LA LEYENDA DE CAMELOT
Julio Antonio Vaquero Iglesias
Al
calor (…y olor pecuniario, todo hay que decirlo) de la conmemoración del 50 aniversario
del asesinato del presidente norteamericano J.F. Kennedy, los libros centrados
en las diversas teorías sobre el magnicidio
o, más ampliamente, en su vida y obra , llenan estos días
los expositores de novedades de nuestras librerías.
Entre
esa decena larga de libros publicados en España con motivo de la
conmemoración, dos de ellos vienen
precedidos de un gran éxito de
ventas en su país de origen, Estados
Unidos, éxito que se debe no sólo a su contenido y a la notoriedad de sus autores, sino también a
la perspectiva conservadora con que abordan
el tema de la vida y muerte de
Kennedy que es la predominante entre el
público norteamericano.
. Caso abierto. Historia secreta del asesinato
de Kennedy (Debate) es el resultado
de una investigación de cinco años. Su autor,
Philip Shenon, un destacado periodista de investigación del New York
Times, reconstruye, a través de entrevistas a los abogados que participaron en
la Comisión Warren, cómo ésta llevó a cabo su tarea. Shenon demuestra que su
labor fue torpedeada con la ocultación,
extravío y destrucción de pruebas por parte del la CIA y el
FBI (incluso el destrozado
cerebro del presidente desapareció).
Los cuatro responsables de que se aceptara la farsa que fue la Comisión Warren,
fueron, según Shenon, Edgar Hoover, director del FBI, Richard Helms, director
de la CIA, el presidente de la comisión,
el juez Warren y… el propio Robert
Kennedy, quien aceptó y firmó sus conclusiones, cuando de manera privada las
rechazaba, porque estaba plenamente convencido de que el magnicidio de su
hermano era el resultado de una compleja conspiración en la que, según él,
había intervenido de manera destacada la Mafia. Otro dato no conocido que
revela es que la comisión se reunió en secreto con el mismo Fidel Castro con el
objeto de saber si los servicios secretos cubanos habían estado implicados en
el asesinato, obteniendo una rotunda negativa del mandatario cubano. A pesar de
lo cual Shenon se muestra proclive a aceptar la teoría de la conspiración
organizada por cubanos y soviéticos.
Matar a Kennedy (La Esfera de
los Libros) es un libro publicado en los
Estados Unidos el pasado año del que se
han vendidos ya más de un millón de
ejemplares en aquel país y es el origen
de la película para la televisión del mismo título dirigida por Ridley Scott.
El autor principal es Bill O´Reilly,
presentador de uno de los espacios divulgativos de mayor audiencia en Estados
Unidos, columnista y coautor -también como en éste- con el historiador Martin
Dugard, de Matar a Lincoln en el que se inspiró la conocida y
exitosa película que lleva ese mismo
título.
O´Reilly y Dugan reconstruyen con minucioso
detalle la trayectoria personal y
política de Kennedy desde su elección
hasta los días posteriores del magnicidio, pero también la de Lee Harvey Oswald
desde su estancia en la Unión Soviética hasta su asesinato por Jac Ruby en las
dependencias de la policía de Dallas el día siguiente del magnicidio. Nos
presentan a Kennedy como un presidente carismático cuyas contradicciones son
explicables por las difíciles circunstancias en que tuvo que gobernar: la
invasión y derrota por Castro en Bahía de Cochinos, la crisis de los misiles, Vietnam, el
movimiento de los derechos civiles. Y en lo personal como un católico
ferviente, de misa diaria y confesión frecuente, padre y esposo amantísimo Pero, paradójicamente, su narración minuciosa,
realizada casi con técnica de guión cinematográfico, contradice esa valoración
tan positiva y nos muestra a la vez
las ambigüedades y contradicciones
del personaje Kennedy deja en la
estacada a los anticastristas en Bahía de Cochinos, practica una realpolitik
que encubre bajo una retórica de grandes ideales un intento de superar en
armamento, aunque sea convencional, a los soviéticos, pero también el empleo
sistemático de la guerra sucia, como hace con Cuba con la operación Mangosta
que pretendía provocar en la isla con sabotajes y asesinatos una insurrección
popular contra Castro; o en Vietnam,
donde la CIA también recurre a las operaciones encubiertas con asesinatos y
toda clase de desmanes y los aviones norteamericanos arrojan napalm y
exfoliantes. Los datos que nos aportan
dejan entrever también el poco entusiasmo de Kennedy por el movimiento de los
derechos civiles que en realidad apoyó a iniciativa de su hermano Robert. La imagen de esposo amantísimo queda
enturbiada por los datos de los autores sobre sus excesos sexuales fuera del
matrimonio. No es que el presidente fuera un rijoso, sino que era un verdadero
obseso sexual que puso imprudentemente en peligro con sus andanzas sexuales su propia
presidencia.
