jueves, 25 de noviembre de 2021


 







 

 

           PASIONARIA Y LA HISTORIA DEL PCE 

                             JULIO ANTONIO VAQUERO  IGLESIAS

Este mes de noviembre se cumplen los cien años de la fundación del Partido Comunista de España. Y el historiador  y periodista Mario Amorós, autor de algunas excelentes biografías como las  de Allende y Neruda,  ha querido hacer coincidir esta conmemoración con la presentación de una nueva biografía sobre  Dolores Ibárruri que lleva el significativo título de No pasarán. Ha pretendido que sea la más completa de las varias que se han publicado ya de la política y líder comunista española, utilizando para ello fuentes inéditas de gran importancia como el archivo personal de la dirigente comunista y las memorias inéditas de su hija Amaya.

 Y sí nos parece  cierto que ésta es, por lo menos hasta ahora, la biografía más completa de la que fue una de las principales líderes del comunismo español y personaje de resonancia universal. No sólo por la utilización de  esas fuentes inéditas citadas, sino porque el autor ha realizado una biografía de contexto que es, sin duda, una excelente aproximación a la   historia del PCE hasta la muerte de su biografiada. Lo que no es, desde luego, extraño dado que la vida de Pasionaria es en cierta medida la expresión y el reflejo de la historia de nuestro partido comunista.

  Dolores Ibárruri, nacida en una humilde familia  de mineros de Vizcaya, de ideología carlista y por tanto de arraigada fe católica tradicional, fue una devota  practicante y buena estudiante cuya vocación frustrada por falta de recursos era la de ser maestra de escuela. Su matrimonio con Julián Ruiz, también minero y socialista, cambio diametralmente el rumbo de su vida, convirtiéndola en una auténtica líder del obrerismo vasco.

Militó primero como su marido en el PSOE y la UGT hasta que  la escisión producida por la revolución soviética en el movimiento obrero  los llevó a ingresar  primero del Partido Comunista Español y posteriormente en el Partido Comunista de España que era la sección española de la Tercera Internacional cuando aquél  se fundó en 1921.  

    Dolores Ibárruri demostró desde el primer momento, en un ambiente de pobreza, de  ímprobo trabajo explotador y tragedias familiares, unas cualidades sobresalientes como militante obrera con su participación en la prensa obrera y su extraordinaria oratoria en las actividades públicas. Precisamente, fue esa actividad periodística de la que surgió el seudónimo de Pasionaria con que después se la conocería en todo el mundo. Lo utilizó para firmar el primero de sus artículos en 1918  en el periódico socialista El Minero Vizcaíno quizás porque era Semana de Pasión y para pasar desapercibida y no herir los sentimientos de su familia católica tradicionalista, dado que su contenido era una dura crítica a la Iglesia católica por su alianza con los poderosos.

Dadas tales cualidades políticas, su ascenso en el PCE fue meteórico y en 1931 se trasladó a Madrid para ocupar un puesto de responsabilidad  dentro del partido desde el que realizó una encomiable labor en la reparación  de la represión contra los mineros asturianos participantes en la Revolución de Octubre, sobre todo, en la evacuación de centenares de niños asturianos afectados por la represión de sus padres. Lo que le valió en gran medida ser elegida diputada por Asturias en las Cortes de la República.

Cuando en julio de 1936 se produjo la sublevación militar  contra la República, Pasionaria  se convirtió en la voz y el  rostro público de la defensa de  la República frente a los militares golpistas. Su alocución en Unión Radio contra los sublevados al grito de  “No pasarán”  convirtió esta consigna en el símbolo de la resistencia republicana contra el levantamiento militar.

  La etapa de su exilo en la Unión soviética fue la de su dirección en la reorganización del PCE y en su  combate contra el fascismo que avanzaba en Europa y, a nivel personal, la de la pérdida de su hijo Rubén, militar en el Ejército Rojo.. Con sus casi 82 años, tras la recuperación de la democracia, volvió a España y fue de nuevo elegida diputada por Asturias en las Cortes Constituyentes.

 Amorós insiste a lo largo de todo su libro en la condición de feminista de Pasionaria  durante  toda su vida más con obras que con palabras, aunque no aceptara nunca el feminismo burgués de su época.

   Sin duda, una excelente biografía de Pasionaria  e indirectamente un retrato  a grandes rasgos de la historia del PCE.

 ( Publicado en las páginas de opinión de La Nueva España, de Oviedo)

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