LA HISTORIA DE UN PARACAIDISTA CON TRUFAS
JULIO ANTONIO VAQUERO IGLESIAS
España, Europa y el mundo de ultramar (Taurus, 2010) recoge catorce ensayos y
conferencias del autor, publicados o pronunciadas después de 1990 y que, en
cierta medida, son una continuación de una de sus obras más notorias y
conocidas, España y su mundo (1500-1700) (1989).
El contenido de este nuevo libro del hispanista británico y Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales John Elliot, España, Europa y el mundo de ultramar (Taurus, 2010) recoge catorce ensayos y conferencias del autor, publicados o pronunciadas después de 1990 y que, en cierta medida, son una continuación de una de sus obras más notorias y conocidas, España y su mundo (1500-1700) (1989).
Estamos, pues, ante Elliot en estado puro. El enfoque, las interpretaciones y los
temas que han sido recurrentes en toda
su obra historiográfica están aquí
presentes. Su conclusión final es el terminante rechazo del paradigma de la
excepcionalidad de la historia de España. La de España es una historia más de
las historias de los estados europeos con sus semejanzas con aquéllos, pero
también, evitando caer en las desmesuras en que incurren algunos de los acérrimos
defensores de la tesis de la normalización, con sus diferencias y
peculiaridades con respecto al resto de los grandes países europeos.
La España imperial fue una más de las monarquías compuestas de Europa
occidental- eso sí, la más extensa y poderosa de ellas- y como tal formó parte
del mundo europeo con estrechas relaciones
y semejanzas con aquéllas que iban desde el contexto intelectual en que
se movían sus actores hasta su propia organización interna. Pero también con
las diferencias derivadas de haber sido, desde el siglo XVI, el único entre los estados de la Europa
occidental en tener dentro de sus
fronteras una minoría étnica en su mayor parte sin asimilar, y haber poseído el
mayor imperio de ultramar que poblaban millones de indígenas integrados en
complejas civilizaciones y donde se descubrieron metales preciosos que estimularon el desarrollo del capitalismo
europeo moderno y, paradójicamente, terminaron siendo una rémora para el desarrollo
económico interno peninsular.
En fin, frente a la historia en migajas
de la que hablaba François Dosse refiriéndose a los excesos de la
especialización y el tratamiento de
temas irrelevante en que han caído ciertas tendencias historiográficas y
algunos historiadores, Elliot ha
pretendido en este libro, como lo ha
venido haciendo brillantemente a lo largo de toda su obra, construir una
historia comparada de la España moderna alejada de las pautas tradicionales de
la historia nacionalista y por ello basada en una mirada abarcadora de horizontes
amplios y mundos diferentes pero sin caer en las imágenes borrosas y
difuminadas ni perder el gusto por el dato concreto, significativo y hasta
erudito. Es decir, como el mismo se autodefine,
ser un historiador paracaidista más que un buscador de trufas. Aunque todos sus
lectores damos fe de que en sus obras, como ocurre en estas páginas, se
encuentran también muchas y exquisitas.
(Publicado en Cultura, suplemento cultural de La Nueva España, de Oviedo)
(Publicado en Cultura, suplemento cultural de La Nueva España, de Oviedo)
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