UNA REPÚBLICA BANANERA
JULIO
ANTONIO VAQUERO IGLESIAS
Así- república bananera- ha
denominado el prior ( no fue siquiera
elegido abad) de la basílica del Valle de los Caídos al estado español por la
actitud de nuestros políticos respecto a la exhumación de la momia de Franco de
su mausoleo y su traslado a la sepultura donde yace su esposa en Mingorrubio,
en El Pardo. El citado prior tiene, por decir algo, una peculiar concepción de
lo que se ha venido denominando una república bananera. Más bien a una gran
parte de los españoles, o por lo menos, a sus representantes en el Parlamento
español que dieron el visto bueno para esa exhumación, menos, hay que dejarlo
claro, el PP y ERC ( este último, hay
que decirlo, por creer que ese acuerdo parlamentario no era suficiente), nos
parece precisamente que tal exhumación no es sino una condición necesaria para
eliminar un resto arcaico, digno precisamente de una república bananera, eso sí, pero que es
incompatible como con una democracia como la española.
La contumacia del citado prior, de ideología
falangista, parece ser, apoyando la oposición que a dicha exhumación ha
mantenido de manera numantina la familia Franco, apelando ésta a todas las instancias judiciales, la está
manteniendo éste hasta el final, incluso, cuando el Tribunal Supremo ha dictado
sentencia firme para permitir al Gobierno
la salida de la momia del dictador del Valle de los Caídos y las propias
autoridades eclesiásticas españolas- la Conferencia Episcopal y el Arzobispado
de Madrid- han dado su visto bueno a ese traslado funerario. La argumentación
de uno de los monjes del Valle de los caídos y que, sin duda, el prior comparte,
es digna de una mentalidad dictatorial y
falangista: “ La Iglesia son los miles de españoles que quieren que las cosas
estén como quiso Franco”
Lo que más asusta de esta actitud, ya no me
refiero a la de la familia del dictador que no respeta, parece ser, ni siquiera
la última voluntad de su deudo que no era la de ser enterrado en el que iba a ser su faraónico
mausoleo, es la existencia de un sector franquista de la población española que
apoya esa actitud, porque implica la existencia de un sector- que me imagino se
refugia bajo las alas de la ultraderecha de Vox- que no ha sido penetrada por
los valores democráticos y sigue participando de los dictatoriales que
impregnaron el régimen franquista. Y lo que es peor esas actitudes parecen
estar amparadas, o al menos no denunciadas manteniendo una ambigüedad calculada,
por nuestro partido de la derecha, el PP, que a pesar de su intento de viaje
hacia el centro con la moderación por montera y la barba de su líder como
símbolo, mantiene la actitud ambigua que manifestó en el Parlamento al
decidirse la exhumación del cadáver de Franco.
Más allá de los intereses electorales del PSOE
para llevar a cabo tal exhumación, a muchos nos parece que el partido
socialista hace lo correcto para
llevarla a cabo cuanto antes, cumpliendo el mandato del Parlamento español. Es
preciso acabar con esa anomalía que nos avergüenza ante las democracias de todo
el mundo.
( Artículo publicado en las páginas de opinión de La Nueva España, de Oviedo)
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