CHULETÓN AL
PUNTO
JULIO ANTONIO VAQURO IGLESIAS
Las polémicas declaraciones del ministro
Garzón sobre la necesaria limitación del consumo de la carne procesada
han sacado a la luz múltiples consideraciones de interés político y
social. Que hay que limitar el consumo
de la carne procesada por los negativos efectos que origina su producción sobre
el cambio climático es una consideración que difícil puede ponerse en duda,
siempre teniendo en cuenta que limitar su consumo no es prohibir su producción
con los considerables y negativos efectos que ello podría traer para una
actividad tan necesaria para la supervivencia de tantas personas como es la economía
ganadera.
Lo que no es de recibo nos parece a muchos es
realizar tales declaraciones fuera de un
contexto político planificado como objetivo de una campaña seria bien estudiada y meditada por todo el
Gobierno y no ir por libre y realizarlo como
unas declaraciones de un solo Ministerio a modo de boutade de un
ministro sin competencias que apenas generado iniciativas y campañas que
hubieran sido muy necesarias como, por ejemplo, la lucha contra la abusiva subida
de la electricidad como consecuencia de la imposición un monopolio de tres
empresas ( que como siempre y en tantas aspectos que hoy padecemos nos trajo la
política de ultraderecha de señor Aznar) . Que yo recuerde poco o nada hizo
nuestro flamante ministerio de consumo contra esa injusticia manifiesta, aunque
sólo fuera en el terreno de lo simbólico declarativo. Tal planteamiento lo que nos lleva es a la
constatación de lo que venimos sufriendo
constantemente con este Gobierno de coalición: su falta coordinación y
de planteamientos compartidos en cuestiones que, sin duda, son aceptables desde
el pensamiento y la necesaria actuación de la izquierda.
Por si no fueran suficientes la mencionadas
declaraciones de un ministro casi
inédito en sus actuaciones como Garzón, la “chulería”- no se expresarlo de otra
manera y lo escribo sin ánimo de ofender-
de la respuesta del jefe de Gobierno ante este real problema manifestando que a
él lo que le encanta es un chuletón al punto no deja de ser un broma pesada,
pero de mal gusto que no puede permitirse el dirigente de un Gobierno ante un
problema de gran calado e importancia que, además, está incorporado a los
proyectos de futuro de la famosa Agenda
2050. El señor Sánchez ha perdido la oportunidad de haber apoyado a su
ministro, matizando todo lo que hubieran
sido necesarias sus declaraciones ante un serio y real problema ante el
que pocas bromas son de recibo. Esa actitud
nos demuestra el mencionado problema de
este Gobierno de coalición. La falta de coordinación entre las dos almas que
laten en su seno y cuyas enfrentamientos y contrarias actitudes saltan a la
palestra e menudo y con motivo de muchas de sus actuaciones políticas.
La conclusión es clara para
muchos ciudadanos que lo apoyan. O solucionan ese candente problema o ése va a
ser el caballo de Troya por donde se les cuele la derecha y extrema derecha en
las próximas elecciones.
/Artículo publicado en las páginas de opinión de La Nueva España, de Oviedo)
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