.Oswald, a quien los autores presentan como un comunista recalcitrante y
confeso con una personalidad inestable que busca la notoriedad a costa de lo que sea, actuó, según los
autores, solo, movido, según ellos, exclusivamente por su sed de notoriedad y
angustiado por su fracaso conyugal.
En fin, más que ante “un ensayo sin una sombra de ficción” como pretenden
los autores, estamos ante un ensayo- producto, pensado principalmente para el mercado.
Aunque indirectamente todo ese
cúmulo de datos reales nos deja entrever que pretender, como quieren los
autores, que la presidencia de Kennedy fue el reino de Camelot y el presidente, Arturo, rey de Britania, poco tiene que ver
con la realidad. No es sino una falsa leyenda.
Al
calor (…y olor pecuniario, todo hay que decirlo) de la conmemoración del 50 aniversario
del asesinato del presidente norteamericano J.F. Kennedy, los libros centrados
en las diversas teorías sobre el magnicidio
o, más ampliamente, en su vida y obra , llenan estos días
los expositores de novedades de nuestras librerías.
Entre
esa decena larga de libros publicados en España con motivo de la
conmemoración, dos de ellos vienen
precedidos de un gran éxito de
ventas en su país de origen, Estados
Unidos, éxito que se debe no sólo a su contenido y a la notoriedad de sus autores, sino también a
la perspectiva conservadora con que abordan
el tema de la vida y muerte de
Kennedy que es la predominante entre el
público norteamericano.
. Caso abierto. Historia secreta del asesinato
de Kennedy (Debate) es el resultado
de una investigación de cinco años. Su autor,
Philip Shenon, un destacado periodista de investigación del New York
Times, reconstruye, a través de entrevistas a los abogados que participaron en
la Comisión Warren, cómo ésta llevó a cabo su tarea. Shenon demuestra que su
labor fue torpedeada con la ocultación,
extravío y destrucción de pruebas por parte del la CIA y el
FBI (incluso el destrozado
cerebro del presidente desapareció).
Los cuatro responsables de que se aceptara la farsa que fue la Comisión Warren,
fueron, según Shenon, Edgar Hoover, director del FBI, Richard Helms, director
de la CIA, el presidente de la comisión,
el juez Warren y… el propio Robert
Kennedy, quien aceptó y firmó sus conclusiones, cuando de manera privada las
rechazaba, porque estaba plenamente convencido de que el magnicidio de su
hermano era el resultado de una compleja conspiración en la que, según él,
había intervenido de manera destacada la Mafia. Otro dato no conocido que
revela es que la comisión se reunió en secreto con el mismo Fidel Castro con el
objeto de saber si los servicios secretos cubanos habían estado implicados en
el asesinato, obteniendo una rotunda negativa del mandatario cubano. A pesar de
lo cual Shenon se muestra proclive a aceptar la teoría de la conspiración
organizada por cubanos y soviéticos.
Matar a Kennedy (La Esfera de
los Libros) es un libro publicado en los
Estados Unidos el pasado año del que se
han vendidos ya más de un millón de
ejemplares en aquel país y es el origen
de la película para la televisión del mismo título dirigida por Ridley Scott.
El autor principal es Bill O´Reilly,
presentador de uno de los espacios divulgativos de mayor audiencia en Estados
Unidos, columnista y coautor -también como en éste- con el historiador Martin
Dugard, de Matar a Lincoln en el que se inspiró la conocida y
exitosa película que lleva ese mismo
título.
