UNA GUERRA NO DECLARADA
JULIO ANTONIO VAQUERO IGLESIAS

La conmemoración del centenario de la Gran Guerra está dando lugar a una importante revisión historiográfica de aquel conflicto bélico que se ha venido considerando, con fundamento, como uno de los procesos históricos más importantes del siglo XX. Y es dentro de esa producción donde hay que contextualizar este libro (Nidos de espías ( Alianza, 2014)) que trata sobre los efectos que el primer conflicto mundial tuvo para España y del que son autores dos conocidos historiadores especialistas en este tema: los profesores Paul Aubert y Eduardo García Calleja.
La sólida y pormenorizada
información que aportan en este libro los autores avala, sin duda, su
conclusión. La neutralidad española en la Gran Guerra no fue, desde luego, una “neutralidad
beatífica”, con - eso sí- decisivas
consecuencias indirectas económicas,
sociales y políticos para nuestro devenir histórico, como ya sabíamos, sino que
también la conflagración europea golpeó además directamente a nuestro país.
Porque si no hubo España frentes bélicos, debido a su neutralidad, sí fue el
escenario de otras importantes y decisivas batallas como las derivadas de la
guerra económica ( comercio, bloqueo económico y contrabando); de la guerra
ideológica y de propaganda ( con el control y subvención de los periódicos
españoles por parte de uno y otro bando animando la lucha ideológica entre
intelectuales aliadófilos y germanófilos que se originó y que fue en cierto
modo el impulso decisivo a la entrada de
los “intelectuales” en España , y las campañas de intoxicación y la
organización de toda una densa red de asociaciones y medios de propaganda en
suelo español, Guerra de propaganda que dominaron claramente los Imperios Centrales).
Pero también guerra diplomática por la presión que sobre el Rey, el
presidente del consejo y el Ministro de Estado hicieron los don bandos
contendientes .y que, sin duda, originó numerosos conflictos diplomáticos y
tuvo sus efectos como demuestra el
cambio de actitud del imprudente Alfonso XIII que de comenzar apoyando a la Entente,
esto es, a los aliados, terminó inclinándose por los Imperios Centrales.
España fue también un escenario
bélico importante del conflicto por el gran desarrollo que tuvo en nuestras costas la guerra
submarina, decisiva para el bando germano como elemento de control del bloqueo
económico. Además, Madrid, Barcelona y los puertos importantes fueron
verdaderos nidos de espías dedicados a
misiones de espionaje y sabotajes contra los intereses del bando contrario en
territorio español. Entre esos espías están personajes conocidos como Canaris y
la incompetente y fatal Mata-Hari que
tuvo en el bando aliado su contramodelo, Marthe Richard. Pero, desde luego, el
restrictivo título del libro no hace justicia a su amplio y serio contenido.
( Publicado en en el suplemento Cultura de La Nueva España, 27 de febrero de 2014)
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