LOS DOS
MESES QUE CONMOVIERON AL MUNDO
JULIO ANTONIO VAQUERO IGLESIAS
La
conmemoración de los 150 años de la
Comuna de Paris
Del 18 de marzo al 28 de mayo de
1871 París y Europa vivió la primera
revolución obrera de la historia contemporánea. Cercada la capital francesa por
los ejércitos prusianos, Thiers, jefe del Gobierno provisional del Segundo
Imperio decidió desarmar la Guardia
Nacional integrada en su mayor parte de
los trabajadores que habían combatido a
los prusianos que cercaban París. El descontento cristalizó aquel día 18 en
respuesta del intento gubernamental de retirar los cañones de la Guardia
Nacional que controlaban la ciudad. Los revolucionarios a través de unas
elecciones celebradas el 26 de marzo se hicieron con el poder y constituyeron la Comuna de
París.
El Gobierno de Versalles no
reconoció la Comuna y trató de hacerse con el control de la ciudad y comenzó a
bombardearla. A lo que respondieron los
comuneros para defenderse levantando un
entramado de barricadas por toda la ciudad resistiendo hasta finales de mayo
ante el feroz ataque del ejército francés.
La Asamblea constituida por los comuneros fue la primera de la historia
en la que más de un cuarto de sus miembros eran auténticos obreros a los que se unieron sectores de la
pequeña burguesía. Ambos venían siendo desde las revoluciones de 1848 los
comparsas revolucionarios de la burguesía francesa y ahora pretendieron llevar a cabo las
transformaciones políticas, sociales y económicas que venía reclamando su
clase.
Aunque también en este sector dominante de la
Asamblea había tendencias diferentes. Estaban los blanquistas y
neojacobinos que propugnaban un gobierno revolucionario
autoritario y una minoría formada por internacionalistas (afines a la
Asociación Internacional de Trabajadores) y socialistas que se oponían a una
dictadura revolucionaria.
Las medidas que tomó la Comuna fueron tan
revolucionarias, sin duda, que han pasado a formar parte del ideario de los
sectores de la izquierda política y obrera
durante el resto de aquel siglo y
el siguiente: abolición de la guillotina, separación de la Iglesia y el Estado, el derecho
universal a la educación, reconocimiento de los derechos individuales,
universalización de la Justica, la reorganización del trabajo en los talleres
con reconocimiento de los derechos del trabajo…
A la derrota de los comuneros por las tropas gubernamentales le siguió
una de las represiones más duras y feroces que sufrido la clase obrera a lo
largo de su historia. No sólo hombres sino también mujeres y niños fueron
fusilados y masacrados por las tropas imperiales en lo que se denominó “la
semana sangrienta de mayo”. Del 21 al 30 de mayo se detuvieron a unas cuarenta
mil personas, incluidas, mujeres y niños, fusilando a miles de ellas y enviando
al exilio a Nueva Caledonia a otros miles de comuneros.
Esta síntesis de lo que fue la
Comuna de París, pero ampliada con gran
lujo de datos y detalles al incluir el autor
documentos originales de la época y entrevistas con comuneros exiliados es la que nos relata Prosper-Oliver
Lissagaray en su libro Historia de la
Comuna de Paris de 1871, que es la reedición ampliada de 1896 de la obra
original que escribió en el exilio en 1876. Y que ahora edita muy opotunamentge
con motivo de la conmemoración de siglo y medio de la Comuna la editorial Capitán Swing en España.
Lissagaray fue un periodista
francés de ideología socialista que vivió y participó en aquellos revolucionarios
acontecimientos. Logró huir de la represión gubernamental y en su exilio en
Londres conoció a Marx y mantuvo un largo romance con su hija Eleanor que
tradujo al inglés la primera edición de su libro, incluido un prólogo que escribió para ella que se recoge también aquí en ésta. La finalidad
fue dar a conocer y justificar los acontecimientos de aquella primera
revolución obrera que fue inmediatamente
después de sofocada descalificada por la triunfante burguesía europea.
La sentencia de Thiers fue en ese
sentido lapidaria: “ (con la derrota de la Comuna) Se acabó el socialismo por mucho tiempo”. Pero no sabía el represor
de la Comuna que aquella primera revolución obrera nutriría a través de los
escritos de Marx, Engels y Lenin el imaginario revolucionario de la clase obrera hasta hoy inclusive.
(PUBLICADO EN LAS PÁGINAS DEL
SUPLEMENTO CULTURAL DE “LA NUEVA ESPAÑA”, DE OVIEDO)
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