O´Reilly y Dugan reconstruyen con minucioso
detalle la trayectoria personal y
política de Kennedy desde su elección
hasta los días posteriores del magnicidio, pero también la de Lee Harvey Oswald
desde su estancia en la Unión Soviética hasta su asesinato por Jac Ruby en las
dependencias de la policía de Dallas el día siguiente del magnicidio. Nos
presentan a Kennedy como un presidente carismático cuyas contradicciones son
explicables por las difíciles circunstancias en que tuvo que gobernar: la
invasión y derrota por Castro en Bahía de Cochinos, la crisis de los misiles, Vietnam, el
movimiento de los derechos civiles. Y en lo personal como un católico
ferviente, de misa diaria y confesión frecuente, padre y esposo amantísimo Pero, paradójicamente, su narración minuciosa,
realizada casi con técnica de guión cinematográfico, contradice esa valoración
tan positiva y nos muestra a la vez
las ambigüedades y contradicciones
del personaje Kennedy deja en la
estacada a los anticastristas en Bahía de Cochinos, practica una realpolitik
que encubre bajo una retórica de grandes ideales un intento de superar en
armamento, aunque sea convencional, a los soviéticos, pero también el empleo
sistemático de la guerra sucia, como hace con Cuba con la operación Mangosta
que pretendía provocar en la isla con sabotajes y asesinatos una insurrección
popular contra Castro; o en Vietnam,
donde la CIA también recurre a las operaciones encubiertas con asesinatos y
toda clase de desmanes y los aviones norteamericanos arrojan napalm y
exfoliantes. Los datos que nos aportan
dejan entrever también el poco entusiasmo de Kennedy por el movimiento de los
derechos civiles que en realidad apoyó a iniciativa de su hermano Robert. La imagen de esposo amantísimo queda
enturbiada por los datos de los autores sobre sus excesos sexuales fuera del
matrimonio. No es que el presidente fuera un rijoso, sino que era un verdadero
obseso sexual que puso imprudentemente en peligro con sus andanzas sexuales su propia
presidencia.
.Oswald, a quien los autores presentan como un comunista recalcitrante y
confeso con una personalidad inestable que busca la notoriedad a costa de lo que sea, actuó, según los
autores, solo, movido, según ellos, exclusivamente por su sed de notoriedad y
angustiado por su fracaso conyugal.
En fin, más que ante “un ensayo sin una sombra de ficción” como pretenden
los autores, estamos ante un ensayo- producto, pensado principalmente para el mercado.
Aunque indirectamente todo ese
cúmulo de datos reales nos deja entrever que pretender, como quieren los
autores, que la presidencia de Kennedy fue el reino de Camelot y el presidente, Arturo, rey de Britania, poco tiene que ver
con la realidad. No es sino una falsa leyenda.
Al
calor (…y olor pecuniario, todo hay que decirlo) de la conmemoración del 50 aniversario
del asesinato del presidente norteamericano J.F. Kennedy, los libros centrados
en las diversas teorías sobre el magnicidio
o, más ampliamente, en su vida y obra , llenan estos días
los expositores de novedades de nuestras librerías.
Entre
esa decena larga de libros publicados en España con motivo de la
conmemoración, dos de ellos vienen
precedidos de un gran éxito de
ventas en su país de origen, Estados
Unidos, éxito que se debe no sólo a su contenido y a la notoriedad de sus autores, sino también a
la perspectiva conservadora con que abordan
el tema de la vida y muerte de
Kennedy que es la predominante entre el
público norteamericano.
. Caso abierto. Historia secreta del asesinato
de Kennedy (Debate) es el resultado
de una investigación de cinco años. Su autor,
Philip Shenon, un destacado periodista de investigación del New York
Times, reconstruye, a través de entrevistas a los abogados que participaron en
la Comisión Warren, cómo ésta llevó a cabo su tarea. Shenon demuestra que su
labor fue torpedeada con la ocultación,
extravío y destrucción de pruebas por parte del la CIA y el
FBI (incluso el destrozado
cerebro del presidente desapareció).
