martes, 5 de noviembre de 2019





Rafael Altamira, cabeza del americanismod
de la Universidad de Oviedo




El AMERICANISMO DE LA UNIVERSIDAD DE            OVIEDO
                                    Julio Antonio Vaquero iglesias
El 12 de Octubre es por ley la fecha de la celebración de la Fiesta Nacional y siempre desde su institución ha significado también  la conmemoración de nuestra profunda identidad y comunidad con Hispanoamérica (incluso llego a denominarse como la Fiesta de la Raza). Pero toda esa relación tiene su historia (que, por cierto nos ha contado recientemente en parte la archivera-bibliotecaria de la Junta General  Josefina Velasco en estas páginas  en un excelente artículo).
  Esa historia tiene un colofón final de vital importancia en el que la Universidad de Oviedo jugó un papel decisivo. La crisis del 98 sumergió, como es sabido, a nuestro país en una etapa de pesimismo nacional de la que trató de salir con un proyecto regeneracionista que alentó toda nuestra política nacional durante largo tiempo. Y fue precisamente  la inclusión de una nueva relación con las repúblicas hispanoamericanas salidas de los procesos de independencia en el siglo XIX, con las que nuestras relaciones diplomáticas pasaban por una situación  manifiestamente mejorable,  el elemento que nuestra universidad aportó a ese regeneracionismo con el  que se trababa  de superar la decadencia y el pesimismo nacional en que había sumido la pérdida de Cuba a mano de la rapaz potencia imperial norteamericana.
 El personaje que encarnó esa misión para nuestra universidad y se convirtió con ello y para toda su vida en el padre del americanismo español fue el catedrático de nuestra universidad Rafael Altamira. alicantino de origen, que ganó la cátedra de Historia del Derecho de nuestra facultad de Derecho. Intelectual ligado a la Institución Libre de Enseñanza  (ILE), recaló en la universidad de Oviedo al calor de un grupo de notables catedráticos institucionistas, entre los que se contaba el propio Leopoldo Alas, Clarín, y los denominados Adolfos, Posada y Buylla, y Aniceto Sela, entre otros y que contaban con el decidido apoyo del rector Fermín Canella.
  Ese proyecto regeneracionista de cuño institucionista que ponía el énfasis en la educación y el desarrollo intelectual como medio de regenerar la nación constaba de un elemento fundamental que era  la vinculación con la América hispana, lo expresó ya Altamira en su discurso dictado en la inauguración del curso universitario 1898-1899, con el título El patriotismo en la Universidad”. Pero fue  después en 1908, con motivo de la celebración por nuestra universidad del tercer centenario de su fundación y del primer centenario del inicio del proceso de independencia hispanoamericana, cuando tomó cuerpo el proyecto del viaje americano de Altamira que terminó convirtiendo nuestra universidad en el primer foco del americanismo español. El viaje, que  dio origen a un libro del historiador alicantino Mi viaje a América (exhaustivamente analizado  posteriormente  por nuestro recordado  profesor Santiago Melón) se extendió por seis  países americanos (Cuba, Argentina, Uruguay, Chile, Perú y México), además de una corta estancia en Estados Unidos.
 El viaje tuvo un apoteósico éxito. A su vuelta, Altamira fue recibido por el propio monarca Alfonso XIII y la Universidad de Oviedo se convirtió en el primero y principal foco del americanismo en España tratando de establecer  unas  estrechas relaciones  con el mundo universitario hispanoamericano Tal fue el éxito que el propio Altamira  terminó trasladándose a la Universidad Central, donde se creó para él la primera cátedra referida al derecho indiano y al mundo hispanoamericano, desplazándose con ello  el desarrollo de ese primer americanismo a la universidad madrileña. Mientras que nuestra universidad, tras la marcha de Altamira y la paulatina desarticulación,  del  Grupo de Oviedo a causa de su éxito, fue perdiendo interés por ese primer espíritu americanista que Altamira y sus colegas habían logrado despertar en aquella España sumida en el trauma regeneracionista.
(Publicado en las páginas de opinión de La Nueva España, de Oviedo) 

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