viernes, 22 de enero de 2021

  

 

 

                      ADIÓS   A PILAR ALTAMIRA

                                        JULIO ANTONIO VAQUERO

Leo en las páginas de LA NUEV A ESPAÑA la noticia inesperada del fallecimiento de  Pilar Altamira, la nieta del que fue catedrático de Historia del Derecho de la Universidad de Oviedo y miembro destacado del conocido como Grupo de Oviedo, aquel ramillete de profesores de nuestra Universidad en el periodo de entre siglos ligados a la Institución Libre de Enseñanza que convirtieron a nuestra Universidad, con su pensamiento y su acción educativa volcada hacia la sociedad asturiana en uno de los centros más activos en la  recuperación del prestigio de España ante la profunda crisis política y cultural que experimentó nuestro país  ante la pérdida de los últimos restos de nuestro imperio colonial con el Desastre del 98.

 Rafael Altamira fue con Clarin uno de los catedráticos de ese grupo más activos en ese intento de la recuperación del prestigio español a través de la educación como lo demuestra su activa participación en la Extensión Universitaria y su brillante y exitoso  viaje por  la América hispana tratando de recuperar el prestigio español por aquellas tierras, convirtiéndose en la cabeza del hispanoamericanismo español, aquella corriente intelectual que defendió,  con el estudio de la historia de la obra cultural realizada por la metrópoli, la labor  positiva que realizó España en Iberoamérica.

  Tras la guerra civil Altamira sufrió el exilio en México y nunca volvió a pisar  en vida España, ni su tierra alicantina ni la asturiana de la que fue un profundo enamorado fijando sus estancias estivales en San Esteban de Pravia, donde construyó un chalet para pasar sus descansos veraniegos tras su labor jurídica anual en el Tribunal de La Haya , del que llegó a ser su presidente.

 Como no podía ser de otra manera, el exilio y la dictadura franquista trataron de borrar la memoria y la huella de su brillante obra histórica y cultural y a partir de los años 80 se inició una lenta recuperación de la misma en la que jugó un papel fundamental la labor de su nieta Pilar que heredera de la profunda capacidad de trabajo de su abuelo promovió trabajos, seminarios, congresos y múltiples actividades, escribió y promovió estudios y libros sobre su obra reviviendo la figura y la obra de su antecesor.

 Todavía hace unos diez días me llamó por teléfono para comunicarme que su hijo tenía muy avanzado su proyecto de tesis doctoral en la Universidad de Alicante sobre la ideas y la acción pedagógica de su abuelo ( que fue con el Partido Liberal Director General de Enseñanza Primaria y llevo a cabo una de las grandes transformaciones de nuestra educación primaria al lograr convertir a los maestros españoles en funcionarios estatales) y, como siempre,  la oí vibrar de entusiasmo, vida, ánimo y proyectos en el apoyo a su hijo en su labor académica para avanzar aún más en el conocimiento de la obra de don Rafael. De ahí la triste sorpresa que me ha causado la noticia de su muerte.

   Pilar ha sido, como su abuelo, una luchadora entusiasta en todos los proyectos que acometió y como todas las mujeres ligadas a la Institución Libre de Enseñanza una mujer progresista entusiasta por todo lo que se refería a la cultura y los avances de la sociedad. Además de una buena amiga, de delicada sensibilidad y un fino olfato para distinguir a aquellos que actuaban en política para sus lograr sus deseos personales y no para el bien de la sociedad. En mi caso, como creo que ocurrirá en el caso de todos los que la hemos conocido, me gustaría darle, no como despedida porque siempre estará en nuestro recuerdo, las gracias por su amistad y por todo lo que me aportó.  Que la tierra te sea leve, amiga.

 (PUBLICADO EN LAS PÁGINAS DE OPINIÓN DE LA NUEVA ESPAÑA, DE OVIEDO).

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