VINDICACIÓN DE UN GUERRILLERO COMUNISTA
JULIO
ANTONIO VAQUERO IGLESIAS
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EL AUTOR, RAMÓN GARCÍA PIÑEIRO |
Fugaos
Ladreda
y la guerrilla en Asturias (1937-1947)
Oviedo,
KRK, 2007
153 páginas
Ramón García Piñeiro reivindica la figura del
guerrillero comunista asturiano Baldomero Fernández Ladreda
Que la historia que escriben los vencedores
menosprecie y cubra de silencio a los vencidos es, sin duda, injusto, pero
hasta cierto punto comprensible. Peor es, ciertamente, que la ignominia y el
olvido procedan de los de tu propio bando. Éste es el caso del comunista asturiano Baldomero Fernández
Ladreda, cuya trayectoria biográfica nos
relata en este libro el profesor e
historiador asturiano Ramón García Piñeiro, investigador y profundo conocedor de
la lucha antifraquista en Asturias.
Baldomero
Fernández Ladreda nació en 1906 en Soto de Ribera, ejerció el oficio de
forjador y en 1934, siendo delegado
obrero de UGT en la fábrica de cementos de Tudela Veguín, participó activamente
en los acontecimientos revolucionarios, ocupando, al frente de un grupo de
obreros, la fábrica de explosivos de La Manjoya. En la prisión de Oviedo se
afilió al PCE.
Al comenzar la guerra civil y consumarse
en Oviedo la traición de Aranda, organizó un grupo de milicianos y participó
activamente en el asalto a la ciudad con tal eficacia, valentía y dotes de
organizador, que fue ascendido al grado
de mayor de brigada equivalente al de general de brigada con mando sobre tres
batallones de infantería. En 1937, con
la derrota republicana tomó la decisión de
permanecer en Asturias como “fugao”, con el objetivo de mantener viva la
resistencia contra el franquismo en nuestra región.
Comienza así
su etapa de guerrillero, cuyo análisis es, en realidad, en el que se ha centrado esta biografía, y a través de la cual
el autor va allá del relato
concreto de la actuación de Ladreda,
ofreciéndonos un cuadro bastante completo del desarrollo de la actuación de la guerrilla comunista en
Asturias. Ladreda, por su elevada
graduación militar y el gran prestigio que había alcanzado en la guerra,
se convirtió en el principal dirigente de la guerrilla en Asturias hasta 1946,
en que por diferencias de estrategia con la dirección del exilio del PCE y
negarse a cumplir sus órdenes, fue expulsado del partido y considerado como
traidor. A pesar de lo cual continuó la lucha guerrillera con un puñado de
fieles.
Tras ser capturado, sin ofrecer
resistencia, en septiembre de 1947 por la guardia civil en La Mortera (Ribera
de Arriba) fue sometido a un consejo de
guerra, condenado a muerte y ejecutado en noviembre por el procedimiento de
garrrote vil en la cárcel de Oviedo a los
41 años de edad. Condena impuesta a pesar de los numerosos
testimonios que el fiscal presentó en su favor, entre ellos, el del cura de
Soto de Ribera, que declaró que gracias a su intervención no había sido
incendiado el templo parroquial. Uno de los cargos más graves que se presentaron
contra él fue haber ordenado concentrar el fuego de artillería sobre el
Hospital Provincial de Oviedo que se encontraba en plena línea de fuego y desde el que se defendían
los sitiados ovetenses.
Las
características con las que Ramón García Piñeiro construye habitualmente sus trabajos históricos están también presentes en este libro. Son éstas: el rigor y el uso
de una abundante documentación combinados
con la exposición de los contenidos con un estilo cuidadoso que
demuestra que la escritura de la historia no tiene por qué ser incompatible con
una primorosa presentación literaria.
Este libro
es, pues, por su contenido y su excelente factura, recomendable no sólo para
quienes estén interesados en conocer las
vicisitudes de la lucha guerrillera en
Asturias desde la perspectiva comunista, menos conocida hasta ahora
que la socialista, sino también para aquellos que, como el autor de esta
biografía, sientan cierta predilección hacia los perdedores de la historia.
Hacia personajes tales como Ladreda que
no sólo fueron maltratados y vilipendiados por la historia escrita por los
vencedores, sino también, lo que es peor, arrojados, primero, a la ignominia y,
después, al olvido por la de sus propios correligionarios. Rescatarlos de ese
olvido y reconstruir objetivamente, con sus luces y sus sombras, su trayectoria
es una tarea de justicia histórica. Con más razón todavía, cuando son
personajes, como el aquí biografiado,
que dedicaron sus vidas a la lucha contra el fascismo y la dictadura.
( PUBLICADO EN EL SUPLEMENTO CULTURAL DE “LS NUEVA ESPAÑA”,
DE OVIEDO?