lunes, 14 de octubre de 2019




                           UNA REPÚBLICA BANANERA
                                            JULIO ANTONIO VAQUERO IGLESIAS
Así- república bananera- ha denominado el prior  ( no fue siquiera elegido abad) de la basílica del Valle de los Caídos al estado español por la actitud de nuestros políticos respecto a la exhumación de la momia de Franco de su mausoleo y su traslado a la sepultura donde yace su esposa en Mingorrubio, en El Pardo. El citado prior tiene, por decir algo, una peculiar concepción de lo que se ha venido denominando una república bananera. Más bien a una gran parte de los españoles, o por lo menos, a sus representantes en el Parlamento español que dieron el visto bueno para esa exhumación, menos, hay que dejarlo claro, el PP y  ERC ( este último, hay que decirlo, por creer que ese acuerdo parlamentario no era suficiente), nos parece precisamente que tal exhumación no es sino una condición necesaria para eliminar un resto arcaico, digno precisamente  de una república bananera, eso sí, pero que es incompatible como con una democracia como la española.
 La contumacia del citado prior, de ideología falangista, parece ser, apoyando la oposición que a dicha exhumación ha mantenido de manera numantina la familia Franco, apelando ésta  a todas las instancias judiciales, la está manteniendo éste hasta el final, incluso, cuando el Tribunal Supremo ha dictado sentencia firme para permitir  al Gobierno la salida de la momia del dictador del Valle de los Caídos y las propias autoridades eclesiásticas españolas- la Conferencia Episcopal y el Arzobispado de Madrid- han dado su visto bueno a ese traslado funerario. La argumentación de uno de los monjes del Valle de los caídos y que, sin duda, el prior comparte, es digna de una mentalidad  dictatorial y falangista: “ La Iglesia son los miles de españoles que quieren que las cosas estén como quiso Franco”
 Lo que más asusta de esta actitud, ya no me refiero a la de la familia del dictador que no respeta, parece ser, ni siquiera la última voluntad de su deudo que no era la de  ser enterrado en el que iba a ser su faraónico mausoleo, es la existencia de un sector franquista de la población española que apoya esa actitud, porque implica la existencia de un sector- que me imagino se refugia bajo las alas de la ultraderecha de Vox- que no ha sido penetrada por los valores democráticos y sigue participando de los dictatoriales que impregnaron el régimen franquista. Y lo que es peor esas actitudes parecen estar amparadas, o al menos no denunciadas manteniendo una ambigüedad calculada, por nuestro partido de la derecha, el PP, que a pesar de su intento de viaje hacia el centro con la moderación por montera y la barba de su líder como símbolo, mantiene la actitud ambigua que manifestó en el Parlamento al decidirse la exhumación del cadáver de Franco.
 Más allá de los intereses electorales del PSOE para llevar a cabo tal exhumación, a muchos nos parece que el partido socialista  hace lo correcto para llevarla a cabo cuanto antes, cumpliendo el mandato del Parlamento español. Es preciso acabar con esa anomalía que nos avergüenza ante las democracias de todo el mundo.
 ( Artículo publicado en las páginas de opinión de La Nueva España, de Oviedo)

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