viernes, 9 de octubre de 2020

 

 


 

     



    OTRA PROBABLE VÍCTIMA DE LA PANDEMIA

                                          Julio Antonio Vaquero Iglesias

No, no me refiero a las verdaderas víctimas del covid-19, esos miles de familiares, amigos, conocidos, compatriotas que fallecieron a causa del virus en unos hospitales colapsados sin los instrumentos sanitarios adecuados para atenderlos o en las residencias de nuestros mayores sin medios y sin capacidad de enviar a sus internos enfermos a los hospitales adecuados para prestarles la atención sanitaria debida. Ni  a  las que se añadirán muchos miles más durante esta segunda oleada del virus que nos atenaza.

  Las víctimas a las que me refiero es en conjunto la clase política de este país que ante la crítica situación sanitaria que vivimos demuestran su incapacidad para dejar a un lado sus pedestres objetivos políticos y atender de verdad a los problemas sanitarios derivados del nuevo ataque del virus. Ya sé, ya sé, que no son todos los miembros de esa clase y que todavía pueden salvarse algunos de ellos tanto de la izquierda como de la derecha que están intentando con  escaso éxito hacerle frente a  la endiablada situación en que nos está poniendo el segundo ataque del virus.

 Pero en conjunto nuestros políticos están actuando atendiendo sobre todo a sus intereses corporativos y en segundo lugar y de modo secundario a la endiablada situación sanitaria en que se encuentra nuestro país. ¿Vale más un voto que una vida? Esa sería la pregunta que deberían responderse la mayor parte de nuestros dirigentes políticos de manera reflexiva y consciente y dado lo que los ciudadanos estamos viendo perplejos es que la mayor parte de ellos parece que ya  la han respondido a favor del interés político  más que al sanitario de procurar dejar a parte los intereses partidarios y tratar por todos los medios de llegar a acuerdos y  aparcar  los enfrentamientos y la lucha partidaria para buscar la unión y tratar de llegar a una acción común que ayude a salir de esta trágica situación con la menor pérdida de vidas humanas.

 Los ciudadanos asistimos perplejos y avergonzados a la batalla política que se está desarrollando en la comunidad de Madrid por el control de las medidas contra la pandemia. Y es necesario que, por todos medios posibles, hacerle llegar a la derecha que tiene el poder político en esa comunidad que no sólo una vida humana vale más que tratar de mantener viva cualquier actividad económica, sino también que no es posible la vida económica sin el respeto y el cuidado por la vida humana. Al contrario de lo que refleja el pensamiento “tan elaborado” que ha expuesto en algunas de sus declaraciones la presidenta de aquella comunidad que se está constituyendo con su actuación en un modelo en negativo de lo que debe de ser un político. Y a la izquierda hay que recordarle que no es el momento de aprovechar la situación de crisis para tratar de llevar a cabo algunos de sus  ideales políticos poniéndolos por delante de la atención prioritaria que hay que dedicarle en este momento a la lucha sin cuartel contra la pandemia.

  De seguir con este espectáculo denigrante que está dando la mayor parte de nuestra clase política otra de las víctimas de la pandemia,  por si no fueran pocas y graves las negativas secuelas  que está causando, va a ser desgraciadamente  la propia clase política y con ella la vida política futura, dado el bochornoso espectáculo que  está protagonizado en esta dramática situación por la que estamos pasando. Desde luego, va ser difícil que recobren en los tiempos duros de pospandemia que nos esperan un mínimo de credibilidad ante la ciudadanía y con ello dejen el campo abonado para otras opciones políticas no democráticas. 

(Este artículo se ha publicado en las páginas de opinión de La Nueva España, de Oviedo)       

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