Los cuatro responsables de que se aceptara la farsa que fue la Comisión Warren,
fueron, según Shenon, Edgar Hoover, director del FBI, Richard Helms, director
de la CIA, el presidente de la comisión,
el juez Warren y… el propio Robert
Kennedy, quien aceptó y firmó sus conclusiones, cuando de manera privada las
rechazaba, porque estaba plenamente convencido de que el magnicidio de su
hermano era el resultado de una compleja conspiración en la que, según él,
había intervenido de manera destacada la Mafia. Otro dato no conocido que
revela es que la comisión se reunió en secreto con el mismo Fidel Castro con el
objeto de saber si los servicios secretos cubanos habían estado implicados en
el asesinato, obteniendo una rotunda negativa del mandatario cubano. A pesar de
lo cual Shenon se muestra proclive a aceptar la teoría de la conspiración
organizada por cubanos y soviéticos.
Matar a Kennedy (La Esfera de
los Libros) es un libro publicado en los
Estados Unidos el pasado año del que se
han vendidos ya más de un millón de
ejemplares en aquel país y es el origen
de la película para la televisión del mismo título dirigida por Ridley Scott.
El autor principal es Bill O´Reilly,
presentador de uno de los espacios divulgativos de mayor audiencia en Estados
Unidos, columnista y coautor -también como en éste- con el historiador Martin
Dugard, de Matar a Lincoln en el que se inspiró la conocida y
exitosa película que lleva ese mismo
título.
O´Reilly y Dugan reconstruyen con minucioso
detalle la trayectoria personal y
política de Kennedy desde su elección
hasta los días posteriores del magnicidio, pero también la de Lee Harvey Oswald
desde su estancia en la Unión Soviética hasta su asesinato por Jac Ruby en las
dependencias de la policía de Dallas el día siguiente del magnicidio. Nos
presentan a Kennedy como un presidente carismático cuyas contradicciones son
explicables por las difíciles circunstancias en que tuvo que gobernar: la
invasión y derrota por Castro en Bahía de Cochinos, la crisis de los misiles, Vietnam, el
movimiento de los derechos civiles. Y en lo personal como un católico
ferviente, de misa diaria y confesión frecuente, padre y esposo amantísimo Pero, paradójicamente, su narración minuciosa,
realizada casi con técnica de guión cinematográfico, contradice esa valoración
tan positiva y nos muestra a la vez
las ambigüedades y contradicciones
del personaje Kennedy deja en la
estacada a los anticastristas en Bahía de Cochinos, practica una realpolitik
que encubre bajo una retórica de grandes ideales un intento de superar en
armamento, aunque sea convencional, a los soviéticos, pero también el empleo
sistemático de la guerra sucia, como hace con Cuba con la operación Mangosta
que pretendía provocar en la isla con sabotajes y asesinatos una insurrección
popular contra Castro; o en Vietnam,
donde la CIA también recurre a las operaciones encubiertas con asesinatos y
toda clase de desmanes y los aviones norteamericanos arrojan napalm y
exfoliantes. Los datos que nos aportan
dejan entrever también el poco entusiasmo de Kennedy por el movimiento de los
derechos civiles que en realidad apoyó a iniciativa de su hermano Robert. La imagen de esposo amantísimo queda
enturbiada por los datos de los autores sobre sus excesos sexuales fuera del
matrimonio. No es que el presidente fuera un rijoso, sino que era un verdadero
obseso sexual que puso imprudentemente en peligro con sus andanzas sexuales su propia
presidencia.
.Oswald, a quien los autores presentan como un comunista recalcitrante y
confeso con una personalidad inestable que busca la notoriedad a costa de lo que sea, actuó, según los
autores, solo, movido, según ellos, exclusivamente por su sed de notoriedad y
angustiado por su fracaso conyugal.
En fin, más que ante “un ensayo sin una sombra de ficción” como pretenden
los autores, estamos ante un ensayo- producto, pensado principalmente para el mercado.
Aunque indirectamente todo ese
cúmulo de datos reales nos deja entrever que pretender, como quieren los
autores, que la presidencia de Kennedy fue el reino de Camelot y el presidente, Arturo, rey de Britania, poco tiene que ver
con la realidad. No es sino una falsa leyenda.
( Publicado en noviembre de 2013 en suplemento Cultura de La Nueva España)
( Publicado en noviembre de 2013 en suplemento Cultura de La Nueva España)
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