impregnó al excluir a los comunistas de
aquella oposición cuando el PCE luchaba contra la dictadura bajo la bandera de
la reconciliación nacional.
Sin duda, un libro imprescindible en la bibliografía sobre
Múnich.
( PUBLICADO EN EL SUPLEMENTO
CULTURAL DE LA NUEVA ESPAÑA)
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