TONY JUDT,
HISTORIADOR SOCIALDEMÓCRATA
Julio Antonio Vaquero Iglesias
Catedrático e historiador
![]() |
Tony Judt con J. P. Sartre |
Nacido en el seno de una familia judía de clase media baja, Judt vivió en
su juventud en un kibutz en Israel e incluso intervino en la Guerra de los Seis
Días, pero pronto abandonó la ideología sionista y defendió
la tesis de que la solución al problema palestino israelí pasaba por la creación un
Estado binacional en Israel, negándose a aceptar que esa
actitud, enemiga de las
posiciones oficiales del Estado judío, pudiera calificarse como antisemitismo.
Lo cual le ha valido hasta el final de su vida ser objeto de duros ataques por
el lobby sionista norteamericano.
Tanto su obra historiográfica como sus escritos como
intelectual público expresan claramente su posición ideológica socialdemócrata
desde la que ha criticado profundamente
a la experiencia comunista como a la izquierda radical que la apoyó o no se
definió claramente contra ella. Una de sus obras más importantes fue Pasado
imperfecto. Los intelectuales franceses, 1944-1955 en la que realiza una
acerba crítica a los intelectuales franceses de la izquierda que apoyaron- en
su opinión- el estalinismo. En su libro más notable que le catapultó al éxito y por
el que quedó finalista del premio Pulitzer, Posguerra. Una historia de Europa
desde 1945, hace una revisión de
la trama económica, social, política,
intelectual de la historia de Europa desde el final de la segunda guerra
mundial hasta hoy desde el supuesto que
la caída del Muro de Berlín en 1989 exigía revisar todo el pasado reciente de
Europa tras el colapso del mundo
comunista. Y destaca que el éxito de Europa en esa etapa, tras superar las
secuelas de la contienda y la Guerra Fría, estuvo en la creación de un estado de
bienestar hasta que entró en la deriva del neoliberalismo a partir de los años
80.
Del mismo modo que en su último
libro, todavía no publicado en España, Ill Fares the land como en una de
sus últimas conferencias (con casi todo su cuerpo paralizado, pronunciada ante
un emocionado auditorio en Nueva York) realizó
una profunda defensa de la
socialdemocracia y del socialismo no autoritario como única solución posible a
los problemas de la crisis política y económica del mundo actual. Una denuncia
del abandono de la política como elemento
legitimador de lo público y de la conversión de de lo privado y el
mercado en una verdadera religión política con el corolario del creciente incremento de la desigualdad
económica y social entre las clases y los estados. Y la necesidad de establecer
una nueva hoja de ruta que vuelva a poner lo público y el Estado en el lugar
que les corresponde, si queremos evitar el tortuoso y peligroso camino por el
que está avanzando la sociedad humana.
La enseñanza y
compresión de una historia de las
sociedades occidentales por las nuevas generaciones que explique esa deriva ha
sido, para Judt, el leitmotiv tanto de
de su actividad historiográfica como de su actividad pública hasta el último
momento de su vida, cuando su cuerpo ya no era sino una jaula de una mente
libre y lúcida.
( Publicada en el suplemento "Cultura" de La Nueva España-Oviedo)
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