` LA FACTORÍA
NEOCONSERVADORA
JULIO ANTONIO VAQUERO IGLESIAS
Una disección de cómo han conseguido alcanzar
los neocons la hegemonía ideológica en Estados Unidos
Como es bien conocido, Susan George, de origen
norteamericano y nacionalidad francesa, es una
de las intelectuales que más se han destacado en el análisis crítico de del
neoliberalismo desde la doble perspectiva económica- social e ideológica.
Y esa crítica la ha realizado tanto en su labor como dirigente de la organización
antiglobalizadora ATTAC como escritora empeñada en la tarea de divulgar qué es y cómo ejerce su domino global el
capitalismo neoliberal. Su obra “El Informe Lugano”, escrita en clave de ficción y con ese
objetivo, alcanzó una gran difusión y se ha convertido con el tiempo en un
clásico de la ya extensa literatura
antiglobalizadora.
Esa misma orientación y finalidad presenta su último libro, El
pensamiento secuestrado. Dedicado, en este caso, a la disección y divulgación de cuáles han sido los procedimientos por los
que la derecha neoconservadora norteamericana- los neocons- ha conseguido
alcanzar el poder político y social en ese país y poner en práctica su
doctrina. La tesis de .la George es que, desde hace cincuenta años, la derecha
norteamericana ha seguido un premeditado
y perfectamente calculado plan, para conseguir la hegemonía cultural, en el
sentido gramsciano de la expresión, dentro de la sociedad americana. Esa “larga
marcha”, generosamente financiada por determinados sectores empresariales y
otras instituciones civiles y religiosas, ha cosechado un verdadero éxito, consiguiendo
“fabricar” o“colonizar” el “sentido común” de la mayoría de la sociedad norteamericana.
Analiza la autora las raíces y el contenido de ese pensamiento
neoliberal que se ha convertido en la ideología dominante en Estados Unidos.
Ideología que, a través de su poderosa influencia política, económica y
cultural, ese país ha logrado difundir o imponer en gran parte del mundo, penetrando las
prácticas de las grandes instituciones supraestatales que gestionan el
capitalismo global. La doctrina neoliberal
hunde sus raíces en el pensamiento neoliberal de Hayeck y sus epígonos,
pero añade, a los postulados económicos del éstos, basados en el principio de
la soberanía del mercado, la conversión de los ciudadanos en consumidores y el
Estado mínimo, otro componente
ideológico procedente de la Derecha religiosa que lo impregna de un tono claramente fundamentalista.
Ese fundamentalismo pone el énfasis en
valores morales profundamente conservadores, de raíz antiilustrada. Son las
llamadas “políticas del cuerpo” que defienden rígidos comportamientos en
cuestiones de sexo, familia y sociedad, además del control desde esos valores
de la enseñanza, la medicina y el conocimiento científico. Lo que se traduce
tanto en su decidida beligerancia antigay, antiabortista, como en su oposición
a la investigación con células madre, la pretensión de la extensión de la pena de muerte y la defensa a ultranza del
modelo tradicional de familia, entre otras prohibiciones, censuras y actitudes.
Además del unilateralismo y la política
expansionista, en política exterior.
Una de las aportaciones más novedosas del
libro consiste en que, desde esa tesis,
la autora se dedica a sacar a la luz , más que la red, la galaxia de
instituciones con la que esa derecha ha conseguido su hegemonía ideológica.
Multitud de centros de estudio., investigación, fundaciones, departamentos
universitarios, todos ellos generosamente financiados a largo plazo y con
unos márgenes de amplia libertad de movimientos, han conseguido elaborar y
difundir e imponer en la sociedad civil ese
pensamiento neoconservador a través de una inextricable y concentrada red de
organizaciones de masas e imperios de comunicación propios o controlados.
Detrás de esa espectacular operación
ideológica está una coalición de unos
concretas instituciones, sectores sociales y empresariales: el mundo financiero
de Wall Street, las grandes empresas del sector de la energía e importantes
empresas multinacionales, el Complejo Militar-Industrial, los Centros de
Estudios Extremistas del Mercado y la organización de comunicación, el Eje Rush
Limbaugh. Pero el auténtico cemento
aglutinador de esa ideología, y que ha jugado un papel decisivo como fermento de su difusión y éxito, ha sido la Derecha
religiosa estadounidense, con los cristianos evangélicos y los católicos
tradicionalistas a la cabeza. El análisis sociológico de quiénes son los
componentes de esa Derecha religiosa, cuáles son lideres y las instituciones y
organizaciones que encuadran sus diferentes grupo, y cuál ha sido la estrategia que han venido
adoptando con éxito para controlar el aparato del Estado norteamericano en el
marco de un planteamiento decididamente teocrático, constituye, sin duda, otro
de los núcleos temáticos de mayor
novedad e interés de este libro.
Estamos, pues, ante una obra reveladora para
comprender el actual escenario político de Estados Unidos. Partiendo de esa
hegemonía ideológica y del supuesto de que los planeamientos neoliberales
“laicos” también están difundidos entre amplios sectores del Partido Demócrata,
la autora pronostica que, sean los republicanos o los demócratas los vencedores
de las actuales elecciones presidenciales, pocos cambios sustanciales cabe
esperar de su resultado. También su lectura en clave doméstica es muy
significativa. No sólo nos permite entender mejor el significado último que
tiene esa deriva política de “nuestra” derecha religiosa y su “contubernio” con
el ala derecha del Partido Popular. Sino también las limitaciones del centrismo
de su inmolado líder Gallardón. Y hasta
su lectura a mi personalmente me trae, lo confieso, una profunda nostalgia de
las encíclicas de Juan XXIII.
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